XIA SE PETRIFICÓ EN SU LUGAR POR UNOS INSTANTES, sintió cuatro mirada sobre ella y cada una más analítica que la otra.

—En este caso, como eres la primera chica con tarjeta, sólo jugaras con uno de nosotros—Ximen habló, como si estuviera en alguna situación diplomática— y también, decidirás el juego de cartas

—¿Y puedo elegir con quién jugar?—preguntó, tratando de mantenerse tranquila y no pensar en tonterías que perjudicarían la situación.

—Ximen es el más indicado para esta situación—Meizuo respondió, corriendo una silla para que ella se sentará— ¿entonces, qué juego decidirás?

Se sentó, cruzando sus piernas bajo la mesa y cruzo sus manos sobre la mesa, notando a Ximen sentarse frente a ella, notando una sonrisa ladina con labios cerrados por el contrario, sabiendo que el juicio contra el diablo había comenzado.

—Me parece justo jugar con cada uno, recibí más de diez tarjetas rojas—vaciló, cavando su propia tumba.

—Créeme que no quieres empeorar la situación, ten en cuenta que cuatro derrotas son cuatro deseos a conceder—Lei se había decidido acercar, tocándole los brazos por la espalda, ganándose una mirada de despreció de parte del de gafas— ¿estás dispuesta a eso?, ¿crees poder cumplir más de uno?

—Cuatro derrotas o cuatro victorias —dijo, tensándose bajo el tacto ajeno— ¿no lo crees?, a caballo regalado no se le miran los dientes

—Bien... entonces, cuatro partidas—Daoming sonrió también acercándose a la mesa— te daremos cierta ventaja...

—No necesito ayuda

—Nada de ayudas...—Meizuo sacó un par de naipes ingleses — ¿entonces, qué juego te gusta más?

—21, Black Jack—respondió, anunciando su propia sentencia.

SABÍA QUE ESTABA PERDIDA, SE HABÍA ATADO EL CABELLO EN UNA COLETA ALTA para poder liberar calor corporal debido a la adrenalina comenzaba a brotar en su interior y de cierta manera, el resto de sus acompañantes parecía gustarles.

Recordó una conversación con su padre sobre los juegos de azar y del porque en los casinos hacer "trampa" era ilegal, y todo era porque el cerebro humano busca facilitar las cosas y en ese caso, la pillería era convertirlos a un juego de probabilidad, ¿y cómo?, bueno... sabía que ganar era imposible porque todos tenían estrategias y sus modo de juego, por lo que, a Xia le quedaba eso, pensar en probabilidades.

—Bueno, en el caso de que nadie recuerde las reglas—Meizuo le entregó a Xia las cartas para que ella las revolviera, para evitar que ella se quejará de trampas— los dos jugadores, deben hacer 21 puntos, cada uno tiene su turno y solo sera una tanda por pareja, ¿entendido?

Y la fémina barajaba las cartas, asintiendo y planeando en su cabeza irse a Beijing y transferirse de universidad para evitar tener que sufrir las consecuencias de sus torpes actos, partiendo por el hecho de que ella misma se había metido a la boca del lobo, coqueteando y bailando con el diablo disfrazado de ángel, porque Ximen podía tener un rostro angelical, pero era despreciable.

—Bien, ¿ya decidieron su orden?

HABÍA TENIDO TRES DERROTAS CONSECUTIVAS, AL PARECER CUALQUIER TIPO DE naipe parecía encantado con la idea de arruinarle su victoria, porque Daoming, Meizuo y Lei habían logrado sacar 21 real, mientras que ella se pasaba o simplemente quedaba en 19-20, y al momento del turno de Ximen, al momento de voltear el naipe boca abajo, Xia reprime una mueca cuando nuevamente, un as de corazones esta junto a un diez de la misma pinta.

—Me rindo—gruñó volteando la carta junto al 5 de trébol, encontrando un dos de diamante— ¿qué demonios?...

Quiso golpear su cabeza contra la mesa y gritar por la frustración, todo parecía una mala broma de la vida.

—Bueno, ¿estás lista?—Lei parecía el más feliz con los resultados.

—Quiero otra vuelta, pero, yo traeré naipes—recalcó cada palabra.

—Da igual, de cualquier manera ganaremos—Si habló aburrido, echando la cabeza para atrás— ¿ahora, dejarás de llorar para concedernos algo?

NO HABÍA PERSONAS MÁS DETESTABLES QUE LOS F4, Y NO PODÍA DEJAR DE IMAGINAR en su cabeza escenas como las de Tom y Daly con respecto a ellos...

—Puedes salir de ahí—Daoming sonrió junto a sus amigos, mirando pacientemente hacia la puerta del baño de su "pequeña"sala de reuniones— debes cumplir tu parte del trato, ¿No es así?

Y así fue, Xia había salido vestida de maid del baño, con un rostro casi tan inexpresivo como una piedra, haciéndolos reír... la estaban humillando, y eso recién había comenzado.

—¿Alguien quiere fruta?—Lei comentó, abriendo la boca.

Y ella caminó hasta la bandeja, apretando los dientes ante el ruido de los tacones negros contra el suelo, produciéndole algún tipo de bruxismo.

Contra su voluntad, tomó un mondadientes para pinchar un trozo de fruta y dejarlo en la boca del violinista con brusquedad, solo debía aguantar unas horas... porque al parecer, Lei había sido el más suave de todos, ser nuestra sirvienta por una tarde.

LA NOCHE ERA ESTRELLADA Y LOS TACONES RESONABAN CONTRA EL ASFALTO, le había dado igual cambiarse porque la humillación estaba hecha y bueno, dudaba que alguien quisiera siquiera dirigirle una mirada a esas horas de la noche por el rostro demasiado inexpresivo que llevaba.

Se estaba odiando, sentía su orgullo herido y sobre todas las cosas, se sentía humillada... porque al parecer, Ximen era el que más lo estaba disfrutando.

—Maldito James Potter—gruñó con violencia, apretando sus puños— juro que voy a matarlo...

—Waoh... no pensé que realmente eras tan violenta, Xi-Xi—la voz del mencionado sonó a su lado, haciéndola voltear.

Y ahí estaba, sobre su deportivo y la ventana del copiloto abajo, observándola con diversión.

—¿Desde cuando estás siguiéndome?

—Desde que te fuiste, es peligroso para que una mujer ande sola por la calle y más a estas horas, sube al auto

—Ni en tus peores pesadillas pienso subir mi trasero en esa cosa—apuntó— y dudo que alguien me haga algo, tú eres más peligroso que cualquier persona

—Xia sube al auto y prometo que sólo tendrás que concederme algo a mí

—Subo si no debo concederle nada a nadie

Sin embargo, Xia sabía que Ximen no iba a aceptar su petición, el viento comenzaba a ser más helado y precisamente no eran las telas más calentitas del mundo.

—¿Qué demonios quieres?—gruñó, subiendo al auto y sentándose en el asiento, sintiéndolo caliente apenas se sentó, debido a lo que pudo notar, Ximen había activado la calefacción de este.

Te quiero a ti quiso responder, no es que muriera por Xia ni que le gustara hasta las yemas de los dedos, pero le atraía y aquello le estaba quemando por dentro.

—Una cena, tú y yo—propuso— tu eliges donde, cuando y la hora, pero no puede ser más allá del término de la semana o juro que esto se pondrá peor, y no por las tarjetas rojas o los juegos de naipes...—habló con una sonrisa de oreja a oreja, acercándose y rozar sus labios con los ajenos para tomar el cinturón de seguridad para poder colocárselo a la contraria— y no, no es una amenaza... es más bien, una advertencia

Sin embargo, esa noche algo de lo que Xia estaba segura es que debía tener un plan B, porque las cosas se estaban saliendo del control y del límite que ella había trazado.

—¿Y crees que eso me da miedo?, ¿qué es lo peor que puedes hacer?, ¿quemar mi sketchbook?

—Somos adultos, Xia...—comentó, poniendo el auto en marcha— ¿crees que quemar tu sketchbook está a la altura?, ¿o qué tal... debo cambiar el reto a ponerte una correa y arrastrarte conmigo hasta el final de tu carrera universitaria?—sonrió ladino, mirando el camino— porque no tengo problema en empezar otra carrera para eso