Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

chapter sixty. i wish

HEAVEN
━━━━ ★ ━━━━
⌇ ☾ ❪ chapter sixty ❫  ೋ
۫ ₊˚ i wish ˚₊ ۫ ۫

He estado durmiendo y despertando cada vez que siento o veo una luz roja frente a mis ojos que se desplaza a mi dirección. Me temo que estoy llena de pesadillas desde que llegué, aunque no sé cuánto tiempo ha pasado, al único que he visto es a Cedric, quién me trae de comer y de beber todas las mañanas, tardes y noches, me acompaña un buen rato hasta asegurarse de que he comido, lo cual dura todo el día.

No porque no lo quiera, si no porque es difícil mover mis músculos aún.

—Te traeré galletas para cenar— menciona el chico, peinando mi cabello —Hornee muchísimo cuando no estuviste, me ayudó a mantener la cabeza en otras cosas— me mira —Vamos, Hazel, háblame.

Lo miro y recuerdo la mirada de desesperación que le doy a mis padres cuando ellos me miran sin entender mucho de lo que les digo. ¿Es así como ellos me miran? Intentar hablar pero no poder porque están demasiado adoloridos para hacerlo.

No me permito darme ese lujo, así que muy apenas suelto un balbuceo: —Buena idea.

El ceño del chico se aligera —Sabia que te gustaría la idea, son de chocolate, tus favoritas.

Sonrió un poco —Gracias, Ced.

Sigue con lo suyo y ya no habla más, lo cual le agradezco demasiado, porque no sé qué tanto más pueda hablar después de ese esfuerzo.

—Con eso es suficiente, no tienes que responderme si no quieres— me dice —Con un simple asentimiento estoy bien.

—Sé que crees que me he ido— murmuro, volviéndome a él —Como mis padres.

Niega —No, no es cierto, tu sigues aquí conmigo, ahora lo sé— acaricia mi cabello, dejando un beso sobre mi frente —No dejaré que me alejen de ti otra vez, ni que te vuelvan a lastimar.

Bajo la mirada —Dalton está muerto, Eugene lo mato.

Aquello parece tener cierto efecto en Cedric, como si agradeciera mentalmente de ello.

—Entonces ya no puede lastimarte, ni él ni ellos.

Bueno, eso es verdad.

—Se lo merecía, ¿No?— pregunté.

—Después de todo lo que te hizo yo creo que sí.

Tomo un poco de aire y me mantengo en silencio el resto del tiempo que pasa, pues después tenemos que ir al funeral del elfo doméstico que salvo a todos, así que después de estar con el cabello esponjado de tantas pasadas de peine, la ropa medio ordenada y la cara pálida con rubor, bajo tomada del brazo de Cedric.

El frío aire de playa nos acompañaba en el funeral del elfo doméstico que rescató a Milan, Harry, Ron, Hermione, Luna y más. Él había sido un héroe, eso creo.

—Creo que deberíamos decir algo— menciona Luna —Yo lo haré primero, ¿Puedo?

Todos la miramos sin decir nada, a lo que ella siguió hablando.

—Muchas gracias Dobby por rescatarme de ese sótano— empieza —Es injusto que tuvieras que morir cuando eras tan bueno y tan valiente. Siempre recordaré lo que hiciste por nosotros. Espero que ahora seas feliz.

La joven se volvió a Ron cuando se aclaró la garganta para seguir.

—Sí… gracias Dobby.

—Gracias— murmuro Dean Thomas, amigo de los chicos.

—Adiós, Dobby— se alcanzó a escuchar la voz de Harry, mirando al resto —¿Les importa si me quedo aquí un momento?

Asiento un poco, abrazándome debido al frío. Cedric me toma del brazo y a Milan del hombro, dirigiéndonos por el campo de la playa.

—Uhm— balbucea Milan, al ver que Cedric detenía su paso.

—Sigamos— pide de buena manera —Necesitamos hablar, los tres.

Frunzo mi ceño —¿Sobre qué?

—Bueno, es obvio que no sé hablar con ninguna de ustedes cuando está mal— responde.

La rubia pasa su mirada de mi a Cedric, una y otra vez, igual de confundida que yo.

—Creo…que se refiere a lo raras que estamos— responde Milan a mi duda.

Asentí —Ah, por supuesto, ¿Cuál es tu plan, Ced?

