chapter seventeen. the fall of rita sketeer
𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍
꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 17 .˚ׅ🦋 ຊ ҂
❝ the fall of rita sketeer ❞
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HABÍA MAGOS Y BRUJAS por todos lados, todo se movía demasiado rápido puesto a que el ministro corría de un lado a otro, de Dumbledore y Cedric al profesor Snape y a Moody.
—Cedric...— susurré mientras empujaba a los estudiantes de Beauxbatons.
Dumbledore ayudaba a Cedric a ponerse de pie junto a sus padres, quienes ya estaban auxiliandolo mientras este rebuscada entre todos los alumnos y profesores hasta mirarme a mi.
Me permanecí entre toda la multitud frente a él y le mire con tanta preocupación que se quedaba corta a lo que realmente estaba sintiendo.
Avance, haciendo que el director se alejará un poco para mirarlo y analizar que no hubiera heridas demasiado graves.
Estaba tan asustada que las lagrimas se juntaban en mis ojos.
—La copa...— comenzó girandose al director —Nos dejo en un cementerio... y Voldemort estaba allí...-
Mi ceño se aligero y el de el profesor también, Cedric susurraba aquello hacía él tan bajo que solo sus padres, Dumbledore y yo pudimos escucharlo.
Estos estaban atónitos, igual yo.
—¿Y Harry? ¿Diggory, donde esta Harry?— inquirió el director.
Era obvio que estaría preocupado, todos lo estábamos.
—Él...-
—¿Está muerto?— le preguntó su padre en voz baja.
El negó, seguía atareado —No es eso, ¿Verdad?— le inquirió su mamá.
Formé una línea con mis labios cuando él volvió a negar —Sigue en el cementerio, no me ha dejado ayudarle... él... él...-
Comenzaba a tartamudear sobre todo lo que decía, siendo suficiente para que el director asintiera rendido.
—Hay que llevarlo a la enfermería lo más rápido posible— informó Dumbledore hacia mi.
Asentí entendiendo —Yo lo llevo.
—Pomfrey los atenderá, me quedaré a hablar con los señores Diggory— se giró a los mencionados.
Amos Diggory y su esposa me observaron avanzar con su hijo, del cual coloqué su brazo sobre mis hombros mientras les sonreía a ambos.
—Yo lo cuido— aseguré y ellos asintieron, devolviendome aquella sonrisa.
Una vez dentro de la enfermería, Cedric se sentó sobre le camastro una vez ya más tranquilo mientras que Pomfrey se alejaba con todos esos artefactos y recorrió la cortina detrás suyo, dejándonos solos.
Tomé la mano de Cedric con preocupación clara en mi rostro, pues tenía la mirada perdida, tenía heridas en rostro y cuello, y respiraba a duras penas.
—Hey...— llamé tratando de hacerlo mirarme —Dumbledore se hará cargo y traerá a Harry devuelta.
Asintió sorbiendo su nariz —Él volvió, Hazel.
—¿Quién?— pregunté tragando en seco.
—Quién-tu-sabes— afirmó —Lo vi.
Me mantuve en silencio, mi ceño se aligero mientras dejaba de mirarlo para ahora hacerlo en otro lado.
—¿Tú me crees, no? Hazel, ¿Me crees?— cuestionó rápidamente.
La desesperación en su voz era difícil de explicar, temblaba y se quejaba apesar de querer seguir hablando.
Le asentí —Por supuesto, siempre te voy a creer, ¿Se llevo a Harry?
Negó —Lo último que escuché es que quería a Harry para algo, algo que lo haría más fuerte... no pude evitarlo, Harry me regreso antes de que pudiera ayudarlo.
—Él se sabe cuidar solo, Cedric, estará bien y con el ministerio y Dumbledore buscándolo lo estará más.
Asintió levemente, sorprendiéndome totalmente cuando sorbio su nariz y una lagrima bajo hasta su mejilla.
