[002]
Advertencia: Manipulacion, secuestro, dependencia y asesinato. No romanticen estas conductas ni aspiren a tener una relación así.
La habitación estaba completamente oscura, haciéndome imposible visualizar algún tipo de escapatoria, lo único de lo que podía estar realmente segura era que cuatro grilletes con cadenas me ataban a una pared.
No había salida alguna.
Luego de un par de horas el sonido de una puerta metálica se escuchó, abriéndose y, con ello, iluminando la habitación gracias a poca luz que entraba desde fuera.
Mierda.
observé a mi secuestrador, o por lo menos eso era lo que parecía, después de todo estaba atada.
— Bueno, hola— dijo Izuku, con una sonrisa coqueta, mientras sus orbes verdosos brillaban con diversión.
Meses antes.
Ragué el sobre de azúcar con mis dientes, echándole un poco del contenido interno al té de manzanilla que había ordenado, mientras hacía aquello, intentaba terminar mi tarea de biología.
Debo dejar de hacer las cosas a último minuto.
Observé mi reloj de muñeca, suspirando al notar que aún faltaban un par de horas para que mi clase comenzara. Si esto no es buena suerte, no sé lo que es.
— Realmente eres tonta, Megan— dijo una voz masculina a mis espaldas, haciéndome sonreír.—. No creo que termines de hacer tu tarea.
— Buenas tardes, Kotaro— dije entre risas, tomando el té entre mis manos y bebiendo de aquel dulce contenido— no me molestes con eso, me estoy esforzando.
Kotaro, a parte de ser el novio de mi hermana, era mi compañero de facultad, siendo solo un año menor que yo, sin embargo, gracias a su aparente inteligencia, se adelantó un semestre.
— ¿Por qué debería? Molestarte es la razón de mi existencia— dijo él con una sonrisa ladina—. ¿Sabes dónde está mi novia?
— No tengo idea, tal vez con su amante— sonreí al ver como Kotaro fruncia el ceño con molestia.
Por alguna razón, él era realmente dependiente de mi hermana, casi al punto de parecer obsesionado. Habia sido así desde que la conoció, al parecer, mi hermana menor se parecía a su hermana mayor.
Si mal no lo recuerdo, su nombre era Leah, sé que Kotaro la adora.
— Quiero presentarte a un amigo— dijo Kotaro de repente, haciendo que me atragantara con mi propia saliva gracias a la sorpresa—, así, nos dejarás en paz a Alondra y a mi y te ocuparas de tus propios asuntos.
— Eso depende de quien sea tu amigo— dije, recobrando la compostura.
Kotaro buscó su celular en su bolsillo, mostrándome una foto de él junto a otro chico, realmente atractivo, era alto y tenía cabellos verdosos, parecía tener buena musculatura, realmente era mi tipo.
— Su nombre es Izuku, estudia criminología— levanté mis cejas.
La criminología era una carrera famosa por ser estudiada por personas que no podían ser héroes, eso y entrar a la academia de policías.
— ¿Como se conocieron? Nosotros estudiamos derecho—pregunté, curiosa.
Kotaro se encogió de hombros, sonriendo, era como si ocultara algo:— digamos que él y mi madre se ayudan mutuamente, Izuku no es de los que se quedan con una sola cosa, el tiene sus propios...negocios.— el azabache sonrió, razón por la cual yo lo observé con sospecha.
— Como sea, tu hermana, Leah ¿sabes cuando volverá de Rusia? —la hermana de Kotaro era realmente interesante en muchos aspectos, solía estar realmente ocupada la mayoría del tiempo y había estado estudiando en el extranjero, hasta ahora, cuando decidió volver a Japon, según lo que Kotaro me ha contado.
— Un mes, cuatro días y cinco horas —respondió casi de inmediato, no pude evitar mirarlo mal ante aquello— ¿qué? Llevo tiempo sin ver a mi hermana, no me culpes por estar entusiasmado.
Típico de Tauro, es un dependiente emocional.
Continué con mi escritura, sonriendo al ver que había logrado terminar mi ensayo justo antes de lo que creí.
Después de todo el tiempo en que estuve desesperada por terminar mi tarea, levanté mi mirada y alcé la mirada, observando a Kotaro, quien le sonreía a su teléfono. Tenia ojeras marcadas y su piel pálida y cabello despinado hacían que su apariencia se viera descuidada. Parecía un vagabundo bien vestido.
De hecho le queda muy bien el color carmín.
— Iremos a una discoteca en la noche —dijo, razón por la cual enarqué mi ceja.
— No quiero ir a ninguna discoteca —¿quien se que cree Kotaro para darme órdenes?
— No te estoy preguntando —enunció— a demas, Izuku también estará allí.
Llevé mi mano hacia mi mentón, acariciando este para darme un aire pensativo, aunque mi respuesta ya estaba decidida. Era obvio que iría para conocer a semejante bombón.
La música era alta y las luces me cegaban, aunque realmente podrían cegar a cualquiera, a mi lado se encontraba un chico de mi facultad, eso creo, no tengo idea, no me molesté en aprenderme su nombre.
Alondra se encontraba allí, charlando con Kotaro y dándose besos de vez en cuando.
Ugh, no coman frente a los pobres. Malditos.
Posiblemente era el alcohol, estoy casi cien por ciento segura, porque en aquel momento, la mayoría de hombres eran más atractivos que cuando entré. Me alejé de mi hermana y su novio, yendo a la barra para pedir otros dos Shots.
Capaz, si bebo un poco más podría ir hacia el rubio malhumorado frente a mi, que estoy segura que es un héroe, y coquetearle sin miedo al rechazo.
— me sorprende que estés tan sola, sobre todo siendo tan hermosa —susurró alguien su oído, su voz era grave, totalmente mi tipo.
Aunque ahora todos son mi tipo gracias al alcohol.
— Bueno, ya no estoy sola —respondí, girandome para observar al dueño de aquella sexy voz.
Sus cabellos rizados y alborotados le hacían tener una apariencia relamente atractiva, sobre todo con aquella musculatura fornidad y su gran altura. Si mis cálculos no fallan, ese hombre tiene que tener veinte años, casi mi misma edad. Aunque la edad era solo un número en comparación con su atractivo.
Joder, me gané la lotería.
— Soy Izuku, Izuku Midoriya. Creo que Kotaro te habló de mi —asentí.
Este tipo es realmente perfecto.
— Si, de hecho lo hizo, es un placer conocerte —respondí, este hombre me pone realmente nerviosa— mi nombre es Megan Yoshida.
Sus dedos golpearon la barra con lentitud, uno por uno, y, por supuesto, mi mente cochambrosa e intoxicada por el alcohol no pudo evitar pensar en escenarios en donde aquel hermoso espécimen usaba esos largos y, un poco, gruesos dedos de su mano para llevarme al cielo.
Controlate Megan.
— No se si lo hayas notado, pero, estuvimos juntos en antropología durante los primeros semestres —comentó, confundiendome aún más, ¿cómo no pude haberme percatado de su existencia antes?— tranquila, es normal que no lo notaras, suelo sentarme siempre al fondo para poder observar mi entorno con claridad.
Ojalá yo pudiera observarlo con más claridad, el alcohol nublada mucho mi vista.
— Aún así, lo siento —respondí.
— No te preocupes, de hecho, en unos días tendremos algunas asignaturas compartidas, si más no recuerdo —levanté las cejas, no suelo revisar anuncios sobre las clases, solo me limito a organizar mi tiempo con el horario que me dan.
Después de aquella conversación, sinceramente, no pude recordar nada más.
Narrador omnisciente.
Izuku observaba por encima de su libro, sin realmente prestar atención a la lectura en conjunto de la clase, solo dedicándose a observar a Megan leer en voz alta.
Cuando el profesor le indicó a otra persona que siguiera, la castaña se sentó, abrumada, soltando un suspiro de frustración. Participar en voz alta la ponía realmente nerviosa.
Pronto, una nota le llegó.
"Lo hiciste genial, tienes una hermosa voz, podría escucharte hablar de teoría del delito todo el día."
Aquello fue lo que leyó Megan al recibir el papel, girando su cabeza, intentando encontrar al remitente de aquella nota, cuya letra le hacía creer que la nota fue escrita con una rapidez increíble.
Al mirar hacia atrás, levantó sus cejas con sorpresa al observar al sonriente peliverde que la saludaba estando cuatro filas detrás de donde se encontraba sentada.
Megan le devolvió el saludo discretamente, girando su cuerpo para mirar hacia enfrente, sin embargo, el pizarrón no era algo a lo que le tomara mucha atención en aquel momento. Megan llevó sus manos a su boca, cerrando los ojos, intentando disimular una sonrisa y su pequeño sonrojo, provocados cuando observó a Izuku.
Por otro lado, cual depredador con su presa, Izuku fijó su vista en la castaña, detallando cada pequeño movimiento que está hiciera. Habia algo en ella que definitivamente le atraía y, con toda seguridad, Izuku podía decir que la quería para él.
Megan abrió la boca, embelesada, junto a ella, de aquella misma manera se encontraba su hermana, Alondra. Ambas femeninas observaban con sorpresa y detalle como Kotaro e Izuku jugaban baloncesto en la cancha de la universidad.
— Hola —dijo una voz tranquila detrás de ellas, por lo cual, con pesar, se giraron a observar a la dueña de esta.
— ¡Leah! —exclamó Alondra, sorprendida, girandose hacia su novio, quien aún no se percataba de la presencia de su hermana mayor.
— Siempre es un placer verte, Alondra —la mirada de azabache se desvió hacia la castaña, quien la observaba aún boquiabierta—. No nos hemos presentado formalmente, soy Leah Majakutsu, la hermana mayor de Kotaro. Tú debes ser Megan ¿me equivoco?
La mencionada negó, sin poder creer realmente el atractivo de aquella chica frente a ella:— También es un placer —contestó, lentamente, tomándose el tiempo de observar el bello rostro de la más alta.
Leah sonrió, sin embargo, no tardó en girarse hacia Alondra, quien, con nerviosismo, la observaba fijamente:— ¿Has visto a Inuko? —preguntó.
Alondra comenzó a jugar con sus dedos:— Si mal no recuerdo Inuko-san está en su clase de negocios —contestó, desviando la mirada hacia Kotaro, quien jugaba arduamente contra su contrincante de cabellos verdes.
— Gracias, por favor, diganle a Kotaro que no me quedaré mucho. Solo vine a buscar a Rina para nuestro vuelo a Francia —dijo Leah, sonriendo y haciendo que las dos hermanas se sonrojaran—. Fue un placer conocerte, Megan, nos vemos luego.
Luego de aquella despedida, Leah se fue mientras las miradas de las dos chicas se encontraban sobre ella:— Wow —dijo Megan, rompiendo el silencio.
— lo sé —contestó su hermana menor.
Kotaro, por otra parte, se acercaba a las femeninas junto a Izuku. El pecho de ambos subían y bajaba, jadeantes ante aquel duro partido que acababan de jugar.
— ¿Pasa algo? —preguntó el azabache, observando a su sonrojada novia con el ceño fruncido.
— Leah estuvo aquí —respondió Alondra, notando como los orbes carmín de su novio se abrían con sorpresa.
— ¿Mi hermana mayor? —tanto Megan como Alondra asistieron en aquel momento— ¡Tengo que verla! Nos vemos luego.
Kotaro tomó la mano de su novia y, rápidamente, corrió lejos de la cancha de baloncesto en busca de su hermana mayor, dejando solos a Izuku y Megan, siendo esta última la cual sentía como su cuerpo se tensaba al escuchar la pesada respiración del hombre.
— ¿Quieres ir a tomar algo? Claro, luego de que me de un baño —preguntó.
《Okey, debo estar tranquila y parecer un mujer ocupada pero accesible》, pensó Megan, observando al más alto.
— ¡Si! —exclamó, dándose cuenta de su error casi de inmediato— digo, claro, tengo un hueco en mi ocupadisima agenga.
Izuku sonrió, siendo aquella sonrisa la que provocó que las famosas "mariposas" en el estómago se Megan de repente se convirtieran en elefantes. La castaña sentía como su corazón se aceleraba y su rostro enrojecía a causa de aquella hermosa e inocente sonrisa.
Claramente sin saber las intenciones que habia detrás de ella.
Megan se sentía realmente incómoda, sintiendo una insistente mirada sobre ella todo el tiempo, desde hace un par de semanas después de haber aceptado un noviazgo con Izuku.
Creía que estaba paranoica o algo por el estilo, pero algo dentro de ella le gritaba que tuviera cuidado.
Por otro lado, Izuku, quien había desarrollado una obsesión por esa chica que no resaltaba especialmente en ningún área, había desarrollado una habilidad para esconderse a la perfección mientras la vigilaba.
Al comienzo, cuando recién comenzaba a conocerla y solo tenía un pequeño interés, solo se limitaba a observarla en clases, después, cuando su relación se convirtió en algo más formal, comenzó a seguirla durante los fines de semana y recesos en donde no solía verla, y, ahora, el se encontraba caminando detrás de ella para saber la dirección exacta en donde vivía.
Megan no tenía ningún problema en invitar a Izuku a su casa cuando, posteriormente, su relación avanzara un poco más, sin embargo, este no podía estar ni un minuto sin saber lo que Megan estaba haciendo.
Por su lado, Megan no entendía porque habían sucedido tantas cosas extrañas durante aquel tiempo, algunos de sus amigos incluso se alejaron de ella con excusas extrañas. Aquello hizo que sus inseguridades salieran a la luz y que un alto episodio de depresión pasara por su vida.
Y aquella fue la oportunidad perfecta para que Izuku estuviera con ella.
En su momento de debilidad, Izuku era la luz que iluminaba sus días, Megan sentía que podía confiar plenamente en él, después de todo, el pecoso lograba que cada día estuviera lleno de alegría, ternura y hermosos detalles. Ya no había malos días si estaba junto a él.
"— Me gustas, Izuku —confesó Megan, sim poder resistir más aquellos sentimientos."
Una sonrisa maquiavélica se curvó en los labios de Izuku al recordar aquello, todo habia salido como lo habia planeado y, gracias a la ingenuidad de Megan, ahora él era prácticamente el único en el que ella realmente creía que podía confiar.
No le importaba que debía hacer, pero si podía tenerla sería suficiente para él.
Izuku observó sus manos, cubiertas por guantes, ensangrentadas, la sensación de apuñalar y sentir como el cuchillo se entierra lentamente en la carne de su víctima era completamente diferente a como Toga lo hacía parecer. Su vista bajó al irreconocible cuerpo inerte a sus pies.
La muerte es lo mínimo que se merecía aquel hombre después de intentar sobrepasarse con su novia cuando la perdió de vista en la fiesta a la que fueron hace un par de días.
Eran alrededor de las cuatro de la madrugada, el frío viento chocaba contra su rostro mientras caminaba tranquilamente a casa de su novia, sin ningún remordimiento o miedo.
Al llegar a su departamento, Izuku se retiró la camisa de botones y sus pantalones, colocando estos a lavar casi de inmediato, quedando solo en boxers mientras tomaba un par de documentos que yacían en su escritorio, revisando estos con el mayor detalle posible para evitar cualquier error.
Planear la muerte de un héroe realmente no era fácil, y si quería hacerlo, todo debía salir a la perfección.
