❝Wish I Were Heather❞
Todos los estudiantes se encuentran charlando con sus amigos, lo que causa un gran bullicio en el instituto, aunque ya es costumbre para las autoridades y los alumnos mismos.
Una llamativa cabellera rubia camina entre el gentío y se aproxima a la cantina del instituto. Hay varias personas amontonadas allí para comprar, pero por suerte hay bastante personal y todo avanza rápido.
Cuando finalmente se halla en su turno, compra un sándwich y un jugo de fresa, que vendría siendo su favorito. Sale del sitio con su alimento en manos y se dirige a una de las mesas donde siempre suele comer con su mejor amigo. Se sienta, coloca su comida en la mesa y luego busca con la mirada a Han. Puede encontrarlo rápidamente, entonces alza un brazo y exclama su nombre para llamar su atención.
—¡Aquí, JiSung!
El de melena castaña lo observa y hace una mueca. Se acerca hacia SeungMin; sin embargo, al llegar no se sienta junto a él, eso deja desconcertado al mayor.
—¿Te sentarás conmigo o no? —pregunta confundido.
—Lo siento, hoy no podré, SeungMin.
—¿Por qué? —interroga.
—Heather me invitó a almorzar con ella. —explica con simpleza.
—Oh... —dice un tanto ¿triste?, es la primera vez que JiSung no almorzará con él—. Está bien, comprendo.
—Gracias, SeungMin, nos vemos. —sonríe ampliamente y se aleja de su amigo para ir con la chica.
Gira su rostro hacia donde Han fue, ahora puede ver cómo se sienta al lado de la chica con una linda sonrisa dirigida a ella. Su pecho se oprime al ver la escena, él bien sabe por qué. Está celoso.
Los observa charlar amenamente de algún tema mientras se dedican sonrisas. Ambos se gustan, es más que evidente. Eso hace doler su corazón, porque quisiera ser quien ocupase el lugar de Heather. Mas no puede hacer nada, porque es sólo un simple amigo para el castaño.
El gélido viento golpea contra su tersa piel y lo hace temblar de frío. Ese día no ha llevado un abrigo. Se maldice por eso, está a nada de congelarse.
El día había comenzado con una agradable calidez; no obstante se había tornado helado en cuanto llegó a la institución.
Frota su palma contra su brazo intentando así crear calor, mas es algo que resulta inútil.
En un momento en el que siente que ya no es capaz de soportarlo, una repentina calidez le abraza el cuerpo. Un felpudo abrigo cuelga de sus hombros y lo cubre.
—Se notó que estabas muriendo del frío. —habla JiSung sin antes darle la posibilidad de pensar en el responsable de aquella caballerosa acción.
—Gracias, JiSung. —le regala una sonrisa al menor en agradecimiento.
—No es nada... —dice mirándolo minuciosamente—. ¿Sabes qué?, ese abrigo te queda mucho mejor que a mí.
—Oh, ¿lo dices de verdad?
—Por supuesto.
Su sonrisa se ensancha aún más que antes, luciendo eufórico por el comentario dicho. Al parecer su sonrisa contagia al menor, pues imita su gesto y, maldita sea, su sonrisa es bellísima. Es tan digna de apreciar, tanto que quisiera poder hacerlo todo el bendito tiempo.
En un momento su mirada deja de observarlo y su sonrisa es dedicada a otra persona, más específicamente, a Heather. Las joyas contrarias quedan maravilladas al ver a la fémina, incluso puede observar pequeños destellos decorar los oscuros orbes, aquellos que llevan a la perdición a cualquiera.
—Uhm...voy a saludarla, nos vemos.
Sin más, abandona su sitio y conduce sus pies hasta la linda chica. Entonces SeungMin queda en soledad de nuevo.
Con el paraguas cubriéndole de la intensa lluvia, camina por la cuadra que resta para llegar al instituto. Una vez se halla en su destino, cierra el paraguas y se adentra a la institución.
Ese día no hay muchos estudiantes recorriendo los pasillos como es común, quizá se debe a la lluvia.
Camina entre los pocos alumnos y se dirige hasta su salón. Al llegar, puede ver que está vacío. No, casi. Su amigo de regordetas mejillas está presente, y junto a...Heather. Ella lleva un abrigo que se sostiene de sus hombros, al mirar cada vez con más detalle, se percata de que se trata del mismo abrigo que le había dado JiSung. Algo duele dentro de sí.
Los observa desde el contorno de la puerta, ellos no notan su presencia al parecer, ya que siguen charlando mientras se dedican esas sonrisas que empalagan, mientras sus manos se sostienen mutuamente, enredando sus dedos con los ajenos. Y lo admite, se siente más celoso que antes. Tiene ganas de ir hacia ambos y alejarlos, tiene ganas de jalar la cabellera de Heather, tiene ganas de arrastrarla por toda la institución. Pero sabe que no debe hacerlo, tan solo pensarlo está mal.
Quizá Heather no merece lo que él quiere hacerle, porque ella es una persona amable, lo ha demostrado en diversas ocasiones; no obstante, sus celos le ganan, esos deseos de ser Heather, aquellos deseos que cada vez se apoderan aún mas de él, que lo consumen por cada segundo que transcurre.
Los celos lo poseen por completo una vez que los ve acercarse y unir sus labios en un beso tan dulce que le dan ganas de llorar. Su corazón de cristal se hace añicos, se rompe en miles de pedacitos que si alguien se diera el trabajo de contarlos, jamás acabaría.
Se limita a cerrar la puerta de nuevo, sin importar haber creado un estruendo al hacerlo. Con lágrimas cayendo sin cesar de su rostro, camina vertiginosamente por los pasillos, sin saber con exactitud a dónde se dirige. Pero no le importa, sólo quiere olvidar lo que ha visto con anterioridad. Quiere desaparecer, y eso es lo que hará, al menos del instituto.
Hoy es un domingo radiante, aunque para SeungMin es uno tormentoso, por lo que se queda todo el día en su habitación, si darse el lujo de salir. Sigue triste y roto. Tal vez tendría que estár feliz porque JiSung lo está, pero no, no se siente contento viéndolo con ella. Es egoísta, lo es. Pero es humano y no puede hacer algo para evitarlo.
En sus oídos retumban la canción que tiene por tono de llamada. Con pereza estira su brazo y envuelve su teléfono con su mano derecha. En la pantalla puede admirar que es JiSung. No tiene ánimos para contestar, pero lo hace de todos modos porque necesita oír su voz.
—¡Hola, SeungMin! ¿cómo estás? No has respondido mis mensajes, ¿pasó algo?
—Hola, JiSung. No me pasó nada, estoy bien, sólo me mantuve concentrado en los trabajos del instituto.
—Eso es bueno, me tenías preocupado —seguido de ello se oye una leve risa de su parte. El rubio ama oírla—. Bien...¡tengo algo que quiero contarte!
—Sí, dímelo.
—Me confesé a Heather, ella dijo que le gusto también. ¿Y adivina qué? ¡Ahora es mi novia!
—Oh...te felicito. —en su voz no hay rastro de efusividad, Han lo nota, pero antes de poder cuestionar, Kim cuelga la llamada.
Sus joyas rápidamente se sienten aguadas, y en menos de lo que quisiera admitir, las lágrimas ya están descendiendo por la tersa piel de sus mejillas hasta caer en sus prendas y empaparlas.
En ese instante siente tanta envidia de Heather, tanta que es acompañada de rabia y profunda tristeza. Se levanta de su cama y comienza a acabar con todo lo que se halla en su habitación, rompiendo y deshaciendo cosas. En el exterior se escuchan vidrios siendo rotos, objetos siendo golpeados con brusquedad y gritos desgarradores.
Él se cansa luego de unos minutos y cae de rodillas al suelo, sin tomarle importancia al desastre que hay a su alrededor gracias a sus sentimientos entrelazados.
❝Desearía ser Heather❞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro