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Capítulo 14.

El salón de clases estaba lleno de voces pequeñas, risas y murmullos emocionados. Los niños corrían de un lado a otro mientras Taehyung los observaba con una sonrisa cálida. Estar de regreso en la escuela, rodeado de sus pequeños estudiantes, le daba una sensación de normalidad que tanto había extrañado durante su recuperación. A pesar de lo complicado que había sido, estar de nuevo con ellos le daba fuerzas.

—¡Maestro Kim! ¿Me ayuda con esto?—Gritó uno de los niños mientras sostenía un dibujo a medio terminar.

Taehyung se acercó con calma, inclinándose para estar a la altura del niño.—Claro, vamos a ver. ¿Qué es lo que quieres agregar?—Preguntó mientras observaba a detalle el dibujo frente a él. 

—Quiero que parezca un dragón volando, pero no sé cómo hacerlo.—Dijo el pequeño, con el ceño fruncido.

El omega sonrió ante su idea.—Vamos a intentar algo juntos, ¿Te parece?—Y comenzó a guiar la mano del niño suavemente mientras ambos dibujaban las alas del dragón.

—¡Maestro Kim! ¿También me puede ayudar con mi dibujo?—Una de las niñas gritó al fondo del aula, levantando su hoja. 

—Por supuesto, ahora voy contigo.—Le indicó con una sonrisa, antes de volver a concentrarse en intentar plasmar un dragón en el dibujo de su alumno. 

A lo largo de la mañana, Taehyung disfrutaba de momentos así. Los niños siempre le daban una sensación de alegría, con su inocencia y energía interminable. Le hacían olvidar, aunque fuera por unos momentos, las pequeñas preocupaciones que flotaban en el fondo de su mente.

Sin embargo, algo faltaba. O mejor dicho, alguien. Jungkook.

Había pasado tanto tiempo viéndolo diariamente durante su incapacidad que ahora, sin tenerlo cerca, Taehyung notaba una ligera sensación de vacío. Cada vez que cruzaba la puerta, esperaba ver al alfa, y cada vez que no lo hacía, una pequeña decepción se acumulaba en su pecho. Sabía que Jungkook estaba en la escuela, pero sus horarios no siempre coincidían, y hoy no habían tenido oportunidad de verse ni siquiera en los pasillos.

En la hora del almuerzo, Taehyung revisó su teléfono varias veces, esperando tal vez un mensaje de Jungkook. Pero no había nada. "Debe estar ocupado", pensó para sí mismo, tratando de no darle demasiada importancia. Pero no pudo evitar sentir un pequeño nudo en el estómago. Después de tanto tiempo viéndolo todos los días, no poder estar con él le provocaba una extraña sensación de ausencia.


(...)


Las horas pasaron y pronto el día escolar llegó a su fin. Taehyung dejó escapar un suspiro mientras observaba a los últimos niños irse con sus padres. Había sido un buen día, pero se sentía más cansado de lo habitual. No solo por el trabajo, sino por la mezcla de emociones que había estado reprimiendo.

Decidió pasar por la sala de maestros antes de irse a casa. Era una costumbre que había adquirido con el tiempo, una forma de relajarse con sus compañeros después de un largo día. Sin embargo, al cruzar la puerta, notó algo diferente en el ambiente. Las conversaciones se apagaron por un momento, como si su llegada hubiera interrumpido algo.

Taehyung frunció el ceño ligeramente, pero no dijo nada. Se dirigió a su casillero y comenzó a guardar sus cosas, mientras sus oídos captaban los murmullos a su alrededor.

—¿Has notado lo cercanos que están Taehyung y Jungkook últimamente?

—Sí, los vi hablando en el recreo. Siempre están juntos, ¿No crees?

—¿Habrá algo entre ellos? Es extraña la cercanía repentina que tienen. 

Las palabras flotaban en el aire, lo suficientemente bajas para parecer casuales, pero lo suficientemente audibles para que Taehyung las escuchara. Un frío incómodo recorrió su columna vertebral. Sabía que, eventualmente, alguien notaría la cercanía que había desarrollado con Jungkook, pero no esperaba que los comentarios comenzaran tan pronto. Después de todo, ni siquiera había algo "oficial" entre ellos... aún.

Intentó ignorar los rumores, pero era imposible no sentir cómo la presión se acumulaba en su pecho. Guardó sus cosas más rápido de lo habitual, deseando salir de la sala antes de que alguien se atreviera a hacerle alguna pregunta incómoda. Justo cuando estaba a punto de cruzar la puerta, Seokjin, uno de los profesores más amables, lo detuvo con una ligera sonrisa.

—Taehyung, ¿Todo bien? Pareces un poco tenso.—Comentó Seokjin con tono comprensivo.

Taehyung forzó una sonrisa.—Sí, solo... ha sido un día largo, aún estoy recuperándome de la lesión y en ocasiones me esfuerzo de más, pero estoy bien. 

Seokjin asintió, aunque su mirada indicaba que sabía más de lo que decía.—Escuché algunos comentarios antes. Ya sabes cómo pueden ser las personas, siempre hablando sin saber. No dejes que te afecte, ¿De acuerdo? Ellos no tienen porqué siquiera opinar, con los días todo pasará. 

El pelirrosa le agradeció el apoyo con un asentimiento, aunque las palabras seguían retumbando en su mente.—Gracias, hyung. Es solo que no quiero que malinterpreten las cosas, o digan cosas equivocadas de nosotros. Todo se suele distorsionar, así que lo último que quiero es que las cosas no interfieran con nuestro trabajo. 

—Lo puedo entender. Pero, si te sirve de consuelo, lo que pase entre tú y Jungkook es asunto tuyo. No dejes que los rumores te hagan sentir de otra manera.—Seokjin le dio una palmada en el hombro.—Cualquier cosa que necesites, estaré por aquí.—Mencionó antes de marcharse, dejándolo solo con sus pensamientos.

Taehyung respiró profundamente, tratando de calmarse. Sabía que no debía preocuparse tanto, pero no podía evitar sentir una creciente sensación de vulnerabilidad. ¿Acaso todos lo estaban observando ahora? ¿Hablaban de él a sus espaldas?

El camino de regreso a su casa no fue tan tranquilo como en ocasiones pasadas, con sus pensamientos trabajando constantemente en respuestas y soluciones, comenzaba a darle dolor de cabeza. Sentía que se estaba ahogando en un vaso de agua, por lo que decidió que sería un tema aparte y con los días sabría cómo enfrentarlo, solo era cuestión de creerlo posible. 

Cuando finalmente llegó a casa, Taehyung dejó caer su bolso junto a la puerta y se dejó caer en el sofá con un suspiro pesado. Cerró los ojos y trató de borrar de su mente las miradas y los murmullos de sus compañeros, pero era difícil. La presión que sentía ahora era diferente. No solo estaba lidiando con sus propios sentimientos por Jungkook, sino que también tenía que enfrentar los rumores que comenzaban a surgir en la escuela.

Tomó su teléfono y, sin pensarlo mucho, escribió un mensaje rápido: "¿Estás ocupado?"

No pasó mucho tiempo antes de que la pantalla se iluminara con la respuesta: "Para ti, nunca."

Taehyung no pudo evitar sonreír al leer las palabras de Jungkook. Ese simple mensaje, esa pequeña atención, bastaba para aliviar un poco el peso que sentía en el pecho. Sin embargo, mientras se recostaba en el sofá, no podía dejar de preguntarse cuánto tiempo podrían mantener las cosas entre ellos sin que los rumores afectaran lo que estaban empezando a construir.

Decidido en llamarlo, apretó en ícono del teléfono y no tuvo que esperar mucho para ser atendido, sonriendo al escuchar la voz del alfa del otro lado de la línea. 

—¿Hola? 

—Hola, Jungkookie. ¿Cómo fue tu día? 

—Pesado, uno de los niños no paraba de correr por todo el salón, tuve que correr detrás de él casi media hora.—Jungkook murmuró en un tono divertido, el omega podría imaginar la sonrisa del alfa. 

—Seguro terminó exhausto, aunque apuesto que tú más.—Mencionó con gracia, pasando una mano por su cabello. 

—Lo sabrás cuando te lo cuente en persona... si es que sigo de pie.—El humor de Jungkook siempre conseguía sacar una sonrisa en Taehyung, incluso en los momentos más tensos.

—Yo también terminé algo cansado, pero los niños me dieron una bienvenida muy bonita durante estos días en los que regresé a la escuela, por lo que no me quejo. Hicimos dibujos de dragones... aunque uno se parecía más a un perro volador. 

—¿Perro volador? Quiero verlo.—El alfa parecía divertido con solo imaginarlo, recordando los propios dibujos que había visto de sus alumnos. 

Taehyung rio ligeramente, recordando el caótico pero adorable dibujo del niño.—Quizá te lo enseñe la próxima vez. Te aseguro que será difícil no reírte. 

—Estoy ansioso por verlo.—Después de una pequeña pausa, preguntó.—¿Cenaste ya?

—No, estaba pensando en pedir algo. ¿Tú? 

—Me compré algo en el camino a casa. Sabes que no puedo cocinar mucho entre semana por lo movido que son los días preparando las clases de los días siguientes y tratando de pensar en más dinámicas que les agrade. 

—Entonces supongo que te ganaré con una cena casera el fin de semana.—Taehyung sonrió al imaginar la reacción del alfa.—Claro, si puedes estar de pie aún. 

—Ya tengo hambre solo de pensarlo, y una motivación para lograr estar de pie. 

Esa conversación ligera y trivial era justo lo que Taehyung necesitaba para desconectar de todo lo demás. Sentía que, aunque no pudieran verse en ese momento, compartir esos pequeños detalles del día era una forma de mantenerse cerca. Y mientras las risas y las bromas continuaban, se daba cuenta de lo fácil que era hablar con Jungkook, de cómo sus palabras fluían naturalmente sin ningún esfuerzo.


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