LA MAÑANA HABÍA SIDO DIFICIL PARA XIA LIN, más allá del hecho de que ella estuviera con los ojos hinchados y las mejillas irritadas por haber dormido toda la noche, había tenido que bañarse con agua helada porque el calefont había decidido no funcionar además de que su sketchbook se había perdido y su teléfono no había cargado.

Tuvo que tomar taxi porque el bus se lo había perdido y ni hablar de la fatiga que sentía, al no haber sonado la alarma no pudo desayunar ni tomar un vaso de agua.

—Oh... se ha averiado el taxímetro...—el conductor se detuvo en la entrada de la universidad y volteó— ¿cuánto va a pagar?

Y sacó de su billetera los últimos wones que le quedaban, todo esta yendo mal... muy mal para ser exactos y eso le hacía sentir miserable, e incluso, más de lo que era.

—¿Quiere cambio o...

—Quédeselo, usted lo necesita más que yo— o quizás no.

Bajó colgando su mochila al hombro, cayendo al tropezarse con sus pies, suspirando ante el ardor en sus rodillas descubiertas por el vestido negro Chanel, pareciera que todo rastro de suerte se había ido al besar a Ximen la noche anterior.

—¡Xia!—Shancai se acercó para ayudarla a ponerse de pie— ¿estas bien?

—Oh, tranquila... soy un poco torpe aveces—sonrió abrazándola por los hombros y comenzar a caminar con ella, ignorando el ardor horrible.

Por otro lado, Ximen estaba apoyado en la azotea teniendo sus manos sobre la baranda de la azotea, pensando en como siquiera iban a interactuar.

—¿Por qué estás tan solo?—Meizuo llegó a sus espaldas— ¿qué paso?, ¿Xia Lin?

Sin embargo, no hubo respuesta de los labios del de gafas y se acercó, poniéndose de la misma manera que él.

—Aveces las mujeres saben como meterse bajo nuestra piel hasta el punto en que es desgarrador—comentó— como si el silencio fuera peor que el desprecio y ignorarnos es casi como la pena de muerte...

—Anoche fui a buscarla—decidió hablar, ignorando profundamente las palabras de consuelo de Meizuo— y bueno, discutimos un poco y... terminamos besándonos en mi auto

—No pensé que ibas a ir tan rápido, digo... ¿no que no era para ti?

—Xia Lin es salvaje, grosera...—dijo mientras miraba a los estudiantes ir y venir— odia el té y sobre todas las cosas, tosca y brusca....

—Creo que ella puede decir lo mismo de ti—la cara de Feng demostró confusión— si ya estas harto, dile a Si que vas a echarte para atrás, de todas maneras... no es como que el no haya caído como perro faldero por Shancai

—No lo ha hecho y yo, no lo he hecho por Xia—aclaró.

—Waoh... eres todo un adolescente Ximen—su  comentario fue como el de un padre— dime que sigue... ¿qué te digan que Xia Lin es tu novia y vas a hacer una rabieta?... si no quieres, déjala tranquila y échate para atrás, nadie apunta tu cabeza con una pistola

Y analizó la situación. Se habían besado dos veces y en dos lugares diferentes y Xia le había mostrado otra forma de ver las cosas, le había enseñado que la frustración y los nervios eran parte del proceso de relacionarse con las personas y sobre todo, le habían mostrado que ninguna de las chicas con las que se había relacionado antes les interesaba él realmente—aunque tampoco le interesaban ellas—.

—Sabes, aveces es mejor saber cuando retroceder—palmeó su hombro— y sino, ve con todo... pero ir y venir es realmente te hace mal a ti y mucho más a ella

—¿Y cómo sabes tanto de ella?, ¿te gusta acaso?

—Suelo leer a las personas—se encogió de hombros— Xia parece ser el tipo de persona de ser sola, no me extrañaría que cualquier acción proviniendo de ti o nosotros le cause desconfianza, y teniendo en cuenta el juego de ayer... uf...

—¿Y qué debo hacer?, lector de personas...

—Por primera vez y aunque suene cliché, usa tu corazón—apuntó el lugar de su pecho e hizo un poco de presión con su dedo índice— escúchate a ti mismo, reflexiona... no lo sé, lo que sea que te ayude a pensar en cosas coherentes, no podemos querer si no sabemos que sentimos, porque por estas cosas cometemos errores y herimos a quiénes nos dieron su cariño en bandeja de plata

—¿Quién te hizo tanto daño?—alzó una ceja curioso.

—Oh bueno...—rascó su nuca, riéndose — estamos hablando de tu historia de amor, no de la mía...

XIA ESTABA COMIENDO DE LA COMIDA DE LA UNIVERSIDAD mientras que agradecía al universo por encontrar un par de wones en su mochila.

Yin Xig hablaba con Shancai y Qinhe sobre cosas que ni siquiera había decidido prestar atención, todo estaba siendo tan confuso y no le gustaba.

—¿Estás?—Yin aplaudió en su rostro, haciéndola parpadear— sabes, llevas cinco minutos moliendo esas pobres verduras...

—Lo siento—pinchó con su tenedor algunos brócolis algo rotos para comérselos— ¿de qué hablaban?

—Bueno, realmente nada relevante... solo del porque en las novelas hay triángulos amorosos, son tan aburridos—Qinhe comentó.

—Bueno, están hechos para mostrarte claramente que el secundario es el indicado y que el principal es un tóxico con problemas de narcisismo—respondió Xia— o aveces los dos son iguales de idiotas, pero el síndrome del secundario es horrible

Y Yin sonrió, sus ojos brillaban con ilusión ante aquellas palabras, como si pudiera tener alguna oportunidad con su mejor amiga.

—Cierto, los secundarios son los menos tóxicos en realidad... los más honestos y todo eso—Shancai asintió— pero no hablemos de eso, pensar en relaciones me hace doler la cabeza, Daoming Si no me ha dejado tranquila

—Puedo golpearlo si quieres—Qinhe sonrió como si fuera superman.

—¿Y eres capaz de hacerlo?—Zhāng preguntó graciosa.

—Bueno, es más probable que tú vuelvas a golpearlo que él—la pelinegra soltó con gracia.

Y entre risas, una chica tocó el hombro de Xia, haciéndola voltear y encontrarse con una bonita estudiante de medicina.

—¿Tú eres Xia Lin?

—La misma—limpió sus comisuras con una servilleta— ¿qué paso?

—Bueno, me dieron esto porque me llamo Xia —dijo sin más— y alguien se confundió y dejo una carta para ti

—¿Y cómo sabes qué ella es Xia Lin?—Lu dijo desconfiado.

—Es bastante popular últimamente, la tarjeta y los F4... ya sabes, mierdas de esas—se encogió de hombros— bueno, el punto es que esta carta es tuya

Y la tomó, abriendo el sobre perfectamente cerrado y sacó el papel.

"Te espero en la azotea después de clases,
da igual quien llegue primero, nunca es tarde para hablar con alguien"

—¿Qué dice?

—Dice queti

—¿Queti?—Su mejor amigo preguntó alzando una ceja.

—Quetimporta viejo chismoso