Primera parte
❝¿Cómo podría odiarla? Ella es un ángel.❞
Lisa dio un largo suspiro, el estrés de las clases y sus parciales de la universidad le estaban costando un ojo de la cara y claro, no hay nada más agobiante que miles de tareas y hechos por hacerse envueltos en una manta de desesperación y arreglos de última hora, que de por sí agobiaban a todos y más a aquellos que se esmeran en tener una buena nota y al menos aprobar todos sus parciales.
Pero allí se encontraba, con un café americano extra cargado y dos cupcakes de chocolate con trozos de galletas, y cientos de proyectos que completar por su ineptud y, por supuesto, no es que Lisa fuera una persona irresponsable y mucho menos, pero es complicado trabajar, cuidar a tu hermana menor y entregar proyectos de otras áreas, sumándole a ello todo el estrés que consume a todo el mundo cada día.
Tomó su resaltador rosa y comenzó su extenuante labor estudiantil, esperando alguna inspiración divina que le ayudara en su trabajo.
¡Gracias, universo!, ironizó.
Pero por lo que más debería agradecer es por su gran suerte en el amor y claro, odiar indirectamente su estadía amorosa. ¿Qué es lo peor?, ¿que el chico de tus sueños sea tu mejor amigo y que, de paso, solo te vea como una hermana mayor?, ¿o el inminente deseo de ser alguien más para que él se fije en ti?
Ella seguro no sería Sana, ni por el más remoto de los casos, la japonesa era mucho más bonita, era un ángel, y Lisa deseaba que Jungkook la mirara así.
—Lili, deja de pensar mucho, no eres buena en eso —Jennie apareció de la nada haciendo un berrinche, llevando su mochila a la gran mesa de la biblioteca, chillando tal vez por llevar tacones en una época de correr por toda la universidad—. Maldición, tuve que haberte hecho caso con estos tacones.
Lisa soltó una pequeña risita, su compañera de cuarto, alias, su nueva soulmate, era el ejemplo perfecto de alguien que da consejos pero no los aplica para sí misma.
—Sí, sí, ríete todo lo que quieras, pero aunque me duelan mis pies, me veía tan fabulosa —respondió con su jugo de fresas y sus cachetes rojos de tanto correr—. En fin.
—Pero Jen, tú eres tan única, por fin entendí porqué Taehyung babea por ti.
—¿Quién no babearía por mí? —Jennie mostró un falso disgusto—, en fin. ¿Cómo va el plan de “Jungkook me ve, se da cuenta de que estoy enamorada de él, se casa conmigo y tenemos muchos bebés”? Porque ya te digo, Lili, que ese es el mejor plan sin duda alguna —opinó.
—¿Podrías ser más discreta? —Lisa se quejó comiendo un pastelito.
—¿Discreta?, yo no fui la que se paró a la una de la mañana a hacer el plan —rió—, hasta le pusiste brillitos y stickers —Jennie se detuvo al ver a su mejor amiga colapsar—. Bueno, ya, me calmo. Pero en serio, Lili, te conozco desde hace más de dos años, ¿podrías dejar de prestarle tanta atención a él? Sé que es tu mejor amigo pero, maldición, no te vas a quedar esperándolo toda la vida, no es el único hombre, Lili, y tarde o temprano tendrás que superarlo.
—Sí que es difícil, pero muy difícil, saber que siempre te empeñas en arreglarte para él esperando alguna reacción, o que simplemente note que lo quiero más que como a un simple amigo —Lisa suspiró pesadamente.
—Sabes que te entiendo, pero él se lo pierde. Mira, Lili, eres la mujer más bonita del mundo.
—Eso dices tú, por ser mi roomie y mi soulmate —soltó, dejando sus esperanzas en el borde del abismo.
—Sabes que te golpearía por decir eso, pero le tengo respeto a mi mano —Jennie dejó su cajita de jugo y tomó las manos de su roomie—. Lis, debes superarlo, hazlo por tu bien, además, sabes que Taehyung y yo te daremos la bienvenida en nuestro hogar.
