LA MAÑANA FUE DE LO PEOR Y ESO SOLO SIGNIFICABA UNA COSA: ir a la universidad con náuseas y dolor de estómago.

Le envió un mensaje a Yin Xig que llegaría unos minutos tarde y que le avisara a la maestra Cho, simplemente para poder vomitar y tomarse todo con tiempo aquella mañana, teniendo una cosa clara: nunca más comería en lugares sin saber que era lo que iba a ingerir.

Se tomó todo el tiempo del mundo para no marearse y vomitar nuevamente la vida entera, optó por usar un pantalón de buzo negro Adidas, una camiseta negra y una sudadera a juego también negra, además de maquillarse las horribles ojeras y el rostro tan pálido como una hoja de papel, yéndose por sobras color tierra y un brillo labial.

Tomó un taxi mientras apoyaba la cabeza en la ventana, cerrando los ojos para poder relajarse y tomarse un respiro.

Y al mismo tiempo, nuevamente estaba Ximen esperándola esta vez en el puente, mirando estudiantes ir y venir disgustado, sintiendo en su cabeza el tic tac de su reloj de muñeca de la ansiedad.

—¿A quién esperas?—Lei preguntó con curiosidad apoyándose en la baranda— ¿ahora andas cazando?

—A nadie—carraspeó, haciéndose el importante— y no, yo no persigo

—Mmmm... esa cara me dice otra cosa—respondió y luego, una sonrisa dulce adorno su cara— oh mira, ahí esta Xia Lin—saludó con su mano a la distancia junto a una sonrisa, notando como la chica lo miraba extrañado y saludarlo de vuelta.

El de gafas simplemente desvió la mirada de su amigo hacía la chica, notando la expresión facial de Xia que gritaba "estoy enferma y quiero morir", preocupándose unos segundos.

—Anda, príncipe encantador—el de cabellos miel le sonrió amigable, para luego retirarse con las manos en los bolsillos.

Y eso hizo, caminó hacía la fémina, con un andar que demostraba seguridad y sobre todo encanto, provocando suspiros en otras chicas e incluso, en su objetivo principal: la estudiante de diseño.

—Xia, ¿llegaste anoche bien a casa?—preguntó mientras que tomaba la mochila que colgaba del hombro de la más baja para colgársela él del hombro— realmente estaba preocupado si llegaste bien

—Si si, todo bien—respondió, dejando de lado el amago de querer discutir debido al malestar— ¿por qué me quitaste la mochila?

—Oh bueno, veo que estas un poco enferma y quiero ayudarte, ya sabes... comimos juntos ayer y—movió una de sus manos para explicarse mejor— bueno, eso nos hace algo, ¿no?

—No lo se—se encogió de hombros— supongo...

Ambos comenzaron a caminar en un silencio incómodo, dejando que el ruido del entorno reemplazará aquello, debido a que Ximen estaba realmente sin palabras y Xia quería vomitar hasta las entrañas.

—¿Estas enferma?

—Algo así.

Y nuevamente silencio. Ximen pudo apreciar el dulce y sutil aroma de una colonia de vainilla mezclado con el shampoo de coco de la más baja, haciéndole la boca agua debido a la deliciosa combinación de olores a comparación de Xia Lin, que si no fuera por el malestar de su estómago, juraría que restregaría su nariz en el cuello de Ximen para disfrutar del aroma de Santos de Cartier.

—¿Entonces, qué clase tienes ahora?

—Sustentabilidad y entorno—respondió con simpleza— ¿y tú?

—Yo tengo libre—dijo de la misma manera— ¿qué harás en el recreo?

—Ya nadie usa la palabra recreo—soltó una risa la chica, haciéndolo reír también.

Ximen se sintió como un adolescente, olvidando prácticamente casi todo, no sabía si era por el hecho de que su cerebro estaba tan obsesionado con la idea de que Xia estaría a sus pies, idealizándola o quizás el sol estaba demasiado brillante que le favorecía a la más baja.

—¿Entonces qué, receso o...

—¿Qué pretendes exactamente?, si es por lo del bridge...

—Puedes olvidarte del bridge—sonrió tratando de quitarle la preocupación a la fémina— solo quiero conocerte y comer juntos

—No traigo mucho encima—respondió con una mueca.

—Oh, no tienes que pagar—negó mientras fruncía el ceño— de hecho, tampoco debías pagar ayer

—Oh—y su boca se abrió en una "o".

Ximen soltó una risita, sacudiendo su cabello como si fuera sacado de una revista de ensueño y Xia simplemente sonrió de lado, sintiéndose cómoda.

—¿Te gustan las hamburguesas?

—¿Hamburguesas?—sonrió levantando una ceja con gracia.

—Si, ya sabes Burger King o algo así—comentó— podemos hacer una competencia e ir al Mc Donald , ya sabes, quién se come más big macs gana—sonrió deteniéndose y le quitó con suavidad su mochila— nos vemos Ximen

Y agitó su mano para luego largarse, dejándolo con una sonrisa ladina.

—Es linda, ¿verdad?—una voz a sus espaldas lo hizo voltear, transformando su rostro en una mueca que mostraba cinismo puro— ¿no crees que fue suficiente con intoxicarla?

—Disculpa, ¿quién se supone que eres?—preguntó, haciéndose el desentendido, tratando de no pelear.

—Antes que nada, Louis Vuitton fue una pésima elección—comentó acercándose a él, levantando un poco la cabeza— y segundo, Yin Xig, tu peor enemigo, un gusto —sonrió ladino, extendiéndole la mano.

XIA ESTABA DISEÑANDO ALGUN VESTIDO MIENTRAS EL MAESTRO explicaba lo que sea que estaba contando, sintiendo como su estómago burbujeaba y los escalofríos recorrían su cuerpo, definitivamente no podría ir a comer big macs con Ximen o cualquier cosa que implicará frituras pero que más daba, realmente era lo menos importante en esos momentos para ella, porque debía sobrevivir y no vomitar en el intento.

Decidió prestar atención y tomar apuntes, amaba de cierta manera escribir apuntes porque su mente solo se preocupaba de eso: transcribir información y no... explosiones estomacales.

Cuando el maestro anunció el término de clase,  una compañera le propuso pasarle los apuntes de la clase de la mañana, por lo que simplemente le tomo foto a las páginas y salió del aula, encontrándose con su mejor amigo.

—¿Qué vamos a almorzar hoy?—preguntó curioso— no puedes comer nada que te haga explotar

—Lo se—hizo una mueca— supongo que sopa, porque no quiero ver vegetales en un buen tiempo

Y mientras caminaron, llevó su mano al bolsillo de su pantalón y sacarlo, haciendo el amago de querer enviarle a Ximen un mensaje pero lamentablemente, no tenía su número.