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1001 SHE'S BACK

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Mystic Falls, 2009.

"Conocí a una chica. Es idéntica a Katherine; lo cual me resuelta impresionante y extraño. No se como manejarlo, sólo se que no puedo alejarme.

Casi muere y le salvé la vida, típico yo. No se como sentirme al respecto, porque aún no he podido olvidarte después de 145 años.

Creo que es ridículo aún escribirte cartas, pero siento que es una forma de mantenerte en mi mente. De aferrarme al recuerdo.

No quiero olvidarte, Lyn. Temo que no encuentre el amor o que no llegue a amar a alguien tan fuerte como a ti. Pero creo que estaré bien. Trataré de ser feliz y seguir adelante. Siempre tendrás mi corazón, y jamás, jamás te olvidaré.

Con amor, Stefan."


Presente
— Damon, tenemos que salir de aquí.— le exige Stefan a su hermano

Ambos estaban en la tumba donde estaban los vampiros de 1864. Trataban de dar con Katherine por pedido de Damon. Por una única vez, trataron de darle algo que el quería, pero parecía que todo había salido totalmente mal.

— La encerraron aquí.— demanda con paranoia

— Si no nos vamos ya, no podremos salir.— insiste el menor Salvatore

Damon analizaba con el corazón roto no haber encontrado a su amada, aquella ráfaga de amor que alguna vez tuvo. No procesaba que su cuerpo no haya quedado en el sitio que la busco durante 145 años. Buscando pistas para abrir aquella tumba, ahora nada tenía un sentido.

— ¿Por que no está aquí? — divaga con el nudo en la garganta

— No vale la pena pasar la eternidad aquí. Ella no lo vale...— le trata de tocar el hombro y Damon lo empuja con brusquedad

— ¡No! — le alza la voz y Stefan se sobresalta

— Los dos perdimos a alguien que amábamos esa noche. Recuerdo a Evelyn cada día de mi vida, como si fuera ayer. Pero sólo es un recuerdo que debe permanecer vivo por mi. Haz lo mismo.— aconseja y los ojos azules del Salvatore se nublan por completo

— No puedo.— soltó con nostalgia — Desperdicié todo mi tiempo por un engaño. No me iré.— el menor menea su cabeza con negación

— Damon.— habla Elena a voltean a verla — Damon. Por favor.— le ruega y la mirada del vampiro se clava en la de ella

Dudaba de aquella decisión. El se sentía vacío y fracasado. Le habían visto la cara, parte de él estaba rota. El esperaba que un día podría reencontrarse con su amor del pasado, pero esos sueños fueron aplastados cruelmente.

— Damon...— lo nombra de nuevo la castaña y el inhala hondo

Se va con ellos sin dar palabra. Mientras iban por aquellos túneles, algo paró a los Salvatore.

Una pequeña fibra de calor, una que les congeló el cuerpo, una extraña para vampiros.

— ¿Qué pasa? — cuestiona la Gilbert y Stefan toma la linterna de su mano

— Parece que hay un humano.— alumbra y sigue el camino

— ¿Qué? Eso es imposible.— refiere Elena confundida y Stefan va siguiendo la pista

— No, no lo es.— corrige Damon y Stefan se frena de golpe, se le fue el aliento

— ¿Stefan?

Es ahí cuando el cuerpo del vampiro se inmovilizó. Como si cada gota de sangre se hubiera secado. Sintió que su corazón se detuvo, que el pecho le iba a explotar. Una ola de remordimiento le llegó de imprevisto, arrasando con todo.

Sus ojos verdes de pronto se humedecieron. Dejó caer la lámpara de la impresión. Sentía que no podía respirar; que de pronto le era tan difícil hacer algo tan básico como lo mencionado.

El estaba ahí, observándola. Viendo al amor de su vida luciendo exactamente como la última vez que la vio. Tan perfecta, tan vulnerable. Tan a su alcance y sin poder haber hecho nada. Se sentía culpable.

— Stefan, ¿que sucede? — insiste Elena y el vampiro se pone de rodillas frente a Evelyn

— Te sacaré de aqui.— el va sobre ella y sube el cuerpo de la castaña a sus brazos

Va caminando hacia donde estaban Damon y Elena, y el Salvatore lo vio con perplejidad.

— ¿Qué? ¿Acaso es Lyn? — soltó desconcertado mientras ella yacía en los brazos de Stefan

— Vámonos, ya no hay tiempo.

Los tres salen por aquella puerta. Dos hermanos con diferentes duelos. Uno con el corazón roto por la desilusión de Katherine, y el otro, por encontrar a la mujer que más ha amado en su vida.

— ¿Quién es ella? — cuestiona Bonnie mientras Elena menea su cabeza aturdida

— No se que rayos está sucediendo.— soltó la Gilbert y Damon se acerca a Stefan

— ¿Está viva? ¿Respira? — lo bombardea y el Salvatore menor baja la mirada para verla

— No tengo idea.

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A los minutos, Stefan y Damon estaban el hospital para que alguien pudiera revisarla y verificar que aún estuviera viva. Después de todo, ha estado en una tumba durante 145 años, y no era vampiro, por lo caluroso de su cuerpo.

Ambos estaban en la sala de espera con angustia, los mataba no saber lo que estaba sucediendo.

Veían que miles de médicos estaban encima de ella, que tenía intravenosas, tubos y máquinas a su alrededor, como un misterio médico.

— ¿Estás bien? — le pregunta Damon a su hermano

Notaba que su mano no dejaba de temblar el tic cesante en su pierna. Sabía cuando su hermano derramaba ansiedad.

— Sólo quiero saber que está sucediendo. Ella ha estado ahí por una hora y los médicos no dicen nada.— el se levanta — Me está matando.

— Tiene que estar viva, digo, nos daríamos cuenta si no lo estuviera. La tuviste en sus brazos mucho tiempo para darte cuenta.— sugiere y Stefan voltea a verlo

— ¿Sabías esto? Me dijeron que estaba muerta, Mike me lo dijo.— divaga — ¿Por que me mintió? ¿Quien la puso ahí? — se lleva las manos a la cabeza

— Lo importante es que la encontraste. Algo me dice que Emily tuvo que ver con esto.— Stefan baja sus manos y arruga las cejas — Me dijo algo sobre Evelyn, no le creí.— se le acerca

— ¿Qué dijo? — Damon pasa saliva

— Familiares de Evelyn Parker.— habla un doctor y voltean a verlo

— Si...— se acercan los Salvatore — ¿Como está?

— Increíblemente bien. Sus huesos están algo atrofiados, tiene que hacer ejercicio y...— lo interrumpen

— ¿Como que está bien? Lleva dormida 145 años en una tumba— explota Stefan —. ¿Como demonios...?

— Ha estado en un sueño mágico.— interviene Mike y voltean a verlo — Mi hermana se lo puso.

— ¿Como? — menciona el doctor aturdido — ¿Se drogaron o algo? ¿Llamo a...? — Damon lo toma por los hombros

— Olvida esta conversación y regresa a cuidar a tu paciente, Evelyn Parker.— lo hipnotiza y este se va

— ¿Tú sabías que ella estaba ahí? — cuestiona Stefan y Mike niega

— Emily me contactó cuando usó el cuerpo de su amiga, Bonnie. Una nota que envió.— la saca de su abrigo — Dice que se arrepiente por lo que le hizo a su mejor amiga, en esto.— levanta la hoja — Yo estaba lejos y ni tenía idea de ustedes. Trataba de hacer mi vida, lejos de su caos.

— Luces como un niño para tener más de cien.— se burla Damon

— Y tu el mismo idiota, pensé que con los años te funcionaría mejor el cerebro.— ironiza y esto molesta al Salvatore

— Tienes suerte de...— Mike saca a relucir su rostro vampiro —. Eres vampiro.

— Si, bueno, tenemos la misma edad, así que, miedo no te tengo.— impone — Yo no vine para esto, si no a explicar la situación. Lyn está en un hechizo de sueño mágico. Mi hermana lo extendió al linaje Bennett, para que así, no se rompiera con su muerte y se prolongue hasta que el linaje se extinga.— Stefan frunce el ceño — Su amiga, Bonnie, es la única que puede romperlo.

— ¿Como? Emily ni siquiera nos dijo nada de esto, y lo que le hizo, fue muy cruel.— intervine Stefan

— Yo le ayudo, ustedes encárguense de traer a la bruja para despertar a mi amiga.— manifiesta — No hay otra forma de hacerlo.— los Salvatore se ven entre ellos

— ¿Crees que quiera ayudarnos? Ya hizo lo de la tumba, y conociéndola, no nos hace tantos favores. A mi me iban a dejar ahí en primer lugar— expone Damon —. Si no fuera por ti...

— Bonnie no puede hacerlo, ya usó mucho su magia. Tendríamos que esperar, yo...

Suena su celular y lo saca del bolsillo, ve el nombre.

— Cuanto tiempo, Mikey. ¿Quien te hizo vampiro? Adivino, Katherine.— alardea y el Bennett le da una mirada seca

— Si no fuera por ti y esa escurridiza víbora, Evelyn no estaría involucrada en todo esto. A mi no me queda claro todo lo que pasó esa noche.— expone poniendo nervioso a Damon

— Tu hermana fue la que la puso ahí en primer lugar, ella la traicionó primero. No me quieras embarrar de tu...

Se pausa al escuchar maquinas sonar con locura, los médicos corrían hacia la habitación provocando todo un caos. Parecía que alguien perdía el control de forma desenfrenada.

— ¡Suéltenme! ¡Déjenme! — gritaba una mujer alterada y Damon corrió a la habitación en el momento que reconoció la voz

— Lyn.— entra a la habitación y sus ojos celestes cruzan mirada con los marrones de ella

Había enfermeros alrededor de ella, más de lo que podía contar. La castaña estaba parada sobre la cama apuntando con una jeringa al que se le acercara, su mirada mostraba miedo.

— ¿Damon? — le habla con la voz rota y con los ojos cubiertos de lágrimas — ¿Eres tú?

El sonríe ligeramente y se escucha que alguien más entra a la habitación, el Salvatore se giró a ver.

— Evelyn.— soltó Stefan sin aliento, de pronto ella bajó la guardia

Damon les pidió al personal médico que se alejaran para que ella pudiera sentirse menos aturdida por desconocidos. Stefan no le podía quitar la mirada de encima a Evelyn.

Era como si dos corazones sólo se hubieran vuelto uno. Como si el alma le hubiera vuelto al cuerpo, era un momento impresionante.

Se sentía como si sólo ellos estuvieran en la habitación, como si nada más importara. Sólo estaban sus miradas y un amor que alguna vez existió, y alteraría muchas cosas.

— Oh por Dios.— ella salió corriendo ante el Salvatore menor y se aferró a sus brazos

— Evie, no puedo creerlo.— el Salvatore la agarra con fuerza mientras ella llora — Estas viva, no puedo creerlo.— se separan y la toma del rostro

— No entiendo nada.— tartamudea — No se que sucede, me siento muy confundida.— Stefan la ve fijamente — Mi mente se siente corrompida. Todo es muy borroso.— le limpia las lágrimas

— Tranquila, hablaremos de todo mañana. Necesitas descansar, esto es muy nuevo.— aconseja y ella lo suelta

— ¿Donde estoy? ¿Que es este lugar? — cuestiona aturdida viendo alrededor

— Un hospital.— le responde Damon y ella voltea a verlo — En tus tiempos era sanatorio, ahora son más modernos.— ladea una sonrisa

— Damon...— va hacia el y lo abraza — Sigues exactamente igual. Supongo el porque.— la abraza con fuerza siendo reconfortante

Extrañaba a su mejor amiga de la infancia. Damon la protegía como a una hermana, ambos tenían una conexión inexplicable. Como si fueran uno solo.

Le había dolido perderla en aquel trágico incidente, pero recuperarla fue como un giro de suerte. Evelyn era una persona muy importante para los Salvatore, crecieron con ella. Se apoyaron en todo alrededor de sus vidas. Eran una trinidad inigualable.

— Los colmillos ahora son dentro del paquete.— se separan — Es bueno verte de nuevo, conejita.— le sonríe con ternura

— ¿Hasta cuándo dejarás de decirme eso? — el finge pensar y la castaña se cruza de brazos

— Sólo a ti se te ocurre robar el conejo de la cena, fue divertido ver como lo perseguían por el comedor, jamás lo olvidaré.— se burla

— ¿Qué año es este? — cuestiona aturdida

— 2010.— complementa el Salvatore y la castaña arruga sus cejas

— ¿Qué...?— se tambalea y Stefan la sujeta — ¿Como es eso posible? ¿En que momento? — la ayuda a sentarse

— Lyn, tienes que escuchar lo que te vamos a decir con atención.— ambos hermano se ponen frente a ella — Es difícil.— confiesa Stefan

— ¿Más que a ver estado un siglo pudriéndome en una tumba? Ilumíname, Stefan.— refiere llevándose las manos a la cabeza — Oh Dios.

— ¿Qué recuerdas? — le cuestiona Damon — La ultima vez que te vi, ibas a confesarle a todos que Katherine era vampiro, de ahí Mike nos dijo que estabas muerta.— se lleva la mano a la boca al tener imagines de esa noche

— Katherine me puso ahí y Emily le ayudó— se forma un nudo en su garganta —. Me dejó pudrirme por años ahí. Sólo se que estaba dormida y todo era oscuro y frío, solitario. Siento como si todo hubiera sucedido ayer...no lo sé.— tartamudea y los focos de la habitación tintinea

— Okey, tranquila.— le pide Stefan tomándole la mano — Te llevaremos a casa, y después veremos que hacer.— ella asiente — No te dejaremos sola, jamás.— le sonríe

— Lo sé.— los ve a ambos — Son mis mejores amigos. Jamás lo harían.— le sonríen — Confío en ustedes. Gracias por salvarme. Era el infierno.


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— ¿Me puedes explicar que rayos sucede? Ayer sacaste a una mujer de la tumba. Luego desapareciste toda la noche sin decir nada. La abuela de Bonnie le murió y yo siento que todo se esta convirtiendo en un caos.— le reclama Elena a Stefan — ¿Quien es ella?

El Salvatore fue a verla a su casa. Trataba de que las palabras salieran de su boca con una explicación, pero le era difícil saber como iniciar.

— Es Evelyn, una vieja amiga. Damon y yo crecimos con ella, prácticamente nos decían los trillizos, siempre estábamos juntos.— explica y la castaña alza sus cejas — Creímos que había muerto en el ataque de 1864, pero no fue así. Katherine la dejó encerrada en la tumba y ella estuvo en un hechizo de sueño desde entonces.

— ¿Qué? ¿Me dices que lleva 145 años ahí dentro y es humana? — soltó consternada y el asiente — Esto debió ser horrible. No me lo imagino.

— Tratamos de que se adapte a todo. Por eso te quería pedir algo de tiempo.— informa — Mira, no quiero dejarla sola. Su mente es la de una chica de 16 años que fue traicionada por su mejor amiga y que no sabe nada de la actualidad. Necesita mi ayuda.— Elena sonríe y toma su mano

— Deberías ayudarla. Debe ser horrible haber estado ahí dentro por tanto tiempo.— expresa sincera — Si puedo ayudar en algo, yo...

— Me encantaría, pero por ahora no quiero que se vean.— arruga sus cejas — Su último recuerdo fue tu rostro dejándola pudrirse en una tumba, no quiero que te haga daño.— explica y asiente

— Entiendo. Igual, yo estaré ocupada tratando de seguir una pista sobre mi madre biológica.—- avisa y Stefan la ve sorprendido

— ¿Qué? Eso es nuevo.

— Si, Jenna y yo estuvimos buscando un poco y dimos con una dirección. Se llama Isobel Flemming y tiene una amiga en el pueblo. Iré a ver si averiguo algo.— el asiente y toma su rostro con delicadeza

— Con mucho cuidado. Cualquier cosa, sólo llama. Iré enseguida.— le pide y ella sonríe

— Si, lo prometo.— se dan un corto beso — Te amo, Stefan.— soba su rostro

— También te amo, Elena.— la rodea con un abrazo acogedor.

Stefan se sentía algo culpable por no contarle la historia completa. Una donde su amor de la adolescencia regresó de entre los muertos revolviendo algo en el. Confundiendo todos sus sentimientos y creando una ola de caos.

El vampiro ahora se había enamora de Elena. Esa chica castaña perfecta que se robó su corazón al ver lo bondadosa y genuina que ella era. Cuando la conoció, recuperó la paz que le habían robado tras perder a alguien que amaba.

Ahora todo era distinto, su corazón latía por alguien con la fuerza del mar, pero ver a Evelyn fue como recordar al hombre que algún día fue. Al soñador con aspiraciones más grandes que había olvidado.

Lyn había sido su consejera, su calma y su perfecta conexión, y en su momento, lo único que le daba una razón para existir.

Elena y Evelyn. Las dos mujeres que una vez le robaron el corazón a Stefan, y las que lo tienen hecho un verdadero caos.



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Evelyn
Estaba en mi habitación terminando de vestirme con la ropa nueva que Damon me trajo. Intentaba adaptarme a la moda de la actualidad, cosa que no entendía. Era complicada.

La ropa era corta, los peinados eran sueltos y la gente parecía ser más liberal. A mi me linchaban si mi escote era muy abajo y si no me veía como una señorita con clase. No entendía la moda de ahora, y espero hacerlo; no quiero ser una ignorante.

Me veía al espejo y tormentosos recuerdos me venían a la mente, no me reconocía. Era extraño sentir que no eras tú, solamente una versión rota de ti. Una que se hizo pedazos por la traición.

Ahora trataba de procesar que llevaba un maldito pantalón y Damon me aseguró que era una blusa lo que tenía encima. Y me avergonzaba decir que no tenía nada abajo, el corset parecía que ya no se usaba, lo que era un verdadero chiste. Lo que se usa es...el sostén, si sostén.

Esta época me volverá loca, si aún no lo ha hecho. Todo era tan nuevo y moderno, era increíble como todo evolucionó, sólo deseo aprender todo lo que pueda y lograr adaptarme.

— ¿Puedo pasar? — escucho a Damon y me giro a ver a la puerta

— Si, claro.— entra y una sonrisa se posa en su rostro al verme

— ¿Como me veo? — me doy una vuelta y termino apoyando mis brazos en la cintura

— Hermosa.— sonrío — Te ves radiante, Lyn.— se sienta en la cama y lo noto algo desanimado

— ¿Qué pasa contigo? — suelta un suspiro y jalo la silla de mi tocador — Esperaba verte más feliz.

— Viví engañado por muchas años. Katherine no estaba en la tumba.— mi rostro se endurece — Todo se fue a la basura. Ella...

— No quiero escuchar su nombre.— me levanto de la silla — A esa maldita quiero matarla con mis propias manos. Y si es posible, hacerla sufrir tan lento que su cerebro se apagará.— camino a la ventana — Me vengaré.

— No tiene caso.— veo al paisaje — No vale la pena, es perdida de tiempo.— me giro a verlo

— A esa zorra la voy a colgar como bandera en la puerta de la casa. La que me la hace, la paga.— dejo en claro y alza sus cejas — Mejor dime, ¿qué día es hoy? — suspira levantándose

— 25 de Marzo del 2010.— ladea una sonrisa

— No falta mucho para mi cumpleaños, tendré 17 pronto.— expreso emocionada

— Técnicamente tienes 161 años.— corrige y resoplo — Joven no estás.

— No me siento de esa edad.— me quejo y sonríe asintiendo — Siento que volví a nacer, no se como explicarlo.— divago

— Sabes que las cosas cambiaron, ¿no? — impone y asiento obvia

— Claramente. Ahora llevo lo que sólo los hombre podían, uso un sostén en vez de corset y casi me quemo la cara con la plancha de ropa.— se ríe y frunzo el ceño — ¿Qué?

— Te imaginé con la plancha de ropa en tu cabello. Fue gracioso. — ruedo los ojos — Le diré a Elena que te ayude con eso, sabe cosas de chicas.— suspiro

— ¿Quien es Elena...?— cuando Damon está por responder, Stefan interrumpe

— Mi novia.— escuché el crujir de mi corazón — Necesitamos una conversación, ¿no crees? — paso saliva asintiendo

— Si, claro.— trato de ponerme firme y no lucir como que eso no me dolió

— Dejó que se pongan al día, yo tengo otras cosas en mente ahora. Suerte.— le da palmaditas en el hombro a Stefan

Me invita a salir al patio y lo acompaño.

Debía admitir que su casa era bellísima. Tenía la elegancia de su familia y la modernidad de la actualidad. Parecía sacada de un cuento de hadas, era inmensa y hogareña. Me gustaba estar cerca.

— ¿Por donde quieres iniciar? Yo no tengo nada que decir exactamente.— informo

— Pensé que estabas muerta— nos frena —. Eso rompió mi corazón de una manera que me convirtió en un monstruo.— frunzo el ceño y quedó frente a él

— ¿Qué? — sus ojos verdes se clavan en los míos

— Lyn, son un vampiro.— asiento

— Lo se, Damon me contó un poco. Estoy bien con eso, no voy a enloquecer...

— Me hice un destripador después de tu muerte, sólo apagué un botón que robó todo mi dolor.— confiesa y cierro mis labios — Sin ti había perdido todo.— noto que le cuesta

— ¿Eso que significa? — suspira y baja la mirada por unos segundos

— Cuando eres vampiro, tienes la opción de dejar de sentir, así tú lado humano sólo desaparece y te conviertes en el depredador.— explica y lo veo impresionada — Eso hice. Mi vida fue en picada, hice muchas cosas de las que me arrepiento. Sentí que mi vida no tenía sentido.— lo veo conmovida

— Stef...No se que decir, me duele que hayas pasado por todo esto. Jamás quise hacerte sufrir.— expreso sincera y menea su cabeza

— Tu no hiciste esto, fue Katherine.— resoplo y resoplo con fastidio — Conocí a alguien que me ayudó a recuperar lo que alguna vez fui. Aquello que me robaron injustamente.— inhalo hondo — La felicidad vino cuando Elena estuvo en mi vida.

Siento como mi pecho se hunde, como las ganas de vomitar se forman en mi estómago.

— Te guardé luto por casi dos siglos. Escribía sobre ti en mis diarios, así me sentía cerca de ti.— mis ojos se cristalizan — Era una forma de recordarte por siempre, de la forma de mis pensamientos.

— ¿Qué quieres decirme, Stefan? — solté a secas

— Tu lo sabes...— sus ojos verdes se humedecen y el nudo en mi garganta me lastima — No puedo decirlo, porque sabes lo que había entre nosotros.

— Nunca pudiste pelear por nosotros. Escogías a todas menos a mi. Como a Valerie y Katherine. Siempre estaba ahí viendo cómo negabas lo que sentías por mi, lo reprimías.— se quiebra mi voz — Que de nuevo debo verte amar a otra mujer, sabiendo que he estado enamorada de ti desde que tengo diez años. ¿Otra vez? — se rompe mi voz y lágrimas caen por mis mejillas — Respeto que hayas seguido tu vida, es lo que tenías que hacer. Pero me duele, me duele saber que de nuevo voy a perderte y tengo que estar aquí para verlo.— me ve con tristeza

— Lyn...— trata de acercarse y retrocedo

— Amarte fue como un castigo.— confieso — Era como esa cosa prohibida que sabías que no debías tener, pero la querías.— se empañan mis ojos — No la querías porque sabías que iba a doler, y todo este tiempo, antes de la tumba, nunca tuviste el valor de decirme lo que sentías, cuando yo lo hice. Fuiste tras Katherine y negaste todo por mi.— me señalo

— ¡Porque no quería perderte! — alza la voz con los ojos húmedos — Eras mi mejor amiga, todo para mi.

— ¡Pero ya lo habías hecho! — confieso — Verte ahí, amándola, enamorándote de ella, fue lo mas difícil que haya sentido después de perder a mi padre. Estuve ahí cuando tú madre murió, cuando llorabas todas las noches rezando para que volviera. Cuando aprendiste a leer, cuando creciste para saber conducir una carroza. Estuve ahí todo el maldito tiempo y jamás luchaste por mi.— rompo en llanto — Imagínate despertar después de 145 años y descubrir que de nuevo debo ser la otra.

— ¿Qué esperabas de mi? ¿Qué debía hacer? — suplica y me llevo la mano a la boca tratando de contener mi llanto

— Tu siempre haces eso.— le señalo — Quieres que los demás te den las respuestas, que evites el sufrimiento.— reclamo — Si me amaras como yo lo hago, hubiéramos estado juntos hace años y nos hubiéramos escapado. Pero no era lo que tú querías, no lo soy.— me limpio las lágrimas

— Claro que te amo.— recalca — Lo hago desde que entraste a mi casa con aquel sombrero que apenas dejaba ver tu rostro. Cuando cultivaste tomates y lloraste porque los animales se los comieron. Cuando los salvabas del bosque por los cazadores. Cuando ayudabas a los enfermos sin importar tu bienestar...— meneo mi cabeza

— No digas nada más.— lo detengo — No quiero escucharlo. Me quiero ir.— retrocedo

— ¿Adonde vas? — me voy alejando con el corazón hecho pedazos

— A donde sea menos aquí.— informo y entro a la casa, camino a la puerta

— Lyn, por favor.— me detiene a una velocidad sorprendente, no parpadee

— Espero seas feliz con ella, entiendo que necesitabas a alguien más para no sentirte vacío. Sólo no puedo verte hacerlo.— confieso y nos vemos fijamente — Necesito espacio. Déjame ir.— quito su mano de la puerta y salgo de la casa

— Evelyn, lo siento.— cierro mis ojos por unos segundos — No sabía que te hacía tanto daño. Sólo no quería perderte.— volteo a verlo con la mirada rota

Nuestras miradas decían más que las palabras.

— Y terminaste haciendo exactamente eso.— me ve con desilusión y sólo me alejo

No sabía a donde ir o que hacer, solamente quería alejarme de él y descubrir cuál era mi papel en este mundo. En uno donde el amor parece ser mi falla épica y lo que nunca podré tener.

Jamás el hombre de mi vida estará conmigo, y debo aceptarlo. O voy a permanecer sola el resto de mi vida, como siempre lo he estado.



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Después de sentir que caminé como tres kilómetros, terminé en el pueblo. Estaba agotada y todo lo que quería era sentarme en cualquier sitio a descansar, los pies me mataban. Juraba que media hora si me hice, necesitaba agua y comida. No lo pensé mucho al salir huyendo de la propiedad.

El lugar era menos moderno de lo que esperaba,  aún podías ver la infraestructura vieja y algunos detalles que dejaron. No se sentía como la ciudad de una revista que vi en el hospital, era casi el mismo pueblo maldito.

— Hola.— alzo la vista al escuchar que me hablan — Tú eres nueva, ¿no? — un chico con aspecto sospechoso se me acerca

Era lindo, se veía joven. Su cabello era marrón, ojos igual y piel cálida. Era muy atractivo.

— ¿Tanto se nota? — ironizo y sonríe

— Lo siento, es que esperaba a alguien y no te reconocí.— aclara y asiento — Soy Jeremy Gilbert, por cierto.— me ofrece su mano y alzo mis cejas

Gilbert, como uno de los miembros fundadores, debe descender de ese linaje. Como dije, el pueblo no cambia.

— Evelyn Parker.— las estrechamos — Un gusto.

— Jeremy te estaba buscando.— escucho una voz familiar — ¿Donde...?— se pausa al verme — ¿Lyn? ¿Qué...?— me quedo en shock al ver a

— Anna, Dios.— voy a abrazarla y nos aferramos a la otra — No tienes idea de lo feliz que me hace ver un rostro familiar.— soba mi espalda

— No esperaba verte, no puedo creerlo.— nos separamos y sonrío — Estás radiante, el estilo moderno te queda.— sonrío — Aunque tus ojos se ven algo hinchados, ¿qué pasó...?

— ¿Se conocen? — pregunta Jeremy con interés y volteamos a verlo

— Si, somos...— se pausa y voltea a verme nerviosa — Viejas amigas de la infancia, íbamos a la misma escuela y nos alejamos.— aclara y asiento

— Tengo tanto que contarte, todo es muy abrumador. Demasiado.— expongo y asiente — No tengo donde quedarme y...Bueno si tengo, pero no quiero ir. ¿Podrías ayudarme? — suspira

— Claro, eres como mi hermana. Mi mamá se pondrá feliz de verte. Me espera en el Grill por cierto.— informa y arrugo mis cejas

— ¿Grill? — los veo con el gran signo de interrogación

— Es la cafetería del pueblo. Todos vamos ahí por buena comida, aunque hoy hay un estúpido evento de candidatos para citas.— explica Jeremy y asiento

— ¿Eso es como el de debutantes que hicimos a los dieciséis? — menciono confundida y se ríe

— Algo así, sólo que ellos buscan esposos y aquí hay mujeres desesperadas.— aclara y sonrío

— Pues casi igual.— me quejo en voz baja

— ¿No quieres ir a tomar algo? Yo invito.— sugiere Anna y la veo con una sonrisa amplia

— Me muero de sed. Gracias.— expreso mi alivio y toma mi mano

— Ven, debes adaptarme al nuevo pueblo. Jeremy puede acompañarnos.— volteamos a verlo y el sonríe

— Claro, luego te hago un tour si quieres.— se ofrece Jeremy y asiento

— Gracias, lo aprecio.

Los tres caminamos al restaurante del que hablaron, tenía hambre y sed. Digamos que salir de una tumba no me dio billetes, y ni siquiera se como se manejan estos sitios.

Al querer entrar, alguien abre la puerta antes y me freno de golpe.

— Ay, lo siento.— me quedo helada — ¿Estás bien? Venia en el teléfono.— el aire se me fue de los pulmones, me quedé inmóvil — ¿Hola? — me ve confundida y siento me corazón detenerse

— Lyn...— me susurra Anna y volteo a verla con el rostro pálido — Se quien crees que es, pero no es. Debemos ponerte al día.— regreso mi vista a ella

— Ella es nueva en el pueblo, se llama Evelyn.— le informa Jeremy rompiendo el silencio

— ¿Evelyn? ¿Eres amiga de Stefan? — me cuestiona y una ola eléctrica recorre mi cuerpo

Ver su rostro...ver su rostro era como regresar a mi infierno. Era la chica que lucía exactamente igual a la miserable que me dejó en una cámara de tortura por 145 años. La persona que más desprecio en este mundo, mi peor pesadilla. Yo la tenía enfrente, la tenía a mi alcance para hacerla pagar.

— Soy Elena, su novia.— me da una sonrisa alegre y mi expresión se queda rígida

Stefan se había enamorado del mismo rostro después de un siglo. De nuevo me cambio por la mujer que me hizo la vida un infierno, vaya traición. Eso me pasa por ingenua, siempre ingenua.

— Necesito un trago.— le paso por un lado ignorándola por completo

— Evelyn, no puedes ser grosera.— me regaña Anna mientras voy por el sitio

— Tiene suerte que sólo la ignoré, pude haberla matado.— manifiesto y camino a lo que parece una barra para beber

Este lugar no era algo tan nuevo para mi. En el pueblo había tabernas y solía ir con Anna y Emily a bailar a escondidas. Nos gustaba la música y disfrutar de la libertad, era lindo.

— Ella es la doppelgänger de Katherine...— arrugo mis cejas y me detengo —. Es complicado.— suspiro 

— Tu pagas, ¿verdad? — asiente y alzo mi mano para ordenar

— Dime, linda.— me habla el dueño y sonrío

— Una botella de whisky.— eleva sus cejas — Del mejor que tengas. Gracias.— regreso mi vista a Anna — Tuve mucho de Katherine y mi vida del pasado, ya estuvo suficiente.

— Oye, no te ofendas— me giro a ver —. Pero eres menor de edad. No le vendemos a...— de pronto le jalan la camisa

— Dale lo que quiera, no preguntes.— volteo a ver y Damon esta a mi las— Gracias.— lo suelta y el sujeto se va — ¿Qué haces aquí? ¿Como llegaste? — Anna lo saluda — Ya vi como.— suspiro

— ¿En que momento me ibas a decir que la misteriosa Elena luce exactamente igual que la miserable que me arruinó la vida? — informo y me ve en blanco — Es aquí cuando das tu explicación.

— Mira, no tengo cabeza para eso. Estoy pasando por un duelo amoroso. Es complicado.— se excusa y meneo mi cabeza

— Stefan y tú son idiotas. Seguro tú también vas por la misma mira, Elena.— me quejo y me dan la botella — ¿Sabes que? Por mi pueden irse con ellas, yo me iré de este pueblo apenas tenga la oportunidad.— la abro y le doy un sorbo — Me harté de los hombres.— sigo bebiendo y me la quita

— Eres peso ligero, tranquila, pulgarcita.— aconseja y sonrío forzado

— Voy a matarte— le arrebato la botella —. Déjame en paz.— sigo bebiendo

— Lyn, ya basta.— Anna interviene — Mejor te llevo a mi casa, esto no es lo que quieres.— me baja la botella y trago el alcohol

— Pobre Evelyn. Siempre la dama de honor, nunca la novia, yei.— me burlo — Estoy enamorada de un hombre que jamás podré tener. Necesito borrar el amor que le tengo.— se me cristalizan los ojos

— Entiendo eso.— expone Damon — Pero Stefan te ama, sólo rehizo su vida, Lyn.— siento mi corazón romperse

— Lo sé, Damon. Pero siento que el jamás va a estar conmigo y que yo siempre tengo que estar para verlo. No puedo— se rompe mi voz —. Es como ver la historia repetirse una y otra y otra vez. Ya no lo resisto.— me rodea con sus brazos y me aferro a él — Amarlo me duele mucho. De la misma intensidad que mi amor por el.

— Lo siento, Eve.— suspiro y me suelto limpiando mis lágrimas

— Tengo que superarlo, no merezco esto.— asiente — Me tengo que ir de aquí. Lejos. No puedo ver a Stefan con Elena, me recuerda a...

— Katherine y el.— termina y asiento — Créeme, lo sé perfectamente. Tú llevas aquí un día y yo semanas. Los he tenido que ver juntos— bebe —. No ha sido un picnic precisamente.

— ¿Y que tengo que hacer? ¿Como lo logras? — lo veo con atención

— Matando cualquier emoción en mi. No sintiendo absolutamente nada— vuelve a beber — Sirve mucho. Así no esperas ser lastimado.— alzo mis cejas y volteo a ver a Anna

— No lo escuches. Esta ebrio y despechado. Amar es lo que te da tu humanidad. Tú eres un ser de luz, Lyn, así eres tú.— aconseja e inhalo hondo

— ¿Y eso ha donde me ha llevado? Mi mejor amiga me traicionó. El hombre que amaba se fue con otra y sólo me duele porque me importa mucho.— reclamo — No quiero sentir ese dolor de nuevo. Y si hacerme fría y desalmada me hará no volver a sufrir por amor, seré la peor— a mi lejos veo a Elena riendo en una mesa —. Y todos me van a recordar.




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Narrador omnisciente. Flashback. 1848.

— La naturaleza quiere crear a la próxima bruja capaz de extinguir a los vampiros originales. Una raza nacida de la profanación de una especie.— expone la bruja ante Katherine

— ¡Déjenme! ¡No haré esto! — grita desesperada — No quiero, ¿por que me hacen esto? — súplica desesperada

— Porque eres la doppelgänger Petrova. La última que se ha visto en siglos.— brujas toman a la vampiro de los brazos — Tú existencia en el mundo sobrenatural es importante.— la líder toca su barriga susurrando un hechizo 

— ¡Déjenme ir! — suplica entre jadeos de sufrimiento y agonía

La tenían en una cabaña a las afueras retenida de su libertad. Sujetada en cautiverio por unas brujas que tenían un destino esencial. Uno, que habla de la hija de la antigua profecía Petrova. Donde se dará a luz a una figura clave en el equilibrio entre los vivos y los muertos. Sembrando la perfección en el balance sobrenatural.

Katherine, como último doppelgänger consciente, es elegida por una fuerza sobrenatural para concebir, y eso, tenía que ser por la intervención de brujas ancestrales. Haciéndola la madre de la próxima bruja capaz de extinguir todo a su paso.

— ¡Están dementes! No, no puede ser posible.— insiste tratando de soltarse, las brujas empiezan con su cántico — Soy una vampiro, es incapaz que pueda concebir. No es natural.— Agnes, la líder, le dedica una mirada fría

— Esto es la respuesta al caos provocado por los vampiros y tú eres el recipiente ideal para crear un nuevo equilibrado de fuerzas.— le informa y lágrimas corren por las mejillas de la vampiro — Este es tu destino, Katerina. Ahora debes cumplirlo.

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