Cedric nos hace una señal a ambas para que lo acompañemos hasta la casa, por lo que obedezco. Los tres subimos los escalones y entonces me siento en la cama junto a Milan, mientras Cedric busca una manera de empezar nuestra terapia en grupo.

Noto que titubea, mira a todos lados seguramente pensando en algo que no ayude, así que decido empezar para ayudarle.

—Bueno, yo aún tengo pesadillas— confieso, levantando su mano y haciendo que los dos me miren.

Cedric asiente —¿Sobre qué?

—Sobre esa cabaña donde estaba, aún recuerdo la oscuridad y he perdido la mitad de mis recuerdos, lo cual me hace sentir perdida y herida, no sé…— me detengo, sintiendo como la garganta se me cierra cuando recibo un pequeño abrazo de Milan, quién recarga su cabeza sobre mi hombro —Desearía que todo terminará.

—Ya termino— asegura Cedric.

Niego —No creo que haya sido así.

—Aun no acaba, no para muchos de nosotros— balbucea Milan.

Se toma unos segundos para prepararse, luego nos mira a ambos, como si nos estuviera amenazando con la mirada.

—Necesito contarles algo, son los unicos a los que puedo decirles, porque si esto lo hago con Ron o Hermione iran corriendo donde Harry…

Cedric le sonríe en forma de apoyo —Sabes que estaremos aquí para ti, Milan.

Asentí, acariciando un poco el cabello de la chica —Sí, eres como nuestra hija.

Milan no dice nada más, pues se levanta la camiseta un poco para relucir una gran cicatriz que no sangra. Cuando asomo mi cabeza leo «Bastarda» haciendo que mi corazón de un brinco.

—Cortesía de mamá— dijo, y se le llenaron los ojos de lagrimas.

No tengo palabras, creo que todos hemos sufrido pero no de igual manera, así que no encuentro una forma de entender lo que Milan siente ahora mismo. Tampoco quiero arruinarlo, así que me limito a abrazarla y Cedric se nos une al abrazo al quedarse igual.

—No es tu madre, Milan— le dije en el abrazo —No merece ese título y mucho menos de una persona como tú, nosotros somos tu familia ahora, asi que no debes preocuparte por lo que un extraño piensa de ti.

Cedric asiente, con su cabeza recargada en la de Milan —Solo cuenta que nosotros te queremos y eso debería ser suficiente, ¿O no?

Ambos nos separamos, mientras Cedric limpia el rostro de Milan como si fuese una niña pequeña.

—Harry no me volverá a ver igual— suelta Milan entre llantos —No he visto a papá en todo este tiempo, solo quiero que todo esto termine, de cualquier forma.

Dice, casi con desesperación.

—Y lo hará— asegura el chico —Lo hará cuando menos lo pienses, daremos lucha a quien-tu-sabes, no dejaremos que se adueñe de todo lo que tenemos.

Asentí —Sí, pelearemos, incluso si morimos en el intento, pero tú no tienes que hacerlo si no quieres.

CUANDO CEDRIC y yo bajamos por las escaleras, Eugene está subiendo, así que nos mira a ambos con un millón de preguntas en su cabeza.

—¿Cómo han estado aquí todo esté tiempo?— inquiere, se había quitado la fea capa de mortifago y la intercambio por una camiseta de tela café de Cedric, dejándose los pantalones oscuros que aún así revelaban elegancia.

Me cruce de brazos a medias escaleras, recargandome sobre la pared.

—Encantamiento Fidelius— cuenta Cedric —Mi papá me enseño, nosotros lo hemos hecho aquí también, yo soy el Guardián Secreto aquí. Ninguno de nosotros va a trabajar ni salimos a menos que sea para buscar comida al pueblo, digo, ahora ya no voy más.

Asentí —Sí, sabíamos que nos encontrarían de todos modos.

Eugene niega —Bueno, se han escondido bien, porque ellos no tienen idea de que están aquí.

Frunzo el ceño —Crei que ya lo sabían.

—No, te han estado buscando pero no aquí, nadie sabe de este lugar.

—Eso es bueno, significa que podemos quedarnos más tiempo.

—¿Y Harry? ¿Ya le preguntaron qué demonios sucede?— inquiere.

Ambos negamos —Dejalo en paz— le pido —No lo molestes por ahora, Eugene.

