-14-
Los meses pasaron rápido, Ha-Yoon ya tenía 8 meses y Taehyung y Jungkook casi 3 meses como pareja.
El verano desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Todo el grupo de amigos fueron a aquel festival que comentó Hoseok meses atrás y se lo pasaron en grande, incluso algunos acabaron vomitando de la cantidad de alcohol que ingirieron (Jackson, Jin y Taehyung).
...
— Amor... — Se acercó el peli gris y posó sus manos sobre el hombro del mayor, acarició esa zona, hasta juntar sus manos detrás del cuello contrario. — Vayamos a por nuestro hijo, seguro nos echa de menos.
— ¿Nuestro? — Preguntó mientras ponía sus manos en la espalda contraria.
— Claro que sí. — Le dio un beso en los labios. — ¿O no quieres que sea tu hijo?
— Claro que quiero, precioso. — Bajó las manos, hacia la cintura de Kim.
Taehyung sonrió contra la frente del pelinegro y posó sus manos en el pecho de su novio.
— ¿O quieres que pasemos esta noche los dos? — Trató de besarlo de una manera más atrevida, para mostrarle a qué se refería.
Jeon fijó los ojos en su amigo Hoseok, quien sonreía en su dirección. Su amigo Hoseok, Jackson y su novio, eran los únicos que sabían que jamás había tenido una experiencia sexual y sabía que a Jung le haría gracia aquel comentario atrevido por parte de Taehyung, quien decía las cosas sin pensar por el alcohol.
— Vayamos a por Ha-Yoonie. Tenemos que descansar.
— Vale... — Murmuró el menor mientras finalmente lo abrazaba.
Aquella noche durmieron los tres en la habitación del hotel en la que se hospedaban. Jungkook tuvo que despertarse al escuchar el llanto del cachorro, ya que quería comer. Sin embargo, el omega no estaba en las condiciones para despertarse, debido a que se había pasado la madrugada vomitando.
Jeon se encargó de prepararle un puré y darle de comer mientras observaba a su novio dormir. Este estaba hecho una bolita con la manta por encima y con las mejillas sonrojadas.
— Papá... Papi gobabi. — Balbuceó.
— Sí, papi está durmiendo.
Jungkook ahora entendía a la perfección los balbuceos o intentos de palabras que decía el hijo de Taehyung. Pudiendo comunicarse con el niño, siendo el único junto all omega.
— Papi. — Trató de llamar al menor.
— Yoonie, no despiertes a tu papi.
— ¡Dah! — Negó el niño y fue gateando hasta Taehyung para empezar a tocarle la cara.
Suspiró al ver que el cachorro no le hacía caso, no era habitual en Ha-Yoon no obedecer a Taehyung o Jungkook. Pero entendía que llevaba muchas horas sin su padre omega.
Pudo notar como su novio abría los ojos con una mueca, pero al ver al cachorro delante de él sonrió.
— ¡Ha-Yoonie! — Sonrió, haciéndose el sorprendido de verlo, y el infante respondió con una risa.
— Papi. — Sonrió enseñando los pequeños y pocos dientes que ya le estaban creciendo.
Sabía que el omega en aquel momento deseaba que su hijo no lo hubiera despertado porque seguramente tenía un dolor de cabeza terrible, sin embargo, sonrió ante su pequeño y era un excelente padre como siempre. Al final eso conllevaba la paternidad, sacrificar algunas cosas que quizás no gusten, pero en aquel caso y muchos otros, Ha-Yoon no tenía culpa de que el omega hubiera bebido y estuviera en ese estado. Y Taehyung lo sabía a la perfección, así que no pagaría su malestar con el pequeño.
— ¿Cómo estás, mi cachorrito?
— ¡Ba!
— ¿Ya has comido?
El pequeño Kim asintió con la cabeza y señaló con sus diminutas manos a Jungkook, quien tenía un pequeño bol para niños de puré vacío.
El peli gris le agradeció por darle de comer y se tiraron el día entero en la cama, jugando con Ha-Yoon, e incluso pasearon por la ciudad de Málaga antes de volver a casa.
...
Jueves 31 de octubre de 2024...
Quedaban tan solo un par de días para que el cumpleaños de su difunto prometido se diera a cabo. Si estuviera vivo, cumpliría 25 años, sin embargo, no pasó de los 23.
— Jungkook. — Lo llamó desde la cocina.
— Dime, precioso. — Entró al lugar con Ha-Yoon en brazos.
— Creo que mañana iré a León, con Ha-Yoonie.
— Claro, no hay problema. ¿Irás a visitar a tus padres?
Se formó un pequeño silencio, en el que tragó saliva y lo miró.
— El sábado Dong-Hyun cumpliría 25 años. — Jungkook no dijo nada, solo lo miró y suspiró. — Quiero ir a visitarlo, también a mis padres y a los de Dong-Hyun, supongo que querrán ver a su nieto.
Jeon asintió, comprendiendo la situación, no obstante, dijo algo que lo sorprendió por completo.
— ¿Puedo acompañaros? Podemos ir en coche y-
— Jungkook... — Lo interrumpió. — ¿Me lo estás diciendo en serio?
— ¡Claro que sí! Puedo llevaros y no sé... Solo sé que quiero ir.
Taehyung carcajeó a pesar de la situación
— Son demasiadas horas en coche. Nos sale más a cuenta ir en tren.
— ¡Pero así podemos escuchar música!
— ¿Música?
— Los trenes son aburridos, todos están en silencio y seguro que ahora que Yoonie está empezando a hablar le agobiará no poder hacerlo.
Aquello era cierto. Su cachorro, ahora que tenía 8 meses, solía balbucear emocionado con un tono bastante alto, cosa que podría molestar a la gente del tren. Sin embargo, si estaban en la privacidad del coche, no molestaría a nadie, ya que tanto a Kim como a Jeon no les molestaba en absoluto escuchar al cachorro, más bien les provocaba felicidad.
— Vale has ganado.
No obstante, había un problema de por medio; sus padres.
Ninguna de las familias Kim (tanto la de Taehyung como la de Dong-Hyun), sabían de la existencia de Jeon Jungkook y llegar allí a presentarlo como un "amigo", sería realmente sospechoso. Y si lo presentaba como su novio, generaría una polémica tanto en ambas familias como en el pueblo y sabía lo problemático que sería eso para todo el mundo.
— ¿Cuándo nos vamos? — Preguntó el pelinegro emocionado.
— Amor... — Lo llamó. — Tenemos un problema.
— ¿Cuál?
— Mis padres y los de Dong-Hyun... Si te conocen como mi novio, probablemente les genere mucho problema. De verdad que quiero presentarte como tal, pero tengo miedo de su reacción y lo que puedan llegar a decir.
— Ya veremos como gestionamos eso, ¿de acuerdo?
Asintió mientras se pegaba al torso de su novio y lo abrazó, con su hijo en medio.
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Quedaron finalmente en partir al día siguiente luego de ir al pediatra, ya que tenían que hacerle a Ha-Yoon unas analíticas.
Era la primera vez que Jungkook que entraba a pediatría desde que era un niño, y aquella vez era alzando a un cachorro de 8 meses. Algo que quizás un año atrás jamás hubiera imaginado, ni siquiera estar con un omega.
— Buenos días. — Saludó un enfermero a su novio. — ¿Qué necesitan?
— Buenos días, tenía un análisis de sangre para mi hijo.
— Claro, ¿podría darme el papel y el carnet de sanidad del niño?
— Sí, lo tengo. — El peli gris se giró en su dirección, buscando el bolso que él mismo llevaba colgado.
Agarró una funda de plástico y agarró un papel y el pequeño carnet de esta, para después entregársela al chico que estaba detrás del mostrador.
Todos los enfermeros o trabajadores de allí llevaban batas, pero no las típicas blancas, si no, aquellas que tenían dibujos de animales por toda la prenda para diferenciar que son de pediatría.
— De acuerdo. — Dijo después de mirar todos los papeles y le entregó un pequeño ticket después de devolverle todo. — Los atenderán en un rato.
— Muchas gracias.
Fueron en dirección a una sala. Taehyung empujaba el carro en el que no había nadie y Jungkook llevaba al niño en brazos.
Se sentaron en la sala de espera. Había varios padres con sus cachorros. Todo estaba pintado con muchos colores y dibujos. Los asientos, las paredes, las pequeñas mesas en las que jugaban los niños, las puertas, etc.
Había varias zonas, una en la que varios niños, de unos 3-7 años, estaban sentados en mesitas en las que pintaban y otra en la que había cachorros más pequeños, más o menos de la edad de Ha-Yoon, que gateaban y jugaban con pequeños juguetes junto a sus padres que estaban sentados en el suelo.
— Papá. — Señaló esa zona.
— ¿Quieres jugar?
El pequeño asintió y el pelinegro se levantó para ir a la zona y sentarse en suelo con el resto de padres que estaban allí. Taehyung les sonrió desde la silla en la que estaba.
El cachorro gateó hasta llegar al juguete que quería y se lo entregó a Jeon.
Estuvieron jugando un buen rato, mientras varios niños entraban a la sala para realizarse las analíticas y muchos de ellos salían llorando, excepto aquellos que ya eran más mayores. Como nunca había acompañado a su novio al pediatra, no sabía si Ha-Yoon era la clase de niño que lloraba, pero a la edad de 8 meses probablemente era habitual.
— ¿Ha-Yoon Kim? — Preguntó una enfermera.
Se levantó después de agarrar al niño y fue con su pareja en dirección a la chica que los llamaba.
— Buenos días. — Saludó la enfermera.
Ambos saludaron de vuelta y entraron a la sala. En esta se encontraban 3 enfermeras, todas ellas omegas.
— ¿Ya se ha hecho alguna analítica? — Le preguntó la enfermera y él solo miró a Kim.
— Sí, alguna vez, pero suele llorar cuando se las hace. — Dijo para seguidamente entregarle la cartilla del historial médico del niño, algo que probablemente hacía como rutina.
— No hay problema, suele suceder. Siéntese aquí con el niño, por favor.
Taehyung miró a Jungkook y extendió los brazos para agarrar al cachorro. Una vez lo agarró, se sentó en la silla. Y la enfermera se acercó. Taehyung ya sabía que hacer, pero Jeon estaba totalmente intrigado por todo y observaba cada detalle. Veía como el omega acariciaba el pelo de Ha-Yoon y con la otra mano estiraba el brazo del infante para que la enfermera pudiera hacer su trabajo.
Al sentir el llanto del cachorro, su lobo se alertó por completo.
Mi cachorro está sufriendo.
Trató de controlar a su lobo, ya que sabía que era normal que llorase.
— Sujétele la tirita durante unos cinco minutos, si quiere pueden sentarse fuera para ver como evoluciona, cualquier cosa puede avisarnos.
Vio al peli gris asentir y se levantó acariciando al cachorro.
— Tranquilo, mi niño. — Acarició la espalda del bebé, tratando de tranquilizar el llanto.
Se sentaron en los asientos, Jungkook miraba con atención la escena, queriendo agarrar a Ha-Yoon para que su lobo se tranquilizase.
Después de un par de minutos el niño seguía llorando y el omega mantenía la calma, algo que a Jungkook le pareció admirable porque si él estuviera en esa situación se pondría a llorar de solo ver a Ha-Yoon hacerlo.
Una señora que estaba al lado junto a su hijo, de unos 15 años, suspiraba con frecuencia, poniéndolo de los nervios, pero no le dijo nada por respeto. Sin embargo, un comentario que soltó, fue lo que le hizo perder por completo la paciencia.
— Si ya ha acabado que se vaya. Que solo molesta a los demás con el niño llorando.
Vio a su omega mirar hacía bajo, con los ojos llorosos y sin dudarlo se levantó para ponerse delante de la mujer.
— Disculpe, pero está en un médico infantil y es habitual oír llantos. A demás de que usted seguro que ha estado en la misma situación con su hijo, así que tenga un poco de respeto. ¿Se cree que nosotros como sus padres no queremos que nuestro cachorro esté bien y que no llore?
La señora abrió la boca.
— Jungkook... No... — Su omega lo estaba mirando.
— Joven, si su hijo está llorando, sale de aquí, porque su hijo está molestando a todos con sus insoportables lloros.
— Pues usted sí me está molestando con sus malditos comentarios hacia mi hijo, señora de m- — Paró de hablar al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir.
— Salid ya de aquí, que solo molestáis.
— Yo voy a salir cuando me salga de... — Fue parado por su omega, que tocó su hombro.
— Vayámonos, ¿sí? — El omega lo miró reteniendo las lágrimas.
— Taehyung no puedo permi... — Fue interrumpido nuevamente.
— ¿Necesitan ayuda con el cachorro? — Preguntó amablemente una doctora. — Vengan conmigo, trataremos de tranquilizarlo.
Respiró hondo antes de darle una última mirada a la señora e ir con la doctora.
Dentro de la sala, la doctora le dio un poco de agua al niño, para después entregarle un juguete que llamó la atención del cachorro y los dejó solos, diciendo que podían estar allí el tiempo que necesitaran junto a Ha-Yoon.
Cuando salieron de la sala, la señora no seguía allí, pero si lo hubiera estado le hubiera dicho cuatro cosas.
Agarró al que ya consideraba su cachorro y este se aferró a su cuerpo, algo que lo hizo feliz tanto a él como a su lobo.
Fueron a comprar algo para comer, ya que desde ahí saldrían hasta León. Las maletas para una semana estaban en el maletero.
El pelinegro había pedido unos días libres para poderse ir junto a sus dos seres más amados, algo que le aceptaron con rapidez porque no solía pedir ningún día libre.
Entraron al coche y acomodaron a Ha-Yoon en el sillín que le compraron para el coche, pero este seguía profundamente dormido.
— Cuando despierte deberé ponerme atrás. — Explicó Taehyung y Jungkook lo entendió sin ningún problema.
El trayecto inició y el cachorro no despertó hasta casi tres horas después, cuando ya habían hecho medio trayecto. Aprovecharon para parar en una gasolinera para ir al baño y darle de comer al pequeño, puesto que necesitaban calentar el puré.
Compraron una botella de agua para rellenar la pequeña botella semblante a un biberón y darle agua a Ha-Yoon mientras este comía las cucharadas del puré de verduras que le daba el mayor de la pareja.
— Abua. — Pidió el cachorro.
— No bebas tanta agua, Yoonie, o deberemos cambiarte el pañal pronto y no podemos parar hasta que lleguemos.
El niño solo lo miraba con sus grandes ojos, sin entender nada, pero asentía, provocando risas por parte del alfa.
Jungkook, a pesar de no ser el padre biológico de Ha-Yoon lo trataba como su hijo porque lo quería con locura y se había encariñado de este con rapidez. Incluso haciendo cosas como darle de comer, cambiarlo de ropa o bañarlo, sin embargo, una cosa que no solía hacer porque se le daba fatal, era el cambio de pañales y aquella era una tarea de la que solía encargarse el omega.
La siguiente parte del trayecto se hizo más pesada, ya que el tiempo pasaba muy lentamente. El omega se durmió con el cachorro en sus brazos y este seguía despierto, balbuceando cosas para Jungkook, aunque muchas de ellas eran cosas que nadie podría comprender. Era como si estuviera contándole su vida en un idioma que no conocía; sin embargo, el mayor solo se limitaba a contestarle cosas como "sí" o asentir. Aunque también parte del proyecto, el alfa hablaba para Ha-Yoon y este lo escuchaba con atención a pesar de tampoco entenderlo.
Cuando llegaron al destino que ponía su GPS, miró la casa que tenía delante. Estaba en medio de un pueblo perdido por León, tal y como se lo había dicho su novio.
— Ya hemos llegado, precioso. — Despertó el mayor a Kim.
Este despertó desconcertado, pero no mucho después se levantó y el cachorro solo miraba la escena.
El menor buscó las llaves después de salir del coche y entraron a la casa. Era muy acogedora, pero a la vez grande.
Las paredes estaban llenas de cuadros de Taehyung y Dong-Hyun. Jeon sabía que aquella casa fue en la que empezaron a vivir su novio con su ex prometido, sin embargo, no tuvo problema con estar ahí.
Era extraño, pero era cuestión de acostumbrarse durante aquella semana.
El omega le enseñó todo el lugar y le pareció muy bonito.
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Los dos primeros días los pasaron visitando el pueblo y León en general. Algo de lo que se dio cuenta, es que toda aquella gente del pueblo conocía a su novio y lo saludaban con entusiasmo, diciéndole lo muy bien que se veía y lo hermoso que se veía su hijo con el famoso Dong-Hyun.
El tercer día sería en el que visitarían a la familia de Taehyung y Dong-Hyun, algo que le ponía realmente nervioso.
Por lo que había contado Kim, ambas familias eran muy unidas y era probable que no aceptaran su relación.
— ¿Mamá? — Preguntó su novio con el móvil en la mano. — Voy hacia casa, traigo a una persona que quiero que conozcáis.
Al estar delante del hogar de los padres del omega se puso realmente ansioso. Cuando abrieron la puerta se encontró con una mujer, que era prácticamente igual a Taehyung. Se abrazaron y la madre de este lo miró con una sonrisa.
— Encantada de conocerte, soy la madre de Taehyung.
Sabía que aquella amabilidad duraría hasta que dijeran que eran pareja, así que la aprovechó para tratar de caer bien a los padres de su novio, al igual que los ex suegros de este.
La comida no fue del todo incómoda, de hecho pudo charlar mínimamente con los señores Kim de ambas familias.
— Papá, mamá, señor y señora Kim. — Llamó Taehyung. — Quiero deciros algo...
Aquello provocó que su ritmo cardiaco aumentara de golpe, que sus manos sudaran y un pequeño temblor en la pierna.
— Claro hijo, dinos. — Sonrió la madre.
— Quizás es algo que pensaréis que está mal... — Tragó saliva. — Pero es algo que me hace bien y feliz y quería decíroslo. — Suspiró. — Jungkook y yo estamos juntos...
El silencio que hubo fue muy mala señal, pequeños ruidos de sorpresa por parte de ambas familias también fueron indicativos de aquello.
— ¿Cómo? — Preguntó el padre de Dong-Hyun. — ¿A penas ha pasado un año y ya estás con otro? ¿Tan poco aprecias a tu marido?
— No fue mi marido, señor Kim. — Taehyung le dijo. — Créame que aprecio mucho a su hijo, pero no puedo estar atado a mi difunto prometido durante toda mi vida.
— Tu único deber, como el omega de mi hijo y con su marca en tu cuello, es cuidar de su hijo, esté vivo o no. No estar con otros.
— Perdone, pero eso no es cierto. — Se atrevió a hablar por primera vez.
— ¿Disculpa, niño?
— Taehyung tiene derecho a rehacer su vida.
— ¡Él era el omega de mi hijo, no tuyo! ¡Él lleva su marca!
— Esa marca desapareció cuando falleció y Taehyung le lloró a su hijo lo suficiente y como tuvo que hacerlo. Pero no podía estar así toda su vida, así que la rehizo y ahora está conmigo. Y si no está de acuerdo, me parece estupendo.
— ¿Ah sí? ¿Y tú vas a cuidar de un cachorro que no es tuyo?
— Lo hago más que ustedes, desde luego. — La madre de Taehyung abrió la boca, pero no dijo nada. — Le he prometido a Taehyung cuidar del cachorro como si fuera mío, les pondré mi apellido a ambos, y él llevará mi marca en su cuello. A demás, de que su nieto ya me toma como su padre y usted no podrá impedir eso.
— Mi nieto, desde luego que no llevará tu sucio apellido, es el cachorro de mi hijo Kim Dong-Hyun y nadie le quitará ese apellido.
— Su hijo ni siquiera está registrado como padre del cachorro. Le tengo aprecio a su difunto hijo, porque Taehyung en algún momento lo quiso, pero ahora que está rehaciendo su vida nadie lo impedirá y si quiere estar conmigo y está de acuerdo con todo lo que he dicho, ustedes no son quienes para decirle que no.
— Ese niño jamás tendrá tu apellido y si haces que lo tenga, desde luego que te demandaré. Tú no le tienes aprecio a mi hijo, solo te has aprovechado de un omega indefenso y lo has persuadido con tus tonterías.
— Señor, eso no es cierto. — Se unió Taehyung. — Yo estoy con Jungkook porque lo quiero.
Lo que el padre del difunto dijo, fue algo que le hizo estallar por completo.
— Seguro que Taehyung se entregó a él y su culo como lo hizo con mi hijo por dinero. Porque si no lo hacía, seguro que se quedaba en la calle, porque no tiene ni un duro.
Los padres del omega se alteraron en ese momento, al igual que hizo el pelinegro. Quien se acercó al hombre y lo agarró de la camiseta que llevaba.
— ¿Cómo se te ocurre decir eso de mi omega? — Dijo con su voz de mando, furioso.
Su respiración comenzó a ser más rápida de lo habitual y su lobo quiso dominar su cuerpo, queriendo llevar él la situación, y así fue. Sus ojos se tornaron rojos intensos.
— Vamos, ¡todos lo sabemos! ¡Taehyung vivía de mi hijo y como no le dejó herencia se fue a buscar a otro al que entregarle el culo para que lo mantenga!
Levantó la mano para darle un puñetazo, sin embargo, fue parado por una mano. Miró, en dirección a quien lo paraba, era el padre de su novio.
— Hijo, tranquilízate, mejor vayámonos.
Miró al hombre y después a Taehyung, quien estaba abrazado a su madre. Asintió en dirección al padre de su omega y soltó al hombre que tenía delante.
— Fue un placer conocerles. — Pronunció el señor y padre de Taehyung que lo tenía agarrado de la muñeca. — Pero con estas palabras y opinión sobre nuestro hijo hemos podido comprobar la clase de personas que son.
Salieron de la casa, Taehyung con su cachorro en brazos, siendo abrazado por su madre y Jungkook siendo llevado de la muñeca por el padre de la familia.
Cuando se alejaron de la vivienda, su novio se acercó a abrazarlo mientras lloraba. El padre de este ya lo había soltado.
Jungkook, sin saber muy bien qué hacer por el shock, abrazó al menor, consolándolo mientras miraba al suelo, sumergido en sus pensamientos en blanco. Su lobo se había relajado al sentir al omega cerca, así que solo se aferró a él mientras inhalaba el aroma contrario.
— Gracias por hacernos ver qué clase de persona son. — Escuchó a la madre de Taehyung. — Si hubiéramos sabido que pensaban eso de nuestro hijo, por supuesto que jamás nos hubiéramos juntado con ellos.
Alfa y omega se separaron, y miraron a los padres de Taehyung, la madre omega tenía a Ha-Yoon dormido en sus brazos.
— Muchas gracias por proteger a mi hijo, sé que te has puesto nervioso y por eso has llegado a ese extremo, pero no es necesario. — Se acercó el padre del mencionado para darle unas palmaditas en el hombro. — Con lo que has hecho podemos saber que eres bueno para nuestro hijo.
Jungkook sonrió agradeciendo la aceptación por parte de los padres de su novio.
Nadie esperaba que sucedería algo así, pero por lo menos por fin se habían percatado de la clase de personas que eran aquellos señores.
Pasaron la tarde en casa de la familia Kim, los padres de aquella familia, conociendo un poco más al nuevo novio del menor y contando miles de anécdotas.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Los siguientes días los pasaron en (su gran mayoría) casa de los Kim, aunque el penúltimo día, justo antes de irse, solo les quedaba una cosa por hacer.
Visitar a Dong-Hyun al cementerio.
Los padres del menor se ofrecieron con quedarse con su nieto durante aquel día y noche. Algo que agradecieron y se dirigieron al pueblo, donde yacía el cementerio.
La sensación al entrar a un lugar así era desagradable y triste. Ver las flores puestas en cada tumba, los nombres y años en los que los fallecidos vivieron era totalmente desgarrador para la conciencia.
Siguió a Taehyung, quien sabía a donde ir. El peli gris iba con un par de flores blancas en la mano para dejárselas a Dong-Hyun junto a su tumba. Cuando llegaron, pudo visualizar el nombre del difunto sobre la lápida y los años 1999-2023 grabados en esta.
Ambos se quedaron delante de aquello y se miraron. Taehyung murmuraba cosas ineludiblemente, probablemente hablando con la lápida.
No trató de descifrar qué decía, pero sí pensó en muchas cosas y se hizo demasiadas preguntas. Con el rato, pudo visualizar a su novio mordiéndose el carrillo de la mejilla derecha, evitando soltar el llanto.
— Llora. — Pronunció el pelinegro. — Hazlo, no pasa nada.
Las lágrimas en el omega salieron de inmediato, cayendo al suelo y el alfa se limitó a acercarse para acariciar su espalda. Kim se giró para abrazar a su novio. Este sentía un dolor inmenso al ver a Taehyung llorar, pero debía mantenerse fuerte por él.
Sintió como se aferraba más a su cuerpo debido a la fuerza con la que lo agarraba, pero no se quejó.
Después de calmar a Taehyung fueron hacia la casa, ya era tarde y había anochecido. El cachorro estaba en casa de sus abuelos, así que se tumbaron en la cama, mirándose fijamente, aunque, nuevamente, el peli gris empezó a llorar.
— Podría haberlo evitado... — Lloró. — Si tan solo le hubiera dicho que me acompañara, no habría pasado todo esto...
Jungkook acarició la mejilla contraria derecha, apartando las lágrimas que caían. Se acercó para besarlo y aunque el beso se mezclara con el sabor salado de las lágrimas, se hizo muy cálido.
Después de que las lágrimas dejaran de caer, juntaron las frentes mirándose fijamente, pero nuevamente continuaron besándose.
El beso seguía siendo seguro y cálido, aunque hubo un pequeño juego de lenguas.
— Jungkook... — Jadeó el menor.
Sus cuerpos estaban pegados, el amor en aquella habitación era inmenso.
— ¿Puedo?
Taehyung asintió y posó una mano en su cintura, la acarició con delicadez, como si el omega fuera una joya frágil. El beso continuó, pero siendo algo más intenso que anteriormente.
Sintió las manos del peli gris tocarlo.
— Taehyung... — Jadeó, inseguro.
Aquello estaba yendo a más. Los toques llenos de amor y lujuria mezclados indicaban que no acabaría allí, que no solo serían simples besos.
Se miraron al perder la respiración.
— ¿Quieres? — Preguntó el alfa.
— Claro que sí... — Murmuró, echando todo su aliento sobre el rostro contrario.
El beso continuó y los toques ya no eran tan cariñosos. Las manos del mayor pasaron a la espalda baja de Kim y las manos de este se infiltraron bajo la camiseta de Jungkook.
La mezcla de aromas parecía la perfección pura y los jadeos una perfecta armonía.
Las primeras prendas desaparecieron. Taehyung estaba tumbado boca arriba en la cama y Jeon sobre él, apoyado en sus propios brazos. Las manos del omega estaban apoyadas en el pecho del pelinegro y las otras manos agarraban suavemente el cuello contrario.
Era la primera vez de Jeon y no podía estar más ansioso, pero quería, ansiaba poder vivir aquello por primera vez con su novio.
Jungkook sacó la camiseta del contrario, y apreció el cuerpo de su hermoso novio.
— No me mires así.
— ¿Por qué? Eres precioso.
Taehyung se sonrojó y apartó la mirada.
El mayor dejó besos por las clavículas de Kim y fue bajando poco a poco, lo hacía todo por instinto. Pasaba por el pecho contrario, hasta llegar al abdomen.
El omega con un jadeo pidió los labios del alfa y él no se negó a darle lo que quería. Llevó una de sus manos ante los hinchados pechos del peli gris y los masajeó, provocando un ligero arqueo de espalda por parte de este. Instantes después, notó algo líquido mojar su mano, junto a un delicioso gemido de su novio. Se trataba de leche materna saliendo de sus marrones pezones.
— Lo siento... — Jungkook negó con la cabeza, antes de acercar su rostro a uno de los pezones de su novio y dar una pequeña lamida a la leche materna. — No hagas eso... — Gimió al sentir como Jeon succionaba ligeramente.
El sabor de la leche no era especialmente notorio, de hecho parecía no saber a nada. Siguió con su trabajo, mientras escuchaba a su novio gemir de manera seguida.
— Jungkook... detente. — Pidió su novio entre gemidos.
Jeon levantó el rostro, dándole la imagen más excitante al omega. Su alfa con la boca entre abierta y la leche materna cayendo de sus labios, con una expresión muy sensual a la vista y algo que destacaba por completo, eran los ojos rojos que habían aparecido. Y claramente el peli gris no podía resistirse ante eso.
Jungkook, sin tomarle importancia, siguió con lo que hacía. Pero esta vez bajó una de sus manos hacia el pantalón del contrario y desabrochó el botón, para después bajar la cremallera.
Taehyung se dejó hacer lo que quisiera, al igual que permitió que su lobo tomara un poco el control de aquel momento.
Ambos eran conscientes de lo que sucedía, pero sus lobos eran los que tomaban las decisiones. Y como en aquel momento se dejó llevar, paró a su novio y lo obligó a tumbarse.
Se acomodó y se puso a horcajadas sobre su alfa, para dejar besos y marcas en su cuello. Bajó poco a poco, tal y como hizo Jeon con él.
Cuando llegó al cierre del pantalón lo abrió y bajó los pantalones y a su vez la ropa interior. Liberando y pudiendo visualizar por primera vez lo más íntimo de su novio. Esparció pequeños besos alrededor.
Aunque hubiera tenido algunas experiencias con su prometido difunto, aún era un inexperto.
Acarició el erecto miembro, para masturbarlo lentamente y provocando gemidos por parte del mayor. No fue hasta que notó como líquido pre seminal salir de la punta del miembro que se decidió por dar una lamida.
El sabor de aquel líquido era salado. Sin importarle, introdujo la punta en su boca, provocando un gemido alto por parte de Jungkook. Con la otra mano masturbaba lo que no había en el interior de su boca.
El aroma y todo, hacía que su entrada chorrease de lubricante y cayese por sus muslos, preparándose para la intromisión que habría después.
Poco a poco, fue metiendo más parte del falo en su boca, moviendo la cabeza con un ritmo constante. Escuchar a su hombre gemir lo excitaba de más y notaba como su entrada se llenaba aún más de aquel lubricante natural.
Dios santo. Pensó al imaginar lo delicioso que sería sentir aquello en su interior.
Cuando sintió el miembro palpitar en su boca, supo que era el momento. Se levantó para buscar un preservativo, seguidamente se puso a horcajadas sobre su novio.
— ¿Puedo? — Preguntó mirándolo directamente a los ojos. Aquellos que brillaban llenos de amor y lujuria.
— Sí.
Abrió el paquete con las manos y sacó el pedazo de látex, para extenderlo sobre el miembro contrario y seguidamente posicionarse.
Lo besó, para después agarrar la polla de Jungkook y alinearla con su entrada, la cual palpitaba de necesidad. La introdujo lentamente y escuchó un suspiro por parte de Jeon.
— Hazlo poco a poco. — Pidió el mayor.
Asintió y pudo sentir como el miembro se abría paso en su interior, haciéndole soltar un gemido de placer ante la sensación que hacía tanto que no sentía.
Apoyó sus manos en el pecho contrario y empezó a moverse, provocando un gemido por parte de Jungkook.
Movía las caderas en círculos, con los gemidos de ambos presentes.
Quería más y el alfa también.
Sintió las manos del pelinegro posarse sobre sus caderas y sintió como levantó su pelvis, llegando a lo más profundo de su ser.
— Dios...
El ritmo empezó a ser rápido, mientras se besaban Jungkook daba continuamente en el punto dulce de su novio.
Cambiaron la posición, Taehyung se tumbó sobre la cama y Jeon puso ambas piernas del chico sobre sus hombros, introduciéndose de golpe, inició un vaivén de embestidas y gemidos por parte de ambos.
Con el poco tiempo, el omega sintió como su interior se estiraba, era el nudo que estaba formando su alfa.
— Jungkook. — Lloriqueó rasguñando los hombros de su novio.
Era doloroso, pero el placer ganaba ante todo. Instantes después, sintió como su orgasmo golpeó de lleno, al igual que notó que el de Jungkook también había llegado al escuchar su gemido algo más agudo.
Las respiraciones eran rápidas y el pelinegro salió de su interior después de que el nudo desapareciera y seguidamente tiró el preservativo que habían utilizado.
— ¿Qué tal? — Preguntó el peli gris.
— Increíble, contigo todo lo es. — Pronunció el mayor antes de besarlo.
Se quedaron abrazados, al otro y cayeron dormidos. Ya habría tiempo de darse una ducha la mañana siguiente.
¡Hola! ¿Qué os ha parecido? Decidme vuestras opiniones en comentarios.
El momento de pasión ya ha llegado después de tanto y se me hace raro aunque yo escriba muchas cosas eróticas, pero en este Fic como que no lo visualizaba tanto como en otros. Es la primera vez que escribo respecto al tema de la lactancia erótica, pero no me ha desagradado, decidme qué preferís por aquí también.
Espero que os haya gustado y no olvidéis votar.
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