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Capítulo Único

I wish I were Heather...
Conan Gray -

Era tres de diciembre y con la capa de invisibilidad puesta, que le había quitado a su ahijado esa misma mañana, se dirigió caminando hasta el aula donde enseñaba Remus. Bajo la capa de invisibilidad, vestía sus típicos pantalones de mezclilla rasgados que combinaban a la perfección con el suéter que Remus le había prestado esa misma mañana. Como siempre, solo se había puesto un polo manga corta de una de sus bandas favoritas, que a pesar de haber dejado de ser un chiquillo todavía amaba.

Remus, al verlo esa mañana aparecer en sus aposentos, como siempre lo hacía, lo regaño por no abrigarse ya que según este ya empezaba hacer frío. Bueno, tenía sentido, era el ultimo mes del año y ya empezaba a nevar en Escocia. El ojimiel se había sacado el suéter azul que llevaba puesto esa mañana, obligándolo a ponérselo. Al recibir la prenda, había sentido sus mejillas arder. Solo esperaba que Remus no hubiese notado nada.

Tras eso y ponérselo con las mejillas aún ardiendo, Remus comentó que aquel suéter azul hacía resaltar sus ojos color plata, razón por la que le quedaba incluso mejor que a él. Por más que la prenda le quedase larga por ser de menor estatura que el castaño. Y como si nada de eso hubiera pasado, Remus le indicó que podía desayunar algo en sus aposentos pues debía salir a dar clases. Casi esa era la misma rutina de siempre, a excepción de que Remus se preocupara tanto por él como para darle su suéter.

La razón por la que había ido hasta los aposentos del castaño en Hogwarts era porque odiaba quedarse solo en Grimmauld Place y el año anterior había sido muy aburrido estando ahí solo. El verano era la excepción, donde su ahijado y mejor amigo pasaban los días con él.

Así que Sirius había pasado toda la mañana en los aposentos de Remus. Agarrando libros, hojearlos y dejarlos en su lugar al notar lo aburridos que eran. Pero para Remus leer libros no era aburrido, como para Sirius no era aburrido quedarse en silencio algunas tardes mientras veía a su amigo leer. Pero ya dando la hora del almuerzo y sabiendo que Remus tenía un break de unas horas, decidió ir a buscarlo. Sabía que era momento, como había aconsejado Harry, de declarar sus sentimientos por el otro hombre.

No pierdas el tiempo, solo recuerda lo que pasó el año pasado. Era una de las frases que su ahijado había escrito en sus cartas y también le había dicho frente a su cara.Y pues sí, recordar el retorno de Voldemort durante el cuarto año de Harry le hizo repensar las cosas. En cualquier momento, Sirius, Remus o ambos podrían dejar aquel mundo y Sirius jamás podría hacer algo sobre sus sentimientos.

Agradecía poder estar libre y fuera de Azkaban gracias al Harry y sus amigos, quienes, por idea de Dumbledore, accedieron a dar algunos de sus recuerdos con Peter Pettigrew en estos para que Sirius tuviera la libertad que había anhelado por varios años. Quedando libre de toda culpa, pudo rehacer su vida con casi normalidad. Solo se le obligaba asistir a terapia y que no podría retomar su trabajo como auror sin hacerlo. Así que cuando no estaba en Hogwarts, o arreglando motocicletas en un taller muggle, estaba en terapia.

Siendo sincero, la terapeuta no servía. Solo le hacía preguntas y decía que Sirius, por cuenta propia debía reconocer sus traumas. Eso le molestaba.Razón por la cual prefería hablar con su ahijado sobre sus problemas y este le escuchaba atentamente para luego darle consejos. Sirius debía admitir, Harry daba consejos algo estúpidos a veces, pero no tanto como los consejos que le solía dar James. Pero este último, el último consejo de Harry tenía todo el sentido del mundo.

Siguió caminando por el pasillo del tercer piso, pensando que tal vez si era una mala idea hacerlo. Una voz en su conciencia, que ahora sonaba casi como Harry, le decía que si no lo hacía ahora se arrepentiría luego. Una jodida mierda, porque Harry no era capaz de callarse ni es su propia cabeza. Después de todo, si algo salía mal, podría decir que Harry era el responsable de todo.

Pero ahí iba una de sus conversaciones con Harry otra vez. ¿No ves como te mira? De la misma manera en la que tú lo miras a él. Sirius, había dejado de delirar con Remus sintiendo lo mismo que él luego de la broma, sabiendo que la había cagado rotundamente. Pero ahora estaba Harry alimentando esos delirios nuevamente, más y más.

Al llegar al aula, donde sabía que Remus estaba terminando de dar clase, notó que los estudiantes de segundo año, salían del aula dirigiéndose a quien sabe donde. Los de uniforme azul y rojo no notaron su presencia bajo la capa. Sintió sus manos sudar, que trató de limpiar con su pantalón mientras se vaciaba el salón. Cuando no vio más alumnos salir, ingresó al aula en silencio, deteniéndose detrás de la última fila de pupitres cuando vio a una niña preguntarle algo a Remus.

Remus le respondió con paciencia a la niña, sonriéndole con calidez. Sirius sintió sus piernas temblar al ver la sonrisa radiante del que pronto dejaría de ser solo su amigo. Una sensación cálida se apoderó de su pecho al pensar en la forma que Remus hablaría y trataría a una hija de ambos. Sí, el pensamiento se sentía bien. Formar una familia con Remus, Harry y tal vez alguna pequeña más.

Concentrado en sus pensamientos, apenas pudo notar que Remus ahora vestía otro suéter, uno color mostaza que le quedaba jodidamente bien. Se mordió el labio ante el pensamiento de Remus dándole otro de sus suéteres. Luego, finalmente, la niña se despidió alegremente de Remus, tomó sus cosas y salió del aula. El castaño volteó hacia su escritorio, ordenando algunos pergaminos. Sirius tomando el valor para finalmente decirle lo que sentía desde que eran niños.

Si, sabía que un aula no era algo romántico como para declararse pero, para Sirius, aquella aula tenía un significado especial. En sus tiempos, McGonagall solía enseñar Transformaciones en esa aula. En una de sus clases, durante su quinto año, tras pasar toda la clase mirando a Remus y luego de un regaño de Minerva, Sirius se percató de lo enamoradisimo que había estado de Remus por tanto tiempo. Claro, aunque al inicio tuvo miedo, aprendió a vivir con aquel sentimiento.

A punto de sacarse la capa de invisibilidad para mostrar su presencia a Remus, una joven presencia ingresó por la puerta del aula, cerrando la puerta detrás de ella. Vio como Remus volteó apenas escuchó la puerta cerrarse y sonrió con amplitud hacia la chica de cabello morado. Noto un brillo, del cual no sabía su significado, en los ojos miel del licántropo

—Aurora Tonks, que grata sorpresa.— Remus se apoyó sobre su escritorio sin eliminar esa sonrisa que había puesto en su rostro. ¿Dijo Tonks? ¿Como su sobrina?

Los ojos de Sirius se dirigieron a la chica, recién percatandose de quien era. En efecto, era su sobrina Nymphadora Tonks. Solo la había visto en ciertas ocasiones cuando había ido a visitar a su prima Andrómeda, ella lo visitaba o en las reuniones de la Orden del Fénix. Así que no pudo hallar una explicación lógica por la cual sus sobrina podría estar en Hogwarts, tal vez alguna misión supuso, pero lo dudó.

¿Qué hacía su sobrina ahí?

—Profesor Lupin, lamento interrumpir su clase.— habló la pelimorada acercándose hacia donde estaba Remus a pasado lento. La vio morderse el labio y a Remus soltar una pequeña risita.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué seguía ahí? Debería sacarse la capa y enfrentarlos, pero ninguno de los dos hacía algo malo, o eso creía. Aún así, Sirius no pudo evitar sentir que una fuerza extraña apretaba su pecho, dejándolo sin aire, y como sus ojos empezaron a arder. El aún escondido bajo la capa de invisibilidad de Harry.

—Mi clase acaba de terminar, tienes suerte.— mencionó el castaño cuando su sobrina se encontraba a unos pasos de este. Ambos seguían sonriendo, Sirius se mordió la lengua en un intento de no gritar.

—Supongo que eso es bueno.— Tonks se acercó demasiado a Remus, pasando sus brazos sobre el cuello de este. Remus no la alejó y el ardor en los ojos de Sirius se incrementó.

—Sí, lo es.— Su amigo atrajo a la más joven hacia sí mismo posando sus manos sobre la cintura de esta.

No le gustaba ver a Tonks y Remus de esa forma. ¿Por qué tan cerca? Su respiración, con cada segundo, se hizo más difícil de mantener y el picor de sus ojos solo aumentó más con los segundos que pasaban.

—Pero aún no me dices que trae por aquí.—Remus la miró con ¿cariño? al preguntar. Realmente no comprendía qué pasaba, pero el dolor en su pecho le impedía hacer algo al respecto. —Pensaba que nos veríamos el sábado en Hogsmeade.— espera, ¿qué?

La mente de Sirius hizo rápidamente hizo click. Pero no, no, no, no, no. No podía haber algo entre ellos dos. Remus se lo hubiera dicho. Remus, él, lo hubiera comentado. ¿Pero lo que decía Harry? Remus lo miraba, no. Remus no podía estar enamorado de su sobrina. No, no podía ser.

—Solo te extrañaba y decidí venir a visitarte.

—No te creo.— ambos rieron, sus risas pareciendo una sola al estar tan sincronizadas.

—La llamada suma inquisidora pidió guardaespaldas porque según ella varios alumnos le estaban jugando bromas muy pesadas.

—¿Umbridge?— la aurora asintió en respuesta. —Pero a decir verdad las bromas que le han jugado son muy ingeniosas.

—Quiero ver eso. —respondió Tonks con emoción.

—Teniendo en cuenta que estás aquí sin cumplir tu trabajo lo más probable es que lo hagas.

—Haces sonar como si invadiera mis responsabilidades.— se quejó Tonks empezando a jugar con el cabello castaño. Sirius se recordó a sí mismo las veces que él jugaba con el cabello de Remus y este jamás se quejaba —Y antes que digas algo, Dumbledore me permitió escapar un rato.

—No dije nada Dora.— ¿Dora? ¿Desde cuando la llamaba así? Al ser su sobrina está ni la deba llamarla de aquella forma, solo había visto a Andy junto a su esposo referirse de aquella manera a su hija. Y ahora a Remus también.

—Bueno Remi, como que hace frío ¿no?— la más joven hundió su cabeza en el pecho del ojimiel.

—Son las montañas de Escocía, siempre hace frío.

—Me olvidé. — notó a la aurora hacer un puchero mientras Remus la alejaba finalmente de él. ¡Al fin!

Pero el dolor en su pecho se hizo más fuerte cuando lo vio quitarse el suéter mostaza que llevaba y ponérselo a la aurora. Está teniendo una tonta sonrisa tonta en el rostro. Remus murmuró algo en el oído de esta, algo que hizo que el rostro de la ex-hufflepuff se tornase color carmesí. Remus acarició el hombro de la aurora y con su otra mano tomo su rostro.

Sirius sintió su mundo congelarse mientras Remus besaba a otra persona que no era él. Las mejillas de Sirius se empaparon y su garganta rdió de una forma dolorosa. Miró hacia el suelo, sabiendo ahora que Remus jamás sería capaz de besarlo como lo hacía con Tonks. ¿Porque siquiera Remus lo besaría? Sirius, que siempre había tenido el ego tan alto, sintió que no era ni la mitad de hermoso que Tonks. Por algo Remus la prefería a ella y no a él.

Sirius alzó la mirada, notando que ambos ya habían dejado de besarse. Pero Tonks seguía entre los brazos de Remus. Quizo morirse en ese instante si es que no podía ser Tonks. Quería estar en su lugar, estar en los brazos de Remus, sentir los labios de Remus sobre los de él. Pero era imposible, Remus estaba enamorado de otra mujer.

Y mientras Tonks salía del aula, despidiéndose con una señal alegre de Remus, Remus la miró embobado, sus ojos sin soltar a la mujer que tenía frente a él. Sirius deseaba que Tonks estuviera muerta, pero de inmediato se sintió mal consigo mismo. Tonks era perfecta, era casi como un ángel con aquella personalidad tan carismática que siempre tenía. Con todas sus fuerzas, Sirius deseó poder ser Tonks. Tras unos segundos, Remus salió del aula con sus cosas y una sonrisa radiante que Sirius supo que jamás se la podría dar.

N/A: Otro aniversario de Heather y finalmente publico este escrito que se ha estado empolvando en mi Drive por un par de años.

Es gracioso, porque la primera versión la escribí en 2021, pero se me paso la fecha y jamás publique. Par el 2022 había perdido el archivo y escribí desde cero pero la historia no me convencía. Hoy me acordé de que tenía esto escrito y me puse a mejor este OS para poder publicarlo.

Porfi, espero que no haya hate a Tonks. Yo amo Remadora, para que mentir, pero también amo a Wolstar. Así que tampoco me hagan decidir. Igual creo que es la primera vez que escribo una historia Remadora.

Les gustaría más historias de Sirius sufriendo? Tengo un real problema con hacer OS tristes. Lo siento. Vayan a leer otras historias en mi perfil, algun día traere algo no trágico.

Los gráficos los hice a última hora y la imagen es de una IA (amo las IA's)

Nos leemos <3

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