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Heather


—Hace frío, Toge—Yuta le tendía su suéter azul, era su suéter favorito. Maki se lo había regalado en navidad y apreciaba demasiado ese suéter.

—Salmón.

Yuta rodó los ojos con una sonrisa. Sabía muy bien que Inumaki no lo iba a recibir a la primera, pero aún así se la dio entre sus manos, evitando que se la regresara.

—Tómalo, incluso ese color te queda mejor a tí que a mí—la sonrisa de Yuta fue suficiente para que Toge tomara el suéter y se lo pusiera. El invierno había llegado, ese día, justo el tres de diciembre la nieve comenzó a caer junto a la temperatura.

Inumaki juraba por su nintendo que sus mejillas estaban rojas y no precisamente por el frío de la temporada. Sólo esos pequeños momentos con Okkotsu hacía que su corazón latiera rápidamente y sintiera que se le escapaba el aire.

Pero sabía que ese gesto de Yuta solo era de amistad, ya que su amigo sólo tenía ojos para Rika. Y como no tenerlos, ella es su amiga de la infancia, sin contar que es linda, agradable y un sol de persona. Él en cambio solo es el chico mudo del salón. No es que no le gustará hablar o fuera mudo de verdad, solo que su ansiedad social a veces lo consumía y hacía que sus palabras quedaran atrapadas en su garganta.

Ese suéter solo era poliéster en los ojos de Okkotsu, pero para él, era un tesoro ahora, era algo que conservaría hasta donde le permitiera la vida.

Lo único que hizo en ese momento fue sonreír ante el gesto de su amigo, porque eso eran, solo amigos…

La voz de una chica interrumpió el momento, era Rika, un ángel, ella corría hacia ellos con su mochila y su típica sonrisa brillante. Yuta dejó de prestarle atención desde el momento que Rika formuló una vocal.

—Rika—fue lo único que dijo Okkotsu para correr y abrazar fuertemente a la chica mientras la levantaba del suelo. Inumaki solo apretó el suéter entre sus manos. No podía odiar a Rika. Pero en ese momento solo desearía que ella estuviera muerta.

—Te estás hundiendo en tú miseria—Maki le reprochaba por su cobardía por no decirle sus sentimientos a Yuta en ese momento antes de que Rika los interrumpiera—. Y en ese suéter.

Fue lo que dijo señalando la forma en que Toge se ocultaba en el suéter, escondía su cabeza y se encogía, tampoco es que fuera difícil, Yuta es varias tallas más grande que él.

— Aún no puedo creer que ese idiota te dió el suéter que yo le regale para navidad, aunque lo que me enoja más es que siga diciendo que es un acto de amistad.

—Atún.

El enojo de Maki bajó notablemente por las palabras de su amigó, su tono era triste y miserable. Solo se acercó y tomó delicadamente el rostro de Inumaki.

—Yuta es un tonto si no ve la gran persona que eres—acarició la mejilla derecha de Inumaki con cuidado mientras decía esas palabras con su tono más dulce y menos amenazador.

Los labios de Toge temblaron, y apretaba el suéter entre sus manos.

—Mayonesa.

"¿Por qué no puedo ser ella?"

Maki comprendió sus palabras y se quedó en silencio unos momentos. Pero sonrió al final.

— Porque tú eres perfecto tal y como eres, y ningún imbécil a pesar de ser mi amigo, te hará sentir así de miserable solo por no ser ella.

La chica solo abrazó a Inumaki cuando el chico comenzó a derramar lágrimas. Ya estaba harto de esa situación, pero no podía hacer nada.

¿Por qué miraba a Rika con esos ojos?

Era la pregunta de Toge cuando los vio juntos en la feria escolar. Hace una semana ellos se convirtieron en una pareja oficial, ese era el rumor de la secundaria, para decir que podía estar en el top 5 de rumores más duraderos en la semana. Aunque no le ganaban al hecho de que Megumi resultó ser un chico trans y la pareja del capitán de fútbol americano. Ese rumor sigue corriendo a pesar de los meses de antigüedad que tiene.

Inumaki movió su cabeza de un lado a otro para sacar ese pensamiento de su mente pero cuando se enfocó en la realidad. Allí estaba Yuta con un brazo alrededor de Rika y ella recostada ligeramente en su hombro. Podía notar como la mirada cansada de Yuta brillaba cada vez que miraba a Rika. Cada vez que ella reía o simplemente estaba parada hablando con alguien más.

Okkotsu nunca lo miraría con esos ojos. Así que lo único que hizo fue morder su labio y caminar a la dirección contraría. Eso sería lo mejor, ¿no es así?

Era lo mejor para su estabilidad mental. No quería que su corazón siguiera con esa punzada dolorosa cuando los miraba juntos; no quería seguir sintiéndola.

—¡Inumaki!—conocía muy bien esa voz dulce, volteo lentamente fingiendo una sonrisa. Rika había sido quien lo llamaba.

—Alga—fue lo único que dijo para acercarse a la pareja. Rika le sonrió a lo grande cuando fue a abrazarlo fuertemente.

—Pensé que querías pasar tiempo con tus amigos y así no estar solo—la amabilidad de Rika era demasiada, ella era una persona muy dulce. Pero a veces solo desea que esté muerta, a veces es inconsciente cuando ese pensamiento cruza por su cabeza. Aunque lo deseaba muchas veces en serio.

Rika era la chica perfecta para Yuta, una chica amable, dulce, hermosa, honesta, gentil. Ella era el paquete perfecto de pareja. Yuta merecía lo mejor, aunque no fuera él.

—Atún con Mayonesa—Rika lo abraza fuertemente nuevamente. A ella le fascinan los abrazos. Pero un pequeño estornudo se escuchó. Era Rika, su estornudo era como de un gatito tierno, su nariz se puso roja y sus ojos algo llorosos.

Yuta río y tocó la nariz de Rika dulcemente en la punta. Mientras se quitaba su bufanda y se la ponía a la chica. Dándole un corto beso en los labios.

—Mejor úsala tú, no queremos que te enfermes, pequeña.

Un pequeño sonrojó se formó en las mejillas de Rika.

—Gracias, Yuta.

Inumaki no sabía cuál fue el momento exacto en el que se fue, pero él ya se estaba alejando de ellos con lágrimas en sus ojos, corriendo entre la multitud para perderlos de vista.

No quería verlos, no así.

No con su corazón rompiéndose cada vez que ellos están juntos, o cuando los ojos azules como noche de Yuta brillan con varias estrellas cuando ve a Rika.

Él solo quiere …

Él solo quiere ser ella.


Tenía pensado hacer una historia con esta canción y qué mejor momento que el 3 de diciembre...

Está historia es para las personas que quieren ser Heather. Comprendo mejor que nadie ese sentimiento porque en algún momento yo quise ser Heather en una relación.

El sentimiento de soledad se hace presente cuando miras a ese chico o chica viendo a Heather.

Y porque comprendo ese sentimiento quise escribir algo al respecto.

Es 3 de diciembre y quisiera ser Heather.

Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora

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