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chapter nineteen. hogwarts

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍
꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 19 .˚ׅ🦋 ຊ ҂
❝ hogwarts ❞

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—LIBROS, UNIFORMES y... ¿Uno de ustedes practica quidditch?— inquirió Emma, mientras ella seguía revisando la lista.

Suspiré de cansancio, mis piernas dolían de caminar tanto en el callejón diagon a decir verdad, presentía que mañana no podría ni pararme.

—No— negó Neville por ambos.

—¡Uh, yo si!— Cho levantó su mano —Necesito una túnica nueva, ¿Me acompañas?

Ella me miró y yo miré a Emma, esperando una respuesta por parte de la adulta.

—Está bien— entrelazo su brazo con el de mi hermano —Nos vemos aquí en media hora, ¿Vale? No acepten nada de desconocidos.

Cho entrelazo su brazo con el mío y asentí —Lo prometemos.

Así, ambas caminamos entre todos los brujos y brujas que se encontraban caminando de un lado a otro. Ni siquiera pude mirar el nombre de la tienda cuando Cho ya había abierto la puerta y la campana anunció nuestra entrada al lugar.

—Le he enviado otra carta a Eugene— informó ella, mientras la vieja maga le hacía medidas.

Dejé de mirar la ventana para mirarla a ella —¿Te respondió?

Negó —No sé por que sigue sin responder, es demasiado extraño, otros años solía contestarme sin problemas y ahora parece como si... tuviera realmente esos problemas, ¿Se entiende?

—Sí— asentí —Supongo que esta demasiado ocupado.

—Tal vez lo esta— encogió sus hombros —Pero lo extraño, su humor, eso extraño.

—Si, yo también extraño sus chistes, ¿Crees que este comprando sus útiles en algún lado?— le inquirí.

—No lo se— negó —Deberíamos buscarlo, debe estarlo.

Sonreí, mientras asentía —Buena idea.

Después de las medidas y de una larga espera a decir verdad, finalmente Cho llevaba su túnica nueva y ahora ambas nos encargabamos de caminar otra vez.

—Aquí no esta— informó ella, luego de ver por la ventana de Olivander.

—Aquí tampoco— me crucé de brazos.

Mi mirada se la llevaron un grupo de hombres que iban vestidos totalmente de negro, mientras que en medio de ese grupo, una señora como de la edad de Emma caminaba con un vestido totalmente elegante y un peinado extravagante de una coleta con un moño de color negro también.

—Parecen...-

Negué —No lo digas— pedí —Lo sé.

—¿Mortifagos?— susurró.

—¡Cho!— regañe.

Ella negó —Lo siento.

Me giré de nuevo —No pueden ser.

Frunció su ceño —¿Por qué no?

Emma había hablado conmigo, finalmente habia descubierto aquello que trataba de decirme, dijo: las fuerzas contra Quien-tu-sabes sigue en pie, lo que podría significar que existe un club o algo así en contra de aquel mago tenebroso del cual nadie podía saber.

Ni siquiera yo.

—Porque Eugene esta ahí— señalé al castaño que iba con mirada perdida, el cual casi se tropezaba con una roca.

Ella rápidamente busco con la mirada, sonriendo ligeramente al ver al mencionado.

—Entonces no lo son— aseguró.

Asentí —¿Vamos a saludar?

Entrelazo su brazo con el mío, —Tenemos unos quince minutos antes de que sean los treinta que tu tía Emma dijo así que sí.

Ambas avanzamos, llegando mientras yo me escabullia entre tantas personas con Cho tomada de la mano.

Al abrir la puerta de la tienda y hacer escuchar nuestra entrada, nos dimos cuenta que habían más magos y brujas de los que imaginamos. El lugar estaba totalmente lleno y parecía una clase de bar o algo así.

—¿Qué haría Eugene en este lugar?— se preguntó ella, estando detrás de mi.

—Uh...— abrí mis ojos tanto como pude —No tengo idea.

—Es mejor si...-

Asentí de acuerdo —Me agrada esa idea.

Entonces cerré la puerta lo más rápido que pude y ambas salimos de ahí.

TRANSPORTABA MIS COSAS POR medio del carrito junto a Cho, mientras caminábamos con tranquilidad hasta el andén nueve y tres cuartos.