—No me apetece oírlos hablar de hacer bebés pero gracias por la invitación —rió.
—No seas tan incestuosa —la menor rió más fuerte.
—¿En serio? —Lisa movió sus cejas.
Ambas terminaron riendo a carcajadas, comiendo pasteles y galletas y por supuesto que salieron de allí con un castigo por romper las reglas de la biblioteca.
❝Si tú supieras cuánto te amo.❞
El raro invierno en Seúl irradiaba aún más, y lo curioso era el -ya mencionado- extraño clima que pasaba, calor en el día y un frío infernal en la noche, ni para menos, pero por más frío que hubiera, siempre había algo en Lisa que hacía que en esta estación le diera algún tipo de calidez.
Lisa se encontraba admirando el cielo como una niña pequeña en busca de alguna estrella fugaz que le cumpliera algún deseo mágico.
—Ponte este suéter, te vas a resfriar —Jungkook apareció inesperadamente, con un suéter de poliéster blanco y una enorme sonrisa decorando su rostro—. Lis...
Lisa sonrió en grande al admirar al chico que se encontraba a su lado, su cabello castaño, su color de piel tan cálido como impecable, además de su chaqueta de cuero negra, él era hermoso.
—Sí, sí, gracias —respondió tomando su suéter—. ¿Qué haces por aquí?
—Acompañé a Sana a su habitación con Tzuyu, su mejor amiga, la novia de Yugyeom, un compañero de literatura —respondió, sentándose en una de las sillas. Oh, Sana, claro.— Pero, ¿qué haces tú en la biblioteca pública de la universidad?
—Digamos que Jen y yo pusimos películas mientras comíamos pasteles, mejor ni preguntes —Lisa recordó las maldiciones que Jennie soltó cuando le tiraron un tacón para que saliera de la biblioteca, corriendo, sí, el bibliotecario estaría muerto—. En fin, nos echaron de allí y como tenía que terminar el proyecto, entre a esta —alzó sus hombros sin ninguna preocupación.
—Recordatorio: la próxima vez no debo dejarte con Jennie. Maldición, ella jamás hace que te pongas seria, ¿o es que no recuerdas la vez que te llamó a media noche para embriagarse porque se le fue la menstruación? —Jungkook rodó sus ojos.
—No la molestes, así la quieres, además, ella me conoce mejor que tú —recordó la primera vez que conoció a Jennie, con sus hermosos cachetes y una enorme sonrisa de ángel caído, pero venga, Lisa no sabría qué hacer con ella a su lado.
—En fin, tendría celos de ella, pero me golpearía si se lo digo, dices que eres la única —rió.
Lisa se quedó mirando su rostro... maldición, solo quería decirle todo lo que sentía, quería desahogarse pero todo era complejo, todo era muy difícil, todo era una mierda.
—Seguro, ya la conoces.
—Lisa, cambiando de tema, ¿cómo le digo a Sana que me gusta? Digo —rascó su nuca levemente—, quiero decirle todo lo que siento, pero todo es complicado y pues, ¿qué más querría si no es el consejo de mi mejor amiga, Lisa? —Jungkook repuso nervioso de cómo le diría a la chica que le gusta sus sentimientos.
¡Qué! ¡Maldición de vida!
¿Qué le diría Lisa cuando su situación era mucho peor o, incluso, en el más hipotético de los casos, qué le diría cuando babea por él?
—Lo que deberías hacer es decirle tus sentimientos, sabes que Sana te dirá que sí o tal vez no, de todas formas, estaré aquí para apoyarte en todo —Lisa tocó su hombro, sintió su corazón ablandarse poco a poco, esto era mucho más difícil pero ella debe superarlo.
—¿Cómo pude tener a la mejor amiga de todas? —Jungkook le sonrió en grande, dejando ver una vez más esa hermosa sonrisa—. Eres la mejor de todas, no sé qué haría sin ti.
—Sí...
❝¿Por qué me besarías? No tengo ni la mitad de su belleza.❞
Jennie comenzó a sobar levemente la cabeza de Lisa, ambas estaban con pijamas a juego, con un bol de cereal, un maratón intenso de películas de Disney y series depresivas y románticas en Netflix. Lisa se rindió en todo sentido, ya no entendía el punto de estar feliz consigo misma, ya había tirado a la basura el plan magistral de conquistarlo, ¿en qué punto se vería así de patética? Pero no debe ser egoísta, no, claro que no, si él está feliz con ella, no debería meterse en su felicidad, no debería meterse en su relación-no oficial.
—Entonces, ¿ya estás lista para superarlo? —Jennie tocó las mejillas de su mejor amiga—, porque tú tienes el mejor corazón de todos, no quieres interponerte entre su felicidad, así eso te lastime demasiado, nadie te merece, Lalisa Manoban.
—Lo sé, pero debo ser fuerte, como tú lo dijiste: él no es el único hombre —suspiró, le dolía, sí, pero no debe estancarse con él, hay más personas, muchas más—. ¿Por qué no mejor terminas con tu novio y te quedas conmigo? —Lisa la vio.
—Sabes que me encantaría ser tu novia, pero Taehyung hace un buen trabajo de novio —bromeó dulcemente—. Ahora que ya no tenemos el plan “Jungkook me ve, se da cuenta de que estoy enamorada de él, se casa conmigo y tenemos muchos bebés”, el siguiente sería “buscar a alguien más para que te olvides de Jungkook”, deberíamos tener nombres de planes mucho más cortos —Jennie dejó caer su cabeza junto a la de ella, en su gran cuarto compartido en la preparatoria y decorado de su banda favorita.
—Tal vez solo deba permitirme seguirle la corriente a quien sea, solo así no seré tan estúpida de liarme con un chico.
—Hmm, a ver, ¿a quién podrías invitar? —Jennie puso sus manos en su barbilla, aún mirando la película—. Taeyong es muy lindo, o podrías salir con Kun o, ¡ya sé! —se paró de tope—, podrías salir con Baekhyun, sí, sí, recién supe que rompió con Taeyeon —Jennie codeó a Lisa.
—No creo que a Baekhyun le guste la idea de salir con una extraña —se encogió de hombros—. En fin. Todo es muy difícil, y tan complicado.
—Bueno, si te pones así, es muy difícil buscarte a alguien —Jennie contraatacó—. Síguele la corriente a algún chico, pero claro, con la regla de que no sea un patán y que por supuesto le gusta Harry Potter, además de estar dispuesto a ver maratones intensos de películas, aunque ese es mi papel.
—Carajo, eres la mejor cupido del mundo —Lisa le sonrió a ella.
—Lo sé, ni él me llega a los talones.
Lisa corrió como si estuviera en un maratón olímpico, ¡Dios!, jamás debió hacerle caso a Jennie sobre su idea de tomar hasta las dos de la mañana, su cabello estaba rebelde, no se maquilló, agarró la primera muda de ropa que vio, incluso un maldito suéter que vio por el frío, ¡apenas sí pudo bañarse!, no, no, ¿y ahora qué haría?
¡Tenía un maldito parcial a primera hora!
—Lo siento, lo siento —ofreció disculpas a su profesor—. Lo siento, no vi la hora —se disculpó nuevamente, totalmente apenada de la situación.
—¡Oh, no te preocupes! —una voz dulce y gentil la sacó de su trance y de, claro, sus cientos de disculpas y reverencias—. Es más, el examen se canceló, el profesor tuvo un imprevisto de último momento, su madre recién falleció, eso se notificó en el grupo de kakaotalk, es más, eres la primera en asistir de todos. Bienvenida, supongo.
¡Que el mundo se la trague y la escupa muy lejos de aquí!
—Dios, qué estúpida debo parecer —soltó una risa nerviosa, tal vez por hacer el ridículo al lado de alguien sumamente guapo, o por correr por toda la universidad.
¡Gracias, Jennie y sus tragos de vodka con helado!
—¡No, claro que no! Me presento, soy Kim Mingyu, asistente temporal —extendió su mano amablemente, Lisa con gusto la tomó—. ¿Tú eres?
¡Gracias, CupidoJennie, eres la mejor!
—Soy Lalisa Manoban, aunque todos me llaman Lisa, un placer igualmente, profesor Kim.
—Dime Mingyu, solo tengo veinticuatro, no cuarenta, no puedo parecer tan viejo —se quejó, haciendo sonrojar a Lisa.
Lisa apretó el suéter, inconscientemente hoy, tal vez por su arrebato lo tenía puesto o solo no era capaz de superarlo, maldito suéter.
—Bueno profesor Ki... digo, Mingyu, supongo que te veré en clases, y dale las condolencias al profesor, supongo que perder a alguien es muy difícil.
Mingyu asintió a gusto.
—Lisa, quiero proponerte algo, y perdona si soy directo porque claro, lo último que quieres pensar es que soy un maldito busca chicas para una noche, o soy alguien que abusa de su estatus —llevó sus manos a su cabello negro—. ¿Te gustaría ir por un café?
La cara de Lisa estaba totalmente fuera de control.
—No... —ella respondió.
—Disculpa, fue mi error —repuso Mingyu, en su interior estaba decepcionado de sí mismo, tal vez no fue lo suficientemente prudente.
—No, no, digo que no sonaste como un maldito como dijiste —tartamudeó—, digo... —repuso nerviosa, ¿todo el mundo se pone así cuando habla con alguien que le parece bonito?—. Claro que me gustaría, Mingyu —Lisa sonrió.
—Entonces será así. Te veo después de clases, para ser más precisos, en el jardín de sakura —sonrió—. Tienes veinte minutos antes de que empiece la clase, tal vez querrás un poco de tiempo para ti —Mingyu sonrió y se dirigió a su escritorio—. Nos vemos después de la clase, lo espero felizmente.
Lisa asintió a gusto, alzó sus manos a la mochila y se despidió, una vez estuvo afuera del alcance visual de algunas personas y de, claro, sus molestos compañeros, se dispuso a hacer un baile de felicidad y victoria, sí, sí, ¡gracias!
Cogió su teléfono rápidamente, ahora poco le importaba saber si Jennie estaba despierta, era lo menos importante, escuchó replicar dos, tres veces el teléfono.
—No quiero... sus... promoci...ones... —escuchó la voz de su roomie desde la otra línea.
—¡Jennie, tengo una cita! —gritó Lisa con la emoción contenida, pero con cierto desasosiego, no quería que Mingyu fuera una segunda opción, pero simplemente lo era por más que no lo quiera admitir.
—¡Qué demonios! —gritó sorprendida—. Así de fácil, no hombre, Lisa, eres muy deseada, ¿quién es?, cuenta todo bien, mujer, !¿cómo pretendes soltarme esto y no decirme todo completo?! —bufó.
—Perdona, Jen —Lisa sonrió—, es que, maldición, es el nuevo asistente del profesor.
—El que está jodidamente hermoso, te juro que te voy a pegar —Jennie siseó desde la otra línea.
—¡Jennie!, ¿no que tienes novio?
—Sí, pero no me impide admitir la belleza de otras personas, Dios, soy mujer, no estatua, Taehyung sabe que lo amo a él. Qué suerte tienes, te juro que si te hace daño le voy a patear el culo por donde más le duela —expuso felizmente.
—Gracias, eres la mejor de todo el mundo. ¿Sabes? Yo no sé qué haría sin ti.
—Lo sé, Lili, también no sé qué haría sin ti. Esta noche, reunión masiva en nuestro dormitorio, tienes que contarlo todo bien, mujer, cuídate mucho, yo seguiré durmiendo, me escribes si tengo que patearlo en el culo —Lisa colgó la otra línea.
A veces, cuando quieres que te pase algo, te sale algo totalmente diferente.
Lisa ajustó su cabello en un gran moño alto, no se maquilló porque le resta importancia, pero claro, ¿qué se pondría en su cita?, aunque no fuera necesario, se quitó el suéter, y salió como una niña con un regalo de navidad.
—Mira, jamás te vi tan radiante —Jungkook apareció detrás de ella, su cabello castaño y su ropa casual y a la vez elegante—. ¿Qué tramas, Lili?
Lisa casi se atraganta, ¡¿por qué demonios salía él?!
—Oh, no es nada, solo que estoy feliz —respondió Lisa.
—¿En serio? Perdóname, Lisa, pero nunca estás feliz, o pues de buen ánimo, sé que se debe a algo o a alguien —Jungkook hizo un puchero.
¿Qué debía decir?, ¿qué debía hacer?, ¿por qué es tan confuso?
—Saldré a tomar un café con alguien —admitió, Lisa esperó alguna reacción por parte del menor, al menos podría sonreír—. Jungkook, ¿estás bien?
—Woah, en serio, eso es fantástico, así podríamos tener una cita doble con Sana —Jungkook avanzó con ella—. Digo, ya le dije lo que sentía y me dijo que sí, y lo que remató la cereza del pastel, tú tendrás a alguien que te haga suspirar.
¿Eso era todo?, ¿no le iba a preguntar cómo sería?, ¿ni quién era?, ¿ni siquiera su nombre? Pero ella sí tuvo que aguantarse toda una charla de saber cómo era Sana, qué le gustaba, qué odiaba, cuáles eran sus hobbies y hasta qué mierda de películas veía. Lisa siempre estuvo con él, y siempre le prestó atención, entonces, ¿por qué él no podía hacer lo mismo?, ¿qué era lo difícil? Él jamás se dio cuenta de que ella estaba enamorada.
—Eres una mierda —soltó molesta, las lágrimas brotaban de sus ojos—. ¡Eres la peor de las mierdas!
—Lisa, qu...é —Jungkook, alarmado de ver a su mejor amiga llorar como un bebé, sus ojos rojos, sus cachetes rosas, odiaba verla así.
—¡Siempre estuve contigo, siempre, maldición! —Lisa se detuvo mirando todos los casos posibles.
—¿De qué mierda hablas? —respondió molesto y alterado.
—¡¿En serio me lo preguntas?! —le gritó—. Siempre estuve a tu lado, siempre te apoyé en todo lo que hacías, ¡y tú jamás te diste cuenta de que yo estaba enamorada de ti! —Lisa sintió cómo una carga enorme se le quitó de encima al decir eso, siendo invadida por la satisfacción.
Lisa esperó alguna respuesta, Jungkook solo podía quedarse quieto, inmóvil, ¿esa sería su reacción?
—¡Dios, di algo! —gritó.
—Lo siento, yoo...
—Lo sabía, siempre fue así, claro, no es necesario que respondas a mis sentimientos, pero al menos ten el maldito descaro de tener alguna curiosidad por mi vida —Lisa rodó sus ojos, las lágrimas de rabia se mezclaban con el sentimiento que siempre sintió, él jamás le correspondía sus sentimientos-. Ten tu estúpido suéter, ¿sabes?, siempre deseé que me miraras como a Sana.
La chica, con todos sus sentimientos en su cabeza, salió de allí, todo parecía estar de mal en peor, solo ella quiso corresponder a los sentimientos de Jungkook, ¿por qué no le diría que sí? Corrió torpemente hasta el baño femenino, encerrándose en su propia burbuja, necesitaba a alguien a su lado, agarró su teléfono, marcando el número de Jennie.
Esperó a que ésta respondiera.
—Jennie, Jungkook... —hipó—, él prefirió a Sana, desearía ser ella.
—¿Dónde estás?, ya voy por ti —respondió.
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