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- Prólogo -

● Pensamientos en cursiva. Lobo hablando en negrita. Texto después de 3 puntos y en cursiva es pasado. ●

Taehyung recordaba a la perfección cómo fue el día de la muerte de su Alfa, Kim Dong-Hyun. Recordaba a la perfección cómo recibió la noticia y cuáles fueron sus sentimientos al descubrirlo.

...

En un pequeño pueblo perdido de León, en España, residía una pareja compuesta por el alfa Dong-Hyun, un hombre apuesto deseado por muchos omegas y betas en aquel pequeño pueblo, con un aroma a menta y chocolate. Y Taehyung, un omega muy bonito, con cuerpo esbelto, perfecto a los ojos de todos aquellos que lo miraban. Con un aroma dulce a frambuesa y chocolate, que volvía loco a su pareja y complementaba a la perfección con el aroma del alfa.

Eran la pareja perfecta y ambos estaban muy felices con el otro, todo el mundo amaba a aquella pareja feliz, que estaban a punto de casarse debido a la reciente marca del omega en su cuello, hecha por su pareja.

Estaban unidos en cuerpo y alma. Sentían por completo lo que el otro y estaban muy enamorados.

El día en el que Kim Dong-Hyun falleció, Taehyung salía de una visita con su médico, en el que le había dado una espléndida noticia, estaba embarazado. Sabía que la última vez que habían mantenido relaciones y donde probablemente había quedado embarazado, había sido durante el último celo de su alfa, donde fue marcado.

Y estaba muy feliz de crear una vida en su interior, un pequeño cachorrito como su novio y futuro esposo, una vida que habían creado y mostraba el amor de la pareja.

Su instinto maternal había crecido de golpe y solo quería llegar a casa para crear un nido para permanecer allí junto a Dong-Hyun al darle la noticia.

Quería que su alfa estuviera orgulloso de él.

Pero de camino a casa sintió que algo no estaba bien.

Mi alfa, él no está bien, mi alfa. Repetía su lobo inquieto.

Debido a que en el pequeño pueblo no había hospital, él tenía que ir a la ciudad más cercana para realizar sus chequeos médicos, así que corriendo pidió a un taxi que lo llevara al pueblo, tenía que llegar cuanto antes.

Durante el camino, que era de una media hora más o menos estaba inquieto, su lobo no le dejaba en paz.

Cuando el taxi llegó, vio su casa rodeada de coches de policía, de ambulancias y bomberos.

En ese momento se le cayó el mundo encima.

Salió del taxi corriendo después de pagar y se hizo paso entre esa multitud repentina de gente, una que no había jamás en aquel pequeño pueblo tranquilo y hogareño.

Y al pasar entre la gente visualizó lo siguiente: la pequeña residencia de la pareja destruida, hecha añicos.

Trató de hacerse paso para ir a ver si su novio estaba bien, pero un policía lo retuvo.

— No puede pasar a la residencia, joven.

— ¡Es mi alfa el que está ahí! — Gritó desesperado. — ¡Déjeme pasar!

Forcejeó el agarre, pero el agente de policía no le dejaba pasar por mucha fuerza que hiciera. Las lágrimas golpearon contra su rostro rápidamente mientras las feromonas agrias se expandían por el lugar.

Varios de los agentes y médicos que rodeaban la zona se alejaban debido al fuerte aroma y algún médico trató de calmarlo, pero él no hacía caso a lo que le decían, solo quería ver a su novio, ver que estaba bien.

Pero al ser girado a la fuerza para que atendiese a la persona que trataba de tranquilizarlo, vio algo que jamás olvidará. Varios médicos empujando una camilla en la que había una persona con una sábana por encima, llena de sangre.

Y en ese momento se temió lo peor.

Salió corriendo sin decirle nada al médico en dirección a la camilla llena de sangre, esperando que no fuera su alfa. Pero al acercarse vio a la perfección el rostro de su prometido, llena de sangre, con los ojos abiertos pero sin responder. Y en ese momento los médicos pasaron la sábana también por encima de su cabeza, tapando su rostro.

Ese era el gesto que indicaba lo que menos quería ver o pensar que había pasado.

Había muerto.

Cayó al suelo rendido, con las manos en la boca por reflejo y empezó a llorar.

Acababa de ver a su prometido muerto.

Mi alfa. Seguía insistiendo su lobo.

Pero no mucho después dejó de llamarlo, hacía rato que no sentía nada de lo que su novio sentía.

Esa unión ya no era nada.

Rompió a llorar y prácticamente gritar allí en medio, sin importar quién estuviera allí.

Sin recordar exactamente cómo, fue llevado al hospital, donde varios médicos lo revisaron y al saber que su alfa había muerto, de inmediato iniciaron una terapia. Aquello era así debido a que un omega podía morir de tristeza en caso de que el lazo con su alfa se rompiera.

Pero habitualmente no era así, habitualmente se rompía al que un alfa mordiera a otro omega. Incluso así, en caso de Kim Taehyung no era como solía ser, el lazo se rompió debido a la muerte de su prometido.

Y era aún más doloroso para él, también para el cachorro que estaba gestando en su interior.

Sería lo último que tendría de su amado y claramente lo tendría.

Pero Taehyung, debido a que vivía con su alfa, quien era una persona adinerada, no se preocupó mucho por el dinero durante los años hasta en ese momento y solo tenía lo que le había dejado su novio al fallecer.

Algo que le daría para vivir en esa casa que compraron durante varios años.

Pero cuidar un niño era muy costoso, al igual que la organización de u funeral que merecía.

El funeral llegó pocos días después a su muerte, sería enterrado en el cementerio de aquel pequeño pueblo en el que vivían. Este se celebró un día de lluvia, junto a los familiares y amigos más cercanos. También asistieron los residentes del pueblo, eran muy pocos y todos conocían a la pareja.

Kim Taehyung, un chico de 23 años, con toda una vida por delante, lloraba con la lluvia cayendo, vestido de negro mientras veía por última vez el rostro de su alfa, muerto.

Se aferró al ataúd con una mano mientras seguía llorando y posó la otra mano en su vientre.

— Mi alfa. — Murmuró, despidiéndose por él por última vez.

Todos los presentes estaban debajo de sus paraguas, sin embargo, a él no le importaba estar empapándose, solo quería despedirse de Kim Dong-hyun antes de tener que dejarlo ir.

— Tendré a nuestro cachorro. — Pronunció, esperando que su novio lo escuchara de algún lugar. — Lo cuidaré con mucho amor y siempre le hablaré de su padre, prometo hacerlo, mi amor. — Lloró con la cabeza gacha y las lágrimas caían sobre el ataúd.

Dong-hyun estaba bajo esa vidriera que impedía a Taehyung tocar a su amado, con los ojos cerrados, lleno de heridas en el rostro, pero aun así su expresión era relajada y de paz. Iba vestido con un traje de color negro, al igual que el suyo, sus manos se posicionaban en cruz sobre su pecho. Parecía un hermoso ángel.

— Jamás te olvidaré.— Dijo mientras rompía a llorar.

El silencio era abrumador, los padres, amigos y conocidos del alfa lloraban en silencio. Lo único que se escuchaba era el agua, caer contra ese suelo de tierra y el llanto del prometido del recién fallecido.

Y sintió una mano sobre su hombro.

— Tae, cariño. — Era la madre de Dong-hyun. — Lo siento lo mucho.

Ella lloraba, al igual que el menor, y lo abrazó con fuerza.

— Ojalá haber podido hacer algo. — Pronunció entre hipidos. — Jamás me lo perdonaré.

— No, hijo, no, nada de esto es tu culpa. — La ropa de la mujer también se estaba empapando. — No te culpes de nada.

— El día que murió me enteré de que estoy embarazado. Lo cuidaré, lo cuidaré con tanto amor...  Nunca le faltará nada.

— Cariño, sé que cuidarás bien del cachorro. Es lo último que nos dejó mi pequeño Dong.

...

Después de 9 meses tuvo al pequeño primogénito del alfa Dong-Hyun.

Taehyung reparó su pequeño hogar después del fallecimiento del alfa, porque sabía que a él le hubiera gustado, mientras tanto, vivió en la casa de sus padres.

Después de que naciera, el pequeño niño volvió a su hogar ya arreglado.

Se sintió tan extraño entrar ahí y no tener el aroma de su alfa rondando por el aire, tampoco sus recibimientos que tanto le gustaban.

Cuando llegó, los residentes del pueblo le dieron la enhorabuena e iban a visitar al omega con un pequeño detalle para el cachorro, como pañales o ropa.

Era un varón, al que llamó Ha-Yoon, Kim Ha-Yoon, pero solía llamarlo Yoon.

Sin embargo, a pesar de tener el ánimo de sus vecinos, ellos ya no lo conocían como el bonito omega, o la pareja del alfa Dong-Hyun. Lo conocían como el omega viudo, que había perdido al amor de su vida y tenía un cachorro en sus manos de tan solo un mes de nacido.

Al inicio aguantó esos comentarios, no estaba de acuerdo con ellos, pero decidió encerrarse en su burbuja, no hacerles caso, solo estar junto a su pequeño bebé y su pequeño hogar.

Pero llegó un punto en el que no soportaba ser mirado con lástima al pasear por las calles del lugar, u oír murmullos mientras pasaba delante de las personas.

Era un sentimiento horrible.

E impulsivamente decidió algo que cambiaría por completo su vida.

Era hora de salir de aquel pueblo que lo tenía encerrado entre esas cuatro paredes, eso de ser un omega que había perdido a su alfa después de un accidente.

Pensó en que lugares del país podía mudarse; podría marchar hacia una gran ciudad como Barcelona, o la capital: Madrid, e incluso podría irse al sur; Sevilla, Granada, Málaga o Jaén.

Pero optó por una ubicación costera, no muy grande, debido a que jamás vivió en ciudad y era algo nuevo para él; el lugar escogido era Cádiz, conocido por sus hermosas playas, un sitio de Andalucía.

Buscó por la web diferentes sitios en los que vivir, pisos. Pero no encontró algo que pudiera permitirse. Había gastado demasiado dinero en las reformaciones, el funeral y el cachorro.

Suspiró y buscó en páginas si podía encontrar algún piso compartido hasta lograr tener dinero.

— Piso en el centro de Cádiz, a 10 minutos de la playa. — Leyó en voz alta. — Busco un compañero de piso, preferiblemente que sea omega, el piso es amplio y la habitación tiene baño individual.

Aquel piso le interesó, la ubicación, precio y las imágenes le llamaron, le convencieron totalmente, así que llamó al número que había en el anuncio.

"¿Sí?" Contestó una persona.

— Hola... He visto este número en un anuncio para compartir piso y por eso lo llamaba.

"¡Ah, sí, sí, el piso en Cádiz!" Dijo alegre. "Me presento, soy Park Jimin el dueño del piso, ¿está interesado? Puedo explicarte todos los detalles si lo deseas."

— Encantado Jimin, yo soy Kim Taehyung, y sí, estoy interesado. — Sonrió pensando en el entusiasmo del omega contrario. — Pero antes nada, ¿puedo hacerle una pregunta?

— Claro, las que necesites y puedes llamarme de tú, no te preocupes. — El tono alegre y amable, era notorio y sincero.

— De acuerdo... — Dijo algo avergonzado. — Verás, tengo un cachorro de dos meses y no sabría si puedo llevarlo conmigo a vivir.

— ¡Claro que sí! ¡No tengo ningún tipo de problema! ¡Amo a los cachorros, son tan adorables! — Casi grita por el teléfono. Park Jimin era muy enérgico. — ¿Vendría también con su alfa?

— No, no, solo mi cachorro y yo.

— De acuerdo, ningún problema. — Casi podía jurar visualizar a ese chico sonriendo a pesar de no saber cómo era.

Hablaron respecto al tema de pagos y cómo iba todo, e incluso Jimin le dijo que cuando llegara podía estar una semana o un par de prueba sin pagar por si no se sentía a gusto, simplemente para probar, algo que agradeció.

Se verían en unos días en esa ciudad costera, para que el omega le enseñara el piso y conocerse.

Estaba emocionado, pero a la vez asustado.

Empezaría una nueva vida.

Tenía que sacarse ese apodo de encima, amaba a su prometido fallecido y lloraba todas las noches echándolo de menos, sin embargo, tenía que cambiar de ambiente, todo le recordaba a él.

Al hacer las maletas encontró varias prendas que tenían el aroma de su alfa.

Y de inmediato se puso a llorar, soltando inconscientemente feromonas de tristeza y provocando que el pequeño bebé empezara a llorar.

Todo el que pasaba por delante de esa casa sabía que allí residía el omega y podían olfatear esas fuertes feromonas de tristeza casi todo el día. La gente sabía que estaba realmente mal después de la muerte de Kim Dong-Hyun y su apariencia también decía lo mismo. El omega estaba lleno de ojeras, con la cara demacrada debido a lo poco que comía, pero aun así le daba todo el amor del mundo a la pequeña persona a la que le había dado vida, queriéndolo como nunca antes había querido a alguien, porque al final, era lo único que su alfa había dejado antes de fallecer.

Agarró a su hijo y a pesar de estar llorando, trató de calmarlo con sus feromonas tranquilizadoras, acunándolo. Aquellas dulces feromonas a olor a frambuesas y chocolate, calmaron el llanto de su cachorrito.

El pequeño Ha-Yoon era igual a él, su padre omega. No tenía a penas rasgos parecidos a los de su ex prometido, algo que le entristeció en cierto modo.

No sabía qué le depararía la ciudad costera, estaba ansioso.

Pero había que empezar a cerrar lazos, había pasado más de un año y era incapaz de no llorar ni un solo día.

Eran la pareja perfecta y todo se fue al garete.

Tenía una vida perfecta hasta ese suceso. Sabía que tenía que despejarse, tratar de olvidar por un rato aquella vida que había acabado después del fallecimiento de su alfa.

Poco a poco, con los años debía dejar atrás esa vida.

Ahora eran solo él y su cachorro, Kim Taehyung y Kim Ha-Yoon.

➢ Multimedia Just Love de Joshua Bassett.

¡Hola! ¿Qué tal estáis? Espero que le deis una oportunidad a este Fanfic. Este será más corto que Endless Dream, pero bastante intenso. Prometo que acabará bien, aunque como siempre en mis fanfics hay que sufrir un poco. Me encantaría saber vuestras opiniones.

Nos vemos pronto con el primer capítulo, cuidaros mucho.

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