Mikey detuvo su motocicleta en el centro de la batalla para captar por completo la atención de los que se encontraban allí peleándose. Los presentes al ver a los grandes líderes de Toman se quedaron sorprendidos, ya que no lograban comprender el cómo ellos se encontraban allí después de haber supuestamente perdido a un ser querido.

La llegada de Mikey y Draken atrajo la confianza en Toman, por lo que estaban dispuestos a continuar peleando en esta batalla que creían perdida. En cambio, la confianza en Tenjiku disminuyó, sin embargo, cuando vieron que Izana igualaba la fuerza de Manjiro han vuelto a sentir un poco más de confianza.

—¿Por qué mandaste a matar a Emma? —le preguntó Mikey, quien se levantaba del suelo luego de recibir un golpe de Izana.

Izana comenzó a contarle parte de su historia mientras continuaba golpeando a Mikey, entonces, cuando terminó de hablar, Manjiro volvió a plantarle la misma pregunta porque no comprendía la razón por la cual él intentó matar a Emma.

—Me lo quitaste todo, Manjiro —dijo Izana mientras retrocedía por una patada de su hermano—. Es por eso por lo que yo también te lo quitaré todo y te mataré.

—¿Por qué te has vuelto así? ¿Por qué no puedes amar a tus hermanos? —le preguntó Manjiro al momento en que le daba un puñetazo—. Si solo abrieras tu corazón... ¡Emma y yo te hubiéramos aceptado felizmente! ¡¿Por qué, Izana?!

—¡Cállate! —grito con desesperación, y se acercó rápidamente a Kisaki para quitarle el arma que tenía en sus manos—. ¡Voy a destruir todo lo que amas, Manjiro!

En aquel momento Izana me apuntó con su arma, por lo que rápidamente Takemichi y Chifuyu se pusieron delante de mí para que nada me sucediera y eso sin duda alguna alteró al chico, quien les gritó que si no se apartaban también los mataría. Sin embargo, Kakucho se interpuso en su camino y lanzó el arma lejos de él para que no dañara a nadie.

—Se acabó, Izana —dijo Kakucho mientras lo miraba fijamente—. Hemos perdido.

—¿Un sirviente le está dando su opinión al rey? —preguntó Izana desconcertado.

—Yo solo peleo por ti. Sin importar que tan retorcidas sean tus ideas, moriría felizmente si fuera por ti —confesó Kakucho—. Así que deja de hacer este tipo de escenas. ¡No quiero verte actuar tan patético!

—Oigan, ejecutivos. ¿Por qué están tan distraídos? —preguntó Izana al momento en que miraba a los demás—. Apresúrense y maten a este chico —dijo, pero nadie de su pandilla se movió.

—¡Izana! ¡Esos chicos no pueden vencerme!

—Fuera de mi puto camino, sirviente —dijo seriamente al momento en que miraba hacia donde me encontraba—. Kisaki me dijo que esa persona es importante para Manjiro... Yo destruiré todo lo que él ama... ¡Lo mataré!

—¡Tenjiku ha perdido, Izana!

—¡Cállate! —gritó al momento en que lo apartaba y comenzaba a dirigirse hacia nosotros—. ¡Yo lo mataré!

Chifuyu, Takemichi y Mikey se prepararon para defenderme, pero en aquel momento se escuchó un disparo y provocó que Izana detuviera sus pasos para así mirar detrás de él. Kakucho había recibido el impacto de una bala que iba dirigida hacia Izana, la cual provenía de la pistola que portaba mi hermanastro.

—Una y otra vez mis planes bien elaborados son arruinados por Hanagaki —dijo Kisaki mientras continuaba apuntando en dirección a Izana—. Ya no puedo usar a Mikey, ni tampoco a Izana... Así que el único medio que me queda es usar a mi hermanastro, pero tú quieres quitármelo —pronunció con ira—. Solo deberías de morir.

Nuevamente, se escucharon unos disparos y esta vez sí dio en Izana, porque él había apartado a Kakucho para que así no volviera a protegerlo. Ambas personas cayeron al suelo, provocando de esa forma la sorpresa e inquietud de los presentes. Entonces, Mikey se acercó para escuchar las palabras que su hermano intentaba mencionarle, mientras que Takemichi y Chifuyu se separaban brevemente de mí para conversar en privado.

En aquel momento, he visto como Hanma y mi hermanastro subían a una motocicleta, por lo que asimilé que intentarían escapar. Estaba por mencionar algo, pero en ese momento ellos se me acercaron peligrosamente y por un momento creí que me atacarían, no obstante, mi hermanastro sostuvo fuertemente mi cintura y me elevó para que no tocara el suelo al momento en que Hanma comenzaba a conducir con gran velocidad lejos de los demás.

—¡¿Qué demonios creen que hacen?! —exclamé fuertemente mientras intentaba mantener la calma—. ¡Déjenme ir!

—Lo lamento por ti, hermano —dijo Kisaki—, pero eres mi última carta en el juego y no puedo perderte.

—Oigan, no se muevan mucho o nos caeremos —dijo Hanma, quien intentaba conducir con normalidad—. Es muy difícil manejar de esta forma.

—¡Hanma detente y déjame ir! —exclamé, pero él no tenía ni la mínima intención de hacerlo.

—¡Nos están siguiendo! —gritó Kisaki—. ¡Conduce más rápido, Hanma!

—¡Si llego a acelerar podríamos accidentarnos!

—¡¿A quién demonios le importa?! ¡Acelera!

Hanma aceleró y debido a ello perdió el control de su motocicleta, por lo que segundos más tarde terminamos tumbados en el suelo. Mi cabeza comenzó a dar vueltas debido al golpe, así que no pude evitar que mi hermanastro nuevamente me cargara y comenzara a correr lejos de las personas que lo perseguían. Cuando recobré por completo el sentido he empujado a mi hermanastro para que así me soltara, entonces Takemichi, quien logró alcanzarnos, se acercó y lo golpeó para así evitar que nuevamente intentara llevarme con él. Ambos comenzaron a darse puñetazos y patadas mientras se iban gritando distintas cosas relacionadas con los planes que había realizado mi hermanastro, pero que habían sido destruidos por Takemichi.

Mi cabeza todavía daba un poco de vueltas, por lo que cuando me levanté del suelo me tambaleé, sin embargo, no volví a caer. Entonces me acerqué a mi hermanastro y le di un fuerte puñetazo para así intentar que recapacite.

—Se acabó —dije seriamente—. Has perdido, así que deja de joder de una puta vez.

—¿Realmente he perdido? —preguntó al momento en que soltaba una pequeña risa sarcástica—. No. Yo no he perdido porque todavía te tengo a ti.

—No voy a seguir tus juegos.

—No tienes opción —dijo mirándome con seriedad—. Si nuestro padre se entera...

—Hazlo. Dile —dije, y Kisaki se sorprendió ante mi respuesta—. Ya no me importa. Yo asumiré el castigo que él quiera darme, pero tú no seguirás utilizándome para tus asquerosos planes.

—¡Él podría matarte! —me gritó, pero aquello no causó nada en mí porque sabía perfectamente de lo que era capaz aquella persona que se hacía llamar mi padre—. ¡¿Acaso no tienes miedo?!

—Se acabó —volví a mencionar seriamente—. Ya deja de hablar y admite tu derrota.

—¡Nunca! ¡Yo no me rendiré! —gritó, y me empujó para nuevamente comenzar a huir—. ¡Ninguno de ustedes me detendrá! ¡Volveré a empezar una y otra vez!

—¡Ni creas que te dejaré regresar al futuro! —le gritó Takemichi, y sus palabras provocaron que Kisaki se detuviera y que yo lo mirara confundida.

—¿Volver al futuro? —preguntó al momento en que se giraba a mirarnos—. ¿Tú crees que puedo saltar en el tiempo?

—¿Eh? ¿Acaso no eres también un viajero?

—Ya comprendo —dijo Kisaki mientras soltaba una risa sarcástica—. Así que mis suposiciones eran ciertas. Tú eres un viajero del tiempo y por ello mis planes han estado fallando.

—Takemichi, aléjate —dije seriamente cuando he visto que él comenzaba a sacar un arma—. Ni lo pienses. No permitiré que lo mates.

—Realmente eres un dolor de cabeza —dijo mirándome fijamente para luego sonreír con locura—. Dime, Takemichi... ¿Podrás evitar que él muera?

Kisaki estaba por dispararme, pero en aquel momento un camión se atravesó y atropelló el cuerpo de mi hermanastro. Su cuerpo se elevó brevemente, luego cayó al suelo y nos miró fijamente mientras nos suplicaba que lo salváramos porque todavía no quería morir, pero debido a las graves heridas que tenía su cuerpo era imposible que pudiéramos hacer algo.

Aquella noche, Kisaki Tetta falleció y con su muerte se evitó que muchas vidas llegaran a perderse en el futuro.