Jamás lo había visto asi y jamás pensé que lo vería, Cedric es una chico fuerte y valiente y verlo tan destrozado me partía el corazón totalmente.
Trague en seco, levantándome de la silla para abrazarlo, mientras se aferraba a mi cintura en sollozos leves, suspiré dejándo pequeñas caricias sobre su cabello y dejando simplemente que se desahogara.
Al escuchar que solo sollozaba leve, me dirigí de nuevo a él, terminando de limpiar las lágrimas que aún salían hasta sus mejillas.
—L-Lo único que pensé cuando tomé la copa fue en lo orgullosa que estarías d-de mi— tartamudeo debido al hipo que salia de él.
Mi ceño se aligero y mi corazón dio un brinco, las palabras de Cedric, todo en él en general era increíblemente tierno y lindo.
—Lo estoy— aseguré con una sonrisa —No tienes idea de lo orgullosa que estoy de ti, Cedric.
Su rostro se iluminó rápidamente, mientras me observaba con rapidez.
—¿Lo estás?— se preguntó.
Asentí obvia —Soy la novia más orgullosa de todo el mundo mágico.
Mis palabras resonaron mejor en voz alta, pues el tiempo de procesarlas no se me dio.
—¿Novia?— se preguntó sonriendo de lado.
—Si, tu me lo pediste, ¿Recuerdas? ¿O quieres que cancelemos eso?
Negó de inmediato —No, no, así está bien, novia.
Reí ligeramente —Está bien, novio, todo va a estar bien.
Que Merlín me escuche.
—HAZEL... HAZEL... Hazel...— la voz lejana de Harry comenzaba a despertarme.
Pero simplemente no obedecí y solo me removi —Shh...-
—Hazel... Hazel.... Hazel...-
—¿Quién es?— inquirí con los ojos aún cerrados.
—Uh, ¿Harry?
Fruncí mi ceño —¿Harry quién?
—¿Harry Potter?
—Haz una cita con mi secretario— me giré.
—¿Qué? Hazel... Hazel... no te duermas otra vez.
—Muy tarde— suspiré.
—Necesito hablar con Cedric.
—No soy Cedric— señalé entre sueños.
No dijo nada, pero siguió tocando mi hombro con desesperación, hasta finalmente hacer que mi sueño se fuera por todas esas nubes perfectamente esponjosas.
—¿Qué pasa, Harry?— inquiri, peinando mi cabello hacia atrás.
—¿Sabes dónde están los padres de Cedric?— se preguntó.
Parpadee un par de veces hasta recuperar mi visión completamente, pues llevaba toda la noche en esta incomoda silla junto a Cedric.
Había caído dormido, había llorado hasta dormir y yo me había quedado junto a él hasta que ambos nos quedamos dormidos en la enfermería.
Luego, durante la mañana, cuando supimos que habían logrado traer devuelta a Harry, Dumbledore habló con los padres de Cedric y entonces pude volver a dormir.
—Están hablando con la profesora Sprout, es la jefa de la casa de Cedric.
Recordé la corta conversación entre sueños de mi y los señores Diggory.
—Uh, bueno, supongo que volveré más tarde— retrocedió.
—Puedes hablar conmigo— el llamado de Cedric me hizo girarme.
Me levanté en cuanto pude para mirarlo —Ced, ¿Cómo te sientes?
Asintió, siguiendome con la mirada —Mejor ahora que estas aquí.
Sonreí —No me fui.
—Gracias por eso— sonrió.
Me giré a Harry esta vez —Bueno, los dejare solos para que hablen, ¿Vale?
Cedric tomó mi mano antes de irme y entonces le sonreí una última vez antes de salir de la enfermería.
—¡Desayuno gratis!— Eugene se acercó junto a Cho y Finn.
—Tendrá que ser más tarde, Harry esta hablando con Cedric ahora— señalé —Pero yo no, así que si quiero desayuno gratis.
Tomé una de las fresas que Eugene llevaba en el coctel de frutas que por cierto, se veía delicioso.
—No es para ti— señaló de inmediato —Es para Cedric, ¡No te comas las fresas!
Le saque la lengua mientras los demás reían.
—¿Cómo está?— inquirió Finn.
Suspiré —Cansado, adolorido y muy herido, Madame Pomfrey dice que se repondrá y que lo dejara salir hoy.
—Durmió desde que llegó, ¿Cierto?
Asenti —Si... ¿Cómo está todo fuera de aquí?
Los tres se miraron entre sí, haciéndome fruncir el ceño ya que, no había salido de la enfermería desde que Cedric llegó anoche así que no había hablado con nadie más que con él y sus padres.
Dumbledore vino a hablar con nosotros durante la madrugada pero realmente estaba más dormida que despierta como para recordar algo de lo que dijo.
—Quien-tu-sabes asesino a Viktor Krum— soltó Finn sin rodeos.
Mi ceño se aligero entonces, creyendo que sería una broma, por menos creíble que fuera.
—¿Qué?— susurré.
Eugene asintió —Al parecer hubo... problemas y Harry apenas pudo salir con vida pero Krum... él no.
—Oh... eso es... terrible— formé una mueca —¿Y qué dicen los demás?
—Algunos le creen a Harry, otros no, falta que Cedric de su versión— Cho formó una pequeña mueca.
Finn asintió —Habrá una ceremonia en el gran comedor de despedida para conmemorarlo, todos deben estar ahí.
—Bueno, no se si Cedric...-
—Tiene que ir— interrumpió Eugene —Si él no va... sería un desastre, Hazel.
Fruncí mi ceño —¿Tienes idea de lo que ha pasado como para entrar al Comedor y que todos lo vean?
Ni siquiera me di cuenta de cuando estaba casi gritando en el pasillo.
—Debemos dejar que el decida, ¿Vale?— dijo Cho.
Asentí de acuerdo, ella tenía razón, debíamos dejar que él decidiera por su propia cuenta.
LAS SIGUIENTES SEMANAS fueron realmente muy difíciles para Cedric, apenas salía de la sala común así que apenas lo veía. Iba a comer cuando había poca gente, al igual que el desayuno, teníamos una hora exacta para vernos y comer juntos, después de clases íbamos hasta la torre de astronomía y leíamos juntos.
Está era la última semana ya por lo que la ceremonia estaba cada vez más cerca y aún no sabía si Cedric iría o no.
—Está tiene sabor de helado de fresa— informó Cedric, mientras masticaba una grajea.
Le sonreí —Es tu sabor de helado favorito, que suertudo.
Asintió tomando otra grajea, mientras el día caluroso de Junio estaba por casi terminar, desde la torre de Astronomía podía ver pocas nubes, dándole oportunidad al sol de pegar en todo su esplendor.
—¡Agh, odio el sol!— exclamé, formando una mueca.
Ced me miró y luego al clima —Si, nos vamos a incendiar aquí arriba.
Reí ligeramente mientras me removia hasta la sombra.
—Mucho mejor— suspiré volviendo la mirada al libro.
—Lonnie disfruta el sol, mírala— señaló Cedric a la pequeña planta carnívora.
—Ella ama el sol, odia el frío, nadie la entiende— negué en desaprobación.
—¡Hey! No le digas eso, no la escuches, Lonnie.
—¿Le estás hablando a mi planta?— pregunté incrédula y con una sonrisa en mis labios.
—No es solo una planta, es un ser vivo.
Arquee ambas cejas —Que sentimental eres.
—Disculpate con Lonnie— pidió —Mírala, la hiciste sentir mal.
Eso me hizo soltar una carcajada pero a Cedric no le parecía gracioso o bueno, sí, pero evitaba reírse para parecer serio.
—Vale, lo siento si te hice sentir mal, Lonnie— acaricié su hoja.
