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-04-

El día a día de Jungkook empezó a ser así, cada día salía casi corriendo del trabajo para ir a ver al trabajador de su piso, quien solo le hablaba para darle cosas como ropa limpia o decirle que se iba.

Y aun así, siendo una relación tan cordial y formal, tenía al lobo de Jeon totalmente anonadado por el peli gris.

Hoseok se enteró de que su amigo iba "corriendo" a casa debido a que trabajaban en el mismo bufete de abogados y un día lo vio prácticamente salir corriendo del lugar, algo poco habitual en él, ya que solía tener el tiempo de lo que debía hacer muy calculado.

...

El sonido de las llaves fuera del piso se hizo presente, Hoseok había llegado.

— Niño, ven aquí. — Lo llamó desde la cocina.

Su amigo solía llamarlo niño debido a que era menor que él y se trataban de hermanos, así que él no tenía problema con ello.

Se acercó a Jung, este, como habitualmente, bebía café de una taza.

— Dime. — Se apoyó en la encimera mientras agarraba un vaso para servirse un zumo que había en la nevera.

— ¿Por qué has salido corriendo de la oficina?

— Yo no he salido corriendo.

— Lo has hecho, no me mientas, Jeon Jungkook, sé cuando mientes.

Frunció el ceño mientras probaba aquel zumo de naranja. Tragó antes de responder, no obstante, el chico contrario se le adelantó.

— Por si acaso, le he dicho a Taehyung que no hable contigo.

— ¿Qué? ¿Por eso no me habla?

En ese instante el castaño empezó a reír.

— Lo decía para confirmar si venías corriendo por eso. Pero igual no le he dicho nada, tranquilo.

— No lo hago por él, lo hago para poder descansar.

— Y por eso has dejado de tomar supresores o ponerte bloqueadores.

— Eso no es cierto.

Hoseok solo se limitó a carcajear mientras negaba con la cabeza, lo conocía muy bien. Jungkook era un chico muy inocente y se ve a lo lejos una vez lo conoces. Hoseok  no sabía que su amigo sería así cuando le atrajese un omega, pero estaba feliz por él, aunque por lo que veía y escuchaba de la boca de su amigo, el trabajador del piso se mostraba bastante reacio ante su amigo.

No sabía si era porque su amigo no le atraía en absoluto al omega o quizás era porque el chico ya tenía un alfa.

Podía ser la segunda y era muy probable, pero no quería quitarle aquella ilusión a Jungkook.

Por primera vez lo veía emocionado por un omega y podía percibir su aroma, el cual habitualmente no podía oler por los bloqueadores o supresores.

Cuando vio a Taehyung para la entrevista pensó en lo atractivo que era el omega, porque era algo que no se podía negar en absoluto. Aquella piel suave, tersa y acanelada era muy bonita, al igual que aquella sonrisa en forma cuadrada, algo que probablemente todavía no había visto Jungkook, pero estaba seguro de que si lo hacía, se volvería completamente loco. Kim Taehyung era un chico alto y esbelto, a su cuerpo no le faltaba nada y tenía todo lo necesario como para ser completamente perfecto. Y por la conversación que tuvieron aquel día en la entrevista de trabajo, pudo ver una personalidad resplandeciente y muy amigable, algo que daba un punto más al chico.

Tenía que aceptar que era un omega que podría tener a cualquier alfa a sus pies, sin embargo, Hoseok ya estaba junto a un beta al cual amaba, pero tenía que aceptar la realidad respecto a su trabajador.

— No sabía que ese lobo tuyo podía controlarte por completo.

— Tú mismo lo has dicho, es mi lobo, no yo.

— Trata de hablar con él si es lo que quieres.

— No quiero hablar con él.

— Pero tu lobo sí, confía en él por una vez.

Sintió como el orgullo de su lobo (el de Jungkook) aparecía en su interior, molestando al pelinegro por completo.

— Lo que digas. — Caminó hacia su habitación, molesto.

...

Y como siempre, por las tardes, estaba en casa, solo que aquella vez no estaba en su habitación, estaba en la sala de estar junto a su portátil, enviando unos emails e imprimiendo papeles de denuncias y documentos de identidad para unos casos enviados por sus clientes.

Estaba sentado en el sofá, Taehyung estaba en el mismo salón haciendo algo que no desconocía, ya que estaba detrás de él.

Como siempre, solo intercambiaron dos palabras simples "buenas tardes".

El timbre de su teléfono resonó por aquel silencio, lo agarró, era el teléfono de su trabajo, lo llamaban de un número desconocido

════ ════

Estaba ocupándose de una cosa que le había pedido Hoseok el día anterior por mensaje.

Era viernes, sin duda su día favorito.

No solía trabajar en el salón, pero aquello lo requería. El único sonido que había era el del teclado del ordenador de Jungkook, quien estaba en silencio al igual que él.

Durante las dos últimas semanas solía encontrarse con Jeon, ya que parecía que salía del trabajo antes. Lo único que pudo averiguar es que tanto Hoseok como Jungkook eran abogados en un bufete, lo supo al buscar sus nombres por la web.

No sabía cómo sentirse respecto a Jungkook, quien trataba de hablarle a la mínima que tenía la oportunidad.

No era molesto, pero simplemente no encontraba un porqué hablarle, tampoco le parecía la persona

El teléfono sonó inesperadamente, era el del chico que estaba sentado en el sofá.

— ¿Sí?

No escuchaba lo que decían a través del teléfono.

No quería ser curioso o cotilla, pero estando en silencio era imposible no escuchar lo que decía el pelinegro.

— Sí, Jeon Jungkook.

"..."

— No hay problema.

"..."

— ¿Para cuándo quiere cambiarla?

"..."

— Vale... martes nueve, ahora le digo si tengo disponibilidad... — Se quedó en silencio mientras miraba lo que suponía que era una agenda. — Sí, sí puedo.

"..."

— No se preocupe, no hay problema.

"..."

— De acuerdo... Muchas gracias, que tenga un buen día.

Escuchó el sonido que indicaba que había colgado, este sonido fue seguido de un suspiro muy sonoro en el que se notaba la frustración.

Al mismo instante, el ruido de la puerta principal abrirse provocó que ambos miraran en dirección al pasillo.

De allí apareció el chico que conocía, Hoseok, saludó con la mano al pelinegro antes de acercarse a él.

— ¡Ey Taehyung! — Lo saludó con un pequeño abrazo, no lo incomodó, pero le sorprendió. — Muchas gracias por ayudarme con eso, de verdad que estaba muy estresado. He tratado de salir antes del trabajo para poder ayudarte.

— No te preocupes, ya no queda demasiado.

— Claro que sí. — Agarró una de las cintas. — Esto conlleva trabajo. — Sonrió. — ¿Quieres algo para merendar? Puedo hacerte un café si quieres.

— No, no hace falta, gracias igualmente.

— De verdad que no tengo problema, descansa un rato.

— Si insistes... — Sonrió.

— Ven, vayamos a hacer algo para merendar.

Antes, el silencio que había en la casa era bastante incómodo, al menos así lo sentía por su parte. Agradecía que Hoseok hubiera llegado, ya que si no debería estar una hora y media más ahí en silencio.

Se adentraron a la cocina y el castaño empezó a hacer café en una cafetera. La primera taza se la entregó y le dio azúcar por si quería.

Una vez ambos cafés estuvieron listos fueron hacia el salón.

— Puedes hacerte café aunque no esté en casa, no te preocupes, tómate la libertad de hacerlo.

Después de una pequeña charla bastante amigable y cómoda, se pusieron manos a la obra con el trabajo que debían hacer. Charlaban mientras hacían esos pequeños arreglos florales que Hoseok le había pedido ayuda para hacerlos.

No sabía muy bien para qué los quería, pero obtuvo la valentía de hacerlo.

— ¿Para qué son? — Preguntó mientras arreglaba un pequeño ramo de flores.

— Mi hermana se va a casar y necesito estos arreglos para las mesas, me pidió que los hiciera, pero lo he dejado para último momento.

En ese momento, un movimiento en el sofá se hizo notar.

— ¿Cómo que tu hermana se va a casar? No me habías dicho nada. — Se giró el pelinegro.

— La boda es el lunes que viene, pero tú dijiste que no podías ir o algo así, ni siquiera me escuchaste cuando te dije la fecha.

— Si hubieras dicho desde el principio que era una boda, quizás aceptaba... — Dijo con un tono en el que mostraba otro tipo de intenciones.

Kim simplemente escuchaba la conversación entre ambos alfas.

— Alfa tonto. — Se movió hacia Jungkook. — Es mi hermana, descarado. — Le dio un golpe en la cabeza. — Ya sabes que mi hermana está prometida desde hace dos años.

— No me interesa tu hermana. — Se removió en el sofá. — Solo son imaginaciones tuyas.

— Los alfas de las nuevas generaciones me ponen nervioso. — Afirmó mientras volvía hacia donde estaba el peli gris. — ¿Estás de acuerdo Taehyung?

— No sé... — Contestó algo incómodo. — Supongo.

Siguieron haciendo aquellos arreglos, mientras hablaban de distintos temas, incluso haciendo pequeños chistes entre ellos.

Jungkook seguía en silencio, escuchando lo que decían mientras tecleaba.

════ ════

La cara de Jungkook era todo un cuadro.

Escuchaba como su amigo hablaba con total naturalidad con el omega y este respondía con comodidad, algo que jamás había hecho con él.

Su lobo, celoso de Hoseok, empezó a esparcir feromonas celosas, algo que notó enseguida y se levantó, tratando de tranquilizarse.

— ¿Os ayudo? — Trató de sonreír mientras se acercaba.

Jung lo miró con el ceño fruncido y una sonrisa divertida en los labios.

Probablemente, ambos habían percibido el aroma del chico, pero se fue con rapidez.

— Claro, no hay problema, ven. — Ofreció su amigo y se acercó. — Mira, te enseño.

Su amigo agarró unas cuantas flores y las juntó de una manera muy específica, sin embargo, sonó el timbre.

— Voy a abrir, que Taehyung te enseñe. — Le entregó las flores y se quedó parado en el lugar mientras observaba cómo se alejaba.

El silencio incómodo se volvió presente, ninguno dijo nada.

Taehyung seguía haciendo su ramo, sin embargo, él no sabía cómo hacerlo.

— ¿Te enseño? — Se animó a hablar el peli gris.

Alzó la cabeza, sorprendido por la iniciativa.

— Te lo agradecería mucho.

Entonces el omega se movió y se puso al lado de él, ya que estaban bastante alejados y si no, no podría ayudarlo en caso de tener que hacerlo.

Escuchó con atención todo lo que debía hacer, a la vez, miraba las delicadas manos del omega, que hacían el trabajo de juntar las flores como se debía.

— Pon al menos un poco de esas y las rosadas. — Le indicó. — No es necesario que todos los arreglos queden iguales, eso sí, no los hagas todos de un color.

Asintió antes de poner en su mano algunas flores, tanto las que le había indicado como las que iban a su elección.

Una vez lo hizo, con la vista del peli gris sobre él, siguieron con la explicación.

— Debes atarlas con un pequeño cordón, cortas y agarras de ese que hay allí y después lo metes en uno de los jarrones de plástico que hay.

Era cierto, la mesa estaba llena de cordones, cintas para hacer lazos, telas de seda transparentes blancas y flores de distintos tipos y colores.

Hizo lo que le indicó y después de eso, el contrario empezó a explicarle cómo envolver el jarrón de manera bonita con la tela. Le enseñó más o menos cuál era la medida, como hacerlo paso a paso y como hacer el lazo final.

— Ahora haz uno tú, te ayudo si quieres.

Asintió a modo de respuesta mientras hacía los pasos indicados; elegir las flores, atarlas, ponerlas en el jarrón y empezar a envolverlas de la manera en la que le indicó.

Con ayuda de las manos contrarias, envolvieron entre ambos el jarrón, hasta que quedó bien.

— Te ha quedado bien. — El peli gris lo miró. — Intenta hacerlo solo, así podemos ir más rápido.

Se puso manos a la obra y Taehyung hizo lo mismo, cada uno hacía su jarrón, sin embargo, el pelinegro tuvo complicaciones con el suyo, pero decidió no decírselo al que sabía hacerlo, ya que quería demostrar sus "dotes" con los arreglos florales.

Por lo menos trató de hacer la envoltura unas 4 veces, pero finalmente le quedó decente.

O eso creía él.

— Ya he acabado. — Informó.

El peli gris, quien estaba iniciando otra envoltura, levantó la vista para poder ver el resultado del arreglo floral que había hecho Jungkook.

Lo primero que hizo al verlo fue soltar una carcajada.

Jeon frunció el ceño, no sabiendo muy bien lo que sucedía.

Kim se tapó la boca para que no se le viera reír, pero sus ojos, lo delataban por completo, ya que estos se achinaban.

— ¿Qué pasa? — Preguntó confuso, realmente estaba orgulloso de su trabajo.

El contrario agarró uno de los jarrones ya hechos y acabados. Lo puso al lado del suyo y en ese instante se dio cuenta, lo había hecho todo mal, aunque a él le parecía que estuviera genial.

La tela estaba del revés, a demás de que no estaba envuelto de la misma forma que el resto y se notaba con diferencia.

El peli gris seguía carcajeando, casi llorando de la risa. En ese momento entró su amigo Hoseok, contempló la escena, que era la siguiente; Taehyung tapándose los ojos mientras carcajeaba y Jungkook confuso intentando saber cómo era que lo había hecho mal.

Jung al ver el jarrón muy mal hecho también rio.

— No voy a preguntar quién ha hecho esto porque ya lo sé.

El peli gris destapó su rostro para mirar al mayor de los tres, este seguía riendo con una sonrisa en los labios.

No sabía exactamente cuál era su sentimiento en aquel instante; si se estaba sintiendo mal debido a lo horrible que lo había hecho o totalmente loco por la sonrisa de Kim.

Su lobo optó por la segunda.

Hoseok solo lo miró sonriente, sabiendo lo que estaba pensando.

Después de una sesión de carcajadas y de una nueva explicación, por fin acabaron los 100 arreglos que debían hacer.

— Yo debo irme, gracias por todo. — Dijo Taehyung mientras agarraba su teléfono.

— Gracias a ti por ayudarme. — Respondió Hoseok con agradecimiento.

— Nos vemos. — El menor se despidió y marchó.

Su amigo lo miró mientras guardaba los arreglos en cajas.

— Ya puedes agradecerme, niño.

— ¿Por qué?

— Si no fuera por hoy y que yo estoy aquí, no habrías hablado con Taehyung.

Era cierto, pero era tan orgulloso y terco hasta el punto de no aceptarlo.

════ ════

El peli gris volvía con prisa a casa, ya que Jimin lo había llamado mientras él salía del trabajo porque su cachorro estaba llorando.

Sabía que su compañero de piso cuidaba muy bien de su hijo y que siempre que lloraba lograba calmarlo con su aroma y marcar al cachorro con este, algo que no le molestaba viniendo de Park. Sin embargo, aquella, era la primera vez que lo llamaba, algo que alertó por completo a Kim y le hizo llegar corriendo a casa.

Aquella vez optó por ir en taxi en vez de autobús, ya que llegaría antes.

Una vez entró a casa, escuchó el llanto de Ha-Yoon, quien estaba siendo calmado por Jimin.

— Ven aquí mi pequeño. — Lo alzó y lo acunó, tratando de calmarlo mientras lo marcaba con su aroma.

El bebé, desesperadamente, buscó su pecho, para poder comer. El padre del niño se levantó la camiseta para que el niño pudiera comer, este empezó a succionar con mucha prisa.

— Te vas a ahogar si sigues así, Yoonie. — Apartó la cara de su niño de su pecho para que tragase lo que tenía en la boca y volvió a dejarle comer.

El llanto se fue calmando, hasta que finalmente acabó todo lo que había en un pecho, se quedó satisfecho y empezó a mover sus manos, feliz. Sacó los gases del niño y sonrió, feliz de poder verlo.

Aquella mañana lo había vestido con un peto, debajo de este llevaba una camiseta blanca, que le quedaba muy tierno.

— Qué precioso eres. — Le hizo cosquillas después de tumbarlo en el sofá.

Más tarde, después de estar un rato haciéndole cosquillas, lo alzó para ir a cambiarle el pañal en su cambiador.

Lo tumbó sobre este, y desabrochó el peto para sacarlo, seguidamente su pañal y empezó limpiarlo.

El niño, muy tranquilo, tenía un pequeño peluche en sus manos, jugaba con él mientras su padre se encargaba de cambiar el pañal.

— Muy bien, cariño mío. — Lo alzó, ya cambiado, y le dio un beso en la frente.

Amaba a su hijo con locura y le encantaba verlo crecer día a día.

Ya tenía 4 meses y medio, cosa que le hizo pensar en lo rápido que pasaba el tiempo. Poco a poco las prendas de ropa que le compraba eran más grandes, aunque todavía le faltaba mucho por crecer.

Le faltaban cosas como sentarse, decir su primera palabra, empezar a caminar o cosas así.

Tenía el crecimiento de su cachorro por delante y por nada del mundo se lo perdería.

Con los días, el niño empezó a moverse mucho más, e incluso, a pesar de ser muy tranquilo, empezó a moverse mucho, queriendo explorar cosas.

Aquello fue un indicativo claro de que su pequeño empezaría a gatear pronto.

Un día, junto a Jimin y Yoongi, trataron de ayudarlo a gatear. Lo pusieron sobre la cama y este trató de gatear. Con ayuda de su padre, logró hacerlo, aunque por sí solo no podría hacerlo hasta que lo practicasen bastante.

La felicidad de ver a su pequeño gateando por su cama fue inmensa y una inexplicable que nadie comprendería hasta que no tuviera un hijo.

Jimin capturó el momento con su cámara del móvil, algo que no dudó en compartirlo con sus familiares.

Con los días, practicaron aquello.

— Ven aquí, mi amor. — Decía desde el otro lado de la cama.

El niño estaba apoyado con sus manos y piernas en la cama, mirándolo.

— Ha-Yoonie, ven aquí. — Lo animó.

El bebé trató de moverse, como solía hacerlo con la ayuda de su padre.

— Muy bien mi niño. — Sonrió, feliz. — Tú puedes, ven aquí mi cachorrito.

Iba avanzando muy poco.

La pareja conformada por Park y Min estaban presentes, presenciando la escena enternecidos.

Definitivamente, Ha-Yoon era de todo menos un anticonceptivo para la pareja.

El bebé reía mientras gateaba lentamente, agarrando confianza y seguridad en el camino.

Una vez llegó a su padre omega, este lo abrazó, feliz de lo que había hecho su hijo. Estaba tan emocionado hasta el punto de llorar con el cachorro en sus brazos.

El bebé balbuceaba y reía junto a su padre, moviéndose inquieto porque quería seguir curioseando con su gateo recién aprendido.

Su padre lo dejó sobre la cama, mientras este iba gateando por el lugar, descubriendo el poder movilizarse por sí solo.

Su hijo era muy aventurero y curioso, algo que había sacado de su padre alfa.

Al día siguiente, Jimin apareció con un suelo de caucho con letras para ponerlo en una esquina del salón y Ha-Yoon pudiera gatear en aquel lugar, junto a sus juguetes y peluches.

El peli gris se lo agradeció, muy emocionado por poder montarle aquella zona de juegos de su cachorro.

La construyeron entre los dos, mientras Min perseguía al bebé que gateaba por toda la casa a paso lento, porque todavía no era del todo estable. A veces caía de cara, haciéndose daño y provocando llantos que acababa calmando su padre omega, pero aquello fue algo que le hizo aprender. Aunque igualmente debían vigilarlo para que no se fuera a un sitio que no era, o para que no se diera algún golpe fuerte con muebles, entre otras cosas.

Taehyung seguía con su rutina diaria, yendo al trabajo, pero hacía bastante que no se encontraba con Jungkook. Desde aquel día en el que tuvo la oportunidad de hablar con él mientras arreglaban floreros no lo había visto.

No había tenido la oportunidad de hablar con él nuevamente, pero su imagen del pelinegro había cambiado mucho desde aquel entonces.

En un día soleado de julio, planchaba camisas, como solía hacer, en el salón, ya que en la habitación en la que siempre realizaba eso, hacía un calor horroroso, y a pesar de llevar una camiseta corta, era imposible de soportar aquel calor de verano.

Solo quería ir a la playa para refrescarse, algo que lo veía imposible teniendo un bebé de 4 meses, puesto que los médicos recomendaban no llevarlo hasta que tuviera de 8 meses a 12.

Por suerte, Hoseok le permitió encender el aire acondicionado, así que cerró las ventanas y el aire frío empezó a correr por el lugar, aliviando por completo al omega.

Suspiró de manera reconfortante y siguió con su trabajo.

No mucho después, la puerta del apartamento sonó debido a que la estaban abriendo. Segundos después, pudo observar a Jungkook apareciendo por el pasillo, este se quitaba la americana.

No tenía ni idea de cómo soportaba ir por la calle con eso puesto, pero debería ser duro.

— Buenas tardes. — Saludó con una sonrisa.

Vio como el pelinegro sonrió, también sintió el aroma de este esparciéndose por el lugar.

Café y tierra mojada.

Algo que no podía negar es que se sintió ciertamente atraído por el aroma del chico. Pero nada más que eso.

— Buenas tardes, Taehyung. — Dijo acercándose, no sin antes dejar su americana colgada en una silla. — Qué calor hace. — Suspiró mientras desabrochaba un botón de la camisa que llevaba.

Apartó de inmediato la mirada, algo avergonzado.

— Sí... Hace mucho calor.

— Hace mucho que no nos vemos. — Se animó a decir el pelinegro.

— Sí... Desde aquella vez. — Respondió mirando fijamente la prenda que planchaba.

El contrario asintió antes de cambiar el tema.

— ¿Te apetece algo para tomar? — Ofreció.

— Si tienes algo fresco te lo agradecería... — Contestó tímidamente.

— Ahora te traigo algo. — Dijo mientras salía de la sala de estar.

Un par de minutos después, Jeon llegó con un par de vasos de refresco en las manos y le extendió uno de los vasos.

— Gracias. — Apagó la plancha mientras agarraba el vaso.

— Siéntate un rato.

Kim tragó saliva mientras se sentaba frente a Jungkook, quien estaba en la mesa.

El silencio que se formó fue algo incómodo, pero no tanto como aquellos que había unas semanas atrás.

— ¿Qué tal? — Preguntó el pelinegro. — ¿Qué has hecho estas semanas?

Aquella pregunta era muy confiada, algo que podría incomodar al omega, pero no lo hizo.

— Bien... Mi vida es muy rutinaria así que no suelo hacer nada en especial.

— Entonces cuéntame tu rutina.

— No sé... No suelo hacer mucho. Estoy con mi compañero de piso, vengo a trabajar, vuelvo a casa y así... ¿Y tú?

No iba a contarle el pequeño detalle de que tenía un hijo, ya que quería evitar hablar del tema o tener preguntas.

— No hago cosas mucho más diferentes a las tuyas. Aunque estas semanas he estado bastante ocupado.

— ¿Tienes muchos clientes? — Preguntó curioso, aunque se arrepintió al instante. — Perdón, no debería haberte preguntado eso.

Jungkook soltó una risa leve, antes de responder.

— No te preocupes, pero supongo que es eso, no me gusta decirlo así.

El tema de conversación no se extendió mucho más.

— Debería acabar esto... — Anunció antes de levantarse. — Gracias por la bebida.

— No hay de qué. —

Tenía una hora y media por delante, así que se puso manos a la obra con planchar aquellas camisas, después debería limpiar las habitaciones.

Pero recibió una llamada que no esperaba.

Era Jimin.

— ¿Te lo paso? — Preguntó el pelinegro, ya que estaba sentado en la mesa con unos papeles y su teléfono estaba sobre la mesa.

— ¿De quién es?

— Un tal Jimin.

— Pásamelo. — Ordenó mientras se acercaba. — Gracias. — Dijo antes de contestar. — ¿Sí?

"¿Taehyung? Lo siento por llamarte ahora... Pero es que es algo urgente."

— Claro, dime qué sucede.

"Ha-Yoon está muy alto en fiebre, lo acabo de notar, estaba haciendo su siesta, ha empezado a llorar y he visto que estaba muy alto de fiebre"

— Me queda una hora para salir... No puedo ir ahora.

"Está llorando mucho, no creo que aguante sin ser atendido por un médico"

Notó como el salón se llenó de sus propias feromonas, era un olor agrio, que mostraba preocupación y tristeza.

— Voy corriendo, prepáralo, que lo llevaremos al hospital. — Colgó antes de mirar a Jungkook.

— ¿Sucede algo?

No sabía cómo decirle que debía salir una hora antes, pero tenía que hacerlo por su pequeño.

Estaba asustado, el niño jamás había enfermado y era la primera vez que lo hacía. Durante la llamada se escuchaba el llanto de su bebé y su lobo sentía totalmente el dolor del niño.

Mi cachorro está mal, está en peligro. Decía su lobo alterado.

Estaba muy alterado, tanto su lado animal como el humano. El olor agrio de la habitación estaba embriagando y mareando a los dos presentes.

La hiperventilación llegó, no sabía qué hacer.

— Tengo que irme. — Dijo mientras miraba en el móvil para poder reservar un taxi. — Lo siento, es una urgencia, no hace falta que me paguéis esta hora.

En ese momento vio en el teléfono que el taxi podría tardar de 10 a 20 minutos en llegar.

Joder.

Me cago en el puto taxi... — Murmuró.

Estaba enfadado y preocupado a la vez.

Jungkook presenciaba la escena, no sabía qué hacer, el omega estaba furioso y si se acercaba probablemente lo alejaría.

— ¿Necesitas que te lleve a algún lado? — Preguntó el alfa.

Kim giró de inmediato su mirada hacia Jungkook. Sin embargo, el pelinegro pudo percibir algo de inmediato, los ojos de Taehyung estaban de color azul intenso.

No era su parte humana el que estaba ahora mismo, la furia pudo con el chico y su lobo había dominado por completo a Taehyung.

— Llévame. — Pronunció. — A mi casa.

Jeon trató de tranquilizarlo, pero era imposible.

El lobo del menor había perdido el control al sentir como su cachorro estaba mal.

No tuvo otra que llevarlo aunque el peli gris estuviera en ese estado, ya que no tenía supresores para omegas.

Lo adentró en el coche, pero abrió las ventanas para que aquel olor agrio no lo invadiera.

— Taehyung, tranquilo.

— Ha-Yoon, él no está bien. — Hablaba el lobo de este.

El pelinegro no quería preguntar quién era Ha-Yoon, solo quería tranquilizarlo y no ponerlo más nervioso.

— Él estará bien, pero si llegas así probablemente lo pase mal. — Trató de hablar.

Durante los 15 minutos de trayecto trató de tranquilizarlo, hasta que lo consiguió. Cuando el lobo de Kim desapareció, Taehyung volvió a la normalidad.

— ¿Qué ha pasado? ¿Y Ha-Yoon? — Preguntó desorientado.

¡Hola a todos! Después de dos días actualizo de nuevo. Espero que os haya gustado. Nos vemos con más mañana o dentro de dos días. Y como digo siempre, no olvidéis votar.

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