Al terminar, Izuku fue a su habitación, donde tranquilamente tomó una ducha, retirando cualquier rastro de sangre que hubiera podido salpicar sobre él, y, cuando ha estaba listo para dormir, tomó su teléfono, comenzando a teclear casi con la misma velocidad con la que escribía.
¿Mañana nos vemos en la cafetería de siempre? Si quieres podemos invitar a tu hermana y a Kotaro.
Sin muchas esperanzas de que Megan respondiera, el hombre hizo su teléfono a un lado, aún así, cuando estaba por cerrar sus ojos para, por lo menos, dormir unas cuantas horas antes de ir a la universidad, una notificación llegó a su teléfono, por lo cual, tomó este con rapidez.
Contigo hasta marte, no es necesario invitar a Alondra y Kotaro, irán de viaje. Estaremos solos.
Izuku sonrió al ver el mensaje, apagó el aparato y cerró sus ojos. Aunque no faltaba mucho para que el despertador sonara.
Estar enamorado era más difícil de lo que creía. Por eso hacia todo por Megan, porque la amaba, solo quería lo mejor para ella.
— ¡Alondra! —chilló Kotaro desde el primer piso, sosteniendo un parlante en donde sonaba una de aquellas canciones románticas que tanto le dedicaba a la hermana de Megan.
Megan se pasó la mano por el rostro, irritada, ya era la quinta vez en la semana.
— ¡No quise decir el nombre de Leah! Perdóname, por favor —Alondra, quien se encontraba en la misma habitación que su hermana mayor, se colocó su audifonos mientras fruncia el ceño.
Megan suspiró, levantándose de su silla y parando el anime que veía en su computador, dirigiéndose a la cocina para tomar el bote en donde guardan la sal, procediendo a salir de la casa y comenzar a lanzarle esta al hombre que gritaba.
— ¿qué haces molestando casa ajena? Deja de molestar, ¡vete! —dijo Megan, mientras le lanzaba sal al azabache.
— Lo siento, cuñada, por favor. Apiádate de mi alma —dijo, protegiendo sus ojos de la sal mientras le extendía a Megan una carta.
La castaña tomó la carta, lanzadole un puñado más de sal a Kotaro antes de reingresar a su casa, subiendo a su habitación y entregandole la carta a Alondra, quien la tomó y le echó un vistazo. La azabache suspiró, haciendo el papel a un lado y saliendo de la habitación.
— ¡Si algo como esto vuelve a suceder terminamos! —Megan suspiró ante la poca dignidad de su hermana.
《Literalmente dijo el nombre de su hermana mientras tenían sexo, ten un poco de dignidad.》, pensó, asomándose por el balcón y viendo como la pareja ingresaba a la casa mientras se besaban.《Oh, no, en mi casa no》
Megan bajó rápidamente por las escaleras, casi cayéndose al intentar saltar dos al mismo tiempo, llegando al salón principal, donde Kotaro se encontraba sobre Alondra, besandola mientras de a poco metía una mano bajo su camisa.
La castaña lanzó un zapato a la cabeza del hombre.
— ¡Mi casa no es motel! Lárguense y hagan sus cochinadas en otra parte —gritó, su avergonzada hermana se sonrojó, mientras, Kotaro la observaba con fastidio.
— Sabia que esto pasaría —dos golpes en la puerta principal hicieron que Megan suspirara, acercándose a esta a zacandas.
Al ver quien se encontraba parado frente a ella, su ceño fruncido se cambió por una expresión de felicidad:— ¡Izuku! — exclamó, el mencionado sonrió tiernamente hacia su novia.
— ¿Por qué no vienes conmigo y dejamos que tengan una reconciliación apropiada? —preguntó el dulce peliverde, extendiendo su mano hacia la castaña, quien no dudo ni un segundo en tomarla.
Megan se giró a la pareja en el sofá, mirando a su hermana:— espero que todo esté limpio cuando vuelva —Izuku miró a Kotaro, quien le devolvió la mirada.
Izuku sonrió mientras ambos caminaban hacia su auto.
Narra Megan.
La habitación estaba completamente oscura, haciéndome imposible visualizar algún tipo de escapatoria, lo único de lo que podía estar realmente segura era que cuatro grilletes con cadenas me ataban a una pared.
No había salida alguna.
Luego de un par de horas el sonido de una puerta metálica se escuchó, abriéndose y, con ello, iluminando la habitación gracias a poca luz que entraba desde fuera.
Mierda.
observé a mi secuestrador, o por lo menos eso era lo que parecía, después de todo estaba atada.
— Bueno, hola— dijo Izuku, con una sonrisa coqueta, mientras sus orbes verdosos brillaban con diversión.
¿Que pasó? Solo recuerdo que tuvimos una cita y, luego, cuando fuimos a su casa, todo comenzó a ser más confuso.
Tal vez esto es solo un juego sexual de Izuku, es muy tierno, pero también bastante atrevido.
— Izu —suspiré, acercándome a él como pude, los grilletes no eran tan largos como para poder moverme tan fácilmente.
— Megan —respondió, sonriendo tiernamente, mirándome como la cosa más hermosa del mundo.
¡Lo adoro demasiado!
Me sonrojé ante la forma en la que había dicho mi nombre, juntando mis piernas y notando que me encontraba sobre la cómoda cama de mi novio.
— Liberame —intenté decir, antes que sus labios se juntaran con los míos y comenzara a besarme dulcemente.
— Me temo que no puedo hacer eso, cariño —susurró contra mis labios—. Ahora me perteneces y no pienso dejarte ir.
¿Esto es un juego de rol? Es tan excitante.
Sentí el calor en mi rostro subir aún más, por lo cual, me incliné en busca de sus labios, sin embargo, él se apartó, tomando mi rostro entre sus manos mientras me observaba desde arriba.
— Izu, esto es muy estimulante, pero es una tortura no poder tocarte.
Él sonrió y acarició mi rostro:— Tendremos mucho tiempo para eso, cariño.
La puerta se abrió, dos figuras altas aparecieron detrás de ella, eran Leah y Kotaro. ¿Que hacen aquí? ¿Una orgía?
— ¿está hecho? —preguntó Izu, Kotaro asintió con entusiasmo—. Bien.
— Mi princesa Alondra estará segura de todo mal —¿Alondra? ¿Que le hizo a mi hermana?
— Kotaro, ¿dónde está mi hermana?
Leah me observó, luego desvió la mirada a mi novio a su hermano menor.
— No me quedaré aquí para ver esto, me iré a Paris, Kotaro, es tu oportunidad de reconsiderar las cosas y tener algo de cordura —dijo, mientras colocaba uno de sus largos mechones detrás de su oreja.
— Lo siento, hermana, esta vez no puedo seguirte —Leah frunció el ceño—. Estoy enamorado, Alondra es mía, tengo que estar con ella.
Intenté moverme hacia Kotaro, quería pedir una explicación, sin embargo, Izuku tomó mis cadenas y me lo impidió. Bueno, este juego ya no es divertido.
— Están locos si creen que ellas los van a seguir queriendo —dijo Leah antes de salir de la habitación—. Iré a encontrarme en Paris con mis amigas y mis prometidos, nos vemos en la boda.
Kotaro bufó:— Mataré a esos bastardos —Leah negó con la cabeza y sonrió, despidiéndose de su hermano menor.
— ¿Sigue con Dabi? —preguntó Izuku, como si no me tuviera encadenada.
— Si, él y Hawks son un fastidio, pero mi hermana los quiere así que no puedo hacer mucho —gruñó y me dio una mirada—. Es hora de irme, mi hermosa novia me espera.
— ¿Por qué la prisa? No creo que vaya a ninguna parte —se burló Izuku, dándome una mirada fugaz y sonriendo de una manera que no había visto antes. Me dio escalofríos.
