6. Bajo peligro
A pesar de todo el estruendo hace ya una hora, el concubino no podía bajar sus ánimos. Era casi como si nada hubiera sucedido.
Alexis correteaba por todos lados del reino para poder ver la fiesta que se llevaba a cabo en la aldea del reino. No podía salir así que buscaba sus mejores opciones para verlo todo. En ningún momento se borró su sonrisa, estaba demasiado emocionado por ver tantos ánimos en el reino. Desconocía de las victorias del reino pero, definitivamente, estaba feliz por ellas. Si no fuera así no estuvieran todos tan animados.
Quería con todas sus ganas salir a ver todo y no pudo aguantarse. Tomó una capa que tenía en su armario y salió corriendo por el pasillo. No habían tantos guardias, sólo tuvo que esconderse más de una vez para esquivar a los pocos que habían pero al lograr burlarlos salió a la sala principal del reino.
"¿Ese no es..?" Murmuró un guardia al ver al chico con capa capas disimuladamente.
"Sí es." Dijo el otro guardia para golpearlo sutilmente y mirar directo al frente. "No le mires."
Alexis nunca había visto el reino desde la parte de al frente desde tan cerca, era precioso. Caminó más y más saliéndose de el castillo y pasando el pequeño puentes que daba paso a la aldea dentro de esos muros. Con una gran sonrisa se adentró entre toda la gente y vió todo lo que hacían. Desde bailes y espectáculos hasta gente vendiendo alimentos y demás. Era magnífico. Fue un descuido quitarse la parte de arriba de la capa pensando que ya estaba a salvo, claro que iba a llamar la atención de muchas personas. Aún así, continuó.
Se acercó a las personas en el centro de la plaza para verlos bailar. Le encantaba la música que estaba sonando, le recordaba a la taberna de sus padres. Mientras aplaudía feliz siguiendo el ritmo una chica fue lo suficientemente buena gente para invitarlo a unirse. Fue así que comenzó a bailar junto a estas personas.
[...]
El que el reino fuera tan grande hacía que las cantidades de cosas por explorar fueran casi infinitas. Comió cosas deliciosas y vió todo lo que había para vender, se encontró pensando que tuvo que haber traído algunas monedas, pero nuevamente, no tenía nada de dinero.
Le gustaba ver como tenían a su rey muy en alto. Habían tantas pinturas de él, su escudo, murales y su nombre escrito en algunos lugares con oro. Podía notar todo el aprecio que se le tenía a pesar de ser un tirano. La aldea se veía muy bien a pesar de ser enorme, notaba que su rey se había encargado de que todo fuera decente para sus aldeanos y demás.
"¡Es él!" Escuchó a sus espaldas. Al voltear Alexis vió a un grupo de hombres que vestían con túnicas blancas con algunos detalles en oro, en el centro había un hombre mayor y a su lado un aldeano cualquiera que le señalaba.
"Esa belleza y esas ropas.." murmuraba uno de los hombres.
"Sí, no hay duda, es una bruja." Decía el viejo de ese grupo.
"¿Qué?" El de cabello largo tartamudeó al escucharles. Sabía de sobra que las brujas no eran bienvenidas en ningún lugar, menos en los reinos. "¡No, no! ¡No soy una bruja!" Dijo con rapidez retrocediendo.
"¡Atrápenle!"
Ante aquella orden fueron corriendo a agarrarle. Fue inútil para el pobre chico huir, hasta los aldeanos se unieron para atraparlo. Alexis pataleó y se movió tanto como pudo aunque fuera inútil. Estaba atrapado.
[...]
"¡Su alteza!" Llamó un guardia nada más entrar a aquel gran comedor donde se llevaba a cabo aquella reunión entre los grandes.
"Dame una buena razón.." dijo el rey bajando su copa para tomar sus cubiertos y cortar carne. "..para no matarte ahora mismo."
"Es muy importante." Insistía el hombre con algo de miedo en su rostro. Mientras él hablaba se llevó un pedazo de carne a la boca. Por su escenita de rey loco tuvo que quitar la mesa y volver a ponerla con más comida y nueva, por eso seguían comiendo.
"Habla." Ordenó para seguir comiendo.
"Es sobre su concubino." Al escuchar aquello el rey Iván bajó sus cubiertos dejando de masticar poco a poco y frunciendo el ceño.
En un abrir y cerrar de ojos el mismo rey se encontraba casi corriendo a el gran ventanal de su palacio. Al estar frente a este pudo ver humo desde la plaza del reino. Un guardia se le acercó y le dió un estetoscopio para que pudiera ver mejor. Al tomarlo y observar con este pudo ver a detalle. Aquel humo no era cualquier humo, era proveniente de miles de antorchar al rededor de lo que parecía ser una preparación para una fogata y no tan lejos pudo ver a aquel chico de cabellera larga. Su ropa estaba rota dejando ver su pecho y espalda, podía ver que no traía zapatos y su cabellos estaba suelto.
"¡Puta madre!" Exclamó el rey para tirarle el estetoscopio al guardia. "¡¿No puede estar un maldito segundo sin crear problemas!?" Gritó para encaminarse con rapidez por el pasillo. "¡Preparen mi caballo, ya!" Ordenó.
Volviendo a el pueblo, allí estaba Alexis con sus manos atadas. Estaba aterrado y no podía dejar de llorar rogando por un perdón que ni le correspondía pedir, no había hecho nada malo. Por el simple hecho de tener ese rostro era tomado por bruja, era lo que escuchaba una y otra vez. Decían que él con su belleza fue a seducir a hombres y mujeres para robar almas. Era obvio que esas eran mentiras.
"¡Basta!" Pedía a gritos. "¡No quise dañar a nadie! ¡Por favor, créanme!"
"¡Calla!" Le ordenó uno de los hombres. "¡Tú con tu magia negra viniste a arruinar la celebración de nuestro gran rey!" Gritaba sin vergüenza de escupirle en el proceso.
"¡No fue así!" Lloraba tratando de soltarse.
Entre dos hombres lo subieron a la montaña de ramas y madera para amarrarlo, en el mismo tiempo que todos los pueblerinos gritaban y decían cosas nada bonitas. Justo cuando estuvieron por tirar la primera antorcha fueron detenidos por una flecha que automáticamente hizo que el hombre cayera al suelo, poco después se escuchó el ruido de unos caballos acercándose a toda velocidad.
"¡Es el rey!" Gritaba un pueblerino al ver aquel hombre que cuya presencia intimidaba a cualquiera, incluso desde lejos.
"¡El rey!"
Al detener su caballo el rey Buhajeruk se bajó sin esperar ni un segundo más. Todos los presentes se colocaron de rodillas ante él cuando lo vieron llegar así que no podían ver lo furioso que estaba. Era demasiado fácil ver su ira desde lejos.
"¡¿Qué es todo esto?!" Preguntó mirando al rededor y luego a aquellos hombres de blanco.
"Su alteza, ese joven de aquí es una bruja." Dijo el hombre mayor alzando su cabeza para verlo. "¡Vino a seducir a los hombres y a las mujeres para robar sus almas!" Explicaba con fuerza, lastimosamente, no hizo sentido.
El rey, ni corto, ni perezoso, sacó su espada para acercársele. Entre los gritos suplicándole por su perdón no dudó en utilizar su espada para terminar la vida de este. Alexis lo miró en silencio con sus mejillas empapadas, ya era la segunda vez en el mismo día que lo veía matar a alguien y no era muy bonito verlo..pero, era por él.
"¡Bájenlo!" Ordenó con fuerza haciendo que más de uno se espantaran y corrieran a soltar al joven entre la madera.
Una vez soltaron a Alexis este fue corriendo a su rey, mismo que no dudó en abrir aquella larga y pesada capa que siempre traía para acobijarlo bajo esta. Al tener sus piernas golpeadas no pudo mantenerse de pie, con miedo se agarró de la ropa de el joven rey para mantenerse de pie, este lo notó y con uno de sus brazos lo agarró para mantenerle firme contra él bajo su capa escondido.
"Pero...Su alteza.." dijo uno de los hombres de blanco. "¡¿Porqué defiende a esa bruja?!"
"¡No es ninguna bruja!" Gritó. "¡Es mi concubino y tuvieron la osadía de, no sólo golpearlo, si no de intentar llevarlo a la hoguera!" Bajo su mano podía sentir como Alexis temblaba del miedo dandole más furia.
Más de uno se sorprendieron al escucharlo. Desconocían mucho sobre este tema.
"No lo sabíamos.." se trataba de defender el mismo hombre. "¡No tenía el escudo del reino!"
"¡Claro que no lo sabían!" Volvía a gritar hacia ellos. "¡Apuesto a que ni se tomaron un maldito momento para buscar si tenía el escudo o no!" Era cierto y se les notaba en el rostro. "¡Mismo que ustedes no deberían ni usar!" Los señaló.
"Quisimos proteger su reino." Dijo otro más del grupo.
"¿Y ustedes quienes poronga son para proteger mi reino?" Frunció el ceño confundido por aquello. "Yo soy quien defiende y protege este reino con su aldea y sus pueblerinos, gracias a mí tienen donde vivir y con qué comer, no gracias a ustedes." Negó casi botando humo por las orejas. Soltando a su concubino se quitó su capa para arroparlo con esta. No se quedó a hablar más. Fue a su corcel y se subió, luego agarró con fuerza a su concubino para subirlo tras él. "Mátenlos." Ordenó a sus caballeros sin dudarlo.
En todo el camino de regreso al castillo Alexis no soltó la espalda de su rey. Lo agarraba con fuerza sin dejar de llorar quedito. Eres demasiado para digerir, casi moría y todo por verse como se veía. Cuando llegaron y el rey bajó también ayudó a bajar a su concubino con ambas de sus manos agarrándolo con fuerza para no dejarlo caer. Aún cuando tocó el suelo no pudo mantenerse de pie, le dolían las piernas, le dolían los pies, no era de extrañarse, tenía muchos moretones y hasta heridas que sangraban un poco.
El rey lo agarró de las piernas y de la espalda para cargarlo y llevarlo a sus aposentos. En todo el camino pudo escuchar los sollozos del chico de cabello largo, no podía ocultar su coraje por los lloriqueos, se le notaba en el rostro. Una vez llegó y entró a la habitación lo dejó en la cama alejándose pasos atrás para cruzarse de brazos. Rodrigo no estaba allí y el rey no quería que lo interrumpieran, por eso, cerró la puerta con llave.
"¿En qué estabas pensando?" Preguntó el rey Iván de forma hostil volteando a verlo. Su ceño estaba fruncido y sus puños cerrados con fuerza. "¿Porqué saliste así como así sin decirme nada?" Alzó levemente su voz haciendo que Alexis sollozara.
"Yo...yo sólo quería.." de lo tanto que hipaba no podía hablar correctamente.
"¡No puedes salir sin guardias!" Le gritaba. "¡¿Ya viste lo que puede pasar?! ¡Casi te matan!"
"Yo sólo quería disfrutar de la música..." sollozaba tratando de sentarse para verlo. "Lo siento, no quise...No quise arruinarlo todo para usted en su gran día. Lo lamento tanto." Le decía juntando sus manos para rogar por sus disculpas.
Con sus manos frotó su rostro estresado. Se notaba demasiado que estaba pasando por muchos conflictos mentales. "No puedes salir, casi te matan. ¿No entiendes que no puedes morir?" Le preguntó con coraje.
"¿Porqué?" Le pregunta no era lo que esperaba el rey. "Usted no me necesita, ya cumplí con mis funciones. Ya sabe usar el arco y era lo que necesitaba." Dijo recordando ver como desde lejos utilizaba su arco para detener a aquel hombre que le iba a quemar vivo.
Iván Buhajeruk suspiró fuertemente para mirarlo. "No puedes morir. Es una orden." Dijo con fuerza. "Y si vas a salir también debes decirme. Tu belleza es un problema aquí y a fuera, ¿qué no lo vez?" Le regañaba moviendo sus brazos.
Alexis lo sabía. Sabía que su belleza era su maldición. Desde muy pequeño reconoció que ser tan llamativo a la vista era lo que atraía el mal a su vida.
"Mi rey.."
"¡Basta ya!" Le gritó para agarrarle de los hombros. "¡Piensa por una sola vez en tu vida!" Escupió ya cansado y le tomó del rostro haciendo que se quejara por el frío de sus anillos. "No puedes morir. Deja de causar tantos problemas. Deja de tentar a la muerte." A pesar de no ser intencional, era cierto. Al soltarlo y alejarse suspiró con fuerza mirándolo. "Si no estuvieras golpeado te juro que te hubiera hecho esas heridas yo mismo." Le dijo antes de retroceder aún más.
"Lo lamento." Repitió Alexis con un murmuro.
"El doctor vendrá a revisar. Ya deja de romper las bolas." Dijo retrocediendo más para finalmente salir de los aposentos dejando solo al concubino. Cuando el doctor vino momentos después notó que no era el mismo al que alguna vez conoció. No sabía que sucedió con el otro pero era mejor así.
Al final, ninguna de sus heridas eran peligrosas. No necesitó demasiado para que terminara acostado con su bata descansando. En ningún momento le quitaron la capa del rey, así que durmió utilizando esta para arroparse. Le daba tranquilidad, sentía que era protegido de esta manera. No tardó en dormir.
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Si hay faltas de ortografía o un error,por favor déjenme saber.
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