P.O.V. JIMIN

El silencio me envolvía mientras mis lágrimas se desvanecía en mis mejillas. A mi lado seguía el chico que, sin querer, se había convertido en un refugio silencioso. No se apartó en ningún momento, como si entendiera que el tiempo y la comprensión eran aliados necesarios.

Jungkook estaba conmigo hasta que el dolor que oprimía mi corazón comenzó a ceder, disolviéndose en la gélida bruma de la noche.

Cuando decidí enfrentar su mirada, los descubrí con su rostro clavado en su celular. Su respiración parecía tan tranquila, sincronizada con la danza de los copos de nieve que continuaban su descenso incesante.

Al parecer, Jungkook percibió la intensidad de mi mirada, al dirigir su atención hacia un lado, se encontró con mis ojos. En ese instante fugaz, un intercambio silencioso de complicidad se desplegó entre nosotros.

Me dio una sonrisa que emanaba calidez antes de guardar su celular.

-Hola de nuevo, Copito -El tierno apodo me hizo soltar una risa nasal-. ¿Te sientes mucho mejor?

Asentí.

-Gracias -murmuré.

Él se quedó mirándome por unos segundos antes de picarme la nariz con su dedo. Abrí los ojos, sorprendido.

-Tenías un mini copo de nieve -rió-. Entonces, chico copito. ¿Me dirás quién te hizo llorar?

La pregunta me sorprendió, dejándome momentáneamente aturdido. ¿Cómo sabía que...? Mi corazón latía apresuradamente, revelando mi sorpresa ante su percepción. Sin embargo, sentí una extraña confianza que me impulsó a compartir lo que sucedió.

-¿Cómo supiste que se trata de alguien? -mi voz escapó en un susurro, mientras mis pensamientos giraban en busca de respuestas.

-No hace falta ser un experto para darse cuenta, Copito.

-Umm... Mi novio... terminó conmigo -dejé escapar una risa forzada, tratando de aligerar el peso de la revelación. Mis palabras resonaron en el aire, cargadas de un eco de vulnerabilidad que solo la confidencia compartida podía aliviar-. Lo siento.

-¿Por qué te disculpas? No me has hecho nada.

Mis labios se abultaron instintivamente, sintiendo el calor subir por mis mejillas. Había adoptado la costumbre de disculparme incluso por aquello de lo que no era culpable.

Ante mi silencio, Jungkook prosiguió.

-¿Cómo te llamas? No creo que Copito sea tu nombre, eh.

Una risa escapó de mis labios ante su comentario.

-Jimin -respondí con una sonrisa.

-Bonito nombre. Deberías ir a casa, Jimin -sacó su teléfono y revisó la hora-. Faltan exactamente tres horas para Navidad.

Al escuchar la última palabra, lo único que resonaba en mi mente era la llamada de Yoongi diciendo que fui un error, que lo nuestro no debió suceder. Sus palabras seguían retumbando en mi cabeza, mientras me encontraba a escasas horas de dar la bienvenida a la Nochebuena.

Se suponía que la pasaríamos juntos. Habíamos planeado que usaría la pijama que compré la Navidad anterior, aquella que él nunca quiso vestir. Incluso, me persuadió para no unirme al viaje familiar, y ahora me hallaba completamente solo.

La promesa rota y el eco de las palabras no dichas llenaban el espacio que debería haber sido compartido, dejando un vacío palpable en mi corazón en vísperas de una festividad que ahora se percibía más sombría.

-Prefiero quedarme y ver los fuegos artificiales desde aquí -froté mis manos frías y soplé en ellas para recuperar calor-. Así no me sentiré tan solo.

-¿Solo?

Bajé la mirada, soltando un suspiro pesado.

-Mi familia está en el extranjero y... se suponía que pasaría Nochebuena con él, pero los planes cambiaron...

-Es un idiota -dijo de repente.

-¿Uh?

-Que tu ahora exnovio es un idiota, Copito. No lo conozco y ya me está cayendo para el culo-Jungkook se levantó y me extendió la mano. Lo miré confundido-. Ven conmigo.

-¿Qué?

-No me gusta la Navidad, pero a mis amigos sí. Podemos ser una buena compañía para ti, y puedo hacer una excepción y participar en esas cursilerías navideñas si eso te hace sentir bien.

La sonrisa en su rostro fue como una manta cálida para mi corazón, generando una mezcla de sentimientos inexplicables en mi pecho. Tal vez, solo tal vez, mi Navidad no estaba arruinada, y quizás eso se debía únicamente a él.

P.O.V JUNGKOOK

Caminábamos juntos, las luces de Navidad destellaban en las calles, creando una atmósfera festiva que contrastaba con el pesar inicial de Jimin. Aunque ahora su mirada reflejaba un toque de brillo y alegría.

Cuando nos detuvimos frente al edificio, inspiró hondo y me miró. Le di una sonrisa reconfortante antes de ingresar y darle el encuentro a Namjoon y Hoseok.

-Bienvenido a nuestro refugio festivo -dije con ironía, abriendo la puerta con poco entusiasmo. Decoraciones rojas y verdes abundaban en el departamento.

Jimin seguía sintiendo una mezcla de nervios, lo noté por las constantes mordidas que le daba a su labio inferior. Aunque no me gusta celebrar este tipo de cosas, algo en él me hacía sentir que esta noche sería especial.

Al entrar, la calidez nos recibió. Percibimos el aroma a especias y los destellos de luces decorativas que adornaban el lugar. La atmósfera estaba impregnada de un espíritu navideño que, estoy seguro, le hizo olvidar momentáneamente sus preocupaciones.

-¡Hey, ya llegué! -exclamé al llegar a la sala, donde Namjoon y Hoseok estaban ocupados decorando las ventanas.

Como siempre a último momento y a pocas horas de las doce.

Namjoon, con una sonrisa amistosa, se giró y sus ojos se iluminaron al ver a la persona que tenía al lado.

-¡Hey! ¡Es un gusto conocerte! -dijo, dejando las decoraciones a un lado y acercándose para estrechar la mano de Jimin.

-Este es Jimin. Jimin, ellos son Namjoon y Hoseok, mis amigos desde hace siglos -presenté con una risa.

Hoseok, y su característica contagiosa, se unió a la bienvenida.

-¡Jimin! -lo abrazó efusivamente, como sus clásicos abrazos de oso-. Te prometo que esta será una de tus Navidades favoritas -le susurró-. Jungkook nos habló de ti, eres muy bonito.

Jimin sonrió tímidamente, sintiéndose repentinamente en el centro de la atención. Sus mejillas estaban más que sonrojadas.

-Es un placer conocerlos. Gracias por acogerme.

Namjoon asintió con una sonrisa comprensiva.

-No sabemos mucho de la situación, pero estamos aquí para hacer que esta Nochebuena sea especial para ti.

Jimin lo miró con los ojos brillantes, como si se sintiera agradecido por tener a personas a su lado en esta noche. No fue necesario una presentación extensa para que se uniera a Hoseok en decorar galletas con glaseado.

Namjoon encendió la televisión y puso villancicos, sacando mi guitarra y dándomela para seguir el ritmo. Odiaba hacerlo, pero cuando vi la sonrisa de Jimin, esperando a que tocara la melodía...