Estoy realmente emocionada por regresar al colegio y, fuera de las tareas y eso, deseaba ver a Eugene otra vez, a Cedric y a Milan.

—¿Entonces... qué opinas?— inquirió Emma, al acercarse sigilosamente hasta mi.

Le miré, —Ya lo descubrí, fue difícil pero soy ravenclaw así que me tomo una noche de insomnio.

—¿Saber qué?— se preguntó.

Le miré incrédula y ella a mi, de la misma manera, descubriendo que usaba lenguaje secreto.

—Uh, ya sabes, el grupo de personas que no debo conocer pero que ya sabía de ellos porque estoy ligeramente involucrada— respondí.

—¿Sabes quiénes están allá?

Asentí —Algo así, solo se que tu no sabes.

Sonrió —Exactamente, me alegro que supieras la verdad, necesitaba decírtelo y también decirte que nadie más que tu debe entender.

—Vale, si siguen hablando taka taka me iré con Neville y tu abuela— señaló Cho junto a mi.

Le sonreí —No te preocupes, ya dejamos de hablar de eso.

Mi tía Emma asintió de acuerdo, mientras se iba con Neville y la abuela, dejándonos a ambas a medio pasillo.

—Allí esta de nuevo— señalé frente a nosotras.

Cuando Cho y yo nos acercamos lo suficiente a aquel castaño que decía ser nuestro amigo, nos detuvimos a ciertos metros luego de ver la mueca que la señora Cowen nos estaba dando.

Mi ceño se frunció ligeramente, aquella mujer tenía el cabello castaño como el de Eugene, la nariz un poco respingada y llevaba puesto un largo y elegante vestido por debajo de su saco que parecía costar millones de galeones.

—Hola, Eugene— saludó Cho, luego de aclararse la garganta.

Le di una mirada de miedo a la señora Cowen —Buenos días, Eugene.

Junte mis dos manos frente a mi, mientras mi amigo me daba una mirada extraña y luego miro a su mamá, entendiendo todo a la perfección.

Le agradecí mentalmente cuando se despidió de su mamá.

—Yo sigo desde aquí, madre— le dijo —Gracias... por acompañarme.

Ella solo se limitó a darle un beso en la frente e irse de regreso con todos aquellos hombres esperándola a unos metros de nosotros.

—Tu mamá me da miedo— le dije.

Él rió —No hay nada de que preocuparse, solo... ha estado teniendo problemas.

—¡Maldito brujo bueno para nada!— Cho le dio un zape en la cabeza.

Al pobre casi se le salía la cabeza del cuello.

—¿Qué fue eso?— se preguntó asombrado.

—¡No contestaste ni una de nuestras cartas! ¡Creí que habías muerto, baboso!

Abrí mis ojos tanto como pude, mientras Eugene evitaba otro golpe por parte de la chica.

—¡Hey! No conteste porque no estaba en mi casa y las pocas cartas que me dio el elfo doméstico que sirve a mis padres apenas pude leerlas.

—¡Ese no es motivo, Eugene, estuve apunto de...!

—¡Oigan! ¿Y si mejor nos calmamos?— pedí, al ver que Neville, Emma y mi abuela llegaban apenas.

Cho le dio una mala mirada a Eugene, mientras él corría a esconderse detrás de mi.

—Solo sé que, mi mente esta más tranquila que nunca, pobres los de quinto año— Eugene dijo mientras caminábamos por la estación.

—No te sientas tan tranquilo que este año tendrás clases diferentes— pidió Cho, hablando entredientes.

—Y es tu penúltimo año— añadí.

—Nuestro, Hazel, nuestro.

Rodé los ojos dejando que pasara su brazo sobre mi hombro, abrazando tanto a Cho como a mí.

Era mejor si no decía nada pues, también era el último año de Cedric, último año en el cual podremos vernos todos los días, hacer la tarea juntos, vernos durante el almuerzo y dar paseos sobre los pasillos para hablar de cualquier cosa.

En pocas palabras, este año sería triste.

—Vale, parece que aquí nos vamos— informó Emma.

Le sonreí, aceptado su abrazo de inmediato, mientras ella acariciaba mi cabello.

—Cuídate, nos vemos en navidad y espero que traigas a tu noviecito para conocerlo y decirle que guardo una de esas cosas que usan los muggles para cortar madera— susurró en el abrazo.

Asentí —Tu también cuídate, en especial con eso de lo que tu sabes, es muy peligroso, Emma, sabes lo que... les paso a mamá y a papá.

—Lo tendré, lo primero— me apachurro más, haciéndome sonreír.

Cuando me separé de ella, abracé a la abuela también, sorprendiéndome totalmente al encontrar por primera vez está calidad al abrazarla.

—Nos vemos para navidad— dijo ella —Cuida a tu hermano.

Asentó —Si él me deja cuidarlo, lo haré con mi vida.

Neville hizo lo mismo, pero él se quedó hablando más tiempo con Emma y para cuando cruzamos la estación, se separó de nosotros en cuanto vio a Dean Thomas.

—Tierra llamando a Hazel— Eugene paso su mano sobre mi cara.

—¿Qué?

—Tu noviecito esta enfrente esperándote y tu llevas media hora ahí parada.

—Ah.

Los miré a ambos, —Ya, ve, ve.

Él me empujó y avancé con mis cosas, sonreí a Cedric en cuanto paso su brazo sobre mis hombros para darme un medio abrazo.

—¿Cómo estás?— beso mi frente —¿Hablaste con tu mamá como dijiste?

Le asentí avanzando, hasta adentrarnos al tren —Bien y si, hable con ella y le conté muchas cosas, Neville no quiso, se ha sentido muy mal y me preocupa.

Me miró preocupado –¿Qué pasa con él? Claro, solo si puedo saberlo.

Encogí mis hombros —No lo se, quisiera saberlo.

Di un brinquito para así subir la mochila y con ayuda de Cedric, la acomodo junto a la suya.

—¿Y qué hay de ti? ¿Algo cambio en esta semana desde que nos vimos?

Asintió —Tuve una semana tranquila, aunque te extrañe.

Le sonreí con ternura —También yo.

—¡Hola, Cedric! También te extrañe, estoy bien— Eugene sonrió.

Cho nos miró —Que conste que yo no queria interrumpir.

—¿Interrumpir que?— fingí demencia.

Ella rió sentándose junto a Eugene, Ced me cedió el paso y me senté junto a la ventana.

—¿Cómo creen que será este año?— Cho inquirió.

Eugene se encogió de hombros —Mejor que el anterior, espero.

Les mire a ambos y luego a la ventana —Yo creo que será aburrido, aunque, no lo sé.

Noté como Cedric colocaba su mano junto a la mía por debajo de la mesa, así que la tomé apretandola con fuerza hasta entrelazar nuestros dedos.

Vi su sonrisa que se me contagio, obligándome a recargar mi cabeza sobre su hombro.

ESTÚPIDOS NIÑOS, por ser prefectos creen que pueden mandarme, ¿Qué se creen? ¡Soy mayor que ellos!— Eugene se quejó.

Apenas un rato el prefecto de nuestra casa: Anthony Goldstein, lo regaño por estorbar en la fila de los de primero y desde entonces, Eugene se puso a gritar como señora.

—¡A su edad yo respetaba a mis mayores!— señaló.

—Eugene, amigo, tranquilo— pidió Cedric.

—¿¡Cómo me pides algo así después de lo que me dijo?! ¡Enano tu abuela!

—¡Eugene!— regañe —Les decía enanos a los de primero, no a ti.

Cedric asintió, cuando le miré con los ojos bien abiertos en busca de ayuda.

—Si, si, les decía a ellos, no a ti.

Sacudió su uniforme —Más le vale, o ahora si lo agarro y lo...-

—¡Eugene, que buen actor eres!— interrumpí al ver al profesor Flitwick pasar a nuestro lado.

Él entendió y se quedó callado, reí mientras me giraba sobre mis piernas y me quedaba quieta frente aquella bestia frente a mi.

Mis músculos se paralizaron al sentir el aliento de aquel extraño animal en mi cuello, mientras bufaba otra vez y emitía un extraño sonido de pájaro.

—¿Q-Que es...?— susurré.

Ahora no solo tenía la atención de Eugene, sino también la de Cho y Cedric.

—¿Qué es qué?— se preguntó la chica.

—Eso...— señalé al animal.

Tenía forma de caballo pero sin cabello, se miraba huesudo y con unos ojos demasiado aterradores, casi parecía un dragón solo que más pequeño.

—¿De qué hablas, Hazel? ¿Estás bien?— Cedric tomó mis hombros.

—No puede ser, ya se le safo el tornillo que le quedaba— dijo Eugene.

Pero no pude reírme, estaba demasiado ocupada tragando saliva y cayendo en cuenta que ninguno de los tres podía mirar la cosa frente a mi.

—¿Ustedes...?— me detuve —Olvídenlo, creí... haber visto algo.

COMENZABA A DUDAR QUE alguien haya visto lo mismo que yo en las carretas, quizá estaba volviéndome loca, quizá eso me pasaba por dormir hasta tarde leyendo.

Estaba tan perdida viendo a muchos alumnos pasar a lado de nosotros por el pasillo de ambas mesas, la mayoría se sentaba en la de Hufflepuff, dejando el espacio de uno o dos personas lejos de Cedric. Finn fue el único que se sentó a su lado.

—Mis padres no le creem— mascullo Eugene, observando de reojo a Harry junto a Ron, Hermione y Milan.

Le miré —¿A Cedric o a Harry?

—Ambos— me miró —Ellos... creen en otras cosas.

Formé una línea en mis labios —Pues puedes decirles a tus padres que se vayan muy a la...-

—Estoy totalmente de acuerdo— me interrumpió él.

—Mis padres si le creen— Cho admitió —Al menos mi mamá si.

—Ya, mi abuela y mi tía Emma también le creen a ambos, los apoyan y saben que el Profeta miente en todo su esplendor— dije.

Cuando el sombrero seleccionador terminó con su canción una vez iniciada la ceremonia, el director del colegio: Dumbledore, se colocó en su habitual lugar y comenzó a hablar frente a todos.

—¡Buenas noches, chicos!— él saludo —Solo quería decirle a los nuevos ¡Bienvenidos! Y a los que no son nuevos les repito: ¡Bienvenidos otra vez! En toda reunión hay un momento adecuado para los discursos, y como este no lo es ¡Al ataque!

Reí ligeramente, mientras la comida aparecía frente a nosotros.

—¿Quién invito a rosita fresita?— se preguntó Eugene.

Había una mujer nueva sentaba entre los maestros, ella sonreía mientras comía tan lento que dudaba que terminara de cenar al terminar la ceremonia.

Encogí mis hombros —¿Quién es ella?

Pero ninguno supo contestar, al parecer nadie sabía la identidad de aquella maestra nueva.

—Apuesto a que es la nueva maestra de Defensa— mencionó Eugene.

—Lo sabremos cuando Dumbledore lo diga— respondió mi amiga.

—Como... ahora— señalé al profesor, quien luego de un buen aperitivo se levantó otra vez.

—Bueno, ahora que estamos dirigiendo otro magnífico banquete, les pido un instante de atención para los habituales avisos de principio de curso— dijo él —Los de primer año deben saber que los alumnos tienen prohibido entrar en los bosques de los terrenos del castillo, y algunos de nuestros antiguos alumnos también deberían recordarlo.

—Uh, Cho, ¿Recuerdas esa vez en primero cuando me fui al bosque prohibido porque tenía curiosidad de saber que había y tu me seguiste, entonces Hagrid nos encontró apunto de ser masticados por un unicornio?

Miré a Eugene con una ceja alzada cuando terminó con su anécdota y la chica trataba de recordar.

—¡Si lo recuerdo! Esa vez me gritaste en el oído y me quedé sorda por dos días.

Reí, mirando a ambos y negando al volver la mirada frente a nosotros.

—Este año hay dos cambios de profesorado— informó Dumbledore —Estamos muy contentos de dar la bienvenida a la profesora Grubbly-Plank, que se encargará de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas; también nos complace enormemente presenrsrles a la profesora Umbridge, la nueva responsable de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Eugene asintió —Si, porque nadie dura en el puesto, esta embrujado— mascullo solo para que nosotras le escucharamos.

—Las pruebas para los equipos de quidditch de casa casa tendrán lugar en...—

Se interrumpió a si mismo cuando la nueva profesora se aclaro la garganta en una fuerte intención de callarlo.

—¿Cómo se atreve a interrumpirlo? ¡Justo cuando diría donde practicariamos quidditch!— exclamó Eugene.

No le preste atención, solo miraba como la profesora Umbridge se levantaba de su asiento, con una enorme confusión en mi cara.

—Gracias, señor director— sonrió —Por esas amables palabras de bienvenida.

—¡El juego de quidditch!— el castaño insistió a mi lado.

—¡Bueno, en primer lugar quiero decir que me alegro de haber vuelto a Hogwarts y de ver tantas caritas felices que me miran!

Mire a los demás, nadie le sonreía.

—¡Estoy impaciente por conocerlos a todos y estoy segura que seremos buenos amigos!— volvió a aclararse la garganta —El Ministerio de Magia siempre ha considerado de vital importancia la educación de los jóvenes magos y de las jóvenes brujas. Los excepcionales dones con los que nacieron podrían quedar reducidos a nada si no se les cultivaran y desarrollarán mediante una cuidadosa instrucción. Las ancestrales habilidades de la comunidad mágica deben ser transmitidas de generación en generación para que no se pierda para siempre. El tesoro escondido del saber mágico acumulado por nuestros antepasados debe ser conservado, reabastecido y pulido por aquellos que han sido llamados a  la noble profesión de la docencia.

Ella hizo una pausa, en la cual se giró a la mesa de los profesores y los saludo con una inclinación de la cabeza que no fue correspondida por ninguno de ellos.

Miré a Eugene, quien estaba demasiado ocupado devorandose lo que quedaba de la nieve de chocolate.

Entonces pasé la mirada hasta Cho, quien mantenía su mejilla recarga sobre la palma de su mano mientras cerraba los ojos lentamente.

Formé una mueca al escucharla solo hablar y desvíe la mirada hasta Cedric en la mesa de Hufflepuff. Al parecer pensabamos igual ya que nuestras miradas se conectaron y no pude evitar sonreirle.

—... porque algunos cambios serán para mejor, y otros, con el tiempo, se demostrarán que fueron errores de juicio. Entretanto se conservarán algunas viejas costumbres, y estará bien que así se haga, mientras que otras, desfasadas y anticuadas, deberán ser abandonadas.

Lo saludé con un ademán, mientas el correspondía el saludo. Reí ligeramente cuando fingió quedarse dormido.

—... sigamos adelante, así pues, hacía una nueva era de apertura, eficiencia y responsabilidad, decididos a conservar lo que haya que conservar, perfeccionar lo que haya que perfeccionar y recortar las prácticas que creamos que han de ser prohibidas.

Luego de quedarse callada más tiempo de lo normal, todos aplaudieron, llamando mi atención y haciéndome quitar la mirada del castaño mientras aplaudía con los demás.

Cho despertaba de su sueño mientras aplaudía y Eugene apenas y podía aplaudir debido al chocolate en sus manos, el cual ignoró, ocasionando que se empapara más.

—Muchas gracias, profesora Umbridge, ha sido un discurso sumamente motivador— admitió Dumbledore —Y hora, como iba diciendo...-

Sonreí —No motivo a nadie más que a ella.

Cho me miró —Si, ahora eso significa que el ministerio está con los ojos sobre el colegio.

—¿Tú crees? ¿Esos mentirosos?— inquirí.

Ella asintió —Supongo que si, deberíamos tener más cuidado, capaz y nos expulsan hasta por respirar.

Si el colegio estaba a manos del Ministerio como Cho decía, probablemente vendrían muchos problemas con cómo se hacen las cosas aquí.

No me quería ni imaginar.

































━━━━ AUTHOR'S NOTE: holaaa, solo quería agradecerles por las 18k lecturas, mil graciaaas <3

Lamento haber estado desaparecida, no pondré excusas, la verdad no me había sentido del todo bien emocionalmente y además me había quedado sin ideas para el capítulo, pero no se preocupen que estaré ( intentaré) actualizar más seguido

Espero les guste el capitulo, baii :D

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