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Capítulo 18.

La mañana comenzaba tranquila en la escuela, con un cielo despejado que iluminaba suavemente el aula de Taehyung. El omega estaba organizando los materiales para la actividad del día, acomodando en su escritorio las hojas y crayones que usarían los pequeños. Los niños llegaban poco a poco, llenando el salón con sus risas y charlas entusiasmadas. Algunos se acercaban directamente a Taehyung para darle un abrazo, como hacían todos los días.

—¡Maestro Kim!—Exclamó una de las niñas mientras se colgaba de su pierna.—Hoy traje a mi osito favorito para mostrarlo, ¿Le gusta? 

Taehyung sonrió, inclinándose un poco para ver el juguete de la niña, mostrando su interés genuino.

—¡Es adorable! Seguro le encantará participar en nuestras actividades hoy, ¿Verdad?—Respondió él con un guiño, haciendo que la pequeña sonriera aún más.

Mientras tanto, Jungkook estaba en la clase contigua, ocupado con su grupo de niños mayores. Se aseguraba de que todos estuvieran atentos y enfocados en la actividad del día, una pequeña competencia de quién podía armar una torre con bloques más alta. A pesar de su concentración en la tarea, no podía evitar mirar de reojo hacia el aula de Taehyung cada vez que escuchaba las risas de los niños. Se había vuelto una rutina para él, pero también algo que le alegraba el día: ver al omega tan entregado a sus alumnos.

El día en la escuela transcurría como de costumbre, con ambos maestros en sus respectivos salones, dedicados a sus pequeños alumnos. Taehyung se paseaba entre las mesas, observando cómo cada niño coloreaba su hoja de actividad. La tranquilidad que irradiaba ayudaba a crear un ambiente cálido y relajado. De vez en cuando, algunos niños lo llamaban con dudas o simplemente para mostrarle sus dibujos, y él respondía con paciencia, guiando y corrigiendo con ternura.

—Maestro Kim, ¿Qué color va aquí?—Preguntó un niño, señalando su hoja.

—Creo que ese espacio podría quedar bonito con azul, ¿Qué te parece?—Respondió el omega mientras se agachaba para estar a su altura.

Mientras tanto, Jungkook tenía su propio reto del día: mantener el orden en su clase llena de energía. Aunque los niños estaban emocionados por la competencia de bloques, algunos comenzaron a hacer trampas, lo que provocó risas y bromas entre ellos. Jungkook intervenía con una sonrisa, recordándoles las reglas, pero sin perder nunca el buen humor. Cada interacción que tenía con ellos demostraba su habilidad para mantener un equilibrio entre la disciplina y la diversión, algo que Taehyung admiraba en secreto.

Más tarde, durante el recreo, ambos maestros se encontraron en la sala de maestros. Aunque las interacciones entre ellos eran breves, la conexión que compartían era evidente para aquellos que los rodeaban.

—Hoy los niños están más animados que de costumbre, ¿No crees?—Comentó Jungkook mientras tomaba un sorbo de café.—Aún no termina el día y me siento demasiado cansado. 

Taehyung asintió, sonriendo mientras acomodaba algunos papeles en la mesa.

—Sí, debe ser por la emoción del evento que se acerca, recuerdo que es su día preferido, además de la navidad y sus cumpleaños.—Respondió con una carcajada, refiriéndose al próximo festival escolar.

Justo cuando hablaban, una de las coordinadoras de la escuela entró a la sala con una sonrisa radiante.

—Chicos, espero que estén listos para el evento de este año. Será más grande que nunca, y necesitamos que todo el personal se involucre para que salga de maravilla.—Anunció, entregándoles una lista con las tareas y actividades a organizar.

Tanto Taehyung como Jungkook intercambiaron miradas cómplices. Sabían que el evento sería un desafío, pero también una oportunidad para trabajar juntos de manera más cercana. Mientras la coordinadora les explicaba los detalles, Taehyung no pudo evitar sentir una mezcla de emoción y nervios. El evento significaba mucho para los niños, y él quería asegurarse de que todo saliera perfecto.

—¿Tienes alguna idea para la decoración?—Preguntó Jungkook, inclinándose un poco hacia él.

Taehyung sonrió.—Sí, estaba pensando en algo relacionado con el tema que propusimos, colores vibrantes, mucha naturaleza y un espacio interactivo para los niños. Creo que podemos armar algo bonito entre todos.

—Suena perfecto.—Respondió el alfa, mirándolo con admiración.

El resto del día pasó entre la planificación y las clases, pero la expectativa del evento comenzaba a sentirse en el aire. Taehyung se encontraba pensando en cómo coordinar a los pequeños para participar, mientras que Jungkook se ofreció para organizar las actividades físicas y los juegos. Ambos sabían que el evento sería una gran oportunidad para mostrarse más como equipo, no solo ante los niños, sino también frente a sus compañeros.

Cuando la jornada escolar llegó a su fin, ambos maestros se quedaron un poco más en la escuela, revisando los preparativos.

—Tendremos mucho trabajo en los próximos días.—Comentó el pelirrosa, mirando la lista de tareas.

—Lo sé, pero creo que podemos con esto. Además, los niños están emocionados, y eso es lo más importante.—Respondió de vuelta el alfa, dándole una sonrisa alentadora.


(...)


El sol ya estaba alto cuando Taehyung llegó a la escuela esa mañana. La emoción por la feria escolar llenaba el aire. Los pasillos estaban repletos de decoraciones a medio colgar, y el bullicio de los maestros y los niños preparando sus stands era contagioso. Taehyung sonreía mientras cruzaba el patio, visualizando cómo el evento tomaría forma en los próximos días.

Cuando entró a su salón de clases, ya tenía una larga lista de tareas por hacer. Las cajas de materiales para los stands temáticos estaban apiladas en una esquina, y algunos de los niños más entusiastas ya estaban hablando sobre lo que querían hacer en la feria.

—Maestro Kim, ¡Mi mamá dice que va a hacer galletas para vender en el festival!—Anunció una niña emocionada, agitando sus manos sobre su rostro con entusiasmo. 

—Eso suena increíble, dulzura.—Respondió Taehyung, sonriendo mientras tomaba nota de las ideas de sus alumnos.—Estoy seguro de que a todos les encantarán.

Mientras tanto, Jungkook, en el salón contiguo, ya estaba en modo "coordinador". Tenía un pequeño grupo de niños a su alrededor, todos ansiosos por ayudar con las actividades físicas que él había organizado. Las ideas fluían rápidamente: juegos de tiro al blanco, carreras de sacos y una mini competencia de fútbol, todas destinadas a que los niños se divirtieran al máximo.

Jungkook se inclinó sobre una mesa, dibujando bocetos de cómo distribuiría los juegos en el patio.

—¿Qué te parece si ponemos la zona de carreras cerca de la entrada para que todos la vean al llegar?—Le preguntó a Taehyung cuando este pasó a verlo en uno de sus momentos libres. 

El omega se detuvo, observando los bocetos y asintiendo con entusiasmo.

—Me parece genial, así será lo primero que capte la atención. Además, podemos usar los árboles para colgar las decoraciones que hicieron los niños.

Ambos compartieron una sonrisa, y por un momento, la complicidad que habían desarrollado en los últimos días se sintió más fuerte que nunca. Era evidente que trabajar juntos en este evento les permitía conocerse aún más, ver sus fortalezas y disfrutar de los pequeños momentos.

Durante los siguientes días, los preparativos no cesaban. Taehyung pasaba horas organizando las actividades artísticas, asegurándose de que los niños tuvieran todo lo necesario para mostrar sus trabajos en el stand de arte. Entre pinturas, pinceles y pequeños caballetes, el aula se había transformado en un verdadero taller creativo.

—¡Maestro Kim, mi cuadro está listo!—Dijo uno de los niños, señalando su colorido dibujo.

Taehyung observó con detenimiento y le dio una palmada suave en la cabeza.

—¡Es hermoso! Estoy seguro de que todos estarán muy impresionados.

Mientras tanto, Jungkook estaba afuera, supervisando los preparativos para los juegos. Él mismo había ayudado a los niños a practicar, asegurándose de que todo estuviera en orden para el gran día. Cuando las pequeñas carreras de prueba comenzaron, el alfa no pudo evitar reírse al ver la energía inagotable de los niños.

—¡Quiero ganar, maestro Jeon!—Gritó uno de los chicos, mientras Jungkook lo animaba desde la línea de salida.

—Solo asegúrate de no hacer trampa.—Le dijo Jungkook con una sonrisa cómplice, conociendo a sus propios alumnos.

El ambiente escolar era festivo, con padres que empezaban a llegar a dejar donaciones y ayudar con la organización. Los colores vibrantes de las decoraciones, las risas de los niños y el ir y venir de los maestros generaban un ambiente de emoción anticipada.

Al final del día, Taehyung y Jungkook se reunieron en la sala de maestros, exhaustos pero satisfechos con el progreso.

—Hoy ha sido intenso, pero todo está quedando increíble.—Comentó el omega con un brillo en sus ojos ante la expectativa, tomando un sorbo de su té.

Jungkook asintió, recostándose en la silla con una sonrisa tranquila.

—Definitivamente, los niños están emocionados. Creo que será uno de los mejores eventos que hemos tenido en este año. 

—Lo mejor es que estamos logrando que ellos participen y se sientan parte de todo.—Añadió el omega.

Esa tarde, mientras los maestros revisaban los últimos detalles antes de cerrar la escuela, Taehyung caminaba por el patio, observando el avance de las decoraciones y pensando en lo mucho que se habían esforzado. No podía evitar sentir una mezcla de nervios y satisfacción. Todo el trabajo en equipo estaba dando frutos.

Al día siguiente, todo estaría listo: los stands de comida, las áreas de juegos, las exhibiciones de arte. Pero, más que nada, Taehyung sabía que lo mejor de todo era la cercanía que había desarrollado con Jungkook. A lo largo de los preparativos, habían trabajado codo a codo, aprendiendo más sobre el otro, compartiendo risas y momentos significativos.

El día del evento se acercaba rápidamente, y ambos maestros estaban listos para dar lo mejor de sí.

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