—Dice que te perdona— él aprovechó aquella acción para tomar mi mano y besar mis nudillos.
Colocó mi mano sobre su mejilla rojiza mientras sonreía, jalandome al mismo tiempo para quedar más cerca de él.
—También dice que me des atención— formó una pequeña mueca.
—Bien, ya que se acabaron mis TIMOS y pasé todos mis exámenes y tu también ahora si pondré mi atención en ti— sonreí.
—¡Yei!— festejó, dejando un calido beso sobre mis labios —Uh, hablaré con mis padres para que puedas pasar algunos días con nosotros, ¿Qué opinas?
Encogí mis hombros —No lo sé, Ced, no quiero dejar a Neville y a mi abuela solos, apenas regresé y además ella es muy estrica, ni siquiera sabe que ahora salimos.
Frunció su ceño —¿No lo sabe?
Negué —No sé cómo se lo vaya a tomar.
Volvió a tomar mi mano, juntandola con la suya sobre su mentón.
—Bueno, entonces iré a tu casa en las vacaciones, ¿Qué te parece?
—Primero hablaré con mi abuela y después te aviso por una carta que ha dicho.
Asintió —Acepto.
—Ced— llamé y él me observo con atención —¿Ya pensaste en la ceremonia de despedida?
Titubeo un poco y su ceño se aligero, odiaba tener que recordarle estas cosas y arruinar el momento.
—No tienes que decírmelo— añadí rápidamente.
Él negó —No, está bien— asintió —Iré.
—¿Estas seguro? Porque no es obligatorio, si quieres puedo quedarme contigo y faltar también.
Volvió a negar —Te meterías en problemas y es lo que menos quiero así que esta bien, iremos.
Asentí levemente —Bien, iremos.
EN EL GRAN COMEDOR había la decoración que incluso cuando llegue me recibió, esta vez había algo muy diferente a la que había visto antes.
Esta consistía en colgadores negras en la pared de detrás de la mesa de los profesores, dándome a entender que eran por Krum.
Aun no asimilaba la noticia, ni esa ni que quién-tu-sabes había regresado.
—Arme un club— mencionó Eugene al sentarse frente a mi.
—¿Sobre qué?— inquirió Cho con curiosidad.
—Sobre quiénes le creemos a Harry y Cedric.
Fruncí mi ceño —¿Desde cuándo defiendes a Harry?
Encogió sus hombros —Bueno, eso no importa, el tema es que arme un club.
—¿Un club? Me interesa— añadí.
—Bueno, es sobre ya saben, y lo mejor es que en este club solo estamos ustedes dos, Finn, Fleur y yo— se señaló a sí mismo.
Asentí y Cho también —¿Eso es todo?— se preguntó ella.
Eugene asintió —¡Claro! Ah, pero ahí no termina porque pronto habrá más integrantes pero eso es sorpresa.
Sonreí —Solo a Eugene se le ocurriría armar un club sobre un tema serio.
—Es mi modo de sobrellevsr las cosas, ¿Ustedes creen que ya digeri que Vo... que quien-ustedes-saben ha regresado?
Negué —No, ni yo lo he terminado de digerir.
—¿Ves? No me juzgues.
Nuestra pequeña conversación se vio interrumpida cuando Dumbledore se levantó de su asiento y se encamino frente a todos los estudiantes.
—El fin de otro curso— comenzó —Son muchas las cosas que quisiera decirles está noche, pero quiero antes que nada lamentar la perdida de una gran persona a que debería estar aqui ahora... disfrutando la compañía de sus grandes amigos, de las personas que lo rodeaban. Ahora, quiero pedirles, por favor, a todos, que se levanten y levanten sus copas para brindar por el campeón de Quidditch: Viktor Krum.
Así fue, me levanté de mi asiento y alcé la copa tanto como pude, hubo un silencio sepulcral sobre el comedor.
—Por Viktor Krum.
Fijé la mirada en Cedric, sobre la mesa de Hufflepuff, asintiendo y sonriéndole para transmitirle toda la felicidad posible aunque sabía que era difícil.
—Bueno...— mencionó cuando todos volvieron a sus asientos —Viktor Krum fue asesinado por Lord Voldemort.
Mi ceño se aligero y mi atención se la llevo Dumbledore, mi piel palidecio al escucharlo decir aquello.
—El Ministerio de Magia— añadió —No quería que se los dijera. Es posible que alguno de sus padres se horroricen de que lo haya hecho, ya sea porque opinen que no se debe contar estas cosas a gente tan joven, pero yo opino que la verdad es siempre preferible a las mentiras, y que cualquier intento de hacer pasar la muerte del joven Krum por un accidente, o por resultado de un grave error suyo, constituye un insulto a su memoria.
Recargue mi mejilla sobre la palma de mi mano, mientras Eugene tragaba en seco frente a mi.
—Hay alguien más que debo mencionar en relación con la muerte de Krum— continuó —Me refiero, claro está, a Harry Potter y... al joven Cedric Diggory.
Mire a ambos mencionados, Cedric se removió en su lugar con timidez.
—Ambos lograron escapar de Voldemort; ambos se arriesgaron para regresar a Hogwarts, mostraron, en todo punto el tipo de valor que muy pocos han demostrado para enfrentarse a voldemort.
Hubo algunos murmullos en la mesa de Ravenclaw y unas cuantas miradas que decidí ignorar.
—El propósito del torneo de los Tres Magos fue el de promover el buen entendimiento entre la comunidad mágica, en vista de lo ocurrido, del retorno de Lord Voldemort, tales lazos parecen ahora más importantes que nunca...-
Dumbledore paso su mirada desde la mesa de Beauxbatons hasta la de Durmstrang y luego a la de las cuatro casas.
—Todos nuestros invitados han de saber que serán bienvenidos en cualquier momento en que quieran volver. Les repito a todos que, ante el retorno de Lord Voldemort, seremos más fuertes cuanto más unidos estemos, y más débiles cuanto más divididos.
Después de aquel discurso, todos volvieron a sus lugares correspondientes y a la hora de salir, todos lo hacían para partir a sus casas luego de aquella larga cena, iba tomada de la mano de Cedric, quien parecía estar más triste que el resto.
Nos dirigimos hasta los carruajes que nos llevaría hasta la estación, entonces un grupo de Hufflepuff pasaron de largo a Cedric y a mi, pues la mayoría ni siquiera le creía, ni a él ni a Harry.
—En algún momento te van a creer— animé, sacandole una sonrisa de lado.
—Espero que sí.
—Es todo, terminamos— Eugene se acercó a nosotros.
La mochila que intentaba poner sobre el carruaje casi se cae encima de mi, de no haber sido por Cedric me parto la cara.
—¿Qué?— inquirí al chico.
—Fleur y yo— señaló obvio —Hemos terminado.
Miré a Cedric y él a mi, haciéndome mirar también a Cho, aunque ella estaba muy ocupada hablando con Finn.
—¿Por qué?— le preguntó Cedric.
Él encogió los hombros —A nadie le gusta una relación a distancia, ¿O si? No lo sé.
—¿P-Pero ambos estuvieron de acuerdo?— balbucee.
La verdad veía muchas esperanzas en su relación.
Eugene asintió —Si, estuvimos muy de acuerdo, creo que tiene razón, este año fue muy lindo y jamás lo olvidare, ni a ella.
Formé un puchero —Te han roto el corazón.
Negó —¡Pff! Estoy bien, no se preocupen...— suspiró —¿Nos vamos?
Mire tan desconcertada a Cedric, quien también se lo había tomado extrañamente bien, pues esperábamos lágrimas o algo así pero fue todo lo contrario.
Eugene se había tomado bien la ruptura con Fleur y eso estaba bien... supongo.
—¡Ah, Hazel, tienes un insecto!— Eugene gritó.
Me asuste demasiado, mucho más por su grito e incluso por las miradas de Cho, Finn y Cedric.
—¿Dónde?— pedí saber.
Cedric se acercó a mí y lanzó al bicho... o más bien, al escarabajo lejos de mi cabello.
—¡No dejes que se vaya!— exclamé y Cedric frunció su ceño.
—¿Qué?
—¿Qué cosas dices, mujer?— cuestionó Eugene —No te puedes quedar con ese feo escarabajo.
Sin embargo, logré capturarlo con mis manos, metiendolo rápidamente en el frasco que Hermione me había entregado.
—Esa cosa no va a ir con nosotros— informó Eugene.
Sonreí —Pues, a tu mala suerte me sentaré a lado tuyo.
Él negó, mientras Cedric me ayudaba a subir al carruaje y me sentaba en medio de él y Eugene, a quien le restregue en la cara aquél bicho.
—Me vas agradecer despues— aseguré con una sonrisa.
—No puedo creer que en serio lo trajeras.
Finn tomó el frasco, analizándolo cuidadosamente sin darme cuenta.
Frunció su ceño —¿Esos son... anteojos?
Negué quitandoselo —No se de qué hablas.
EL PEQUEÑO INSECTO sobre aquel frasco revoloteaba impaciente por salir, inútilmente ya que no había escapatoria para el insecto.
Dentro del frasco había ramitas, hojas y el pequeño y gordo escarabajo.
Me detuve de golpe al notarlo —¿Qué haces? ¡No levantes sospechas!
Escuche como soltó un chillido pero no le puse atención ya que había abierto la puerta del compartimiento, donde estaba Ron, Hermione, Harry y Milan.
—Aquí esta— le entregue a Hermione el frasco.
—Uhm, me la imaginaba más fea— admitió y ambas reímos.
—Aquí esta— entrego a hermione el frasco, el cual analizó.
—Uhm, me la imaginaba más fea— admitio ella y ambas nos reímos.
—¿Es su nueva mascota?— inquirió Ron.
—Uh…trajeron una pequeño animalito. No sabía que adoptaron una mascota.— Milan tomo el frasco de las manos de hermione.
Coloque la mirada en el diario El Profeta que harry sostenía en sus manos.
—No te preocupes por Rita, Harry— pedí —Dudo que escriba cosas estas semanas.
Milan frunció su ceño — ¿Porque dices eso? ¿Le paso algo? ¿Le hicieron algo?
—¿De que hablas?— inquirió Ron.
Mire a Hermione y ella a mi —Bueno, digamos que hemos averiguado cómo se las arregla para escuchar conversaciones privadas cuando tiene prohibida la entrada a los terrenos del colegio— explicó hermione.
—¿Cómo lo hacía?— se preguntó Harry.
Simplemente deje que Hermione les explicara mientras notaba como Milan sacaba plumones de su bolsa.
—Bueno, en realidad fue Hazel la que me dio la idea— concluyo ella —Con lo del tema de animagos.
Asentí con una sonrisa —Así es.
—Eso fue muy inteligente, eso explica porque Hermione salió volando a la biblioteca aquel día— dijo Milan —Ahora esta encerrada sin poder hacer nada… uhm… aún no puedo creer que ella sea este escarabajo. Si es ella …¿verdad?
—Sí, ella sí— aseguré.
—No puede ser, nos están tomando el pelo— Ron formó una mueca.
Negué —No, es en serio, Ron, lo he tomado cuando estaba en los carruajes con Cedric y los demás, si lo miran de cerca verán sus espantosas gafas.
Harry tomó el frasco de la mano de milan, rozando levemente sus manos, lo cual me hizo sonreír, mientras Harry analizaba también el frasco, aligerando su expresión al darse cuenta que era real.
