-03-
Un suspiro resonó por toda la sala en la que estaba trabajando.
Estaba cansado, aquel día había realizado un trabajo más cansado, había limpiado a fondo muchas de las habitaciones del lugar, cosa que requería más hora de trabajo en ese día, así que tuvo que entrar un par de horas más temprano. Aquello requería que llevase al cachorro aunque sea por una hora antes de que su compañero de piso se lo llevase a casa.
Jimin lo pasó a buscar después de que terminase su trabajo, así que no tuvo mucho problema con aquello.
Una vez acabó de limpiar la cocina a fondo, empezó con su rutina diaria en el trabajo. Recogió la ropa del tendedero, la gran mayoría camisas o pantalones de vestir y dejó la ropa de un lado para montar el planchador y preparar la plancha.
Planchar la ropa de manera seguida era algo que jamás pensó hacer hasta que nació su hijo y ahora aquella actividad también formaba parte de su trabajo.
Solía ponerse auriculares para trabajar debido a que si no se aburría y aquel día no era la excepción.
Tarareaba una canción mientras agarraba una de las pilas de camisas blancas para empezar a planchar. Sin embargo, oyó la puerta del piso abrirse y de inmediato supuso que era su jefe Hoseok.
Decidió no salir de aquella sala, ya que seguía en el horario de trabajo y no quería acabar más tarde de lo que tenía planeado. Continuó planchando mientras escuchaba su música. La puerta de esa sala estaba entre abierta, pero sin dejar ver lo que sucedía afuera.
Los pasos que se daban en la casa se escuchaban con facilidad, puesto que las paredes de esta eran muy finas y si alguien hablaba o movía un mueble, se escuchaba al instante y casi de manera clara.
Debido a que Taehyung era un hombre omega con un cachorro muy pequeño, no era recomendable tomar supresores como podría hacerlo habitualmente, ya que algo muy importante para los bebés era percibir el aroma de sus padres. Así que él mismo sabía que su aroma era muy fácil de percibir en caso de estar en un hábitat cerrado, eso provocaba que siempre que trabajaba, inconscientemente dejaba su aroma por el lugar, así que abría las ventanas para que eso no sucediera. Al final no quería incomodar a las personas que residían en aquel lugar.
Los pasos dejaron de sonar durante un rato, aunque poco después los volvió a sentir, se movía de la cocina a una habitación, o al salón incluso. Y allí empezó a sospechar que la persona que se encontraba en el piso no era su jefe.
Por lo que él sabía, allí vivían dos personas, debido a que cuando hacía tareas de la casa, como hacer camas o recoger cubos de la ropa sucia de las habitaciones, siempre había dos.
De inmediato pensó en que quizás Hoseok vivía con su omega, aunque era extraño que no compartieran habitaciones.
Decidió no entrometerse mucho más, ya que eran cosas que no le pertenecían.
Siguió planchando con tranquilidad, hasta que sintió cómo abrían la puerta debido al ruido que hizo esta.
Levantó la vista con rapidez, encontrándose con una persona totalmente desconocida.
Era un hombre con una camisa bastante desabrochada, con pantalones de traje, zapatos de vestir, con el pelo peinado y con un teléfono en las manos. Los ojos del pelinegro que tenía delante se agrandaron al verlo.
— Perdona. ¿Quién eres? — Cuestionó el hombre pelinegro.
— Trabajo aquí. — Pronunció algo nervioso.
— Ah... Lo siento, no sabía que estabas aquí.
— En nada acabaré y me iré. — dijo mirando al suelo, evitando la mirada contraria.
— No, no, no te preocupes, tómate tu tiempo, te dejo tranquilo. — Y salió.
En aquel momento pudo responder su duda, aquella era la persona con la que convivía su jefe. Estuvo durante un par de minutos asimilando lo que acababa de suceder mientras inconscientemente tenía el ceño fruncido.
Trató de acabar su trabajo rápidamente antes de abandonar el lugar.
Esperaba no volver a cruzarse a esa persona, aquel hombre no era tan amable como Hoseok, de hecho, se veía algo molesto por su presencia.
Suspiró y decidió olvidar aquel pequeño inciso.
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Jungkook ingresó a la estancia en la que estaban sus camisas, pues en ocasiones, la persona encargada de ello y de la que no tenía conocimiento, las dejaba en una posición fija, sujetas en perchas, preparadas para que él las agarrara.
Se dirigió hacia el lugar y, al abrir la puerta, pudo percibir de manera rápida y abundante un aroma dulce a frambuesa y chocolate, hipnotizando tanto a él como a su lobo en un instante.
Omega. Llamó su lobo de inmediato.
Afortunadamente, como solía hacer, había consumido supresores aquella mañana, para poder evitar aromas en los que delatase su estado de ánimo en el trabajo. Y desde luego agradeció que hicieran efecto, porque si no se los hubiera tomado, probablemente el omega hubiera percibido lo mucho que había hipnotizado con su aroma.
El chico que tenía delante tenía una de sus camisas en la mano, acomodándose en la planchadora que tenía delante, y de inmediato supuso que aquel era el chico que contrató Hoseok, pero algo que olvidó decirle era que es un omega.
Le extrañó no haber notado aquel aroma antes, debido a que en aquel instante, en aquella habitación, se hacía muy notorio, casi embriagador.
Debido a que el chico que estaba delante no decía nada, él empezó la conversación.
— Perdona. ¿Quién eres? — Cuestionó.
— Trabajo aquí. — Pronunció el chico peli gris algo nervioso.
— Ah... Lo siento, no sabía que estabas aquí. — Se disculpó de manera sincera.
Mi omega. Se pronunció su lobo.
Cállate. Pensó a modo de mensaje a su lobo.
Debido a que había ingerido los supresores, su aroma no expresaba lo que estaba sintiendo en ese instante, pero su lobo estaba entusiasmado y quería a toda costa hablar, acercarse al omega.
Mi omega. Volvió a repetir, tratando de buscar una respuesta del omega del chico que había delante, pero era complicado debido a la falta de aromas, aunque igualmente su lobo no veía ningún tipo de respuesta o el mismo entusiasmo por encontrarse por parte del contrario.
— En nada acabaré y me iré. — Dijo el contrario mirando al suelo.
— No, no, no te preocupes, tómate tu tiempo, te dejo tranquilo. — Marchó al ver que el chico no estaba muy cómodo.
Cuando salió de la habitación sintió como su lobo se entristecía, pero no podía hacer nada. El omega no correspondía ante el llamado de su lobo y no quería molestarlo.
Por mucho que su lobo llamase al chico, él no quería entrometerse mucho en eso.
Volvió a su habitación y escuchó no mucho después como se cerraba la puerta, probablemente aquel peli gris ya se había marchado.
No mucho más tarde, Hoseok ingresó en la casa y este fue recibido con preguntas del pelinegro.
— ¿Quién es ese nuevo trabajador?
Jung apenas se estaba sacando la americana y ya lo estaban recibiendo así, algo muy raro en Jungkook, ya que no solía saludarlo cuando llegaba a casa.
— Un hola estaría bien, ¿no crees?
— Sí, hola, hola. Ahora contéstame.
— ¿Por qué te interesa tanto?
— Porque le estoy pagando el 60% del sueldo y me lo he encontrado mientras estaba casi con toda la camisa desabrochada.
— Menuda bienvenida, quizás le ha gustado y todo. Aunque conociéndote, quizás has espantado al pobre omega.
— No te creas, he sido amable.
— No me lo creo.
Suspiró agobiado antes de decir.
— Como sea, ¿por qué no me habías dicho a qué hora está aquí? Casi muero de un infarto.
— Menudo exagerado. No te lo he dicho porque no sueles estar a la hora en la que él viene.
— Pues ahora sí, salgo del trabajo más temprano y entro también más temprano.
— No molestes al chico. — Le advirtió. — Es muy buen chico y no quiero que renuncie al trabajo por tu culpa.
— ¿Por qué debería molestarlo?
— Te conozco Jeon Jungkook. — Se dirigió a la cocina.
El menor fue tras él.
— No molesto a la gente, eso son imaginaciones tuyas.
— Lo que digas. — Agarró una taza y la cafetera para empezar a hacer café.
— ¿Por qué piensas eso?
— No te gustan los omegas y eres borde con ellos para alejarlos, por ejemplo.
— Pero si es un trabajador no haría algo así. — Él también alcanzó una taza.
— ¿Por qué te interesa tanto saber de ese omega? — preguntó el castaño estresado.
— Por nada en específico...
— ¿Te gusta?
Negó rápidamente con la cabeza.
— Estás loco, solo me intereso por el trabajador, el chico era muy tímido y no decía nada.
— Pues conmigo fue muy amable.
— Quizás porque tú caes bien a las personas.
— O porque tú solo eres amable con los clientes que te contratan porque te dan dinero.
— Ya sabes que no soy así de interesado.
— A veces puedes serlo un poquito.
Jungkook chasqueó la lengua, sabía que Hoseok quería que le dijera la verdad, pero no iba a decirle que su lobo estaba diciendo que aquel era su omega.
El pelinegro jamás había estado con alguien, ni románticamente, ni sexualmente. No se había sentido atraído por aromas de omegas que trataban de llamar su atención, esos olores le parecían empalagosos y molestos.
Pero aquella vez quedó hipnotizado de inmediato y su lobo quiso cortejar al omega en ese mismo instante, también lo percibió como su destinado. No obstante, el contrario pareció no tener ningún tipo de reacción ante él, algo que le angustió.
No quería ser lastimado al no ser correspondido, pero quizás la poca atención fue debido a la falta de aroma.
Decidió autoconvencerse de aquello con ese argumento.
— ¿Me vas a decir por qué te interesa o no?
— Agh vale, mi lobo lo ha percibido como mi omega.
Jung casi escupe el café que estaba en su boca.
— ¿Cómo? ¿Pero tú no odiabas a los omegas?
— No los odio... — Musitó. — Solo que no estoy interesado en ellos.
Hoseok no sabía qué responder, de hecho lo miraba en silencio mientras bebía su café, probablemente analizando la situación y pensando en qué responder a lo que acababa de decir.
Si para él mismo era sorprendente que el aroma de un omega lo atrajese, no quería imaginar cómo era para su amigo.
— ¿Entonces estás afirmando que has encontrado a tú destinado?
— No, para nada, simplemente a mi lobo le ha atraído. Si fuera mi destinado, el omega habría reaccionado. E igualmente ya sabes que no suelo ser muy creyente en cuanto a lo que dice mi lobo.
Y sintió como su lobo se entristeció, haciendo molestar a su parte humana.
— Estúpido lobo... — Musitó casi inaudiblemente.
Jungkook no era una persona que creyera mucho en el tema de los destinados o que se dejase llevar por el instinto animal de su lobo, de hecho, solía tapar su aroma con bloqueadores que se vendían en las farmacias o con simples supresores.
Aquello era algo que siempre supo Hoseok, quien era totalmente lo contrario a Jeon. Jung era un hombre que se fiaba totalmente de lo que dijera su lobo y su instinto animal.
Desde que conoció a Jungkook jamás le había presentado a algún omega con el que tuviera, aunque sea algo mínimo. Tiempo después de conocerlo, cuando ya obtuvo más confianza, le preguntó respecto al tema y la respuesta del pelinegro fue muy simple; "me da asco el aroma de los omegas que tratan de atraerme".
— ¿A ti te atrajo el chico?
— No, solo me da curiosidad el interés de mi lobo.
— No le hagas nada a ese omega. — Advirtió luego de dejar el vaso de café en el lavavajillas. — Tu inexperiencia controlando a tu lobo me da miedo. Intenta no llegar a casa cuando esté él aquí. — Seguidamente, salió de la cocina.
Hoseok tenía razón, al no sentirse atraído por omegas no tuvo la necesidad de controlar a su lobo, solo en aquellas temporadas de calor y celo. Pero ahora que su lobo había encontrado a un omega que le agradaba, ¿qué podría pasar?
No estaba del todo seguro de si el omega era su destinado, debido a su nula reacción ante él.
Tampoco tenía por qué interesarle tanto. Jamás se había juntado con omegas y mucho menos en ese instante con el trabajador de su piso.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Como solía hacer, llegaba a casa para darle de comer a su pequeño y más tarde pasar tiempo junto a la pareja de Jimin y Yoongi.
— ¿Cómo ha ido en el trabajo? Te veo muy pensativo. — Preguntó el omega contrario.
— Bien, solo estoy cansado. — Era cierto, pero tampoco tan cierto.
— No te creo.
Se removió incómodo antes de responder.
— Me he encontrado con la persona que vive con mi jefe.
— ¿Su omega?
— No, era un alfa.
En ese momento Yoongi se giró.
— Quizás están juntos, hay alfas que están juntos. — Supuso el peli púrpura.
— No, no puede ser, ellos duermen en habitaciones diferentes.
— ¿Y cuál es el problema? ¿Te gusta? — preguntó Jimin emocionado. — ¿Es guapo?
Yoongi los miró con la boca abierta y Kim se limitó a reír por la reacción del rubio.
Min estaba tumbado en el sofá con el cachorro encima de él, Jimin y Taehyung estaban sentados en el suelo, pegados al sofá.
— Ey, que estoy aquí. — Pronunció en modo de protesta.
— Mi alfa, no te pongas celoso. — El omega de pelo púrpura se giró y agarró las mejillas de su novio para jugar con ellas.
El contrario solo gruñó mientras jugaba con el cachorro.
— ¿Pero es guapo o no? — Preguntó Park chinchando a su novio.
— No me he fijado. Tampoco me interesa, es un poco agrio.
Aquello era cierto, no le dio mucha importancia al hombre con el que se encontró en la casa en la que trabajaba. Jimin y él, alguna vez habían hablado sobre el tema de que Taehyung realizara una vida nueva, que a pesar de que su prometido había fallecido, probablemente lo mejor era pasar página.
Pero Kim no estaba del todo de acuerdo con ello.
...
— ¿No has pensado en tener una pareja?
— No... Estoy bien solo con Yoonie. A demás, de que mi lobo no suele aparecer mucho, habitualmente solo con mi hijo, ya que quiere protegerlo.
Era la verdad, no tenía pensado iniciar una nueva relación, su lobo tampoco estaba muy de acuerdo con ello. La última vez que se manifestó sin que fuera con su hijo, fue el día de la muerte de su prometido, en la que sintió por completo como dejaba de sentir lo que sentía su alfa.
Había pasado un año, pero aquello era muy poco como para poder asimilar las cosas y pasar página.
Ya aceptaba la muerte de su alfa, también era consciente de que debía pasar página, pero si se entrometía con otro hombre (que tampoco estaba interesado) se sentiría culpable, sentiría que estaba traicionando a su difunta pareja.
Por el momento, tanto él, como su lobo, se sentían reacios con la idea.
Su lobo ni siquiera salía con personas que no fueran su hijo.
— ¿Y si tu lobo se volviera a manifestar?
— No lo sé... Si yo no siento algo, no sería capaz. Sea como sea, sentiría que estoy traicionando a Dong-Hyun. Me costaría mucho hacer algo así.
— Dong-Hyun probablemente quería tu felicidad, y si te llegas a enamorar de otro alfa, no creo que debas sentirte culpable por ello.
Era cierto, pero él no se veía capaz de estar enamorado otra vez de otro alfa, jamás dejaría atrás a Dong-Hyun por completo. Aunque poco a poco con el tiempo se cerrara la herida, probablemente siempre quedaría una cicatriz, por muy pequeña que fuera.
Dong-Hyun formó parte de él, formaron un vínculo de alfa y omega mediante una marca, a demás de tener un hijo juntos. Por mucho que quisiera, su difunto prometido siempre estaría en su corazón y formaría una pequeña parte de él, aunque ya no estuviera presente.
— De momento no pienso en eso, si llega, llegará, pero no es algo que quiera ahora mismo.
...
════ ∘◦❁◦∘ ════
Aquel día, nada más salir del trabajo fue casi corriendo a casa para encontrarse con el omega que trabajaba en su casa.
Sentía una real curiosidad por su reacción al verlo o ante su aroma. Porque sí, aquel día no había tomado ni un supresor, tampoco utilizado bloqueador de aroma y así dejar a su lobo tranquilo y quitarle la duda de si el omega no había percibido que era "su destinado" debido a la falta de aroma.
Cuando llegó a casa, el chico peli gris llevaba un cubo de ropa sucia en la mano, era el de su habitación debido a que salía de esta.
Mi omega, mi omega. El lobo movía la cola de la felicidad.
Su lobo feliz esparció feromonas, llamando la atención del chico, provocando que se girase en su dirección, acto seguido, se quitó un auricular.
— Buenas tardes. — Pronunció mientras tragaba saliva algo nervioso.
— Buenas tardes. — Saludó tratando de sonar tranquilo e indiferente, pero su lobo lo delataba, haciendo que chasquee la lengua. — ¿Te ayudo con eso? — Se atrevió a preguntar y el omega lo miró sorprendido.
— Eh... No gracias, puedo solo. — Y empezó a caminar con rapidez.
Y de inmediato sintió a su lobo triste.
Para de delatarme, estúpido lobo.
Fue de inmediato a la habitación para poder tomar supresores, o si no sería delatado.
La decepción que se habían llevado tanto él como su lobo fue dolorosa.
No le agradaban los instintos primitivos y animales.
Omega. El aroma de este se sentía cerca, así que dejó los supresores de lado antes de asomarse a la puerta, viendo al chico peli gris moverse hacia la sala en la que se encontró el día anterior.
Quizás lo que decía Hoseok era cierto y no era capaz de controlar a su lobo.
Y quizás tampoco a sí mismo, debido a que le mataba la curiosidad.
¿Y si es cierto que ese omega es mi destinado?
¿Pero por qué no reacciona ante mí?
Cerró la puerta para agarrar el teléfono de inmediato, no sabía cómo lidiar con la situación, su lobo se encontraba totalmente inquieto, incitándole a acercarse.
Odiaba ser inexperto en ese sentido.
Marcó el número de su amigo y este le contestó después de un par de tonos.
"¿Diga?"
— Hoseok, ayúdame, por favor.
"¿Qué sucede?"
— Mi lobo.
"Jungkook, te dije que no fueras mientras estaba él".
— Me mató la curiosidad y ahora solo quiero acercarme al omega.
Escuchó un carcajeo a través de la línea, cosa que le desesperó más.
"No puedo ayudarte, eso es cosa tuya y de tu lobo"
— Agh, te odio. — Y colgó.
Omega, mi omega.
Cállate, no es tu omega.
Agarró los supresores y se los puso en la boca, para tragarlos después de depositar agua en su boca.
Abrió las ventanas para airear el aroma que hasta hacía poco desprendía de su cuello. Se tumbó en la cama mientras se cambiaba y se ponía una camiseta corta cómoda, junto a unos pantalones de chándal.
Y sintió la puerta ser tocada.
Por suerte, su lobo no apareció aquella vez, ya que los supresores habían hecho su efecto.
Se levantó y abrió la puerta, encontrando el rostro del chico peli gris más cerca de lo que lo había visto.
Había un tono rosado en sus mejillas, su piel era acanelada, sus ojos tenían un tono marrón, ni muy oscuro, ni muy claro. El aroma de frambuesas y chocolate inundaron sus fosas nasales, volviéndolo loco al instante.
Parecía un adolescente puberto, era algo que jamás le había sucedido y por eso aquella era su reacción.
Debido a que el efecto de las pastillas no había hecho mucho efecto todavía, ya que no había pasado mucho desde que se las había tomado, su lobo seguía algo presente.
Mi omega, él es mi omega. Movía la cola, entusiasmado.
— Eh... — Empezó a hablar tímidamente. — Vengo a dejarle estas camisas.
El chico extendió su brazo, ofreciéndole las camisas planchadas y puestas en una percha. Este tímidamente miraba al suelo, algo que le hizo sonreír.
— Muchas gracias... — Quiso decir su nombre, pero no lo sabía.
Aunque aquello era una excusa para saber cuál era su nombre, ya que Hoseok no quiso decírselo.
— Kim Taehyung, me llamo Taehyung, encantado. — Se presentó al entender que el pelinegro no sabía su nombre.
— Yo Jeon Jungkook, encantado, Taehyung.
Este asintió mirándolo por primera vez, provocando mucho en él.
Definitivamente, odiaba su poca experiencia, tampoco quería saber por qué su lobo y él mismo habían fijado el ojo en aquel omega llamado Kim Taehyung.
— Le dejo tranquilo, tengo que acabar unas cosas.
Se marchó luego de decir esas palabras, dejándolo plantado.
Parecía un idiota ahí parado.
Omega, mi lindo omega. Siguió insistiendo su lobo feliz.
Y sin evitarlo, él también tenía una sonrisa en la boca.
No conocía de nada al chico y este mostraba cero interés en él, pero el entusiasmo de su lobo se le pegaba.
Jungkook, a pesar de ser una persona bastante intimidante a la vista, en realidad cuando lo conoces, es un chico dulce y bastante cariñoso con aquellos a los que quiere. Incluso se podría decir que era muy tímido, fácil de poner nervioso.
Estaba apareciendo un nuevo Jungkook, aquel que se había sentido atraído por un omega por primera vez, aunque aquello no significaba nada en absoluto, ya que era una atracción a simple vista y a demás que por parte del chico omega no había interés y era muy notorio.
Su instinto animal, el de su lobo, le decía que se acercara y utilizara sus dotes totalmente desconocidos para coquetear y atraer al omega. Pero su mente humana, solo quería alejarse y evitar que su lobo lo ilusionara.
Al final, por mucho que se negara a juntarse con omegas, sabía que cuando encontrara uno que le llamara la atención caería rendido a sus pies.
Pero no quería hacerlo tan pronto y menos con el primero al que su lobo le indicase.
Su mente quería poner resistencia y una barrera, pero su instinto animal quería romper aquella barrera.
No sabía qué hacer, a penas lo había visto 2 veces, pero su lobo estaba totalmente insistente y convencido que aquel peli gris era su omega.
Quizás era la verdad, pero no parecía que hubiera correspondencia por la parte contraria.
¡Hola! Después de un día volvemos con una actualización.
MIL GRACIAS por el apoyo que estoy recibiendo por aquí y por Tik Tok, hemos subido casi 200 seguidores en TikTok en 2 días y sin pensarlo, por aquí en Wattpad ya somos 1K. No sé cómno agradeceros esto, pero trataré de actualizar mucho esta semana.
Muchas gracias por los nuevos lectores que están dispuestos a leer esta bonita historia y a darme una oportunidad como autora, espero no decepcionaros. Nos vemos y como suelo decir, no olvidéis votar 🫶😽
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