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Yoongi estuvo ansioso toda la noche mientras su omega y el cachorro dormían en la habitación. Antes de que llegara Jungkook recogió todo lo que podría haber sospechoso respecto a Ha-Yoon en la casa y habitación de Taehyung; desde el parquecito de caucho que estaba en el salón lo movió a la habitación de Jimin, hasta las compotas que estaban en la encimera de la cocina, guardándolas en los cajones. Solo esperaba que durante esa estancia de Jeon no se diera cuenta de nada o sospechara.

El silencio de la noche estaba demasiado presente, él solo estaba sentado en el sofá, mirando la televisión, para avisarle a su omega que saliera de la casa cuando el pelinegro despertara.

Min no vivía ahí junto a los omegas, pero aquellos días la idea era irse junto a Jimin aprovechando que Taehyung no estaba y que en su edificio estaban realizando reformas, también para cuidar del cachorro. Sin embargo, todo les estaba saliendo mal. Justo durante la ausencia de Kim, el pelinegro debía discutir con Hoseok y pedir si podía hacerle el favor de dormir en su casa.

No fue hasta las 9 de la mañana que oyó un mínimo ruido, así que fue casi corriendo para despertar a su novio. Este estaba dándole de comer al niño, que estaba sentado en su regazo.

— Buenos días. — Lo saludó Jimin con una sonrisa en la boca.

— Buenos días. — Sonrió enternecido con la imagen. — Tengo que aceptar que cuando te veo con Ha-Yoon me dan ganas de tener cachorros.

En ese momento se le iluminaron los ojos al omega.

— ¿Quieres cachorros, alfa?

— Los quiero, pero más adelante. — Le dio un beso en la frente y sintió como el cachorro lo tocaba. Miró en dirección a este y sonrió. — ¿Quieres que te agarre? — Extendió sus brazos para alzarlo. Lo acunó en sus brazos antes de decir. — Creo que Jungkook ha despertado.

— Pues debería irme, ya tengo a Yoonie listo. Tú deberías dormir, alfa.

— No puedo, déjame llevarme a mí a Ha-Yoon. — Tocó la nariz del pequeño.

— De acuerdo alfa, ¿has desayunado algo?

— Sí, no te preocupes. — Mintió.

— De acuerdo, te aviso cuando Jungkook se vaya para que puedas venir. Según Taehyung, su tren llega casi a las dos de la tarde y Jungkook irá a buscarlo, así que podrás venir a casa con tranquilidad.

Se despidieron con un beso y salió empujando el carrito y el bebé en brazos.

════ ════

Jimin fue a hacer algo de desayunar, Jungkook parecía ser que todavía no salía. Aunque con los minutos salió vestido.

— Buenos días, ¿quieres desayunar? — Le preguntó al pelinegro que se acercaba.

Se saludaron con un pequeño abrazo y este se sentó a su lado, aceptando la comida y agradeciéndole.

— ¿Y Yoongi?

— Hoy tenía que hacer unos papeles importantes en el ayuntamiento. — Inventó con rapidez. — Vendrá en un rato.

El menor, Jungkook, asintió con la comida en la boca.

Después de acabar el desayuno se sentaron en el sofá.

— ¿Sabes a qué hora vuelve Tae Tae? — Trató de sacar tema.

— Sí, su tren llega a las 13:40, así que no falta mucho para que me vaya. Muchas gracias por dejarme quedarme así. Es la primera vez que Hoseok y yo discutimos así, jamás había pasado algo así.

— Deberíais hablar las cosas.

El menor estaba muy pensativo desde aquella mañana, había veces que se quedaba empanado, mirando un punto fijo, pero cuando Park lo llamaba salía de aquel estado y volvía a hablar con normalidad. El peli púrpura no sabía exactamente por qué estaba así, ya que no solía ser así habitualmente, pero suponía que era por la discusión que había tenido con Hoseok, puesto que, según Kim, eran muy unidos desde hacía muchos años y el pelinegro quería mucho a ese alfa, como si fuera un hermano mayor.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Habló Jungkook.

