Despierto con la cabeza de Nékir en el abdomen. Respira lentamente, no lleva camiseta de modo que sus músculos quedan expuestos. Me llama la atención una estilográfia que llega de su nuca hasta su coxis. Un tatuaje. Lo tenia bien escondido, vuelvo a su cara y tiene los ojos abiertos. -¿Quieres que te cuente la historia de los arcángeles y los demonios?- dice en tono relajado y al hacerlo roza sus labios con la piel sensible de mi barriga. -Vale - digo bostezando. -La historia es senzilla, un ángel se enamoró de los humanos. Los amaba y no dejaba de observarlos se obsesionó hasta el punto de querer ser uno de ellos. Un día el ángel procreó con una humana y rompió su palabra. Los arcángeles le arrancaron las alas y lo desterraron del edén. El ángel caído fue condenado a bagar eternamente, y creó lo que se nos llama demonios. Solo somos ángeles que amaron demasiado a los humanos y siguen ayudándolos hoy en día. - parpadee - Supongo que mi alma pasó a ser propiedad de demonios cuando me suicidé- dije seria. - Por eso estoy intentando que la gente valore sus vidas, porque los iniciados no lo hicimos. Es como ... Muy retorcido- Nékir sonrió y se levantó. - Buena chica, eres diferente a los demás iniciados. Hoy tenemos una reunión con alguien muy especial. Uno de los grandes- alze una ceja pero en realidad estaba mirando el culito que le hacian esos pantalones de chándal. - Te lo dije, Rash. Nadie que llega a la orilla recuerda que ha muerto ni consigue aguantar toda la visión y el choque que comporta la vida de una persona, suelen vomitar o desmayarse. - me sonrojo mas por el apelativo cariñoso que por el cumplido. -Si un arcángel supiera de tu existencia probablemente intentarían secuestrarte, por eso vamos hoy a ver a Alaric. Tu poder se asemeja mucho al de ellos y eso les perjudica. - sigue contando. -¿Soy una iniciada a demonio con poderes celestiales? Tendría que haberme pasado esto estando viva. Acabo de recordar que amaba escribir novelas. Saldrias en mi libro, demonio idiota- le saco la lengua. Hace una semana que vivo con Nékir y le tengo mucho cariño, no dejo de pensar que sea por la sangre y el hecho de que sea el único enlaze que tenga con el mundo humano. -Tonta - murmura entre dientes saliendo del cuarto. Me destapo y salgo de la cama, esta felicidad y paz extrañas no van a durar mucho más, me digo a mi misma. Me miro al espejo y veo una cicatriz en el dorso de mi mano, es blanca. La toco y una sensación de vértigo me inunda. Oh no, pienso, otra vez no.

Rashel estaba en su habitación estudiando. Aquel día no había ido a la escuela, no quería que nadie viera los moratones que la cubrían. Ni siquiera Jonathan. No le había contado nada sobre sus problemas familiares los cuales todo el mundo tiene. "Cada familia es un mundo" solía decir sumadre. Oyó la puerta de casa y cerro lapuerta rápidamente con pestillo, su padrastro volvía del bar borracho como casi cada día y no quería toparseconél. Sepondríaelpijamaeiríaadormir.Cuandosehubometidoenlacamaoyóelgritodesuhermanapequeña. Sumadrenisiinmutó estaba mirandolatele. Oyóotrogritoynopudocontenersemás, fuealcuartodeAlexiayencontróasupadrastroquitándoleelpijama. Rashellearrebatoelcuerpotemblorosodelaniñaycomenzóacorrer. Elhombreestabatanborrachoquenolaviovenir. - EH! Zorra! - gritócorriendodetrásdelasniñas. AlcanzoelpijamadeRasheljustoantesdemeterseensucuartolanzoaAlexiasobrelacamaygritó - ¡encierrateynosalgaspaseloquepase!- Alexiaobedecióllorando. -¡¡¡MamáayudaaShel!!!- chillabaaplenopulmón. Sumadresolollorabaensilencioenesapequeñasalamientrasoíala ropa y el alma de Rasheldesgarrarse.

-Rashel! Rashel!- vuelvo en si y veo los ojos dorados de Nékir sobre los míos, llorosos. Me duele la garganta y comprendo que la que está chillando soy yo, todo mi cuerpo tiembla violentamente. Me siento como si me hubiera bañado en ácido sulfúrico. Él me ayuda a incorporarme, me pone sobre su regazo como un bebé y me abraza para tranquilizarme. -Ya está era solo un recuerdo, estos flashes son normales - me balancea arriba y abajo. Hasta que dejo de temblar. -Mi padrastro... Abusó de mi - susurro. A Nékir le vibra el bolsillo, levanta su móvil y descuelga. Después dice -Alaric acaba de decirme que mejor nos pasemos mañana hoy esta ocupado.- suspiro aliviada estoy demasiado depresiva como para ir. Quiero tumbarme y no hacer nada más.

Llega la noche y estoy viendo la televisión desde que llegué me he visto Amelie cuatro veces, esta será la quinta. -Voy a salir, no salgas bajo ningún concepto.- me ordena seriamente. Asiento y cierra la puerta detrás de él.

Al momento me estoy poniendo la chaqueta y las bambas, llevo unos pantalones anchos de chándal. Cierro la puerta de un golpe y la mente me guía, los recuerdos hacen el resto. Me veo a mi misma de niña haciendo el mismo camino cada día, voy dando saltitos hasta llegar a esa casa. Cada paso que doy por el jardín el corazón se me hace mas pequeño. Dove. Ese nombre aparece en mi mente como un relámpago. Al asomarme por la ventana la veo, mi mejor amiga desde los cuatro. Está en los huesos, es un esqueleto andante. -Sufrió anorexia después de tu suicidio. -dijo una voz detrás de mi. Es un chico, tiene una bonita media melena negra alborotada. Los ojos azules y la piel pálida. -¿Quien eres?- pregunto asustada. -Me llamo James y soy un arcángel. ¿Donde está tu demonio? -