chapter fifty-four. dear Hazel
HEAVEN
━━━━ ★ ━━━━
⌇ ☾ ❪ chapter fifty-four ❫ ೋ
۫ ₊˚ dear Hazel ˚₊ ۫ ۫
+30 comments para continuar actualizando ♥︎
Me siento mareada, confundida, cuando el aire me pega de golpe y escucho olas de mar en lugar de gritos.
Tardo unos segundos en recuperarme y entonces lo proceso, es una playa. Las olas de mar se mueven con lentitud y aún es de noche, a nuestra izquierda hay una casa de madera de unos dos pisos con muchísimas ventanas y parece estar apunto de caerse por el aire, pero no es así.
—¿Qué es este lugar?— me pregunto.
Cedric empieza a avanzar —Una playa.
—Sí, lo sé, ¿por qué?— suspiro —¿Por qué aquí?
Se detiene a medio camino, volviéndose unos segundos a mi, formando esa misma expresión de siempre cuando intenta explicarme algo inexplicable.
—Es de tu mamá— dice y aquello me confunde más —La familia de tu mamá tenía está casa.
—¿Y tu cómo sabes de su existencia si ni siquiera yo lo sabía?
—Emma me lo dijo... o a ti, no lo sé, lo iba a hacer, ¿Entiendes?
Negué —No, estoy más confundida.
Extiende su mano hacia mi —Ven, tengo que mostrarte algo.
Cedric es la primera persona en la que confío, así que tomó su mano y lo sigo dentro de la casa. Pandora corre hacia nuestros pies cuando nos adentramos y aquello me deja desconcertada.
Lo tomo en brazos, mientras maúlla y el gato se aferra a mi cuerpo. Note que Cedric caminaba por toda la casa, encendiendo luces por todos lados hasta llegar a un ropero viejo y de ahí sacar tres cartas, listas para ser entregadas.
—Está es para ti— me dice —Es de Emma, Bill la encontró, cuando fuimos a buscar su cuerpo.
—Creí que no lo habían encontrado.
—No, no lo hicimos, pero si encontramos esto en tu casa— formo una línea sobre sus labios —No sabía si dartelas, estabas muy afectada cuando las encontré.
La letra cursiva de Emma decía: para Hazel. Aquello me rompió más el corazón, me hizo querer volver a llorar hasta quedarme dormida pero, a pesar de eso, levante la mirada.
—¿Cuánto tiempo?— inquiero —¿Hace cuanto tiempo las tienes?
—Dos días después de que llegamos a la Madriguera— responde —Lo siento, cielito, de verdad, quería dártela pero... no quería que sufrieras más.
Sin embargo, yo no puedo mirar nada más que el pergamino que sostengo entre mis manos. Se siente tan irreal, como si pudiera abrazar a Emma una vez más.
—Tengo que... irme— susurró —No de aquí, necesito... necesito una ducha y dormir.
Él acepta, me dirige al baño y me pasa una pijama antes de dejarme sola con la carta aún sobre mis manos. Tan solo me siento en el suelo, con el sentimiento tan raro de querer abrir la carta pero con algo diciéndome que no lo haga, que Emma volverá y aclarará por qué se fue.
Ella se ha ido, se ha ido para siempre.
EL SOL ME DA DIRECTO a los ojos al día siguiente, anoche salí de la ducha y fui directo a dormir, dejé la carta en la mesa de noche porque sé perfectamente que no estoy lista para enfrentar esto.
Asomó mi cabeza a la espalda porque escucho ronronear a Pandora sobre mi, envuelto entre las cobijas y apenas despierto.
—Buenos días para ti también— le digo —¿Soy cómoda o por que siempre duermes encima de mi espalda?
Pandora levanta su cabeza al escucharme hablar, maúlla un poco como respuesta, así que me río por imaginar que de verdad cree que le entiendo.
—Voy a tomar eso como un sí.
Me levanto un poco, lo suficiente para que Pandora se levante también y baje de la cama antes de seguirme maullando para anunciar mi entrada a la sala. Sin embargo, no hay nadie ahí, noto que hay más luz por las ventanas y el sonido del mar junto a la brisa pero sigue sin haber presencia de Cedric.
Tomo a Pandora en brazos y me meto a la cocina, que está junto a una pequeña estancia. Cedric esta ahí, con la estufa llena de algo raro que no se ve apetitoso.
—¿Qué es eso?— inquiero, haciendo acto de presencia.
Cedric me mira de inmediato —El desayuno... o eso creo.
—No sabía que podías cocinar.
Niega —No puedo, pero al menos lo intenté— suspira —Trataré de conseguir comida, quizá pueda ir a la Madriguera hoy.
—¿No irás a trabajar?
Se detiene —Con Quien-tú-sabes en el ministerio no es seguro que vuelva, Snape sabe que estoy en la orden.
Asiento —¿Entonces que harás?
—Quedarme aquí contigo para hacerte compañía todo el dia— se acerca a mi, dejando un beso sobre mi frente —Te tocará soportarme todo el día.
Sonrío —No es un trabajo difícil— ríe, dirigiendo la mirada a Pandora —Pan también quiere un besito en la frente.
—¡Uh, bueno!— deja un pequeño beso sobre la cabeza peluda de Pandora y lo suelto porque comienza a patearme el estómago.
—Creo que se empalago— le digo al chico.
—Al menos no lo hiciste tu— besa castamente mis labios —¿Cómo dormiste?
—Cincuenta porciento sueño, cincuenta porciento pesadillas— respondo —Ah y tus ronquidos, no sabía que roncabas.
Frunce el ceño —No lo hago.
—Claro que sí, te escuche antes de quedarme dormida— formo una mueca —Pero no te preocupes, ya me acostumbre con Cho durmiendo en la misma habitación.
—Eso me recuerda— dice de pronto, camina hasta la mesa y toma dos cartas —Tienes respuestas de Cho y Neville.
Abro primero la carta de Cho, que dice estar bien y sana junto a su familia. Me pregunta por mi estado, ya que he sido bastante discreta en mis cartas.
Después abro la de Nev, quien dice que la abuela está bien e igual que siempre, así como anuncia lo que más había estado evitando.
—Neville vuelve está semana— susurró.
Cedric frunce el ceño —¿No llegaba hasta después?
Niego —No, dice que está emocionado por contarme sobre sus vacaciones y que compró regalos para mi y Emma.
Aquello último hace que se me rompa el hilo de voz, miro a Cedric entre asustada y hecha un desastre. Él lo entiende, como siempre y me abraza en forma de apoyo, de modo que puedo sollozar un poco sobre su pecho.
—Debe estar feliz— menciono —¿Cómo voy a hacerlo? ¿Cómo voy a arruinarle su felicidad?
Acaricia mi cabello —No tienes que hacerlo sola, voy a estar aquí contigo.
Y tiene razón, sé que él va a estar conmigo.
Pero, ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer cuando tenga a Neville cara a cara? No lo sé, quizá no lo sepa hasta que llegue el momento, pero por mientras no puedo evitar tener más estrés en mi cabeza y en mí.
Me mantengo todo el día en el sofá, mirando hacia la puerta que está totalmente abierta para hacer vigilancia. Como si algo pudiese entrar por esa puerta en cualquier momento, cuando en realidad estamos más seguros que nunca aquí.
Me sobresalto cuando veo que algo se aparece a unos kilómetros, en la arena humeda cerca del mar. Me levanto y tomo mi varita al ver que son dos: una mujer y un hombre, así que de inmediato camino hasta la puerta, lista para luchar pero solo descubro, cuando estoy lo suficientemente cerca de que es...
—¡Cho!— corro lo más rápido que puedo y abrazo a la chica —Creí que estabas en un lugar seguro, lejos de aquí.
Ella ríe —¡Lo estoy! Bueno, hasta que Cedric vino a verme.
Me separo de la chica para mirar al mencionado —¿Trajiste el desayuno?
—Aún mejor, traje el desayuno, comida y cena para una semana— señala ambas bolsas.
—Sí, al parecer aprendí a cocinar con magia, es más rapido— dice Cho.
Alzó ambas cejas —Oye, tienes que enseñarle ese truco a Cedric, está mañana casi incendia toda la casa.
La chica ríe, pero Cedric me da una mirada ofendido. Ambos caminamos dentro de la casa, hasta la cocina cuando Cho suelta un chillido ahogado y ve lo mismo que yo por el rabillo de mi ojo; una figura de un hermoso leopardo se sienta sobre el suelo con rapidez.
—¿Eso es...?
Mi ceño se aligera —¡Un patronus!
La figura azul se vuelve a nosotros, como si estuviese ya buscándonos y dice: —Estoy bien, escuché lo que paso pero fue demasiado tarde para buscarlos, lo lamento, no deben responder— era la voz de Eugene —Saben de quién hablo, tengan cuidado.
Dicho eso se esfuma en una nube, ninguno dice nada.
—¿Qué acaba de pasar?— inquiere Cho.
—Fue Eugene, una señal de Eugene.
Cedric asiente a lo que acabo de decir —Sí, Hazel y yo lo vimos varias veces en la Madriguera, el señor Weasley lo hacia y luego Kingsley.
—¿Creen que haya una manera de enviarle un patronus?
Pienso —Creo que he leído sobre esto antes, pero necesita mucha práctica para lograr hacerlo y más cuando no sabes dónde está la persona que lo recibirá.
—Pues entonces inténtalo.
Miro con el ceño fruncido a Cho, luego a Cedric. Ambos me miran de la misma manera, como si esperarán que yo pudiera hacerlo.
—¿Y por qué yo?
—¿En serio tengo que decirlo?— inquiere Cedric.
Me cruzó de brazos —Pues sí, no sé qué esperan que haga.
Cho me toma de los hombros —¿Podemos saltarnos la parte en la que te decimos lo asombrosa e inteligente que eres y practicas el hechizo?
Formo una mueca en mis labios, rodando los ojos —Yo quería escucharlo, pero está bien.
—Perfecto.
—Aunque dijo que no respondieramos, no sé si sea buena idea.
—Hablamos de Eugene, no podemos dejarlo solo— menciona Cedric.
Y sé que tiene razón, es mi mejor amigo y no puedo ni imaginar las cosas que debe estar pasando ahora mismo.
—Está bien— suspiro —Lo intentaré, pero no prometo nada.
CHO HA DECIDIDO QUEDARSE el resto de la semana con nosotros, lo cual hace mejor el ambiente y me levanta los ánimos. Ella se encarga de cocinar y de enseñarle a Cedric porque yo ni loca me acerco a una estufa.
Neville llegaría el viernes, para poder quedarse la última semana de vacaciones con Cedric y conmigo, aunque sigo sin estar muy convencida de ello.
—No sé qué voy a hacer— le digo a Cho, cuando ambas estamos sentadas afuera de la casa el mismo viernes en el que Neville llegaría.
—Solo dile la verdad— me dice ella —Dile lo que pasó, abrazalo y déjalo sacar todas sus emociones.
—Esa parte no es la que me preocupa, Cho— niego —No sé si sea capaz de decirle lo que pasó, muy apenas puedo hablar de eso.
—¿Qué crees que hubiera querido Emma?
Esa es una excelente pregunta y desgraciadamente sí se la respuesta.
—Que estuviéramos juntos— respondo —Y que apoyará a Neville en todo lo que ella lo hacía.
—Exacto— se gira a mi —Hazel, déjame decirte que eres una buena hermana y muy fuerte, Neville tiene mucha suerte de tenerte, quizá en otro universo no te tiene para apoyarlo.
—Es que ya no quiero que pierda a nadie más— suspiro —Primero nuestros padres, el abuelo, Emma y ¡Merlín! Se estaba llevando tan bien con Dalton que... cuando sepa lo que hizo... le va a destrozar el corazón.
—Pero te tendrá a ti— coloca su mano sobre mi hombro.
A lo lejos, por toda esa arena de playa, Neville aparece con maletas junto a la abuela. Sé que ella ya lo sabe porque fue la primera en recibir la noticia por parte de Lupin, el único que no lo sabe aún es Neville.
—Hola, abuela— le saludo, dándole un medio abrazo.
—Hola, querida— susurra en mi oído con un tono dulce, lo cual me desconcerta.
Sin embargo, no tengo mente para eso, me vuelvo a Neville y lo abrazo esta vez. Cedric, quien los acompaña, le indica a mi abuela a donde ir dentro de la casa.
—Tengo mucho que contarte, Hazy— me dice Nev —Vi muchísimas cosas y compré más, te traje regalos, obviamente.
—Los dejaré solos— anuncia Cho y sigue los pasos de Cedric y la abuela.
Cuando Neville y yo nos metemos a la casa, veo que no hay nadie en la sala, ni en las otras partes de la casa, así que supongo que Cedric ha conducido a todos hasta el piso de arriba.
Me siento sobre el sofá mientras Neville camina de un lado a otro con las maletas, sacando un montón de cosas frente a mi, al mismo tiempo en el que habla pero yo no lo escucho, tengo los oídos tapados.
—Y traje esté llavero para ti, mueve la cabeza, ¿no es lindo?
Sonrío —Sí, es hermoso, gracias— respondo y él vuelve a la maleta —Neville, yo... quería decirte algo, bueno, necesito decirte algo.
—Sí, sí, por cierto, ¿vas a irte? Digo, necesito una nueva habitación para mis plantas, no es para que te sientas mal, está casa es más grande que la de nosotros y aún mejor ¡está en la playa! Aunque sé que a ti no te gusta la playa.
—Nev...-
—¿Quisieras intercambiarla? De todas maneras es de mamá, quizá podamos, aunque no sé si Emma este de acuerdo.
Siento una punzada en el corazón cuando lo menciona —Neville, Emma no estará de acuerdo.
—Lo sé, aunque solo era una idea.
—Está muerta— suelto.
Mi boca ha hablado antes de mi cabeza, así que aquello deja a Neville quieto en su lugar. Me mira confuso, tratando de descifrar si estoy bromeando o no aunque, ¿por qué jugaría con eso?
—¿Qué?
Encuentro fuerza para hablar una vez más.
—Ella...— susurró —Ella y Moody, murieron esa noche en la que llevaríamos a Harry a la Madriguera.
—No, espera, ¿qué acabas de decir?
Suspiro, —Dije que... Emma está... muerta, Dalton la mató.
Baja la mirada, puedo ver como la luz de sus ojos se apaga lentamente. A este punto estoy soltando leves sollozos que intento contener dentro de mi, hasta ver una reacción en él.
Neville se sienta junto a mi y no es hasta después de unos segundos en los que lo escucho: él llora, pero no como una persona normal lo haría en estado de shock. Las palabras y la noticia ha llegado a su cerebro y lo ha destrozado totalmente.
No tengo más opciones que abrazarlo, de modo que solloza sobre mi hombro. Ambos lo hacemos, en realidad, ambos lloramos el uno junto al otro, aunque yo en silencio.
—Lo siento mucho, Neville— le susurro —Lo lamento, de verdad.
Él niega en mi hombro, oculta su rostro sobre la palma de su mano y no dice nada más.
Sé que no estará bien, sé que le acabo de dar la peor noticia del mundo.
—Puedes quedarte con nosotros— le digo, separandome de él y tratando de limpiar un poco su rostro, aunque es inútil porque llora sin parar —Nosotros nos quedaremos aquí, es más seguro para todos.
—¿Y te irás así nada más?
Asentí —Es por tu seguridad... pero, si ya no quieres volver a Hogwarts puedes quedarte aquí con nosotros, hay una habitación para ti, Nev.
—¿Y qué pasa con la abuela? Somos lo único que tiene ahora.
—Lo sé, pero ella no va a querer irse de esa casa, tu lo sabes— sorbi mi nariz —No aceptará venir aquí.
—No, quiero volver entonces— suspira —Emma hubiera querido que terminará el colegio, no voy a rendirme, lo haré por ella.
—Es peligroso volver, los mortífagos querrán ir por ti porque me conoces, porque conoces a Harry.
Niega —No me importa, que vengan por mi entonces, les mostraré lo que sé.
—Sí crees que eso valiente, estas equivocado— le digo —Es suicidio, no dejaré que vuelvas.
—Necesito volver, es mi último año.
—No puedes hacer lo que quieras, Emma me dejo a cargo y no dejaré que te lastimen a ti.
—Pues que lo intenten, quiero que Dalton lo intenté— se levanta —No me voy a esconder solo porque ellos quieren que les tenga miedo, ya me canse de tenerles miedo, ¿tu no?
Asentí —Sí, Neville, pero no es el modo, enfrentarlos solo te matará.
—No me importa.
—Debería, mejor piensa antes de actuar.
Esta apunto de responder, quizá algo hiriente o quizá no, pero se va apesar de ello. Esto no ha salido bien, nada de lo que hago ha salido bien las últimas semanas y ahora temo perder a mi hermano también.
POR LA TARDE no hablo con Neville, él se esconde de mi o algo así. La abuela dice que lo convencerá de que se mude conmigo y con Cedric pero no creo que pueda hacerlo, Neville está tan aferrado a su decisión que nada lo hará cambiar.
Lo confirmo cuando se para frente a la puerta de mi habitación, intenta repasar lo que está por decir y entonces simplemente lo suelta.
—Voy a regresar a Hogwarts— dice él, cuando estoy terminando de desempacar mis propias cosas.
Le miro confundida —¿Qué?
—No voy a dejar de estudiar, quiero graduarme y ser profesor de Herbologia.
—¿Te estás escuchando?— me pregunto incrédula —Los mortífagos van a buscarte, saben que conoces a Harry así que no creo que sea buena idea.
—Es mi decisión, Hazel, déjame hacerlo.
Niego —No, no voy a perderte a ti también.
Él avanza hasta sentarse junto a mi —No vas a hacerlo.
—¿Quieres que discutamos esto ahora, Nev? Estas procesando apenas lo que pasó, creo que...-
—No estoy procesando nada, estoy completamente seguro de que quiero volver, conozco los riesgos.
—¿Y ya hablaste con la abuela?
—Ella no controla mi vida, ya no.
—Pues yo sí— señaló —Soy tu hermana mayor y la cabeza de la familia a partir de ahora, así que si yo digo que no volverás a Hogwarts es porque así será.
Frunció su ceño —Suenas igual a la abuela.
Aquello me toma de sorpresa, —Tal vez es porque tuvo razón todo este tiempo.
Lo dejo atónito, porque ambos sabemos que en ningún otro universo yo podría decir eso. Me asombro incluso yo, la forma en la que lo digo, tan segura y tan enojada.
—Por favor— murmuro al final.
Sé que no podre detenerlo y creo que eso es lo que más temo.
—Lo siento, Hazel— bajó la mirada al suelo —Creo que es tiempo de que tome mis propias decisiones.
Se da media vuelta y se va, escucho la puerta y sé que se han marchado devuelta a mi antigua casa, a la cual jamás podre volver porque lo pondría en peligro.
Lo que menos espero es hacer eso, que lastimen a Neville o a la abuela por mi culpa, así que no lo sigo, ni lo detengo. Me quedo callada, sentándome lentamente sobre la cama mientras tengo aquella carta de Emma frente a mi.
El impulso me obliga a tomarla, romper su envoltura y sacar el pergamino de ahí. No estoy llorando aún, pero sé que lo haré en cuanto leo la primera parte.
Querida Hazel:
No sé por dónde empezar, pero sé que leerás pronto esto. Sólo quiero decir que lo lamento, sé que me odiaste por haberlos abandonado a Neville y a ti tan pequeños, debí haberme hecho responsable cuando Frank me nombró su tutora, pero me enteré cuando él ya estaba totalmente perdido y yo tenía miedo, estaba aterrada y sé que no lo justifica pero lo lamento, hubiera deseado haberme quedado.
Tú, más que nadie, tú me recuerdas tanto a mi, tan asustada siempre pero muy buena disimulando porque sabes que es tu deber como la cabeza de la familia. Descubrí cosas malas, cosas horribles sobre Dalton que no podría decirte en voz alta pero, sé lo que es, sé lo que fue y lo que hará si no prometo guardar el secreto. No confíes en él, está lleno de rencor de hace muchos años, su padrino es Rodolphus Lestrange y el único que lo cuidaba antes de que fuese a Azkaban por lo sucedido a tus padres. Él quiere venganza, quiere terminar lo que su padrino y Bellatrix empezaron con tus padres y saben que tu eres la más fuerte de entre el legado que ellos dejaron.
Posiblemente me mate antes de que pueda decírtelo, así que estaré más tranquila si sé que leerás esto algún día.
Puede que está sí sea nuestra despedida final, así que quiero que sepas que no me iré del todo, intentaré seguir con ustedes como debí haberlo hecho desde un inicio.
Con amor; Emma
Eso es todo, es lo último que tengo de ella. Me quedo con ganas de decir algo, de decirle que estaremos bien y que tendré cuidado pero ahora ya es imposible.
—Ella murió— digo en voz alta al Cedric de pie en la puerta.
Entonces, solo entonces, mi mente lo termina de procesar y siento como si me acabase de despertar de un hechizo aturdidor.
—Ced, Emma se ha ido— repito.
Cedric asiente, camina hasta mi y se sienta a mi lado —Todo va a estar bien— me dice, acariciando un poco mi espalda.
¿Lo estará? ¿De verdad todo lo estará? Porque ya no siento que sea así, ya no siento que todo pueda mejorar después de leer su carta.
Perdí a mi hermano ahora también, solo me he quedado yo sola, como temí hacerlo hace muchos años. Tampoco sé lo que haré, la duda existencial de ello me deja desconcertada y asustada al mismo tiempo.
¿Qué sigue? ¿Qué será de mi en los siguientes años de mi vida? Quizá esto sea lo que se tenía planeado para mi; vivir alejada de todos, sin contacto con mi familia y totalmente deprimida.
Quizá sea eso así que, después de todo, debería aceptarlo ya.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro