LAS LUCES SEGUÍAN APAGADAS Y XIA LIN ESTABA quieta, los labios expertos de Ximen bailaban contra los suyos que no se movían en lo absoluto.

Su lata de refresco cayó contra la arena, derramándola apenas hubo contacto... ¿acaso esto estaba pasando?. Se dejó llevar, siguió con timidez y lentitud, retractándose apenas las luces volvieron, empujándolo para ella retroceder unos pasos, sintiendo sus ojos cristalizarse. A pesar que todo el mundo le prestaba atención a Shancai y a Daoming, Xia no podía dejar de sentir como si la estuvieran apuntando con los dedos de manera acusatoria, sintiendo risas en su cabeza como si el mundo estuviera riéndose de ella.

—No vuelvas a acercarte a mi nunca más, Ximen—amenazó, sintiendo su garganta arder por el nudo que se estaba tragando en esta— o juro por dios que no será bueno para ti

Y ella se alejó, mirando el frente mientras sentía sus ojos cristalizarse y un gran nudo su garganta que al estar lo suficientemente lejos de todos y todo, se dejó llorar.

LOS DÍAS HABÍAN PASADO Y LAS VACACIONES LLEGARON a su fin y con ello, las clases volvieron a la normalidad. Y ahí estaba, con su sketchbook y sus lápices de colores diseñando lo que parecería una chaqueta de jeans pintada a mano.

—¿Sabes qué podemos hacer hoy, Xixi?—la voz de Yin sonó con emoción— ¿Qué tal si vamos al karaoke?

—¿Desde cuándo vamos al karaoke?

—Nunca, pero te va a ayudar... tienes fruncido aquí—tocó la frente de su mejor amiga— y ni siquiera se si esa palabra esta bien dicha

—Da igual lo que tenga—quitó la mano de su rostro— quiero diseñar y tengo un maldito bloqueo que no puedo ni siquiera pensar...

—¿Recuerdas qué en Egipto hace miles de millones de años estaban las 7 plagas?—se sentó frente a ella.

—¿Y qué tienen que ver las plagas con...

—Cuándo tu mamá hacía algo, siempre ocurrían 7 desgracias—le miró con una ceja en alto— la primera, tarjeta de F4; segunda, vestido roto; tercera, bloqueo de diseñador...

La cuarta, el beso de Ximen. Pensó, apretando discretamente los labios de la rabia, aunque, de alguna manera extrañaba lo suave y esponjosos que eran... quizás su madre vendría, porque realmente solían suceder desgracias cuando esa mujer si quiera pensaba en ella.

—No quiero que esa mujer siquiera respire el mismo aire que yo—declaró— le agradezco por darme la vida pero no por destruirla...

—Sigue siendo tu mamá, Xia...—Yin Xig hizo una mueca.

Y por primera vez, frente a su mejor amigo se sintió indefensa cuando utilizó aquella frase... "Sigue siendo tu mamá", no, no lo era, lo que realmente era es su progenitora y ahí terminaba.

XIMEN MIRABA A LA CHICA A SU LADO, LA CUAL LE HABLABA sobre la nueva colección de bolsos de algún diseñador de élite, pero aunque quisiera ponerle atención no podía.

Su mente pedía a gritos escuchar a Xia, escucharla aunque sea llamarle "insensible" o "sin corazón", o cualquier cosa... pero necesitaba ese timbre de voz.

—¿Tienen tarjetas?—preguntó a sus amigos.

—Todas las que quieras, amigo—Daoming sonrió— ¿para quién?

—Zhāng Xia Lin—comentó.

Y así fue, todos los días por al menos tres semanas en el locker de Xia, una tarjeta de los F4 se encontraba ahí.

—¿Crees que funcione?—Meizuo preguntó, mirando desde un segundo piso como la fémina abría su locker y se encontraba la gran tarjeta.

—Si funcionó la primera vez, créeme que volverá a funcionar...—sacó su teléfono, enviándole un mensaje a Daoming para seguir con el plan que habían planeado— tampoco podemos estar tanto tiempo estar así y que nada suceda, perderemos el terror

—Buen punto...

LAS CLASES EL RESTO DEL DÍA LUEGO DE LA ÚLTIMA TARJETA habían sido con normalidad, aunque eso no hacía que el ambiente universitario estuviera tenso, más que nada, por la cantidad de días que Xia no había puesto ni siquiera un pie cerca de la sala de bridge.

Un sonido algo agudo sonó desde las bocinas, haciéndolos a todos tapar sus oídos.

Se escuchó un carraspeó junto a un par de toques en el micrófono— Zhāng Xia Lin, a las 3:30 fuera del salón de bridge, claramente si no quieres consecuencias —la voz de Si sonó con seriedad.

Sea como sea, estaba acabada. Nunca en su vida había jugado bridge por el simple hecho que prefería jugar a otras cosas, como a las escondidas o monopoly... y lo más cercano de juego de cartas era el carioca o póker...

SE APROXIMÓ A LA SALA DE BRIDGE MIENTRAS LEÍA UNA GUÍA rápida de internet, ignorando la masa de estudiantes tras ella junto a los murmuros cada vez más altos sobre lo que iba a pasar ahí dentro.

—Definitivamente no comeré una sandalia—murmuró para si misma, mientras que suspiraba para darse ánimos.

No quería entrar, pero llevaba días con aquella tarjeta roja y viniendo de parte de Daoming y sus tres mosqueteros, era obvio que iba a ser peor si no entraba ahí dentro... y sabía que no habían intervenido porque es una chica, sino, estaría muerto.

—¡Xia, aguarda!—escuchó el grito de su mejor amigo a sus espaldas, haciéndola voltear— yo lo haré por ti

—No no, yo iré, de todas maneras, yo empece este conflicto—y tomó el pomo de la puerta para girarlo.

—Xia por el amor de dios, yo iré —el más alto soltó un gruñido de frustración— tú no sabes jugar bridge

—Y tú tampoco, ahora, lo peor que pueda pasar es comerme una sandalia—comentó graciosa, haciendo una mueca al final.

Y abrió la puerta, cerrándola a sus espaldas bajo la atenta mirada de los estudiantes y notó una escalera, suspirando mientras que se acercaba para bajar, tomándose su tiempo para descender.

—Te estábamos esperando, Xia—dijo Ximen apenas Xia bajó los escalones, de espaldas en la mesa.

Y por primera vez, Xia sintió que iba a jugar contra el diablo, y por otro lado, Ximen usaría estrategias para hacer el máximo de contacto con la castaña...