El mencionado suspira y la verdad es que tiene razón, Harry no ha dicho una sola palabra sobre sus planes o lo que pasará a continuación. Todos sus amigos están igual, cambian de tema o simplemente se niegan a hablar, lo cual hace que mi ansía crezca por saber mi siguiente movimiento, quiero decir, ¿Habrá guerra o no? Y si la hay ¿Cuándo?

—Necesito hablarles a Griphook y Ollivander— llama Harry nuestra atención al pie de las escaleras.

Niego —No, vas a tener que esperar, Harry. Ambos están muy cansados.

—Lo siento— responde él calmadamente, —pero no puedo esperar. Necesito hablarles ahora. En privado… y por separado. Es urgente.

Eugene y Cedric se miran, el segundo toma riendas de la situación.

—Harry, ¿qué demonios está pasando?— cuestiona —Llegaste aquí con un elfo doméstico muerto y un duende semi-inconsciente, Milan está como si la hubieran torturado, y Ron y Hermione acaban de negarse a contarme nada…

—No podemos decirles lo que estamos haciendo— dijo Harry, mirando un segundo a Eugene.

—Si es por mí me iré ahora, de todos modos empezó a oler a galletas y yo muero de hambre— dijo Eugene, bajando las escaleras.

Harry negó —No confío en ti, pero si Cedric y Hazel sí entonces yo tendré que hacerlo, pero no es por eso, ambos están en la Orden y saben que Dumbledore nos dejó una misión. Se supone que no podemos hablar acerca de eso con nadie más.

Relamí mis labios, mirando a Cedric y él a mi, como si ambos nos comunicaremos telepaticamente. Le asiento un poco, entendiendo mi opinión.

—Esta bien— aceptó Cedric —¿Con quién deseas hablar primero?

—Griphook— dijo Harry sin dudar —Hablaré con Griphook primero.

Cedric le hace una seña y él da dos pasos cuando se vuelve a Hermione y Ron, quienes se escondían en la pared al otro lado.

—¡Los necesito a ustedes dos también!— les dijo a ambos.

Los chicos corren por las escaleras solos, dejándome a solas con Eugene, le sonrió a mi amigo y él pasa su brazo por mis hombros.

—Vamos, de verdad se me antojaron esas galletas— dice, tocándose el estómago —Ademas debes contarme todo lo que ha pasado, no has soltado ni una palabra desde que llegamos.

Le miró —Trata de que te torturen tres días seguidos, veamos si puedes soltar una palabra después.

Ambos caminamos hacia la cocina, donde Luna y Dean ya han encontrado las galletas que Cedric hizo para mí desde que me fui y guardo para el día que regresará.

—¿Esas son mis galletas?— inquiero, con un tono divertido.

Me siento junto a ambos, mientras Eugene imita mi acción.

—Sí, son buenísimas— dice Dean, sonriendo de lado a lado —¿Cedric las hizo?

Asentí —Sí, las guardo para mí cuando me raptaron.

—Eso es un lindo detalle, Hazel— menciona Luna.

Le sonrió —¿Verdad que sí?

La chica asiente —¿Cómo está tu familia? Escuché que se han llevado la peor parte de todo esto.

—Neville está bien, está escondido en el castillo y mi abuela está muy lejos de aquí, no podrán encontrarla jamás— respondo —Y Cedric, bueno, ya lo viste, no ha dejado de hornear así que supongo que es una buena señal.

—Estoy segurisima de que Neville se sabe cuidar solo, así que debe de andar por ahí en los pasillos— me sonríe Luna.

—Sí, es mejor que yo en hechizos de defensa— añade Dean.

—Gracias a ambos, creo que escuchar eso de sus amigos me hace sentir mejor.


LAS SEMANAS CONTINUARON y Abril llegó pronto, celebramos el cumpleaños de Eugene a la fuerza de su voluntad con un pequeño pastel que Cedric y yo preparamos y él, feliz a pesar de las miradas de odio de algún que otro invitado, sonrió y soplo las velas.

—¿Qué deseaste?— le inquirí, cuando ambos limpiamos la mesa y todos los demás comían en la sala.

—Es un secreto— responde —Además contar los deseos es de mala suerte, si no, no se cumplirá.

Ruedo los ojos —¡Vamos, Eugene! Soy tu mejor amiga, yo sí puedo saberlos.

El chico se cruza de brazos, formando una línea en sus labios —No, no, aguante, no diré nada.

Sacudí su brazo —¡Dime!— alargue la «e» pero Eugene se siguió negando, así que repetí una y otra vez: —¡Dimeee!— hasta que se digno.

—Está bien, está bien— suelta un quejido —Desee un pony.

Reí —¡Dime!

—Ya te lo dije, desee un pony con todas mis fuerzas— responde entre risas —Y también desee que todos tengamos una vida después de esto, porque nos la merecemos.

Buuh, por supuesto que la tendremos, eso es obvio— encogí mis hombros —De hecho, tu serás el padrino de nuestra boda y presiento que beberás toda la noche, darás un discurso ebrio y tendré todo en video.

Negó —Ni creas que me dejaré humillar así, beberé un poco ese día.

Le miró obvia —No te voy a creer eso jamás.

—De acuerdo, beberé hasta desmayarme— admitió, riendo.

Las siguientes semanas fueron más difíciles, tener al duende en casa ha estado causando muchísimos problemas, pues es un engreído, crecido y malcriado. Aunque eso no es suficiente de decir, pues Griphook era sangriento, se reía de la idea de causar dolor a criaturas menores, lo cual me hacía sentir asco y desagrado.

Incluso Cedric explotó un día, jamás lo había visto de esa manera, tan molesto y con la vena de la cabeza saltando de su frente.

—¡No podemos seguir así, se acabó!— le gritó a Griphook desde el pasillo, pues el duende había querido desde que llegó que su comida fuese llevada hasta su habitación, como si no pudiese caminar de un lado a otro por la casa —¡Se acabó, Griphook, si no bajas te quedarás sin comer y no me importa si te largas, nos harás un favor a todos!

Dicho eso bajó corriendo las escaleras y se encerró en la cocina, dejándonos a todos en silencio.

—Lo siento— me dijo Harry, acercándose a un paso lento.

Suspiré, negando con la cabeza —No es tu culpa, Harry.

—Yo lo traje aquí, nunca quise que tuvieran que lidiar con todo esto.

Le sonrió —Esta bien, de todos modos no se quedará para siempre, Ollivander ya se siente mejor, Bill vendrá por él para llevarlo con su abuela está noche. Quedará una habitación extra para algunos de ustedes, así ya no tendrán que dormir en el sofá.

—No nos importa dormir en el sofá.

—Pero a mi sí, quiero que todos estemos cómodos al menos un tiempo.

Negó —No te preocupes por nosotros, estaremos fuera de tus manos pronto, Ron, Milan, Hermione y yo. No necesitaremos estar aquí mucho más.

Mi ceño se aligera —¿De qué hablas? Pueden quedarse el tiempo que quieran, están a salvo aquí.

Estuvo apunto de responder, cuando Luna y Dean caminaron mojados por la lluvia dentro de la casa, por lo que Harry aprovecho para huir de la conversación.

Eugene anuncio la llegada de Bill desde afuera, así que salí con la lluvia a recibir a Bill.

—¿Cómo están todos?— inquiero, dándole un medio abrazo y un medio beso en la mejilla.

—Estan bien, Fred te envía esto— dice, entregándome una caja —¿Y aquí? ¿Están todos bien?

Asentí, caminando junto a él de nuevo a la casa.

—Sí, estamos todos bien, algo apretados— bromeo —Pero todo bien, no ha habido muchas noticias de la orden.

—Sí, escuché lo que pasó, ¿Cómo te sientes con tu nueva vida, Hazel?

Encogí mis hombros —Meh, podría estar mejor.

Rió un poco, para que se lo tome con humor pero se limita a sonreír. Ambos entramos a la casa para cuando Ollivander está bajando los escalones junto a Cedric.

—Buenas noches, Bill— le saluda el chico.

—Buenas noches, ¿Por qué tanta modestia? Recuerda que somos amigos y puedes solo mirarme feo como a ese duende— le dice Bill.

Cedric le mira mal, haciendo reír al pelirrojo.

—Ni siquiera me lo recuerdes, me saldrá algo del coraje que me hace pasar todos los días.

Ambos se quedan callados cuando el mencionado llega al salón, seguido de un par más para despedir a Ollivander.

—Voy a echarle de menos, señor Ollivander— dijo Luna, acercándose al viejo hombre.

—Y yo a ti, querida— respondió Ollivander, dándole palmaditas en el hombro —Fuiste un inexpresable alivio para mí en ese terrible lugar.

Corro hasta el mueble junto al sofá más grande, tomando el maletín de terciopelo.

—¿Me harías el favor de entregarle esto a Fleur?— le pido a Bill —Dile que fue muy lindo el arreglo para su boda.

—Por supuesto.

Bill abre el maletín, mostrando un hermoso collar de joyas que use en la boda, en el cuál contenía piedras preciosas azules y brillantes.

—Piedras de luna y diamantes— dijo Griphook, abriendo los ojos de par en par —Hecha por duendes, ¿no?

—Y pagada por magos— respondió Bill seriamente, y el duende le lanzó una mala mirada.

Sonreí de manera burlona, bajando la mirada para ocultarlo. Finalmente Bill, Cedric y Ollivander salieron de la casa y se desaparecieron unos pocos segundos despues, dejándonos para la cena, codo a codo, y con apenas un poco de espacio para movernos y tomar los cubiertos.

Los demás comenzaron a comer pero yo no podía dejar de mirar por la ventana cada vez que creía escuchar un ruido y al parecer no fui la única que se dio cuenta de mi preocupación, pues Eugene me miró toda la primera parte de la cena.

—Cedric va a estar bien— aseguró, mientras Luna contaba algo sobre gnomos al resto de los presentes.

Asentí —Sí, lo sé.

—Entonces deja de mirar por la ventana que me mareas, te vas a romper el cuello de tanto estarte asomando— regaño.

—No puedo— limpié mi rostro con ambas manos, repitiendome una y otra vez que Cedric estaría bien.

—Es entendible, Hazel, pero estás exagerando.

Niego —No lo entenderías, no quiero que nada malo le pase.

Entonces se escucha el viento otra vez y Cedric entra por la puerta principal, haciéndome sentir tan ligera como una pluma. Me levanto y sonrío.

—Todo esta bien— anuncia —Ollivander se instaló, los señores Weasley les mandan saludos, Ginny les envía todo su amor, Fred y George están sacando a Muriel de sus casillas, siguen con su negocio de pedidos mediante búhos en el cuarto trasero y Fleur recibió tu collar, era de tía Muriel así que está feliz de tenerlo otra vez junto a su tiara.

Rió —Definitivamente es algo que los gemelos harían.

Él asiente, sentándose junto a mi para empezar a comer junto a los demás.

—Mi padre esta haciendo una tiara— dijo con voz aguda Luna. Agite mi varita de modo que todos los platos que estaban vacíos ya se levantaron y fueron hasta la cocina —Bueno, más bien una corona, en realidad.

—¿Es una recreación o algo nuevo?— pregunta Cedric.

—Sí, está tratando de recrear la diadema perdida de Ravenclaw. Cree que ya ha identificado la mayoría de los elementos fundamentales. Añadir las alas billywig realmente fue un avance.

Le sonreí, pero mis movimientos se detuvieron cuando se escuchó una clara explosión en la puerta. Por inercia sostuve mi varita con más fuerza de la necesaria, aferrándome a la idea de no esconderme bajo la mesa y cubrir mis oídos.

Cedric se levantó seguido de mi, empuñando la varita cuando Ron, Hermione, Milan, Harry y Eugene imitaron su acción, apuntando directamente a la puerta. Tome a Luna y a Dean de los brazos, escondiendolos detrás de mi para después tomar la varita de la mesa.

—¿Quién es?— cuestionó Cedric.

—Soy yo, ¡Remus John Lupin!— dijo una voz sobre el aullante viento. Sin embargo, nadie le abrió y él entendió la razón —Soy un hombre lobo, casado con Nymphadora Tonks, y ustedes, los guardianes secretos de la  casa, me dijeron la dirección y me ordenaron venir en caso de emergencia.

Cedric guardo su varita y le abrió la puerta, relajandonos a todos. Lupin cayó sobre el umbral, pálido, abrigado con una capa de viaje, su pelo grisáceo azotado por el viento. Se enderezó, miró alrededor del cuarto, asegurandose de quien estaba allí, luego gritó fuerte, —¡Es un niño!

Todos nos quedamos estáticos unos momentos, justo cuando reaccionamos.

—¡Lo hemos  llamado Ted, por el padre de Dora!— añadió.

Chillé de felicidad —¿Tonks ya tuvo a su bebé? ¿Tan rápido?

—Sí, sí, ¡tuvo el bebé!— gritó Lupin.

Fue como un aligero a la habitación, todos felicitamos a Lupin, pidiéndole respuestas a diferentes preguntas al respecto.

—Sí... sí... un niño— finalizó Lupin, como si acabase de correr un maratón. Camino por la sala y abrazo a Harry —¿Serás su padrino?

Todos miramos a Harry.

—Y...¿yo?— tartamudeó el pobre chico.

—Tu, sí, claro... Dora esta de acuerdo, quién mejor.

—Yo... sí... Dios...

Todos reímos y felicitamos una vez mas a Lupin, mientras Cedric volvía de la cocina con una botella nueva de vino.

—Hay que celebrar, ¿No creen?— justificó, haciéndome reír.

Remus negó —Ah, no, no puedo.

—Vamos, solo un trago para brindar— pedí, pasando los vasos con el vino a cada presente.

—No puedo quedarme más, debo volver— dijo Lupin, sonriendo radiante.

Sin embargo, cuando le entregué el vaso termino aceptando. Todos nos paramos, formamos un círculo y levantamos nuestros vasos llenos de vino.

—Por Teddy Remus Lupin— brindó Lupin, —¡un gran mago en camino!

Chocamos nuestras copas, bebimos una y otra vez sin cansarnos, y  hablamos sobre la nueva noticia.

—¿Cómo se ve?— inquirí a Remus.

—Creo que como Dora, pero ella piensa que es como yo. Poco pelo. Parecía negro cuando nació, pero juro que cambió a jengibre una hora después. Probablemente esté rubio cuando vuelva. Andrómeda dijo que el cabello de Tonks había comenzado a cambiar el día en que nació— bebió lo último, aceptando otro trago —Oh, venga entonces, solo una más.

Una nueva noticia, eso era lo que sentía ahora mismo. Felicidad y mucho vino en mi sistema, no puedo dejar de imaginarme la vida de Tonks y Lupin ahora, tendrán que aprender demasiadas cosas con la llegada de su nuevo hijo y por supuesto, Milan estará para ser una buena niñera o al menos eso dijo, lo cual ocasionó carcajadas entre los presentes.

—Es una buena noticia— le digo a Cedric, recargando mi cabeza sobre su pecho.

—Estas llena de vino— dice con obviedad —No debiste haber tomado tanto.

Encogí mis hombros —Bebo cuando estoy feliz, así que estoy feliz con esto.

Asiente, Remus se ha ido hace un par de horas de vuelta a casa con su esposa e hijo, todos los demás estamos por ir a la cama ya. Así que, en mi habitación compartida con Cedric, no podía dejar de pensar en que todos tenían un futuro menos nosotros. ¿Por qué? Nunca lo planeamos, al menos no después de que regrese, porque creí que moriría así que decidí no volver a planear más lo del día siguiente, pero ahora quiero volver a hacerlo, no quiero esperar a que pasen cinco años aquí o a qué por un milagro todo esto se termine, solo quiero ser la esposa de Cedric.

—Deberíamos casarnos— le menciono, mirando el techo.

Cedric me mira a mi atónito —¿Qué?

Encogí mis hombros —Creo que deberíamos casarnos, no esperar.

—Creí que querías esperar.

—Sí, pero quién sabe si seguiremos vivos para mañana así que— le tomo de ambas mejillas —Quiero ser tu esposa, quiero que tengamos un futuro como nosotros lo queremos y no como ellos esperan que sea: lleno de miedo, desesperanza y ansiedad.

—¿Quieres que sea tu esposo?— inquiere.

Asentí —Por supuesto, deseo que seas mi esposo.

Sonríe, besando de manera cálida mis labios, de modo que sellamos un compromiso de bodas aquí mismo. Aunque nada entre nosotros ha sido perfecto, para mí esto lo es.

AL DÍA SIGUIENTE, Cedric y yo decidimos guardar la sorpresa hasta que tengamos un anillo aunque prácticamente ya es muy oficial así que, por la mañana, sale temprano en busca del anillo de su madre que espera en casa de sus padres.

Hermione y yo caminamos de una habitación a otra junto a Dean y Luna con cestos en nuestros brazos, recogiendo por equipos. Luna y Dean: ropa sucia, Hermione y yo: basura.

