XIA SE ENCONTRABA FRENTE AL escritorio de su habitación, la máquina de coser estaba intacta de hace unos cuantos minutos, el vestido Channel negro comprado en una tienda de segunda mano estaba como nuevo, e incluso, mucho mejor decorado que el modelo normal. Si debía mantener una reputación familiar a flote, lo haría a su manera, porque no tenía dinero suficiente para gastar siquiera en un reloj Tous sin que sobraran unos centavos, por eso, las tiendas de segunda mano, telas y cosas para decorar eran sus mejores inversiones.

Decidió que ya era hora de arreglarse para ir a la universidad, notando por el reloj de la pared de la sala que faltaban dos minutos para que su alarma sonará.

Se tomó su tiempo para bañarse, vestirse, desayunar e incluso terminar de arreglarse; tomó su mochila y la colgó a su hombro junto a su bolso que usaba en los días de laboratorio de moda, y salió de su pequeño apartamento para dirigirse al paradero y tomar el autobús.

El trayecto fue como el de cualquier día, a comparación de que ese día el sol estaba particularmente más brillante que a comparación a cualquier otro día, y eso lo tomó como una señal del universo... algún cambio positivo quizás.

—¿Cómo está mi diseñadora favorita?—Yin Xig, su mejor amigo le quitó un audífono para colocárselo él— ¿sigues escuchando Ateez?, creí que hoy tocaría alguien nuevo, aburrido!—soltó como un niño pequeño.

—No hay nada nuevo ni en mi vida ni en mi música—comentó, caminando junto a él— ¿y tú?, ¿qué tal?

—Mmm... tampoco—comentó el más alto— oh espera que si hay algo, nuevamente necesitamos tu ayuda con los trajes de la próxima obra, Xia

—¿Qué toca esta vez?—preguntó, con una sonrisa suave escondiendo el cansancio, aunque realmente la idea no le agradara para nada.

Xia Lin tenía una desgracia, y eso era que al ser una de las mejores estudiantes de cuarto año de diseño de vestuario y mejor amiga de Yin Xig, un chico que estudiaba artes escénicas, los cuales solían pedirle ayuda con los trajes —aunque tampoco era gratuito, por lo que, el dolor de sus dedos y la migraña no eran en vano—.

—Ya sabes, piratas—se encogió de hombros— algo le dio a la maestra con los Piratas del Caribe y nos hizo escribir entre todos un guion, y comprenderás que fue un total desastre

—Imagino que si—comentó, dejando de escuchar su entorno para ser remplazado por un sonido de pito por un momento.

Su vista se nubló y sus piernas flaquearon por un microsegundo, haciéndola detenerse. El insomnio la tenía realmente contra las cuerdas, más que nada, pasar dos noches seguidas en las cuales simplemente pasaba de largo cociendo y tuneando ropa de segunda mano simplemente para poder desviar su mente a otro lugar, donde solo era el ruido de la máquina de coser, la música de cualquier banda de k-pop o j-rock que fuera demasiado alegre para no hacerla caer en un colapso de tristeza y, cafés... tantos cafés que de suerte su estómago no dolía.

—¿Xia estás...—escuchó la voz de Lu hablarle con preocupación, hasta que una voz los interrumpió.

—¡No van a creerlo, alguien esta peleando contra Daoming Si!—un chico paso por su lado, empujándola del hombro y corriendo a esa dirección.

La chica recobró conciencia y a lo lejos vio como el chico alto de cabellos puntiagudos, el famoso líder de los F4 estaba intimidando a una chica de baja estatura, mientras que los otros tres solo reían y se daban miradas de diversión.

—Cuídame mi bolso y la mochila—dijo quitándose las cosas, y de paso, quitó el audífono del oído a su mejor amigo, abriéndose paso entre los estudiantes.

Con cada pisada demostraba el descontento que tenía, primero, por la jodida jerarquía que esos cuatro tontos habían instalado en la universidad; segundo, porque 3 de cuatro solo eran cómplices de las humillaciones del idiota cabeza de puerco-espín; y tercero, porque llevaba días sin dormir.

—¿Hostigando chicas como costumbre?—dijo mientras abrazaba a la chica más baja de los hombros, mirando al más alto con los ojos brillantes de recelo— ¿si sabías que el dicho "los que se molestan se quieren", no lo dicen los adultos en verdad, cierto?

—¿Quién demonios eres?—gruñó el más alto.

—Eso es el menor de los problemas ahora—comentó— ¿sí sabes que lo que haces es acoso, y qué una denuncia no le vendría bien a tú historial estudiantil ni mucho menos familiar, verdad?

Vio como los otros tres reían tras Daoming, haciéndole arder el estómago de rabia.

—Sabes, amiga—dijo acercando a Shancai a su cuerpo— no deberías relacionarte con ellos, realmente la falta de neuronas y lo estupido se pega

—¿Falta de neuronas?—comentó Si, acercándose a ella, dejando a la pequeña chica en segundo plano.

—Falta de neuronas y falta de tacto con las mujeres—escupió sus palabras, con bastante recelo mirando a Ximen y a Meizuo— ahora, si nos disculpan, tenemos mejores cosas que hacer que perder tiempo con una copia barata de los tres mosqueteros

XIMEN TOMABA CAFÉ MIENTRAS QUE Meizuo jugaba con los naipes ingleses y Si se encontraba mirando con molestia sus manos.

—¿Quién era esa?—soltó con rabia, tratando de pensar en la manera adecuada de devolverle la humillación.

—Es del departamento de artes y humanidades—comentó Meizuo, leyendo la noticia en el foro universitario desde su teléfono— Zhāng Xia Lin

—Debo admitir que una chica cualquiera logró cerrarte la boca —admitió gracioso Ximen.

—Diría que a todos, si al que más le dolió fue a ti—Lei comentó bajando las escaleras con un libro entre sus manos— ¿o vas a negarlo?—Ximen simplemente reprimió una queja bebiendo de la taza.

—Deberías enseñarle una lección—dijo Daoming, con una sonrisa ladina— como yo a Shancai, la enamorare y luego, la dejaré

—Sabes que no soy participe de esas cosas—comentó arreglándose las gafas— además, tú vas a enamorarte primero, es un plan estúpido

—¿Tienes miedo a que ella rompa tu corazón?—alzó una ceja, mirándolo con aquellos ojos intimidantes y burlescos.

Yan miró a Meizuo, quién simplemente lo miró de una manera inexplicable.

—Sabes que yo no hago apuestas de ese tipo, Si

—Mmmm... quizás no sea necesario que la dejes—la voz de Meizuo sonó con confusión.