—Bueno, es todo tuyo, Hermione, ahora es tu decisión qué hacer con ella— me levante.
Ella asintió —Fue un gusto hacer planes contigo.
Me acerque a la puerta corrediza —Sí y avísame por cartas qué harás con ella, ¿Vale? O si necesitas ideas también.
—Lo hare, lo prometo.
Se despidió con ademán a todos los del vagon —Felices vacaciones, chicos.
Ellos respondieron en unisonido y entonces me di la oportunidad de regresar a nuestro compartimiento, donde me senté junto a Cedric.
—¿Ya te deshiciste de esa bestia?— preguntó Eugene.
Entonces lo tomé del brazo y lo jale lejos de los demas, haciendo que Cedric nos mirase desconcertado y con una ceja alzada.
—Era Rita sketeer— solté una vez que estuvimos lejos.
Él frunció su ceño —Explícate.
Sonreí —Ese bicho gordo y con lentes era Rita, la atrape junto a Hermione Granger y ahora ella lo tiene así que no te preocupes que ahora no le escribirá nada a tus padres.
Hubo unos minutos de silencio en los que Eugene solo se encargaba de mirarme mientras procesaba la noticia.
—¿Se te congeló el cerebro o qué?— me pregunté cruzándome de brazos.
—Uh— negó —Es que no puedo creer que sea libre de esa mujer... yo solo... esperaba este día desde hace mucho.
Suspiré —Pues ahora lo eres, ¿Qué vas a hacer primero?
Se encogió de hombros —No tengo ni la menor idea, supongo que lo iré descubriendo.
Asentí —Ya— me giré para volver con los demás —Y, de nada.
—Hazel, eres la mejor persona que he conocido, te quiero más que ayer— sonrió mientras me seguía.
Rodé los ojos mientras asentía —Lo sé.
Durante el resto del camino, en realidad había sido más corto de lo que imaginaba, puesto a que nos habíamos pasado todo el camino hablando de cualquier cosa que se nos ocurrió.
Al llegar a la estación nueve y tres cuartos, nos fuimos bajando uno por uno mientras nos despediamos.
Cho se fue con su mamá a los pocos segundos de pisar el concreto, Finn hizo lo mismo, luego Eugene desapareció de un momento a otro sin darnos cuenta y cuando menos lo esperaba, Cedric y yo fuimos separados por la multitud de alumnos y padres magos.
Solo pude despedirme de él con un ademán mientras me giraba a Neville y le entregaba a Trevor.
—Lo volviste a dejar— mencioné con una sonrisa.
Él me observo unos segundos y tomó al sapito entre sus manos.
—Gracias.
La abuela ya nos esperaba a unos pocos metros de nosotros así que nos dirigimos hasta ella.
—¡Abuela!— saludé con un ademán.
—Vaya, ya era hora— dijo ella.
—¿Me extrañaste?— le pregunté con ironía.
Reí ligeramente cuando ella rodó los ojos y se dio vuelta para caminar, siguiendo sus pasos junto a Neville.
El sonido del tren y los alumnos yéndose me hacían recordar en como el tiempo se había ido tan rápido como cuando llegue y la verdad era que este año, fuera de lo malo, fue realmente entretenido y que conocí a personas que ni en mil vidas creí que conocería.
Estaba tan emocionada por el siguiente y mi penúltimo año en Hogwarts, aunque debía admitir que graduarme me asustaba demasiado y pensar que tendría que trabajar de algo me agobiaba demasiado, además de los resultados de los TIMOS, los cuales rebelarian si era digna de ser aurora como mi padre lo había sido.
Solo no podía esperar a que eso pasara y hacerlo sentir orgulloso.
━━━━ AUTHOR'S NOTE:
FINNN
No se crean, fin del volumen 1 ¿Qué les pareció? ¿Y que otras cosas les gustaría que añadiera al fic? :)
Espero lo disfrutarán y no se preocupen que habrá más de Cedric y Hazel <3
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