Así que, nosotras empezamos por las habitaciones de abajo y Dean junto a Luna las de arriba. Cierro la puerta del armario cuando Hermione se agacha para recoger la basura del pasillo y me detengo cuando algo se asoma desde el bolsillo de su pantalón.

—¿Por qué tienes la varita de Bellatrix.— inquirí, quedándome quieta en mi lugar.

Hermione miro su bolso, bajando su camiseta de inmediato para esconder lo que ya había visto.

—¿La que?

—La varita de Bellatrix Lestrange, la reconocería en cualquier lado— respondo.

Hermione busca una manera de justificarse pero es demasiado tarde porque ya he visto todo.

—La robamos con un par de varitas más cuando regresamos de la mansión de los Malfoy— admite —Pero como no he encontrado mi varita, creo que debería usar está mientras.

Niego, bajando la mirada —Creo que deberías tirarla al mar, esa cosa torturó a muchas personas.

—Sí, sé que a ti también.

—Y por eso deberías triturarla o enterrarla.

—Lo haré, Hazel, lo prometo, pero por ahora la necesitamos más de lo que imaginas— forma una pequeña mueca en sus labios —La mantendré alejada de ti.

—No es tanto por mi, mantenla alejada de los demás, es muy peligrosa, es como una parte de ella— murmuro, soltando un suspiro para tranquilizarme —Bien, me conformo con que la escondas de todos.

—Lo haré.

—¿La conservas porque planean algo o porque se ve espantosa?— inquiri, yendo a la siguiente habitación.

—Planeamos algo, bueno, ya tenemos algo.

La miro —¿Y bien?

Hermione se detiene —Nos iremos mañana, no se molesten en acompañarnos al partir, nos iremos muy temprano por la mañana.

Mi ceño se aligera —¿Todos?

—Sí, Milan, Harry, Ron y yo— asiente.

—De acuerdo, entonces les daré algo para comer estos días, así no pasarán hambre si tardan en volver.

Ella me agradece en voz baja y yo le digo que no es nada, pues es lo menos que puedo hacer por ellos.

POR LA TARDE DEL DÍA SIGUIENTE, veo que entre los galeones que descansan sobre la mesa de la cocina empiezan a moverse de manera descontrolada, haciéndome fruncir el ceño.

Estoy acercándome para confirmar que no sea mi imaginación cuando Cedric me toma de la cintura y me da un par de vueltas hasta quedar frente a el.

—¡Cedric! Espera, creo que vi algo— le digo.

Él niega —Sea lo que sea puede esperar unos momentos.

Me detengo de golpe —¿Por qué?

Cedric sonríe, entonces de su bolsillo saca una caja plateada y la abre, mostrando una serie de joyas en ilera alrededor del anillo, que brillan en un dorado anillo pequeño.

—Mi mamá dijo que le dejo de quedar cuando cumplió treinta— menciona el chico, haciéndome reír un poco —Pero...— tomo mi mano —Que seguro en tu pequeña mano sí entraría.

Con cuidado coloca el anillo en mi dedo, haciéndome sonreír en todo momento.

—¿Entonces es oficial?— inquiero y él asiente.

—Sí, oficialmente soy tu prometido— sonríe.

Le tomo de ambas mejillas, dejando un cálido beso sobre sus labios, uno que dura bastante y que al finalizar nos hace tan felices a ambos. Recargo mi frente contra la suya, cerrando un momento mis ojos.

Me separó de el luego de unos momentos, sonriéndole de lado a lado cuando escucho una vez mas esos galeones.

—Cedric, ¿Tu dejaste estos galeones por aquí?— inquiero al chico.

Ambos nos volvemos a la mesa y el niega —No, son los galeones del Ejército de Dumbledore, los chicos quisieron dejarlos aquí por si había noticias.

Me detengo al leer lo escrito: «el relámpago ha aterrizado, nos vemos en Hogwarts ¡Lleguen tan pronto como puedan!» leo, mirando a Cedric.

—¿Y tú qué opinas?— me pregunta.

Titubeo unos momentos —Creo que deberíamos terminar de una vez con una parte de esto.




















━━━━ ⋆ AUTHOR'S NOTE: ¿Ya tienen sus pañuelos? Si no aquí les vendo 🧻🧻

El siguiente capítulo es sobre la guerra so, agarrense que hasta yo me voy a desconocer... Bai, recuerden votar y comentar <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro