01
Las pisadas del menor se escucharon por toda la casa, su pequeña risa llenó toda la cocina donde su madre se encontraba cocinando, entro y abrazó su pierna tratando de ganarse su atención; la cual nunca estaba presente en el.
— Por dios, Taehyun. Hazte a un lado, no me dejas cocinar.
— Mamá, ¿BeomGyu Hyung puede venir a la casa?, queremos jugar mucho, por favor.
Su mamá soltó un bufido desesperado, tomó las manos de su hijo y lo apartó de un solo jalón, desvió la mirada de él y siguió en sus cosas.
— Mamá.
— Diablos, Taehyun, estoy ocupada — lo miro enojada, su rostro lleno de harina y con cara cansada — Te he dicho que aquel niño granjero o no sé qué es, no me gusta que esté junto a ti, no es ni siquiera de nuestra clase. Deberíamos estar en categorías, el no es de nuestra categoría.
El pequeño niño bajo la cabeza intentando controlar el pequeño puchero que estaba comenzando a crecer en sus labios, pero fue inútil, siempre terminaba con ese estupido puchero, bueno, así lo llamaba su mamá.
— Basta de hacer eso Taehyun, estoy harta que siempre hagas ese estupido puchero, no puedo decirte a todo si.
— Mamá, pero solo será por hoy.
Minyeon lo miro molesta, señaló las escaleras dándole a entender que subiera y la dejara sola, Taehyun se dio media vuelta con tristeza y subió hasta su habitación, cerró la puerta y corrió hasta su ventana, esperaría a que BeomGyu llegara a su casa para decirle que aquellos planes que habían hecho desde hace ya una semana sería cancelados, nuevamente...
Los minutos pasaron y aquel chico de cabellos castaños seguía mirando por todos lados esperando a que su amigo de unos dos años mayor que él hiciera su aparición y así lo hizo, apareció con aquella sonrisa brillante, miro hacia el pequeño balcón del pequeño y movió su mano en forma de saludo.
— Taehyun.
— Hyung, debe irse, no será posible poder vernos.
— ¿Hoy tampoco se pudo? — su voz salió en un hilo doloroso.
TaeHyun negó con tristeza, ya había perdido la cuenta de las veces en la que su mamá le había prohibido ver aquel chico de buen corazón, que se estaba comenzando a robar todos sus suspiros y pensamientos.
— ¿Y cuando será posible vernos?, mamá dice que desea verte, está muy enferma, Taehyunnie.
— Pronto, lo prometo Hyung. Pero no podré salir hasta que mamá me deje ir.
Un pequeño silencio de decepción se hizo presente, mientras ambos chicos aún se miraban, eran pequeños pero sabían más que una persona mayor, sabían diferenciar entre cosas malas y buenas, y lo que sentían el uno por el otro, era la cosa más buena que les había sucedido en ese largo año que llevaban siendo amigos, amigos que solo podían hablarse desde un balcón o en aquel árbol viejo después de la escuela.
El sonido de una carroza y de caballos acercándose hizo que los pequeños niños abrieran sus ojos y comenzaran a alterarse.
— Aún no es hora de que llegue, ¿Qué hace aquí?.
— Tranquilo Taehyunnie, me iré, ¿Bien?
— De acuerdo Hyung, vaya con cuidado, espero verlo mañana después del colegio, claro, si es que mamá no va por mi.
Sonrió el joven Choi — Me escapare de mi padre para poder verte, hasta entonces joven Kang.
El pequeño niño sonrió y vio irse corriendo al más joven de los Choi, a tiempo antes de que aquella carroza que conoce a la perfección parara frente a su casa y viera bajar a la pareja de su mamá, aquel señor que le daba miedo y que cada vez que estaba junto a él acariciaba su pequeña y diminuta pierna. Byreom bajo de la carroza con cara molesta mirando hacia donde se había ido aquel otro niño, miro ahora hacia aquel pequeño balcón de Taehyun y ahí lo vio, mirándolo con pavor, acomodó su traje de tela cara y entró a su casa.
No tardó tanto para que su mamá le gritara haciéndole saber que el señor Byreom estaba en casa.
— Taehyun, baja por favor.
El pequeño niño tragó duro y bajo para ver a su mamá con una canasta en su brazo y arreglada para salir.
— ¿No piensas saludar?.
Asintió, miro al señor que todas las tardes estaba metido en su casa y le dio una pequeña reverencia en forma de bienvenida.
— Hola Taehyunnie.
— Hola.
— Debo salir con Chaeryoung, así que te dejaré con Byreom, ¿De acuerdo?, termine de cocinar y esa cosas por si tienen hambre puedan comer.
El señor de cabello negro y canas adornando asintió y sonrió, tomó su hombro para llevarla hasta aquella carroza y se despidió, el pequeño Taehyun vio partir a su madre desde su habitación y ahora el silencio en casa le parecía aterrador, era la primera vez que su madre lo había dejado solo con su pareja y algo dentro del menor tenía miedo.
Leves golpes fueron dados a su puerta café, volteó y pudo ver la cabeza del señor asomándose con una gran sonrisa en su rostro.
— ¿Puedo pasar?
TaeHyun asintió, el cuerpo grande y pesado del señor se sintió aún lado del colchón, su gran mano se posó sobre la pierna de Taehyun haciéndolo saltar un poco y mirarlo.
— ¿Qué hacia de vuelta aquel chico enfrente de la casa?, te hemos dicho miles de veces que él no es buena persona, eres tan pequeño que aún no diferencias entre ambas cosas, entre malas y buenas. ¿Acaso quieres un castigo por portarte mal, Taenie?.
El señor Byreom dio un apretón en su pierna pequeña y sonrió de lado, él niño pequeño negó un poco asustado.
— Aún así recibirás un castigó, uno que quedará solo entre tu y yo. — habló cerca de su oído, haciendo sentir al pequeño niño su aliento caliente en su oído y deseando poder parar aquel señor aún lado de él. — Es secreto Taehyunnie, mamá no debe saberlo, prometo que será un castigo bueno.
— ¿Castigo bueno? — los ojitos del pequeño se encontraron con la mirada oscura del mayor.
— Si, uno bueno que será solo de nosotros, mi lindo Kang y después de ese castigo prometo llevarte a comprar lo que quieras, incluso lo que nunca te imaginaste que tendrías.
TaeHyun se levantó de su lugar sonriendo. Solo era un niño, un niño que equivocadamente confundió lo malo y lo bueno por primera vez, solo era un niño dulce que no merecía ser lastimado.
La casa de apariencia bella por fuera y por dentro, aquella casa de los Kang, que todas personas que pasarán por ahí la miraban con deseo de poder tenerla. Pero no sabían lo que realmente pasaba en ese momento dentro a esa casa, los gritos de dolor y llanto del pobre niño se escuchaban en cada rincón.
Después de que aquel señor se desquitara con el pequeño, se levantó poniéndose sus pantalones y ajustándolos con el cinturón, miro al pequeño y beso su frente.
— Buen niño, Taehyun, ahora no vuelvas a desobedecer a tu madre o a mi, ¿Entiendes?
El pequeño asintió desganado, el mayor salió de la habitación dejando al pequeño niño llorando por el dolor en su cuerpo, no tenía ni siquiera fuerzas de levantarse de la cama cuando su mamá le dijo que bajara a cenar después de su llegada. Necesitaba al bello niño que amaba ver, quería desaparecer después de darse cuenta de las marcas en su piernas, esos hematomas que estaban tomando color a gran profundidad.
— BeomGyu...
Susurro pesadamente y volvió a sollozar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro