Capítulo 3.
Sonic caminaba por los pasillos en busca de su mejor amiga.Debía contarle el gran avance que había tenido con María.Es que aún no se lo creer, él solo la vio temblar de frío mientras leía y se dijo que sería un acto amable prestarle su abrigo, de todos modos no se iba a morir si no lo tenía.Ella le sonrió y le agradeció con voz baja, era tan tímida y tenía una linda sonrisa.
La primera vez que la conoció fue cuando era el primer día de clases de ella.María no sabía dónde quedaba su salón y se acercó a él que estaba con Amy, a ambos le preguntó dónde queda el salón 11-A y ellos muy amablemente le dijeron dónde quedaba.Desde ese día Sonic la miraba de lejitos, a veces se saludaban pero él estaba seguro de que ella no sentía nada por él.
Buscó por todas partes a su mejor amiga pero no la encontró...hasta que la vio.Ella estaba hablando con María, la rubia tomaba las manos de la rosada.Confundido se acercó a ellas.
—¡Hola!—saludó, ambas chicas se separaron y lo miraron, una más asustada que otra—¿Todo bien?
—Oh, ¡Si si! Solo le decía a Amy si me podía prestar un lápiz, tengo un examen dentro de poco y olvide mis materiales.—dijo la rubia con una sonrisa, la verdad es que no era una excusa buena pero es lo primero que se le ocurrió—.
—Si, ella me lo estaba pidiendo urgentemente y ahora mismo iba a ir a mi casillero para dárselo ¿Vienes?
Que pregunta más estúpida querida Amy.... pensó Sonic.
Él solo asintió y los tres se dirigirle al casillero de Amy.Ella sacó un lápiz de allí y se le entregó a la rubia.
—¡Muchas gracias Amy! Te debo una grande—y justo en ese momento el timbre suena—Bueno, debo irme...que tengan un lindo día.
Y se fue de allí con una sonrisa, el abrigo de Sonic la cubría y ¿Para que negarlo? Le quedaba bien.Sonic estaba muy feliz de que su chica tuviera su abrigo puesto.Miró a su mejor amiga, la cual veía también en la dirección de María.
Amy no sabía como sentirse, bueno, si lo sabía.Estaba destrozada, quería llorar, no quería irse a clases.Pero si hacía todo eso tendría que darle explicaciones a Sonic y no quería, no debía.Él jamás debía saber sobre sus sentimientos.
Se arruinaría toda su amistad, todos esos años quedarían en la basura por su culpa y solo su culpa por enamorarse de quien menos debía.
—¿Ames?
Ahí la llamo él, con ese apodo que a ella tanto le gustaba.Solo que ese apodo lo decía para dos ocasiones:Estaba preocupado o quería algo.
Ahora era la primera y lo sabía, lo conocía demasiado bien.
—¿Si?—respondió Ella mirándolo—.
—No trajiste tu abrigo...—dijo él notando ese detalle—¿Estás bien?
—Yo...sí, es que el mío se me rompió y no he tenido tiempo para comprarme otro.Pero hoy iré a comprarme uno.
—No lo hagas.
Y con eso se fue de ahí bajo la mirada de Amy.
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