04
EL RESTAURANTE ITALIANO CARÍSIMO ESTABA lleno de parejas y personas elegantes haciendo negocios a comparación de Xia, quién simplemente vestía algo demasiado diferente al prototipo de persona que estaba ahí y aquello le hacía sentirse humillada.
—Si querías traerme a algo así, al menos, podrías avisarme y usar algo acorde al código de vestimenta—comentó, acomodando su blusa rosa palo de estampado de Hello Kitty.
—No es necesario que vistas así—respondió Ximen, sonriendo apenas el mesero dejó una botella de vino carísima y sirvió un poco en las copas— realmente te ves bien, ese estilo te sienta bien
—Gracias por el falso halago—comentó, llevándose la copa a sus labios para beber un poco del líquido rojizo y relamer sus labios, reprimiendo una mueca de disgusto.
Realmente no era una gran fanática del vino, es más, era de las personas más sencillas para beber alcohol: refresco y alguna bebida alcohólica que combinará y ya.
—No es un falso halago—se defendió el de gafas mientras que su rostro era adornado con seriedad, aquello realmente le había ofendido.
—Bueno, creo que es un poco difícil creerle a alguien con un gran historial de juegos, ¿no lo crees?—y tomó la carta, para sumergirse entre los montones de precios para simplemente cambiar el tema— ¿qué vas a pedir?, quizás puedas orientarme un poco
Y Yan no pudo decir nada, por primera vez una chica lo había dejado callado y no de buena manera, pero tampoco le disgustaba, sin embargo, sabía que esta cena decidiría sus próximas acciones.
DEFINITIVAMENTE XIA ESTABA INCÓMODA FRENTE A XIMEN, comiendo lo más barato de la carta y no era precisamente una ensalada o una sopa, pero que más daba, al menos era algo que podía pagar y que al menos le sobraran un par de yuanes.
El silencio había reinado desde que la chica había mencionado el estilo de vida amoroso de Ximen, por lo que lo único que habían dicho luego de aquello fue lo que habían pedido. Ximen comía un plato de carne con arroz junto a una salsa de verduras algo exótica y Xia simplemente una cosa parecida a una pasta sin llegar a serlo y una Pepsi... nunca en su vida se había sentido tan avergonzada tanto al pedir un refresco y escuchar al mesero mandar a comprarla porque no habían.
Algo andaba mal y eso Xia Lin lo sabía, era imposible que aquel chico la invitara a cenar a algún lugar así sin tener algo entre manos y con lo sucedido con respecto a Si hace un día y eso le tenía enferma, ¿acaso la había oído quejarse por qué odiaba el bridge y llamarlos idiotas?, porque no le veía otra explicación.
—¿Por qué estoy aquí?—decidió romper el silencio.
—¿Por qué no estarías aquí?—y la miró con una ceja en alto, analizándola y con ello, dejando el tenedor en el plato.
—No se responde una pregunta con otra pregunta—le regañó casi como un gruñido— si fue por lo del otro día, pido disculpas
—¿Lo del otro día?, ¿te refieres a lo de Shancai y Si?, eso es tema olvidado
—Dudo que lo sea cuando esto me dio la bienvenida en mi casillero—comentó, dejando la carta de los F4 frente a ella además del dinero para luego ponerse de pie— Dile a Si que no iré a jugar bridge y que sea lo que esté intentando, no va a funcionar—carraspeó para darse fuerzas— muchas gracias, ahora si me disculpas debo irme, tengo que alimentar a mi gato—inventó alguna excusa tonta.
Y sin siquiera dejarlo parpadear, abandonó el local y la mesa, sintiéndose por segunda vez humillada en solo la tarde, dejando a un Ximen bastante molesto y confundido porque era la primera vez que una chica lo rechazaba de aquella manera, prometiéndose que sea como sea, Xia Lin caería ante sus encantos y le rogaría siquiera por mirarla.
YIN XIG REÍA A CARCAJADAS MIENTRAS QUE ESCUCHABA POR FACETIME COMO su mejor amiga vomitaba aquel plato de comida, dejando una masa verde con pintas de colores.
—¿Y qué se supone que fue lo que pediste?—se escuchó la voz masculina a través de los parlantes de su teléfono.
—No tengo ni la menor idea, estaba en italiano y era lo más barato—respondió, tratando de evitar el reflujo para seguir vomitando.
—¿Entonces, aceptaste ir a "una cita" con Yan Ximen, lo rechazaste, lo abandonaste y te intoxicaste?—comentó sorprendido— vaya Xi-Xi, no le tienes miedo a la muerte
—Bueno, siempre puedo comprar los pasajes a Beijing—soltó con gracia, ganándose un bufido de el otro lado de la línea.
—No digas tonterías, nadie comprará nada
—En el caso de que sea necesario lo compraré —respondió tirando la cadena del retrete y se levantó para ir al lavamanos y cepillar sus dientes, mirando a la cámara con una mueca graciosa.
—Vaya, te ves horrible—soltó el chico, con una mueca— ¿Qué tan terrible te sientes?
—Un 6, simplemente porque ya he vomitado hasta mi alma—habló de manera extraña por el cepillado, para luego escupir y enjuagar sus dientes.
Y por el otro lado, Meizuo reía ante la historia de Ximen, negando con la cabeza mientras que trataba de encontrar compostura y no burlarse de lo poco inteligente que fue su amigo.
—¿Y ahora vas a vengarte?, ¿no que no eras de esos?—alzó una ceja el más alto.
—Cállate—refunfuñó el de gafas.
—Algo no estas haciendo bien
—No, definitivamente ella es la que no esta haciendo nada bien—gruñó con rabia— ¡¿Quién demonios se atreve a dejarme de esa manera?!
—Xia Lin—Meizuo respondió con diversión.
Y lo miró mal, tragándose sus palabras con disgusto para simplemente pensar en una sola cosa: Se volvería el tipo ideal de Xia Lin y al momento de que ella se derritiera por él, la dejaría.
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