— Cada segundo con mi adorada Alondra es precioso —dijo Kotaro antes de irse y darme una mirada fugaz de disculpa.
Miré a Izuku, esperando explicaciones.
— Como dije, mi amada Megan, ahora eres mía. No irás a ninguna parte.
— ¿Estás pensando en escapar? —susurró, me sobresaltó su repentina aparición.
Me quedé callada y cerré los ojos.
Sabe que estoy despierta.
— Allá afuera nadie te espera. Tu familia y amigos no te buscan y definitivamente tu hermana no está en una mejor situación que tú— Habló—. No le interesas a nadie más que a mi, Megan, deja de pelear.
Me senté en la cama y lo miré, señalando las cadenas con las que me ataba a la cama, al ver mi molestia, con facilidad, las rompió.
Desde que estoy encerrada dejé de tener una buena percepción del tiempo, podían haber pasado tres días, tres meses, incluso tres años. No tenía la menor idea, sin embargo, ese tiempo con Izuku no fue tan duro como creí. Él se encargaba de cuidarme, cuando se iba, encendía la televisión para que no me aburriera. Incluso me regaló un Kindle lleno de libros que me encantan.
Asumir la idea que la una de las personas que mad amaba me tiene cautiva fue y siempre será lo más duro que he hecho nunca, pensar en la confianza que le di, pensar que todo fue un simple plan para traernos hasta este momento, hasta esta habitación, me eriza la piel.
— ¿O acaso me dirás que ya no tengo lugar en tu corazón?
Eso era lo peor, aún seguía tan incrustado en mi piel que me asustaba. Izuku era una droga a la que era adicta, sin embargo, intentaba dejarlo poco a poco. Mis esfuerzos no daban frutos a pesar de que me hubiera hecho algo como esto.
"— No se si lo hayas notado, pero, estuvimos juntos en antropología durante los primeros semestres —comentó, confundiendome aún más, ¿cómo no pude haberme percatado de su existencia antes?— tranquila, es normal que no lo notaras, suelo sentarme siempre al fondo para poder observar mi entorno con claridad."
Abrí los ojos ante el recuerdo del día que nos conocimos. Él ya sabía de mi, seguramente tenía esto planeado desde antes de que me enamorará de él.
— ¿Todo fue una mentira? —pregunté, sintiéndome traicionada por mi misma al sentir las lágrimas correr por mi rostro.
Izuku sonrió, me tomó de la parte de atrás del cuello y limpió las lagrimas que corrían por mi mejilla con su lengua. Lo parte bruscamente.
— Megan, al principio solo eras diversión, debo admitirlo —confesó—. Pero luego comencé a quererte y mirame, llegue a este punto por lo mucho que te amo. Jamás te dejaré ir.
Esas palabras tenían una frase escondida: "No tienes escapatoria de mi."
Esa noche, me resigné, creí en su amor y caí de nuevo en sus garras. Lo amaba, aunque no fuera correcto, aunque me hubiera secuestrado, dependía de él y por ello no podía odiarlo y me odiaba por eso.
Holis.
Lo sé, tardé mucho en publicarlo, espero haya valido la pena la espera.
Este fue un One-shot relacionado a otra de mis historias, sin embargo, no afecta en nada en la continuidad de Enchantress, evidentemente.
Como pudieron ver, escogí a tres lectoras para interpretar a los personajes femeninos de la novela. Esto se hizo por una dinámica en un grupo de WhatsApp que tengo con mis lectoras de Enchantress, en donde MeganLeon0 fue la ganadora para ser la pareja protagonista junto a nuestro lindo Deku. El Link está en mi descripción por si quieren unirse.
También quería preguntar si quieren que tenga alguna otra cuenta o algún servidor en algún lugar en el que podamos interactuar. Si es así espero leerles en los comentarios.
No olviden dejarme su opinión.
Gracias por leer💚.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro