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Las mañanas en la isla de los perdidos eran frías y oscuras, así que nadie salía sin abrigo, al tener el té listo en la tetera de porcelana lo sirvió en la taza con mucho cuidado, sirvió galletas en un plato, puso una pequeña taza de Azúcar y otra de leche que gracias a su ingenio estaba en buen estado, puso todo en una charola de metal, salió de la cocina sosteniendo la charola con mucho cuidado, se dirigió por las escaleras hacia la habitación que su madre usaba como oficina, solía llevarle él té primero antes que el desayuno todos los días antes de irse a la escuela, este lugar que llamaba casa no era grande, apenas tenía 5 habitaciones en la parte alta y tres en la parte de abajo, cocina, sala y un cuarto donde la reina guardaba sus cajas vacías, al llegar a la oficina tocó la puerta delicadamente.
Le indicó pasar, al estar dentro dejo la charola sobre el escritorio con delicadeza, su madre estaba leyendo el periódico cómo cada mañana, su madre a diferencia de ella tiene una piel blanca, como de porcelana, lleva su cabello largo y negro con mechones rojos atado en un moño alto, antes solía tener un flequillo pero se lo quito porque ya no le gustaba, usaba una corona sobre el moño, lizzie no sabía si era una corona falsa o realmente era de verdad, su vestido siempre era diferente, pero del mismo color, rojo con corazones rojos y cartas, negras y rojas, para lizzie su madre era la mujer más hermosa del mundo.
La reina levantó la mirada de su periódico para hecharle un vistazo al atuendo de su hija, blusa negra de tirantes y una falda roja abombada hasta arriba de la rodilla y tacones de tacón grueso a juego, el cabello suelto con una trenza sobre la cabeza, se veía muy hermosa así que le dio una sonrisa de lado, se puso en pie para ir junto a ella, le acomodo la blusa y le puso el cabello hacia atrás rápidamente, lizzie se sintió satisfecha con esa mirada de aprobación, se había levantado a las 4 de la mañana para poder escoger su atuendo con mucho cuidado, el agua estaba fría pero había valido la pena.
- Tengo noticias para ti (comenta sentándose bien /
- ¿si madre? (pregunta interesada)
- ha llegado esta carta de auradon (se la muestra), iras a estudiar allá (se la da)
Lizzie toma la carta con una mano y con la otra la abre, dentro hay un pequeño texto, está también su nombre en la parte de abajo está la firma del rey en turno además del consejo de auradon al parecer, levantó el rostro para ver a su madre quién estaba acomodando sus lentes en su estuche, usaba lentes para leer a veces cuando nadie la veía.
- ¿por qué? (preguntó la chica rápidamente)
- la proclama del rey (comenta rápidamente)
- ¿Estás de acuerdo? (pregunta preocupada)
- no (admite), pero lo pensé bien (confiesa), si vas tenemos muchas oportunidades (comenta algo feliz) además estando allá puedes reclamar el trono del Submundo (menciona mirándola fijamente), eres heredera porque soy la mayor (apenas puede contener su emoción), tu serias la reina y yo volvería a mi preciado castillo rojo (suspira), con todos los lujos que nos merecemos (menciona)
Lizzie parece pensarlo, su madre no es muy expresiva en cuanto a sus "emociones", ni en nada, se la pasa en su habitación o en su oficina, leyendo el periódico o mirando películas mientras bebe licor, vino o algo que la mantenga casi adormecida, regalos de su novio, un novio que a tenido desde hace cuatro años quien se la pasa obsequiado bebidas para mantenerla con él, ella moriría si no fuera por lizzie que iba a revisarla cada minuto para ver si seguía con vida, la abandona tanto desde que era niña que había aprendido todo sola, aprendió a sobrevivir con lo poco que encontraba y apenas le prestaba atención, bueno, fuera de revisar su atuendo así que aceptó moviendo la cabeza.
- ¿harías eso por mi? (pregunta para asegurarse)
- si mamá (contesta rápidamente), pero no creo estar lista (admite)
- lo estas (contesta), eres hermosa, educada, tienes mucho conocimiento (nombra mirándola) y eres una princesa (dice), la Princesa Elizabeth Hearts (le recuerda), Naciste para ser la reina y morirás como tal (sonríe disimuladamente)
Lizzie sonríe hacia ella confirmando que esta muy segura de hacer ésto, entonces la reina vuelve a colocarse los lentes para seguir leyendo.
- hoy no iras a la escuela (informa), ve a empacar tus cosas (ordena) al parecer te iras mañana (menciona)
- enseguida (contesta rápidamente)
- iré más tarde a revisar tu maleta (comenta por última vez)
Lizzie entiende que debe irse, sale de la oficina cerrando la puerta con cuidado, camino hacia su habitación, la cual están a unos pasos de la de su madre, esta tenía en la puerta una tela roja brillante con letras que formaban "Elizabet" con letras negras grandes y brillantes, al abrir entro rápidamente cerrando, su habitación era grande, pero solo habían una cama con una sobrecama roja, una cobijo a juego y unas sábanas además de una almohada, un sillón pequeño donde se sentaba a leer a veces, un pequeño librero, un closet de madera grande pegado a la pared, tenía alfombra por todo el suelo, gracias a que su padre la había puesto cuando era bebé, también había una puerta que daba hacia un pequeño balcón donde solía salir a ver el frente del portón.
Fue directamente hacia el closet y sacó todo, lo puso en la cama, fue a buscar una maleta que tenía la cual usaba cuando se quedaba con su mejor, Haddie, la hija de Hades, se sento en medio de la cama para poder escoger sabiamente todo.
Pasaron horas y ella seguía en lo mismo, tenía un montón de vestidos que su padre (el verdadero) le enviaba, blusas y pantalones, faldas y muchos conjuntos, zapatos, accesorios, collares, pulceras, anillos, tiaras, incluso accesorios del cabello como esas Diademas con cadenas, algunos son regalos de su padre (el padre de carter) el cual enviaba regalos hasta que un día dejo de hacerlo, también tenía regalos que algunos chicos le hacían, también de Haddie, incluso el novio de su madre le daba cosas, claramente con una intención de por medio.
Empaco lo que más considero como "Ropa nueva", "Ropa Formal" y sus vestidos favoritos, ropa interior, además de sus accesorios y zapatos en otra mochila más pequeña, al terminar las cerro y puso en el suelo, fue hacia el ropero para guardar todo y se fue a bañar, salió, se vistió.
No tenía un teléfono porque su madre descubrió que no lo usaba para hablar con su amiga si no que llamaba a su hermano, así que lo quito y lo puso en la sala, también la televisión estaba ahí porque decía que lizzie debía estudiar, practicar y leer sus libros, así que cuando no estaba iba a la sala, encendía la televisión, la ponía en el segundo canal que estaba disponible, se tiraba en la alfombra y veía su programa favorito, donde habían chicas con vestidos muy bonitos y salones de baile.
Se fue a sentar en el sillón mientras veía el techo, habían unas estrellitas de cartón puestas en un hilo metálico que brillaban en la oscuridad, su padre las puso ahí cuando ella tenía dos años (enfermo y él vino a verla) y quería conocer las estrellas ya que la barrera mágica evitaba que se viera el cielo, estuvo ahí un rato hasta que vio la puerta abrirse.
La reina fue a sentarse a la cama con cuidado de no destenderla poniendo lo que tenía en las manos, una caja pequeña, lizzie la miró, su madre era hermosa, más cuando se ponía vestidos largos con mangas, también cuando se ponía una corona en la cabeza con un hermoso peinado o cuando simplemente llevaba el cabello suelto, la mujer miró la habitación e hizo un gesto que lizzie identifico cómo "nostalgia", quizás era difícil dejarla ir ya que se habían acostumbrado la una a la otra por muchísimo tiempo.
- mi querida Lizzie (habla por primera vez), mi princesa (sonríe), hija mía ven aquí (llama), sientate junto a mi (lizzie camina hacia ella)
Se siente justo a su lado, entonces ella acaricia su cabello y luego su mejilla con bastante delicadeza, su mano está fría y sus uñas apenas tocan su piel, ella no era así pero ahora si.
- ahora escuchame (la mira), ¿recuerdas lo que te dije cuando eras pequeña? (pregunta directamente)
Lizzie lo recuerda muy bien, esta en su memoria desde que tenía 3 años, había sido su impulso para la vida que su madre quería para ella, para poder ser quien ella quería.
- si (contesta rápidamente)
- tu has nacido cómo una princesa (deja su mano en su mejilla), nunca lo olvides (pide), tu madre es la Reina Iracebeth (sonríe), la reina de Corazones (quita un cabello de su frente), eres la Princesa Elizabeth (dice), serás más poderosa que yo (menciona quitando su mano), no serás humillada ni denigrada (menciona mirándola), nadie podra ponerte de rodillas ni darte órdenes (mira hacia un lado), llegará el día en el que recibas la corona que te pertenece (parece haber una chispa en sus ojos) todos se inclinaran y se arrodillaran ante ti (promete)
Entonces la pequeña princesa lizzie recuerda aquello que había leído, su madre fue humillada, ridiculizada, denigrada por su hermana, la reina blanca, por sus padres y todo su reino simplemente por tener una cabeza fuera de lo normal, ahora su madre tenía un tamaño más pequeño que antes debido a la "medicina" del doctor Facilier, pero había quedado traumada por ello y estaba enojada por siempre, así que sabía que su destino propio era ese.
- eres una princesa cariño (sostiene su mano), Naciste para serlo (sonríe), llevas la sangre de una reina (lizzie la mira), ni alicia, ni la reina blanca, ni sus hijos (nombra rápidamente), tienen más poder que tu ahí (informa)
- lo tengo muy claro mamá (admite)
- entonces no habrá problema (comenta mirándola) quiero darte algo (le da la caja)
- ¿qué es? (pregunta curiosa tomandola)
- quiero obsequiarte ésto (la abre), es mi vestido favorito de cuando tenía tu edad (sacaron vestido de manga larga) fue un regalo de mi madre (menciona con un suspiro), y está es mi capa (saca una hermosa capa con un gorro), fue mandada hacer a medida para mi por mi padre cuando cumpli 16 (explica algo nostálgica)
El vestido es hermoso, largo, con mangas muy largas que hacen una unión en dos de sus dedos, es de color rojo con piedras brillantes en el escote y algunos detalles negros, algo digno de la realeza, la madre de iracebeth, la Reina Elsemere le había regalo ese vestido cuando aún sentía algo de amor maternal por ella, la capa fue un regalo de su padre el Rey Oleron que la amaba incondicionalmente, era de terciopelo rojo con una cinta negra en la parte del gorro, era grande y bastante ligera, ambos regalos vivian en su corazón así que debía pasarlo.
- te lo agradezco mucho mamá (sonríe observando el vestido)
- duerme temprano (menciona levantándose) debo firmar unos papeles (camina a la puerta)
- si madre (contesta), buenas noches (desea)
La reina sale y lizzie pone todo en el sillón ya acomodado, entonces idealiza que zapatos se pondrá, que collar, pulcera, anillo y accesorio en el cabello usará, será raro abandonar su hogar pero tenía que verse bien, peino su cabello seco en una trenza, acomodo su cama, cerró la puerta del balcón y entonces se acomodo en su cama para poder dormir, estaba nerviosa, miró el techo durante un buen rato hasta que consiguió dormirse.
De pronto en sus sueños apareció un hermoso castillo con pisos relucientes con mosaico negro y rojo como un tablero de ajedrez, intento mirar pero estaba oscuro, las luces se encendieron, frente a ella había un hermoso salón de baile como en la televisión, se vió a sí misma en el espejo que había por pared, llevaba un vestido rojo de tirantes y unas zapatillas negras brillantes, entonces se sento en el suelo mientras escucha la melodía, no sabía que debía hacer.
El reloj sonó en la pared indicándole que era hora de levantarse, abrió los ojos apresuradamente y entonces noto que estaba muy cansada además de que tenía la frente llena de sudor, se levantó para ir a darse un baño rápido y empezar con su ritual de cada mañana para lucir bien.
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