chapter nine. call it what you want
𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍
꒰ ۫₊˚ɞ capítulo 9 .˚ׅ🦋 ຊ ҂
❝ call it what you want ❞
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SALIMOS DE LA CLASE DE Defensa Contra las Artes Oscuras de Moody, mientras tomaba de mi mochila y caminaba junto a Eugene y Cho hacia la puerta.
—¿Qué clase sigue?— masculló Eugene mientras caminaba adormilado.
—La cena— Cho contestó.
—¡Matenme! Por favor, solo háganlo— pidió quedándose atrás.
Tuve que jalarlo del brazo para salir al pasillo, sin antes cruzarnos con Harry, quien se veía nervioso y como si estuviera esperando a alguien.
—Hola, Harry— Cho le saludo.
Fue la única, ya que Eugene estaba tan ocupado quejándose como para ponerle atención al chico.
—Harry— le sonreí —¿Pasa algo?
Asintió —Si... digo no, nada malo— trago en seco —Eh... ¿Podría hablar un momento contigo?
Miró a los chicos junto a mi, me giré a ellos —Los veo en la cena.
Cho se llevó a Eugene del brazo sin antes sonreirle a Harry, entonces me giré de vuelta.
Se mantuvo un buen rato en silencio, lo cual me hizo confundir.
—Eh...— balbuceo, fruncí mi ceño ahora si preocupándome por su estado —¿Quieresveviralmailecombigo?
Me quedé quieta y confundida —¿Cómo?
—¿Qué... querrías venir al baile conmigo?— soltó.
—¡Oh!— formé una línea con mis labios mientras aligeraba mi expresión —Harry, lo siento mucho pero alguien ya me ha invitado y... le he dicho que si.
—Bueno, no te preocupes.
—Pero puedes invitar a alguien mas— propuse —Apuesto a Milan querrá ir contigo.
Asintió tituebando como tetera hirviendo —Si... si... supongo.
—Puedo ayudarte si quieres.
Negó —Está bien, gracias, Hazel, lamento haberte quitado tu tiempo.
—No te preocupes— encogí mis hombros antes de avanzar al lado contrario —E invita a Milan antes de que alguien más lo haga, ¿Si?
Asintió una y otra, y otra vez mientras retrocedía.
Esta vez viéndose más decidió, corrió bajando las escaleras hasta afuera, como si tuviera una gran idea en su cabeza.
—PRUEBA UNA GALLETA de crema— ofreció George.
Entrecerré los ojos, analizando las galletas que se encontraban sobre la caja.
—¿Por qué?— me pregunté.
—Es un regalo— se apresuró a decir Fred —Estamos planeando abrir una tienda de pan así que necesitamos una opinión más confiable.
Se miraron entre sí, totalmente sospechoso así que tome la galleta y antes de que la metiera a mi boca, la parti a la mitad para así darme cuenta de que si era una broma.
Pues de la galleta empezaron a salir plumas de ave mientras salía volando hacia la dirección contraria.
—¡Aja!— señale a ambos —Un regalo, ya, si ni siquiera es navidad aún.
Ambos maldijeron en voz baja, mientras guardaban el resto de las galletas.
—¿En que problema se están metiendo ahora?— inquirí entrecerrando los ojos.
—Ninguno, eso que viste son galletas de canarios, una nueva adquisición de nuestra cabeza—informó George.
Fred asintió —Si, tu nos diste la idea, la crema es blanca como tu alma.
George soltó una carcajada que se me contagio.
—Que chistoso, Fred, me va a explotar un riñon de la risa— dije.
—Ya, pero acepta este regalo porque cuando abramos nuestra tienda nada será gratis.
—¿Piensan abrir una tienda de Sortilegios?— me pregunté y ambos asintieron.
—Si, solo si mamá acepta— añadió George.
—Nos falta el dinero y su permiso— dijo Fred, más desanimado que George.
—Deberían hacerla, les iría bien— sonreí —Créanme, los visitaría todas las vacaciones.
—Y por eso eres nuestra clienta favorita— Fred dijo con una sonrisa.
—¡Gracias! Aunque no caeré en más de sus bromas— señale de inmediato —Pero estas galletas me van a servir mucho, gracias.
—Todo sea por ti, Hazy— George sacudió mi cabello y le golpeé las costillas.
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—¿IRAS CON HARRY AL BAILE?— cuestionó Eugene a Cho en cuanto Snape se paso de largo por el pasillo
Ella asintió —Me ha invitado esta mañana.
—Bueno, eso es bueno, ¿A qué si? Al parecer ya tenemos pareja los dos— se giró a mi.
Ambos lo hicieron en realidad, Eugene con ambas cejas arqueadas y Cho en busca de una respuesta.
Dejé de escribir en mi pergamino para mirarles —¿Eh?
—¿Ya te invito alguien al baile?
No conteste a la pregunta del chico, pues el profesor Snape ya se había acercado lo suficiente.
—Podemos ayudarte— propuso Cho —Creo que el amigo de Harry aun no tiene pareja.
—O puedes ir con tu hermano.
Negué —Neville ya tiene pareja, irá con Ginny.
—¿Entonces con quién iras?— se preguntó el chico —A mi no me veas, yo ya tengo pareja.
Estuve apunto de contestar cuando un zape se impacto contra mi cabeza, haciéndome bajar la mirada a mi pergamino.
Los tres habíamos sido golpeados por Snape en el Comedor, pues los salones de clases estaban siendo decorados.
Sonreí bajando la mirada para seguir escribiendo —Ire con cedric.
Eugene intento gritar pero le era imposible a menos que quisiera recibir otro zape.
—¿Cuándo te lo ha dicho?— se preguntó.
—El día que la caja nos estaba siguiendo, agregó una pequeña carta— le miré —Así que si, ya tengo pareja.
—Cómo me siento orgulloso de ese muchacho— bromeó el.
Haciendo reír a Cho, la cual recibió otro zape, para después hacerlo Eugene y finalmente yo otra vez.
—Auch— susurre bajito.
—Me voy a quedar sin neuronas— Eugene mencionó mientras se tocaba la cabeza.
PARA EL FINAL DEL SEMESTRE, nadie más que Snape nos había puesto ya su TIMOS, el cual sabíamos que era el inicio de todo ya que fue en el cuál la mayoría ni siquiera terminó la mitad.
Yo me encontraba tan sudorosa y despeinada que temía desmayarme en cualquier momento al salir de la clase.
El cuadro se cerró detrás de nosotros al entrar a la sala común.
—¡Ese viejo zorro, pedazo de... Hazel!
Eugene grito mi nombre cuando mi tobillo se torció y caí a la alfombra cómoda para mirar el techo y sin importarme que nuestros compañeros nos miraban.
—¿Estas bien?— se inclinó para asegurarse de que estuviera viva.
Le asentí mientras Cho se encogía de hombros y se dejaba caer junto a mi, cerré mis ojos un momento, un mini segundo para disfrutar la tranquilidad que me quedaba.
—¿Terminaron el examen?— inquirí a ambos en un jadeo.
Ambos negaron a mis lados, pues Eugene ya había hecho lo mismo que nosotras.
—Me faltaron unas preguntas de atrás— admitió el castaño.
—A mi me falto poner mi nombre— bromeó Cho.
No entendía qué me sucedía pero por alguna razón aquello me pareció chistoso, así que empecé a carcajearme mientras me hacía bolita y tomaba de mi estomago.
Sabía que ambos me miraban extrañados pero luego de unos segundos las risas se les contagiaron y empezaron a reír.
El resto de los alumnos nos pasaron de largo, aquí nadie juzgaba a nadie y era una de las cosas que más amaba de mi casa Ravenclaw.
UN SÁBADO A UNA SEMANA antes del baile de navidad, Cedric me había enviado una nota para citarme frente al Lago Negro así que sin saber que sucedería acepte y ahora me encontraba temblando de frío mientras caminaba afuera.
La nieve ya había inundado el castillo y Lago, ambos ahora se encontraban congelados por completo.
—Esto no es para nada sospechoso— dije al castaño mientras me acercaba.
Se giró a verme y se levantó de la nieve mientras sacudía su uniforme lleno de nieve.
—¡Hazel, estas temblando de frío!— regañó quitándose la bufanda.
Encogí de hombros —Olvide mis guantes.
Formó una línea en sus labios de molestia y me coloco la bufanda encima mientras al terminar tomó mis manos y las junto con las suyas.
—Gracias— sonreí —¿Para qué querías que viniera?
—Eugene me dijo que tuviste el TIMOS con el profesor Snape, ¿Cómo te ha ido?
Asentí sacudiendo la nieve que tenia revuelta en su cabello, haciéndolo reír ligeramente.
—Bien, supongo, fue la peor cosa de mi vida— formé una mueca.
Mientras me dejaba llevar por él hasta el Lago Negro, le conté absolutamente todo, desde el examen y sus preguntas hasta mi caída en la sala común, en todo momento teniendo la atención de Cedric.
—Creí que me desmayaria— finalicé luego de todo.
—Que bueno que no fue así— admitió girandose.
Se quedó de pie unos segundos frente a mi, comenzando a sonreír mientras colocaba un pie sobre el hielo del Lago.
—¿Qué piensas hacer?— inquirí asustada.
—Pasar un rato patinando...— me tomó de las manos para luego jalarme al hielo —Contigo.
Solté un grito ahogado mientras me aferraba a su cuerpo y cerraba mis ojos.
—¡Sácame de aquí, sácame de aquí!— repetí una y otra vez con miedo —¡Ah, me voy a morir!
Pero solo podía oír la carcajada de Cedric así que golpeé su pecho, titubeado rápidamente y aferrándome solo a él otra vez.
—¡No es gracioso!— grite —¡No se patinar!
—Lo estas haciendo— aclaró.
Dándome cuenta que era verdad, él apenas y me sostenía.
—Ah...— fruncí mi ceño mirando mis pies en el resbaloso hielo —Es más fácil de lo que pensé.
Cedric se movió un poco hacia atrás conmigo sosteniendolo aún, soltando un chillido cuando estuve apunto de resbalar.
—Quiero regresar a la tierra— informé tragando en seco.
—No vas a caer— aseguró —No te dejare caer.
Quitó las manos de mi cintura, para entrelazarlas con mis manos, mientras se movía lentamente sobre el hielo.
Poco a poco resbalabamos más rápido, mientras me carcajeaba cuando cayó al frío hielo, cayendome con el luego de tomar mi estomago de la risa.
Entre risas por parte de ambos, tuvimos que volver cuando escuchamos el hielo crujir bajo nuestros pies y entrando en pánico, corrimos a duras penas hasta la tierra.
—¿Ya resolviste todo para la segunda prueba?— inquirí luego de entrar al campo del castillo.
Cedric negó con la cabeza, —Aún tengo tiempo, espero resolverlo para cuando termine el baile.
Asentí —Bueno, podrías intentar, quizá acercándote al Lago Negro o... abriendolo nuevamente.
—Cuando lo abro hace un chillido horrible— formó una mueca.
Reí por su expresión, tomando más de su mano cuando se resbalaba de la mía pues balanceabamos nuestras manos en el frío aire conforme avanzábamos.
—Bueno, creo que descartemos lo de abrirlo otra vez— sonreí.
Él asintió totalmente de acuerdo —Me aturdio demasiado cuando la abrí, casi me deja sordo.
Sonreí aún más, mientras él me observaba con una sonrisa.
Pronto, el calor del castillo nos inundó al caminar directamente hasta la biblioteca, donde Eugene y Cho se encontraban estudiando para el siguiente TIMOS.
—¡Hazel, ¿Dónde te habías metido?!— cuestionó Eugene al levantarse.
Cho se hizo para atrás, pues estaba recargaba sobre el hombro del castaño y al quitarse el casi la hacía caer.
Mire a Cedric y él a mi —Estaba afuera.
—Bueno, disculpa que te la robé unos minutos Ced, pero Hazel necesita estudiar.
Arquee ambas cejas —Mejor no hagamos enojar a mi mamá.
Cedric rió ligeramente mientras avanzaba para sentarme junto a Cho.
—¿Hazel, podemos vernos en el Lago Negro después?— Ced asomó su cabeza por sobre Eugene.
Le miré y asentí sonriendole, mientras Cho nos miraba uno al otro con una sonrisa.
—Te veo ahí.
—Si, si, también te veo ahi— Eugene corrió a Cedric y éste inmediatamente corrió antes de que el castaño de enfurecida más.
Lo mejor era no molestar a Eugene cuando esta estresado.
ESTA VEZ NO HABÍA OLVIDADO mis guantes, lo que si es que se me había olvidado devolverle la bufanda a Cedric por lo que ahora la llevaba puesta con la mía en manos.
Caminé hasta el Lago Negro mientras miraba a todos lados a mi alrededor y me abrazaba a mi misma por el frío.
—¡Bu!— grite haciendo saltar a Cedric como un gato y riendo al mismo tiempo.
Sonrió luego de darse cuenta que era yo, su nariz y mejillas estaban demasiado rojas.
—¿Estas bien?— inquiri asustada.
Asintió temblando un poco, —¿Alguna vez saliste del castillo de noche?
Mi curiosidad se despertó y negué —No, ¿Por qué?
Miró por encima de nosotros, justo a las estrellas, a las lindas estrellas que brillaban a miles y millones de kilómetros de nosotros.
—Que bueno que lo hago ahora— sonreí levemente.
Mirándole luego de unos segundos, él también mantenía esa sonrisa, pero no miraba a las estrellas, sino a mi.
Miré la nieve y me dejé caer sobre ella mientras movía mis manos y piernas para formar un ángel en la nieve.
—¿Qué es eso?— se preguntó Ced.
—¿Nunca hiciste ángeles en la nieve?- inquirí.
Asintió —Si, cuando tenía nueve.
Entrecerré los ojos —Inténtalo, se siente bien.
Obedeció sin dudar y se dejó caer junto a mk, haciendo justo lo mismo que yo.
—¿A qué es divertido?— reí al ver su expresión.
Me miró rendido y asintió —Si que lo es.
—¡Te dije!— miré de nuevo las estrellas.
—Es bonito, ¿No crees?
Suspiré —¿Estar acostados en la nieve y amanecer con posible gripe mágica?
Negó —El universo, las estrellas y todo eso.
Asentí levemente —Es lindo, ¿Te gusta la astronomía?
Esta vez yo puse toda mi atención en él, en la forma en la que asentía sin despegar la mirada de las estrellas, que por cierto lo hacía con admiración y mientras respiraba lentamente.
—Si, creo que es algo... que todo o la mayoria del mundo debería conocer, es decir, todo es tan grande y las estrellas son más que solo brillantes formas que iluminan las noches.
—Nunca lo había visto asi— admití —Pero tienes razón.
—¿Tu crees?— se preguntó asombrado.
Asentí —Claro que lo creo, los magos podrían ignorar hasta lo más mínimo, como las estrellas.
—Creí que me verías como un loco— admitió —No suelo decirlo en voz alta a nadie.
Encogí mis hombros —Puedes decirme lo qué quieras, jamás te juzgaria.
Despegó la mirada del cielo nublado cuando la nieve comenzó a caer de nuevo, llenandonos a ambos.
Estiró su mano para juntar nuestros meñique delicadamente para después tomar mi mano por completo.
Parecía estar hinopitazada por él, bueno, ambos lo estábamos, pero estábamos totalmente exentos de sentirnos incómodos.
Nada con Cedric me parecía incómodo.
—Si no nos levantamos amaneceres con gripe mágica— mencionó y sonreí.
En total acuerdo, corrimos dentro del castillo luego de un buen rato.
LONNIE GRUÑÓ SOBRE LA MESA en exclamación por más comida, lo cual me hizo mirarle de inmediato y después al libro.
Había estado enferma, lo sabía porque quería secarse debido al frío así que de inmediato le pedí a la profesora Sprout tenerla aquí por lo mientras y así no se congelará en mi habitación.
La enorme lupa que hacia que mi ojo se viera diez veces más grande de lo normal se encontraba frente a mi, siendo delicada mientras curaba las quemaduras por el frío de Lonnie. La puerta de abrió y Neville entró con un montón de libros y Trevor en su jaula.
Quité la mirada de la planta —Hey, creí que estarías en clase.
Negó —Creí que estarías con Diggory— admitió dejando caer los libros —Pasas mucho tiempo con él.
Pude notar un tono de recelo escondido entre esa oración, fruncí mi ceño levemente.
—¿Estas enojado porque paso tiempo con Cedric?— solté.
Su ceño se aligero —No, no, es... es que pasas más tiempo con él que conmigo, quiero a mi hermana devuelta.
Admitía que si había descuidado un poco a Neville, pero nada intencional, solo me había dejado llevar un poco.
No tenia idea de cuánto lo extrañaba también.
—Siempre seré tu hermana, Nev— sonreí.
—¿Podemos hacer un espacio para pasar más tiempo de hermanos?— pidió.
Asentí —Por supuesto, es una gran idea, Nev, ¿Qué te parece todos los martes a esta hora?
Pensó, —Vale, me agrada la idea.
—A mi también— volví la mirada a Lonnie.
Poniéndole ahora si la maxima atención, Neville siguió con lo suyo.
—¿Hazel?
—¿Hmm?
—¿Me enseñas a bailar?— preguntó y le miré —Es que no quiero pisar a Ginny, se enojaria conmigo, quiero que mañana sea perfecto.
Asentí sonriéndole —Pero claro que si, solo no me pises a mi.
Rió ligeramente —¿Cómo debo tomarla al bailar?
—Primero se lo preguntas— indique —Si dice que si, entonces la tomas de la mano y caminan hasta la pista.
—¿Y después, qué pasará si entro en pánico?
Encogí mis hombros —Es normal estar nervioso, Nev, pero si quieres saberlo, solo debes poner tu mano sobre su cintura con respeto y después moverte al ritmo de la música, es fácil.
—Para ti lo es, si sabes bailar— recargo su mejilla sobre la palma de su mano.
—Si, pero tu bailas mejor que yo.
Tenia razón, Neville era muchísimo mejor bailarín que yo.
Estire mi mano, mientras Neville me miraba confundido, tomó mi mano y la junté con la mía mientras colocaba su otra mano entre mi cintura.
—A una buena distancia— dije y Neville entendió, colocándose firme —No mires a los demás, sería como una falta de respeto a tu pareja de baile.
Él asintió —Lo tengo.
Di un paso hacía atrás y luego hacía delante, mientras tarareaba la canción y mi hermano sonreía al ver que lograba bailar sin pisarme.
Así duramos por un buen rato hasta que me tropecé pasándolo a él, entre carcajadas, decidimos dejarlo hasta ahí.
La campana sonó para anunciar la siguiente clase y Neville tuvo que irse a su clase de Adivinación, le deseé suerte y corrió dejando a Trevor sobre la mesa.
—Tú y yo contra el mundo, Trevor— suspire volviendo la mirada a Lonnie.
Holi jeje
Se que anduve bn desaparecida pero es que me dio tremendo bloqueo y no podía terminar el capitulo así que perdonen si esta muy aguado, prometo recompensarlo con el siguiente y el del baile 😭
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