— Claro.

— Taehyung... ¿Me oculta algo?

Se quedó callado, lo miró con el ceño fruncido.

— ¿A qué te refieres? Yo que sepa no. — Dijo seguro de sí mismo.

— Nada, no he dicho nada, lo siento, cosas mías. — Se levantó del sofá. — Debería irme para hablar con Hoseok, muchas gracias por dejar que me quede.

Se despidieron, el mayor, algo confuso, llamó a su alfa.

════ ════

Barcelona fue un lugar que Taehyung amó a pesar de no conocer gran parte, solo estuvo por monumentos muy conocidos y pasó una de las tardes en la playa de un pequeño lugar costero en Cataluña.

A penas habló con sus amigos por teléfono, solo con Jimin para saber como estaba Ha-Yoon y este siempre le enviaba fotos del cachorro.

Jungkook decidió solo preguntarle cómo le iba el viaje y no mucho más, ya que comprendió que Kim quisiera despejarse y estar tranquilo.

Y así fue. Pasó alguna mañana en la zona de spa del hotel, en total tranquilidad. Caminó por las calles de Barcelona por mucha gente que hubiera. Sin embargo, estaba pisando otro lugar, respirando otro aire, escapando de su realidad por unos días.

No fue hasta la noche del día antes de volver que Jeon le envió un mensaje que le hizo ponerse muy ansioso y que la tranquilidad que había tenido se esfumara en 2 segundos.

"Tenemos que hablar"

Aquella frase se repitió en su cabeza durante las 7 horas que duró el viaje en tren, poniéndolo cada vez más ansioso. Miró los últimos mensajes que había en el chat.

...

Kookie 🐰

Tenemos que hablar.

22:43

¿Pasa algo, cariño?

23:10

No, no te preocupes, solo quiero

hablar contigo un par de cosas.

23:20

De acuerdo, nos vemos mañana,

te quiero.

23:23

Yo también te quiero

23:24

...

No entendía muy bien lo que Jungkook quería hablar junto a él, pero a pesar de que le dijo que no se preocupara, su subconsciente le decía que se avecinaba lo peor.

Trató de tranquilizarse escuchando música en sus auriculares, sin embargo, fue imposible. No fue hasta que se durmió que su mente entró en paz.

— Disculpe. — Sintió como un brazo lo tocaba.

Despertó alterado, sin saber dónde demonios se situaba. El chico que se encontraba a su lado sonrió. Era parte de la tripulación del tren.

— Perdón... — Se disculpó avergonzado. — ¿Pasa algo?

— No se preocupe... Solo quería informarle de que hemos llegado al destino.

— ¡¿Hemos llegado?! — Se dio cuenta de que estaba casi gritando. — Lo siento por las molestias... — Se levantó. — Gracias por avisarme.

El chico alfa que tenía delante seguía sonriendo, suponía que para que no se riera, ya que esa escena era bastante graciosa ante los ojos de cualquiera. Un omega medio dormido, gritando alterado, solo en un tren que casi marchaba de nuevo hacia Barcelona.

Agarró la maleta del compartimento superior y salió apresurado. Miró su reloj, el tren había llegado hacía 30 minutos a la estación y probablemente su novio estaba esperándolo.

Mierda.

Salió casi corriendo, arrastrando su maleta con las ruedas y buscando al pelinegro que tantas ganas tenía de ver.

Había bastante gente a comparación de otras veces y resultaba raro que en esa estación hubiera mucha gente. La gente que pasaba, en su gran mayoría, eran con grandes maletas. Pero él buscaba a un chico que no llevase ninguna.

— Joder, hay muchos pelinegros. — Se frustró.

Alfa. Trató de llamar su omega, sin embargo, como no tenían ningún lazo, era imposible comunicarse con el otro.

¿Y si se ha ido? Fue lo primero que pensó.

Caminó en dirección a la zona de cafetería, estaba muerto de hambre, ya que la comida en el tren era demasiado cara como para comprarla con libertad.

Entonces, fue cuando vio a su chico. Este estaba delante de la barra de la cafetería, pidiendo algo a la chica que estaba detrás de esta. Sonrió al verlo y se acercó. Su omega empezó a esparcir feromonas de felicidad, algo que el alfa, notó enseguida. Jeon se giró, sonriendo, pero a la vez, en su mirada había algo extraño.

El peli gris dejó la maleta para abrazar a su alfa.

— Te he echado de menos. — Dijo esparciendo tantas feromonas que la gente estaba desconcertada, pero él mismo no lo estaba notando.

— Yo también, omega. — Sintió como Jungkook lo estrujó, haciéndolo reír.

Fue un pequeño carraspeo lo que les interrumpió, era la chica de la barra, entregándole a su novio lo que había pedido.

— Perdón. — Se disculpó el menor, algo avergonzado y ayudó al alfa a agarrar las cosas.

Se sentaron en una de las mesas de esa cafetería. Kim había olvidado por completo los nervios que tenía y aquella conversación que tuvo con Jungkook por mensaje de texto.

— Taehyung... — Lo llamó.

El nombrado estaba comiendo alegremente el bocadillo que su novio le había comprado, junto a un zumo de naranja.

— ¿Mmm? — Alzó la vista.

Jeon extendió su mano para que Kim extendiera la suya, este le entregó la mano izquierda, con la que no tenía agarrado el bocadillo. El mayor observó su mano detenidamente, pero el peli gris no estaba entendiendo nada, así que trató de buscar la mirada de Jungkook.

— ¿Y el anillo? — Preguntó su novio mientras conectaba la mirada con la suya.

— ¿Qué? — Cuestionó sin entender. — ¿Qué anillo?

El pelinegro suspiró.

— Taehyung, no te hagas el que no sabes.

— No sé a qué demonios te estás refiriendo.

— El de tu prometido.

— ¿Qué?

— ¿Has ido a verlo, cierto? ¿Has ido a ver a tu esposo? ¿Soy el maldito cuerno? — La mirada de Jeon se volvía cada vez más oscura. Aquello delataba que Jungkook estaba teniendo una lucha interna con su lobo.

El alfa de su novio quería controlar el momento, estaba totalmente molesto.

— ¿Qué estás diciendo?

— ¿Te creías que no me daría cuenta? — Espetó mientras los iris de sus ojos se tornaban rojos. — ¿Creías que podrías mentirme mucho más?

— Jungkook... Tranquilízate, estamos en público.

Sabía que el que hablaba no era el pelinegro, pero no podía permitir que el alfa de este tomara el control en medio de la estación de trenes.

— ¡¿Que me tranquilice?! — Gritó mientras se levantaba. — ¿De verdad estás diciendo eso?

Kim se apartó, totalmente asustado. Un hombre se atrevió a acercarse al ver la escena.

— Disculpe joven, debería tranquilizarse, está asustando al omega. — Apoyó una de sus manos en el hombro de su novio.

El gesto que hizo Jungkook fue el que asustó aún más a Taehyung; el pelinegro apartó con mucha fuerza aquel brazo.

Largo. — Fue la primera vez que escuchó al alfa utilizar su voz de mando.

— No se preocupe por mí, será mejor que se vaya, gracias por la ayuda, señor. — Lo miró asustado. — No quiero que tenga problemas por mi culpa.

La gente miraba aterrorizada aquella escena, el omega al decir esas palabras asustó a la gente, todo el mundo sabía que aquel inofensivo omega (Taehyung) no podría contra aquel alfa alterado.

Trató de agarrar la muñeca de Jungkook, afortunadamente, este no la apartó.

— Vayamos afuera, ¿vale?

Los ojos de Jungkook seguían entre un rojo y el color marrón de los suyos, eso era debido a que la lucha interna seguía en pie. El pelinegro asintió, pero aun así su lobo, bastante orgulloso a opinión de Taehyung, se negaba.

Caminaron hacia fuera de la estación. Taehyung buscó el coche entre todos esos que había en el párquing, aunque con el paso del tiempo se rindió.

— Alfa... — Se giró, mirando los ojos rojos. — ¿Tienes algún tipo de supresor?

No contestó, solo apartó su muñeca del agarre de Kim.

— Quizás los tiene tu esposo en Barcelona.

— Jungkook...

Realmente no sabía a qué se refería, debido a que él jamás se casó, solo se prometió y tampoco vivía en Barcelona.

¿Quién demonios le había contado la historia de que estaba casado y que era el cuerno de un matrimonio inexistente?

Se acercó al pelinegro y buscó en sus bolsillos alguna cosa, para ver si tenía suerte de que hubiera supresores. Afortunadamente, encontró un blíster de pastillas y sacó un par antes de metérselas en la boca y darle agua de una botella que llevaba en su mochila.

El efecto de los supresores hizo efecto con rapidez, como primer indicativo que los ojos rojos del lobo de Jungkook pasaron a ser sus marrones habituales. La idea de haberle dado los supresores era dormir o "drogar" a su lobo y estaba funcionando.

Mientras aquello sucedía, pudo visualizar a lo lejos el coche de su novio, así, que agarró nuevamente la muñeca de este con su mano derecha y con la izquierda la maleta para irse en aquella dirección. Cuando llegaron al coche vio como su novio abría el coche después de soltarse del agarre y entrar, esperando que él también lo hiciera.

No había ningún tipo de palabra.

Agarró la maleta para ponerla en el maletero y seguidamente sentarse.

— Ponte el cinturón, nos vamos. — Fue lo único que pudo escuchar salir de su boca.

Hizo caso al alfa y como dijo, arrancó.

El silencio reinaba en aquel coche, lo único en lo que podía fijarse, era en las manos de su novio apretando con fuerza el volante, al igual que su mandíbula tensándose.

— Jun... — No pudo seguir ante la fuerte interrupción del pelinegro.

— ¿Has estado con él, cierto?

— No entiendo nada de lo que dices...

— Ese maldito anillo... — Escuchó un pequeño gruñido por primera vez de su parte. El lobo de Jeon todavía seguía ahí, pero al menos no podía tomar el control del chico. —

— ¿Qué anillo? No te entiendo.

— Ese hombre rubio... —

En ese momento entendió todo y abrió la boca.

¿Cómo sabía sobre Dong-Hyun?

— ... — Solo se quedó en silencio.

— Ese niño, ¿es suyo? — Sintió un escalofrío pasar por su cuerpo al escuchar aquellas palabras. — Ya no me mientas más... Dímelo, ¿es suyo? — Su voz se quebró.

Lo sabía, ya lo sabía, pero no tenía ni idea de cómo lo había descubierto. No había manera de que lo supiera.

— Sí... — Aceptó con lágrimas cayendo. — Es suyo.

— Has ido a verlos a Barcelona, ¿cierto?

— Eso no es cierto.

— ¡Deja de mentir y dime la puñetera verdad de una vez! — Le dio un golpe al volante.

Aquello le puso histérico.

— ¡Mi prometido está muerto desde antes que te conociera! — Su omega salió furioso, a la vez que lloraba.

Un freno bastante fuerte fue lo que le hizo reaccionar y mirar en dirección a Jungkook, la mirada de este se había relajado. Miró en su dirección con una mirada de confusión y remordimiento.

— ¿Y el niño? — Preguntó mirándolo.

Sabía que su omega había salido, así que probablemente sus ojos estaban azules.

— Conmigo. — Trató de relajar a su omega.

Cachorro... Mío.

El menor empezó a llorar en silencio. Jamás imaginó que todo sucedería de aquella manera. Recordar de golpe la muerte de su prometido de aquella manera y que Jungkook lo despreciara tanto le hizo muchísimo daño.

— Lo siento... — Murmuró el alfa.

— Déjame aquí. — Ordenó el omega.

— Taehyung, no...

— Déjame aquí. — Volvió a repetir.

— Por favor...

— ¡Que me dejes aquí te he dicho! — Estalló.

Jeon frenó el coche y Kim salió histérico, mientras lloraba.

No veía nada de las lágrimas que había en su rostro.

Mándalo a tomar viento. Se volvieron a repetir las palabras de su amigo.

Pero no podía, simplemente no quería. Caminó en dirección a una parada de taxis y se subió al primero que pudo visualizar, quitando de su vista el coche negro de su novio. 

No habló con el taxista, ya que este tampoco se atrevió al ver al omega llorando. Cuando llegaron a su hogar, salió del taxi y recordó que había olvidado la maleta en el coche de Jungkook, pero no le tomó importancia y subió las escaleras mientras seguía llorando.

Dong-Hyun no merece esto. No estaría en paz si supiera que estoy con una persona que desprecia a su hijo.

Abrió la puerta como pudo y escuchó a Jimin saludarlo a lo lejos, pero cuando llegó al salón se quedó totalmente callado al verlo llorando.

— ¿Qué ha pasado? — Se acercó con el niño en brazos, preocupado.

— Jungkook lo sabe todo, lo sabe. — Hipó mientras hablaba.

— ¿Cómo? No hay manera de que lo sepa.

Yoongi estaba presenciando la escena desde el pasillo que llevaba a la cocina.

— Papá. — Decía el niño, cosa que provocó que llorase más.

Extendió las manos hacia su cachorro y lo alzó, acunándolo.

— Papá está aquí, mi cachorrito. — Le dio un beso en la frente, pero lágrimas cayeron sobre el niño. — Lo siento, Ha-Yoonie. — Le limpió.

Park decidió no decir más, ya que probablemente el peli gris solo quería estar con su cachorro en ese momento. Y lo que le preguntó Jungkook, cobró sentido cuando Taehyung le dijo que ya lo sabía.

Pero nadie sabía cómo lo sabía.

La pareja lo abrazó, con el bebé de por medio, sin embargo, un teléfono sonó.

El de Taehyung.

Agarró el teléfono para saber de quién se trataba, era Jeon. No quería contestarle.

— Deberías. — Le dijo Jimin.

— No quiero, ha despreciado a Dong-Hyun y a mi hijo.

— ¿Habéis hablado las cosas?

Negó.

— Nos hemos puesto histéricos y me he ido.

Yoongi y Park suspiraron.

— Habla con él, nosotros nos quedamos con Ha-Yoon, no es bueno para el niño que te vea así.

— De acuerdo...

Salió al balcón antes de contestar.

"¿Taehyung?"

— Dime. — Hipó.

"¿Dónde estás?"

— En mi casa.

"¿Podemos hablar, por favor?"

— Jungkook, ya con lo que has hecho has dicho suficiente. — Trató de no llorar otra vez.

"Por favor, hablemos, ya después puedes decidir qué hacer. Pero deja que lo hablemos y aclaremos todo."

— De acuerdo... — Suspiró.

"No llores más, por favor"

A pesar de no estar llorando, seguía hipando, indicador de que muy recientemente había llorado.

— No lo entiendes... — Dijo comenzando a llorar otra vez. — Simplemente no lo haces.

"Quiero hacerlo, Taehyung, déjame hacerlo, por favor"

— ¿Dónde nos vemos?

"Si quieres en mi casa"

— De acuerdo, hasta luego — Dijo sin esperar respuesta y colgó.

Guardó su teléfono y fue a dejar la mochila en su habitación, pero ahí no estaba la cuna, ni nada de Ha-Yoon.

¿Qué demonios? Se acercó a su escritorio y vio el álbum de fotos abierto, por la última página. Era una foto en la que tenía a un Ha-Yoon de 3 meses en brazos.

Metió la funda de plástico y aquel álbum en una pequeña mochila para llevárselo, todo esto antes de salir de la habitación en busca de Jimin.

— ¿Jungkook ha estado aquí?

Yoongi lo miró con Ha-Yoon en sus brazos y asintió.

— Metí todo rastro de que hay un niño en la habitación de Jimin. Discutió con Hoseok y me pidió que le haga el favor de dejarle dormir en mi casa, pero como están haciendo reformas no pude y vino aquí.

— Ah, no te preocupes, está bien lo que has hecho. — Trató de sonreír. — Me voy, voy a hablar las cosas con Jungkook, pídele por favor a Jimin si puede bañar a Yoonie, sería un favor muy grande.

Era obvio que un simple "libro" no daría pistas de que tenía un hijo y estuvo comprometido, así que jamás le culparía a sus amigos de que Jungkook había descubierto la verdad, porque al fin y al cabo, era su culpa por ocultárselo.

— Claro, no hay problema, nos vemos luego. — Se dieron un abrazo.

Salió rumbo a casa del pelinegro, agarró el bus y estuvo reflexionando por el camino. No sabía cómo, pero debía contárselo todo de una vez, al final, ya lo sabía.

Cuando llegó, llamó la puerta, Jeon le abrió, pero al verlo no hubo ninguna sonrisa como habitualmente.

— Pasa. — Fue lo único que dijo.

Caminaron hacia el salón y el pelinegro lo invitó a sentarse. Estaban cara a cara, mirándose.

— No sé cómo empezar.

— Eres tú el que debe contar...

— Supongo que lo habrás visto en esto, ¿no? — Sacó el álbum de la mochila y lo dejó sobre la mesa. Su novio asintió.

— Lo siento por verlo sin tu permiso, pero no esperé ver lo que vi.

— No pasa nada... Es mi culpa. — Carraspeó y abrió una de las últimas páginas, donde aparecía con su pareja difunta, con sus alianzas de prometidos. — Él es Dong-Hyun. Lo conozco desde que éramos niños... — Miró al pelinegro, quien lo miraba sin ninguna emoción en su rostro. — Es el único alfa con el que estado aparte de ti. Empezamos juntos desde que estábamos en el instituto, siempre he estado con él, así que no hay mucho que contar, todo el mundo sabía que probablemente nos casaríamos, tendríamos hijos y estaríamos felices para siempre. Siempre nos han tomado por una pareja perfecta, algo que tampoco me gustaba mucho, pero con el tiempo acabé creyéndomelo y me gustaba que nos dijeran eso. — Suspiró. — No ha habido prácticamente problemas, nuestras familias aceptaban la relación y todo el maldito pueblo, todos querían algo como lo nuestro, creo.

Jungkook agarró el álbum de fotografías y observó la imagen. A Kim se le cerraban los ojos, tenía una sonrisa sincera en la cara, la felicidad se le notaba de lejos.

— Cuando ya teníamos 23 pasé por primera vez un celo con él y creamos el lazo. No mucho después me pidió matrimonio, esa es una de las fotos de aquel entonces. Incluso compramos una casa, vivíamos muy felices.

— ¿Pero?

— Pero falleció, el 21 de julio del año pasado. — Pasó sus manos por su rostro, tratando de no llorar.

Sintió una mano agarrar su muñeca, miró a su actual novio con los ojos llorosos.

— No llores, por favor, ya lo has hecho mucho hoy. Si lo necesitas, hazlo, pero...

— No lo necesito. — Apartó el brazo contrario.

— No quiero ser muy directo, pero... ¿Por qué fue que falleció?

— Un accidente en nuestra casa, parecía ser que hubo algún fallo en la construcción. — Lo miró antes de continuar. — El día en el que falleció supe que estaba en cinta. Decidí tenerlo porque sabía que él lo hubiera querido, a demás de que sería lo último que me quedaría de él. Dong-Hyun era un hombre con dinero, así que jamás tuve que trabajar. Pero cuando falleció nada de lo suyo pasó a mí porque no escribió ningún testamento, era demasiado joven como para hacerlo. Solo me quedaban mis ahorros, que gasté en reconstruir mi casa y el funeral de Dong-Hyun. Me quedaba realmente poco para otras cosas, pero siempre lo gasté en mi hijo cuando nació. Ahora mismo tiene 6 meses, en esta foto a penas tenía un día de nacido. — Pasó la página del álbum, mostrando una fotografía de Ha-Yoon en la cuna del hospital para recién nacidos.

— Ha-Yoon... — Leyó el pelinegro, ya que en la fotografía salía la pequeña pegatina que había en cuna del niño con sus datos.

En aquel momento, Jeon recordó aquella vez en la que Taehyung se volvió histérico por un tal Ha-Yoon y entendió todo.

— Entonces aquella vez... ¿Cuándo te llevé a casa fue por tu hijo?

— Aquel día enfermó y estaba asustado, no quería que le pasara nada. No me permitiría que le ocurriera nada a mi hijo. — Suspiró antes de continuar. — Bueno, cuando nació estuve un par de meses en mi casa ya reconstruida, aunque la gente especulaba que me había vuelto loco y que estaba haciéndole mal al niño ya que lloraba todo el día. Me tomaban por "el omega que había perdido a su alfa". Algo que me cansó con el tiempo y decidí mudarme aquí... Tuve que empezar a trabajar y me echaron por llevar al cachorro conmigo, así que encontré la oferta de Hoseok por internet y así fue como coincidí contigo.

— ¿Y por qué no me lo has contado desde el principio?

— Los alfas soléis rechazar cachorros que no son vuestros y tampoco sé si lo harás en caso de presentártelo. Ya he visto un poco tu reacción... 

— ¿Alguien más, aparte de Yoongi y Jimin saben sobre tu hijo?

— Namjoon y Jin lo conocieron hace poco.

El pelinegro suspiró.

— No sé cómo reaccionar.

— Me dijeron que te lo diga, y si no aceptabas a mi hijo que te mandara a la mierda. — Lo miró. — Pero por eso no quería hacerlo, sé que no aceptas a mi hijo, pero no quiero separarme de ti.

— No he dicho que no lo acepte. Pero no sé qué hacer... Llevas mintiéndome durante mucho tiempo. Yo tampoco quiero separarme de ti pero...

— Conócelo, aunque sea. Ha-Yoon es un cachorro precioso, hazlo, y si no lo aceptas me iré de tu vida, te lo prometo.

— Taehyung, no me hagas esto...

— Por favor. — Ahora las lágrimas empezaron a caer de sus ojos. — Solo conócelo, por favor, no te pido que me perdones de inmediato. No te pido que seas una figura paterna para él, pero intenta conocerlo, es un cachorro maravilloso, todos se enamoran nada más verlo. — La mandíbula del mayor se tensó. — Por favor... Alfa.

Ahora no solo era Taehyung quien se lo pedía, sino el omega de este también. Jungkook solo se limitó a abrazarlo, y el llanto de Kim se hizo más grande.

— Lo haré, no te preocupes, omega.

Aquellas palabras lo tranquilizaron y pudo llorar en paz, entre los brazos de su alfa, entre ese cálido y acogedor aroma a café y tierra mojada.

— Gracias... — Murmuró entre sus brazos.

Aquella misma noche irían a casa de Taehyung para que Jeon Jungkook conociera a Kim Ha-Yoon.

Qué intenso... ¿Qué os ha parecido?  Podéis dejarmelo en comentarios.

Nos vemos en 1-3 días, prometo no tardar tanto como en el último capítulo que tardé una semana, pero estaba de examenes y fue imposible, pero ahora ya estoy menos saturada de cosas. No olvidéis votar y cuidaros mucho.

(Con el último capítulo me refiero al anterior que tardé una semana en actualizar, todavía quedan 4-5 capítulos)

Muchas gracias por todo el apoyo y comentarios 🫶

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