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El viaje del omega junto a su cachorro se hizo bastante pesado, debido a que ir con un bebé de 2 meses de nacido en un viaje tan largo podía llegar a ser muy incómodo.
Fue la primera vez en la que Taehyung y su hijo viajaban en avión, también la primera vez en la que pisaban otras ciudades, debido a que solo habían estado en León y el pueblecito.
Era un mundo totalmente nuevo para los dos, aunque Ha-Yoon no fuera consciente.
Paseando por las calles de Madrid antes de tomar el vuelo podía ver como las personas miraban a Kim por lo atractivo que era, igual al bebé que llevaba en brazos, era un cachorro precioso y lindo. Muchos omegas que paseaban con sus alfas señalaban al niño enternecidos.
Pero por desgracia, a pesar de que un niño tan pequeño fuera tan tierno, también tenía sus contras, lloraba muchas veces debido al hambre que tenía y amamantarlo en medio de un aeropuerto no era muy cómodo debido a las miradas que se llevaba.
Por mucho que tuviera un cachorro en sus brazos, las personas, en especial alfas, se fijaban en que no había ningún alfa junto a él, provocando que trataran de acercarse al chico. Era molesto y su lobo rechazaba por completo a los hombres que trataban de acercarse y coquetear.
Cuando por fin llegó al lugar en el que residiría, salió al exterior y pudo respirar otro aire. Se notaba que era un lugar costero.
Sonrió por primera vez en mucho tiempo al sentir el aire frío chocar contra su rostro.
La primavera estaba empezando, los colores vivos se veían por las calles y la gente estaba animada paseando por las calles también.
Las feromonas de felicidad hicieron despertar a su niño, el cual miraba con los ojos bien grandes a su padre omega.
Agarró su teléfono para confirmar la dirección del piso en el que residiría. Llevaba una maleta enorme en una mano y a su hijo alzado con el otro brazo.
Esperó pacientemente un taxi y le dio la dirección. Pasaron por carreteras cercanas a la costa, ese paisaje era precioso, más con ese sol pegando contra el mar. Pagó al llegar y el hombre que conducía el vehículo lo ayudó a bajar la maleta.
La calle era muy bonita, con tiendas decoradas, balcones preciosos y las personas charlaban con tranquilidad en aquel lugar.
El portal de su nuevo piso también era igual de estético, llamó al piso y poco después se oyó una voz a través del interfono, era Park Jimin.
"¿Sí?"
— Hola, Jimin, soy Taehyung. —
— ¡Hola! Sí, sí, pasa. —
Se abrió la puerta y se adentró a aquel vestíbulo con el suelo de mármol blanco brilloso, con algunas plantas y los buzones de color negro. Saludó a la chica que se encontraba detrás de un pequeño mostrador y llamó al ascensor para presionar el botón del piso al que tenía que subir. Cuando se abrieron las puertas pudo visualizar el pasillo, con el mismo suelo de mármol blanco.
Se veía muy moderno y el precio estaba muy bien para ser así.
Tocó a la puerta y un chico con el cabello púrpura, junto a una sonrisa con los ojos cerrados, abrió la puerta.
— ¡Bienvenido Taehyung! Pasa, pasa, te ayudo con la maleta. — Agarró el mango y la adentró a la casa.
Después de llegar al salón y dejar la maleta a un lado, Park se giró para mirar al peli gris y al cachorro.
— Qué ternura. — Se acercó al rostro del niño con ojos grandes. — ¿Cómo se llama?
— Ha-Yoon. — Contestó.
Los dos nuevos compañeros de piso desde aquella llamada en la que acordaron las dos semanas de "prueba" hablaron bastante, debido a que con aquella simple llamada se cayeron muy bien, aunque tenía la sensación de que era porque Jimin era muy sociable.
— Es igualito a ti. — Sus feromonas de felicidad se percibían. — Yo quiero tener un cachorrito, pero mi alfa dice que todavía soy muy joven. No sé cómo habrá aceptado tu alfa. ¿Puedo agarrarlo?
El peli púrpura agarró al niño y lo acunó en sus brazos.
— Me enteré de que estaba embarazado después de pasar su celo con él. —
— ¿De verdad? — Sonrió. — Me encantaría conocerlo, seguro que le encantó saber de la noticia.
— No exactamente. — Tragó saliva. — No lo supo nunca, pero estoy seguro de que se hubiera alegrado mucho.
Su nuevo compañero de piso no sabía nada respecto al accidente que tuvo, pero sabía que no quería preguntar debido a su respuesta.
— Es una pena. — Lo miró con una mirada tristona, Jimin era un libro abierto.
Charlaron un rato antes de que le enseñara toda la casa y su nueva habitación, era amplia, con una cama de matrimonio y un gran armario.
— He comprado una cuna para Ha-Yoon. — Dijo alegre mientras jugaba con el moflete del niño. — Quizás la necesitabas.
— No hacía falta, muchas gracias, te lo pagaré.
— Para nada, estoy muy feliz de que seas mi compañero de piso, es un pequeño regalo que te será muy útil, tómalo como un detalle de bienvenida.
Park era un amor de persona, a demás de enseñarle el piso, también le explicó las normas de la casa:
Como primera norma, tenían nada de traer alfas para mantener relaciones, aunque era una norma la cual Taehyung no le tomó importancia, porque teniendo un cachorro era imposible y a demás de que él no quería estar con ningún otro hombre.
La segunda norma, era que debían repartirse las tareas de la casa, cosa que hicieron en ese instante, quedando de acuerdo en todo.
Después de asignarse diferentes reglas, pasaron el día en el salón, charlando de diferentes temas.
— ¿Es la primera vez que estás aquí?
— Sí, quería despejarme del pueblo en el que vivía, también tengo la sensación de que Yoon vivirá una vida mucho mejor si está en una ciudad. Aunque debería buscar un puesto de trabajo, de momento vivo de ahorros.
— Te puedo ayudar si lo necesitas, en internet hay muchos anuncios. Voy a por mi ordenador y podemos buscar.
Estuvieron con el ordenador buscando diferentes puestos y enviando el currículum de Taehyung a ver si le pedían una entrevista de trabajo, no mucho después, llamaron a la puerta, por lo que le dijo Jimin, era el alfa del peli púrpura. Se llamaba Min Yoongi y tenía el pelo de color rubio platino, era un chico un poco más mayor que ellos.
Era un hombre de pocas palabras, pero era muy educado.
— Mira qué cachorrito tan bonito, mi alfa. — Park agarró al pequeño niño. — Deberíamos tener uno.
— Ya sabes qué pienso de eso, Jimin.
— Agárralo y verás que te gustará. — Su compañero de piso le guiñó un ojo.
El rubio platino agarró al niño y lo acunó, Ha-Yoon se restregaba contra el alfa buscando su aroma. El pequeño jamás había interactuado con alfas que no fueran sus abuelos.
Sin decir palabra, el novio de su nuevo amigo se quedó con el cachorro en sus brazos durante bastante tiempo y a Jimin se le veía feliz.
Pasearon por una pequeña plaza cercana a la casa de los dos omegas y aprovecharon para comprar cosas e investigar tiendas del lugar. Taehyung aprovechó para comprarle un carrito a su hijo, ya que no tenía ninguno y no quiso comprar ninguno en León debido a que no solía salir de casa.
No obstante, Cádiz era un lugar tan bonito, en el que nadie le conocía y que exploraría mucho junto a Ha-Yoon.
La pri,era noche que pasó en aquella ciudad, se sintió muy perdido y extraño. Esa primera noche en la que se sentía un extraño e intruso en la nueva habitación. Su niño dormía plácidamente mientras él deshacía su maleta, doblaba las pequeñas prendas y las suyas.
Agarró una pequeña cajita en la que había marcos de fotos y fotos impresas, sueltas, de su infancia, adolescencia y de cuando estaba junto a Dong-Hyun, su prometido. Un marco de foto, mostraba la imagen del día en el que su alfa le pidió matrimonio. Y se puso a llorar viéndola.
Pensaba que cuando llegara a esa ciudad no lloraría más por su alfa, que lo dejaría atrás, en León. Pero claramente eso no era cierto. El alma de Dong-Hyun lo perseguiría allá donde fuera. No podía olvidarlo, estaba por todas partes, e incluso siempre lo recordaba al ver el rostro de su cachorro, por mucho que no se pareciera en absoluto a su prometido, siempre le recordaba a él.
Lloriqueó en silencio para no despertar a Jimin, tampoco al bebé que dormía plácidamente en su pequeña nueva cuna.
Pero era imposible camuflarlo, debido a que la habitación se llenó de sus feromonas de tristeza.
No mucho después, oyó como tocaban su puerta, era Park.
— ¿Puedo pasar?
Se levantó y abrió la puerta mientras se secaba las lágrimas.
— ¿Estás bien, Tae? No he querido venir... Pero llevas un buen rato así. No hace falta que me cuentes nada de lo que te sucede si no quieres, pero puedes hacerlo.
Definitivamente, Jimin era una persona muy empática.
Se sentaron en el borde de la cama y se miraron.
— Lo siento por haberte despertado.
— No, no me has despertado, de ser así no te preocupes, solo hablaba con Yoongi por teléfono.
El alfa de Park Jimin no residía en aquella casa debido a que el peli rubio platino vivía en otra zona de Cádiz.
Taehyung suspiró, no sabía si era lo mejor contarle a su compañero sobre sus sentimientos, no lo conocía de hacía mucho, pero podría ser bueno desahogarse después de casi un año. Había reprimido mucho durante meses, todo para que su hijo fuera feliz y amado, no que viviera en un entorno de tristeza. Era fuerte por Ha-Yoon.
— Vayamos al salón, no quiero despertar a Yoon. — El peli gris, Taehyung, se levantó.
Jimin fue tras él y se sentaron en el sofá y encendieron una pequeña lámpara.
— Vine aquí para despejarme. — Comenzó a explicar. — La gente de mi pueblo siempre me recordaba lo que sucedió con mi prometido. — Tragó saliva. — Estoy harto de que me recuerden la muerte de mi alfa.
Park al escuchar eso lo miró con una mirada triste y lo abrazó. No tuvo que decir más para recibir la empatía del omega contrario, había entendido todo con las simples palabras.
— Lo siento mucho, Tae. — Lo abrazó mientras el peli gris lloraba.
Se quedaron en la misma posición hasta que se escuchó el llanto del hijo de Taehyung, quien se había despertado al no notar la presencia ni el aroma de su padre, y además tenía hambre.
Finalmente, se quedaron ambos omegas junto al bebé, mientras Taehyung amamantaba a su pequeño, este succionaba del pezón derecho del omega con ansias, tenía mucha hambre.
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Las primeras semanas fueron bastante ajetreadas, iba de una entrevista a otra y por suerte le aceptaron en dos de aquellos trabajos, algo que le hizo muy feliz, pero debido a que en ambos el sueldo era poco, le tocó aceptar los dos. Uno era un turno de noche y el otro de tarde, así que tendría toda la mañana para estar con su cachorro. Durante las tardes le pediría a Jimin que lo cuidase y durante la noche dormiría.
Ese era su plan y su compañero de piso estuvo totalmente de acuerdo con cuidar del cachorro. Al final, él quería ser padre, aunque era cierto que era joven, tenía la misma edad que Kim y el que ya era padre le dijo que era verdad, que ambos eran jóvenes como para aparearse, pero que él lo tuvo por casualidad de la vida.
Taehyung se preparaba con la ropa que le enviaron de su trabajo de noche, una camisa junto a unos pantalones de traje. Iba a trabajar en un restaurante, era su primer día y estaba nervioso.
Antes de cambiarse, con un extractor de leche, sacó toda la leche posible de su pecho para evitar manchas en su camisa y lo puso en biberones de su hijo, algo que le alivió mucho. Esto lo hizo para dejárselos a Jimin para que lo haga dormir o por si se despertaba en medio de la noche.
— Muchas gracias por cuidarme a Yoon. — Agradeció mientras se ponía un abrigo.
— No hay de qué, Tae Tae. — Pronunció el peli púrpura mientras jugaba con el hijo del contrario. — Me encanta este pequeñín, es una ternura.
Kim se acercó y agarró a su hijo para despedirse por última vez. Jugó con él mientras esparcía feromonas de felicidad, lo más bonito que tenía era ver a su hijo sonriendo y carcajeando.
Le hizo cosquillas en la pancita y se lo entregó a Park luego de darle un beso en la frente.
— ¡Seguro que te irá muy bien! — Lo animó mientras iba detrás de él.
Abrió la puerta y suspiró nervioso.
— Gracias, espero que sí. — Le dio un abrazo a su compañero de piso.
Salió y cerró la puerta, era hora de irse. Caminó hacia la parada de autobús y marchó en uno de ellos al restaurante en el que empezaría a trabajar de ahora en adelante. Durante el trayecto tomó unos supresores debido a que el trabajo requería eso, porque no querían que los trabajadores esparcieran su aroma por el lugar. No le gustaba mucho la idea debido a que era padre de un niño y tener su aroma presente era algo importante, pero no tenía otra opción.
Estaba ansioso, hasta el punto de llegar casi media hora antes de su turno, pero estaría bien para ser instruido por algún compañero, debido a que no sabía cómo hacer las cosas, era la primera vez que iba a trabajar.
Abrió la puerta del lugar, no había nadie sentado, debido a que el restaurante no habría hasta media hora después.
Se dirigió al mostrador, allí se encontraba un chico joven.
— Buenas noches. — Llamó la atención del chico. — Soy el nuevo trabajador...
— ¿Kim Taehyung, cierto? — Preguntó con una sonrisa y asintió. — Pasa, pasa, llegas justo a tiempo. Te enseñaré un poco como funciona todo, hoy puedes estar tranquilo, no pasa nada si te equivocas en algo.
Sonrió algo tranquilo debido a las palabras del chico.
Pasó detrás del mostrador para seguir al chico.
— Soy Choi Yeonjun, encantado. — Le extendió la mano. — Lo siento por no haberme presentado antes.
Le mostró las instalaciones, tanto interiores como exteriores, le mostró una pequeña taquilla donde podía dejar su ropa de recambio u otras cosas. Le explicó como debía tomar los pedidos, llevarlos y diferentes normas del establecimiento que debía cumplir como trabajador.
No mucho después, la gente empezó a llegar. Era un restaurante muy conocido en la zona, en el que la gente debía reservar con meses de antelación para poder asistir. Y saber aquello le ponía más nervioso.
El primer día fue muy ajetreado, pero fue mejor de lo que creía, cuando tenía alguna duda, Yeonjun no tenía problema con responderle y ayudarle.
Se cambió de ropa antes de irse y pidió un taxi debido a que a esas horas ya no pasaban autobuses.
Cuando llegó a casa Jimin ya estaba dormido, al igual que su cachorro, este estaba en al cuna. Acarició el corto pelo del niño y le dio un beso en la frente antes de irse a dormir.
Al día siguiente también empezaría su segundo trabajo, que era en una cafetería, también como camarero.
Se quedó mirando el techo, pensativo.
¿Y si no es lo mejor? ¿Debería haberme quedado donde estaba?
Y entre miles de pensamientos se quedó dormido.
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Durante el siguiente mes y medio su vida fue así, una rutina diaria que no cambiaba mucho. Volvía cansado del trabajo, se dormía casi al instante y su cachorro lo despertaba a las 7-8 de la mañana con un fuerte llanto porque tenía hambre.
Por suerte, algo cambió en su vida y ya no era igual. A veces paseaba con su hijo por las mañanas, a veces se sentaba en la orilla de la playa y veía a su hijo mirarlo fijamente, moviendo sus manitas y pies mientras balbuceaba cosas sin sentido, algo que le hacía sentir una felicidad inmensa.
Ya llevaban 2 meses ahí y Ha-Yoon ya tenía 4 meses de nacido. Sin embargo, antes, en León celebraba los meses de su pequeño solo, en aquella casa que tantos recuerdos tenía guardado, no obstante, ahora los celebraba junto a la pareja que ahora eran sus amigos, haciéndole pequeñas celebraciones de mes aniversario al pequeño.
No había conocido a mucha gente durante su estancia en Cádiz, a penas llevaba 2 meses, se cruzaba con cientos de personas diario, pero no paraba y era imposible relacionarse con gente diferente, las únicas personas con las que hablaba (a demás de Park y Min) eran aquellos que alababan a su hijo por la calle o en el trabajo.
Tuvo la suerte de mantener esos trabajos y poder pagar cada mes a Jimin su parte.
Estaba feliz, aunque fuera algo demasiado rutinario.
Y tener la mente ocupada hacía que no pensara tanto en su difunto prometido.
Aunque algo hizo que cambiara esa rutina que llevaba.
— Te cambiaremos el horario de trabajo, un turno distinto. — Le explicó Yeonjun. — Ganarás más dinero y trabajarás menos, de ahora en adelante tendrás un horario de 12 del medio día a 4 de la tarde.
Abrió la boca, sorprendido. No podía ser.
— ¿No es posible quedarme con el horario que tengo actualmente?
— La verdad es que solemos poner a los novatos en ese horario y ahora que llevas un par de meses trabajando aquí, creemos que lo mejor es cambiarte, es un horario más accesible y a demás ganarás más dinero, es algo como un ascenso.
Suspiró, el horario anterior sí que era accesible para él. Le alegraba que pudiera ganar más dinero, pero tenía a un cachorro al que cuidar y criar, a demás de otro trabajo en el que su turno iniciaba a las 5 de la tarde.
— Claro, muchas gracias. — Sonrió.
Salió feliz por el ascenso pero a la vez frustrado.
No quería perderse nada del crecimiento de su hijo, ya tenía poco tiempo con él y si le cambiaban el turno aún más.
Cuando llegó a casa, Jimin se encontraba con el bebé en los brazos, acunándolo mientras sus feromonas se esparcían por el hogar.
— Creo que Yoongi se está pensando lo de tener un cachorro, ama a Yoonie. — Le entregó a su hijo.
Taehyung lo acunó feliz de poder ver a su pequeño, este estaba con sus ojos cerrados con un chupete en la boca y bien abrigado, no hacía frío, estaban en plena primavera, sin embargo, los niños podían tener frío con mucha facilidad.
— Jimin, tengo que contarte algo.
— Claro, dime, Tae Tae.
— Me han ascendido en el trabajo.
— ¿En serio? ¡Felicidades! Sabía que eras el mejor. — Se levantó dando pequeños saltos.
— Pero me cambian el horario de doce a cuatro de la tarde.
El rostro de Jimin cambió por completo.
— Tae... Yo a esa hora no puedo cuidar de Yoon... Trabajo y no llego a casa hasta las tres.
El peli gris ya lo sabía, por eso mismo no le gustaba la idea de cambiar el horario.
— Lo sé, Jimin. — Suspiró. — No sé qué hacer.
— Podrías contratar a alguien que cuide de Yoonie.
— Lo he pensado, pero mi sueldo no da para poder pagar a una persona que cuide de él.
Park tenía una mirada triste en el rostro.
— Ya veré qué hago, no te preocupes por eso Jiminie.
— Lo siento tanto...
— No tienes la culpa, no te culpes por algo que no deberías.
El peli púrpura asintió antes de que Taehyung se metiera a su habitación junto al cachorro para poder darle de comer.
— Ha-Yoonie. — Acarició el rostro de su hijo mientras expandía sus feromonas para que el niño despertase. — Es hora de comer...
El pequeño abrió los ojitos lentamente mientras miraba a su padre omega. El movimiento del chupete y sus mejillas lo enternecieron. Retiró el chupete de su boca y se desabrochó la camisa que llevaba, para dejar libre su pecho y dejar que su hijo comiera. Este se agarró al pecho de su padre con sus pequeñas manos mientras amamantaba con gusto.
Apartó el pelo que iba creciendo del rostro del pequeño muy semblante a Kim y empezó a pensar en qué podía hacer.
Y el primer día de trabajo en su nuevo horario llegó con el cachorro en sus brazos.
— ¿Tienes un hijo? — Preguntó Yeonjun.
— Sí... Prometo que no lo traeré más al trabajo, solo que no tenía nadie quien me lo cuidase mientras estaba en el trabajo.
El bebé estaba en su carrito con un peluche a su lado y con su chupete en la boca. Su gerente miró el carro y miró al niño con ternura.
— Espero que sea la primera y última, si el jefe se entera me matará.
— Lo prometo.
Pero no fue la última, más bien fue la primera de muchas. Cada día se disculpaba de mil formas, Yeonjun no tuvo problema con eso, ya que el bebé solía dormir y se mantenía en el cuarto de las taquillas.
Sin embargo, un día no fue así. El cachorro empezó a llorar descontroladamente, molestando a los clientes que comían en el lugar y muchos de ellos pusieron quejas y hojas de reclamación, algo que vio de enseguida el jefe.
...
El llanto de Ha-Yoon se escuchaba por todo el restaurante, Taehyung salió casi corriendo a por su hijo. Lo agarró de su carrito y lo acunó, tratando de calmarlo. El niño se había quitado el chupete y lloraba sin parar.
Trató de darle biberón, pero este no quería y lo empujaba con sus manos, rechazándolo.
Yeonjun lo miró con algo de preocupación, hasta finalmente, Kim decidió salir del recinto para no molestar más a los clientes, pasando un momento muy incómodo.
...
— He recibido muchas quejas de que durante un día, en el restaurante molestaron los llantos de un niño. — Dijo su jefe mientras ponía papeles sobre la mesa.
Taehyung y Yeonjun estaban sentados, nerviosos.
— ¿Se puede saber qué es esto? — Preguntó.
El silencio se instaló rápidamente, Yeonjun no dijo nada.
— Ha sido mi culpa, jefe. — Comenzó a hablar. — Traje a mi cachorro al trabajo porque no tenía a quién dejárselo.
El hombre suspiró y lo miró con la dentadura apretada.
— ¿Cree usted que este restaurante es un lugar para críos?
— No, señor, pero como le he dicho antes, no tenía con quién dejarlo.
— ¿Ha sido la primera vez que lo ha traído? — Preguntó enfadado.
Y se quedó callado.
— Dime la verdad, Kim Taehyung.
No era capaz de pronunciar palabra.
— ¿Yeonjun? — Preguntó ahora al contrario. — ¿Es la primera vez que lo trae, o no?
Él también se quedó callado.
— Estás jugándote tu puesto de trabajo, jovencito. — Le advirtió el jefe a Choi.
— No jefe, no es la primera vez.
Después de esas palabras el alfa miró al peli gris, Taehyung.
— Estás despedido.
➢ Multimedia This Town de Niall Horan.
¡Hola! Aquí el primer capítulo. La verdad es que me ha costado escribirlo, hasta que no arranque ocupará más horas escribir capítulos, pero espero que eso pase rápido. No olvidéis votar y nos vemos pronto con más.
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