Capítulo 11.
El sol se filtraba suavemente por las cortinas, iluminando la habitación de Taehyung con un cálido resplandor. El omega estaba despierto, tumbado en su cama, con la mirada fija en el techo. Su brazo aún le dolía un poco, recordándole los días de recuperación, pero su mente estaba en otro lugar. El beso de la noche anterior seguía grabado en su memoria, como si aún pudiera sentir los labios de Jungkook sobre los suyos.
—¿Qué significa esto?—Susurró para sí mismo, entrelazando los dedos sobre su pecho.
Los sentimientos eran un caos dentro de él. Parte de él se sentía nervioso por lo rápido que habían avanzado, mientras que otra parte se encontraba ansiosa por más. ¿Había sido el beso algo casual para Jungkook? ¿O sentía lo mismo que él? Estaba claro que había química, pero la idea de avanzar más lo aterraba un poco. No quería salir herido ante sus propias ilusiones.
Mientras tanto, a unas calles de distancia, Jungkook caminaba de vuelta a su casa después de una mañana intensa de ejercicios. El alfa siempre encontraba paz en las actividades físicas, pero hoy, ni siquiera eso lograba calmar la agitación en su pecho. Desde el momento en que se había despedido de Taehyung la noche anterior, no podía dejar de pensar en el omega.
—¿Habrá sido muy pronto?—Murmuró, mordiéndose el labio inferior mientras bajaba la mirada al suelo.
Sabía que lo que había sucedido había sido genuino. Había sentido la chispa, esa conexión innegable entre ellos, pero ahora que todo estaba más tranquilo, las preguntas comenzaban a surgir. Quería proteger a Taehyung, cuidarlo, pero también deseaba dar espacio para que las cosas fluyeran sin presiones, tal y como habían acordado. Temía apresurarse y arruinarlo todo sin siquiera percatarse de ello.
Decidido a no perder contacto, tomó su teléfono y, tras unos segundos de indecisión, envió un mensaje sencillo:
"Buenos días, ¿cómo te sientes hoy? :)"
Al otro lado, Taehyung escuchó el suave sonido de su teléfono y, al ver el nombre de Jungkook en la pantalla, no pudo evitar sonreír. Sin embargo, su corazón latía con fuerza. Se quedó mirando el mensaje durante unos segundos, tratando de calmar sus emociones, antes de responder:
"Hola, Jungkook. Estoy bien, solo algo adolorido del brazo todavía. Gracias por preguntar."
Los intercambios eran sencillos, cordiales incluso, pero cada palabra parecía cargada de un peso emocional. A pesar de la calidez en sus mensajes, ambos sabían que había algo no dicho, algo que debía discutirse pronto.
Con el paso de los días, Jungkook no dejaba de visitar a Taehyung, preocupado por su recuperación. Aunque ambos trataban de actuar con normalidad, había una tensión palpable en el aire, una mezcla de deseo, duda y emociones no expresadas. Jungkook llegaba cada tarde, asegurándose de que Taehyung estuviera cómodo, llevándole comida y compañía.
—Te traje algo ligero hoy, no quería que cocinaras con el brazo así.—Dijo el alfa una tarde, entrando con una bolsa de comida.
Taehyung lo miró desde el sofá, su corazón latiendo un poco más rápido cada vez que el alfa estaba cerca. Había algo en la manera en que Jungkook se preocupaba por él que lo desarmaba por completo.
—Gracias, Jungkook. De verdad, no tenías que molestarte tanto.—Respondió, sonriendo con timidez.
—No es ninguna molestia.—Contestó Jungkook, sentándose junto a él.—Quiero asegurarme de que estés bien, y que no vuelvas a lastimarte por tu cuenta.
El omega no pudo detener la carcajada que salió de entre sus labios, negando con diversión.—Ya estoy mejorando, pronto se acabará mi incapacidad y podré regresar sin ningún problema.
—Entonces ahora te cuidaré también en la escuela, creo que podría hacer una reasignación de salón.—Comentó, sacándoles una carcajada.
Los días seguían pasando, y aunque las conversaciones eran tranquilas, cada pequeño gesto de Jungkook empezaba a aclarar las dudas que Taehyung tenía sobre lo que sucedía entre ellos. El alfa no solo estaba interesado en cuidarlo, sino que lo hacía con una dedicación que iba más allá de la simple preocupación por su bienestar. Taehyung comenzaba a sentir que quizás, solo quizás, Jungkook también estaba luchando con sus propios sentimientos.
(...)
Una mañana, después de que Jungkook se hubiera ido, Taehyung se encontró a sí mismo sonriendo mientras miraba las flores que el alfa le había traído el día anterior. Las dudas que tanto lo habían atormentado empezaban a disiparse lentamente. Cada día, Jungkook mostraba con sus acciones lo que sentía, incluso si no lo decía en voz alta.
Sentado en su sofá, con su brazo aún vendado, Taehyung no podía evitar pensar en lo diferente que se sentía con Jungkook. La cercanía que estaban construyendo, la manera en que Jungkook se preocupaba por él, todo aquello lo hacía sentirse especial, algo que no había sentido en mucho tiempo. No era solo el beso, era cada gesto, cada palabra amable.
—Tal vez solo tengo que confiar en él.—Susurró para sí mismo, tomando una profunda respiración. Sus sentimientos estaban claros: estaba empezando a enamorarse de Jungkook, aunque el miedo de ser lastimado seguía presente en su mente.
Por ello, esa misma tarde, mientras Taehyung se encontraba organizando algunas cosas en la cocina, escuchó el timbre de la puerta. Era una rutina casi diaria ya, saber que Jungkook llegaría puntualmente para verlo. Sin embargo, ese día algo en su pecho se sentía diferente, como si sus pensamientos se hicieran realidad. Con el corazón acelerado, se acercó a la puerta y la abrió, encontrándose con los ojos cálidos del alfa.
—Hola.—Saludó Jungkook con una sonrisa suave, pero sus ojos parecían llenos de algo más, como si también estuviera debatiéndose con sus propios pensamientos.
—Hola.—Respondió Taehyung, abriéndole paso para que entrara.
Ambos se sentaron en el sofá como de costumbre, pero había una sensación diferente en el aire. El silencio entre ellos era cómodo, pero también pesado, como si ambos estuvieran esperando que el otro dijera algo. Finalmente, Jungkook fue quien rompió el silencio.
—Taehyung, sobre lo que pasó el otro día...—Comenzó a hablar el alfa, su tono más suave que de costumbre.
El omega lo miró, su corazón latiendo más rápido. Sabía que eventualmente hablarían de aquello, pero aún así, el miedo y la emoción se entremezclaban en su pecho.
—Sé que puede haberte tomado por sorpresa, y no quiero presionarte para nada...—Continuó el pelirrojo, eligiendo cuidadosamente sus palabras.—Pero quiero que sepas que lo que siento por ti va más allá de ese momento.
Las palabras del alfa cayeron como un bálsamo sobre las dudas de Taehyung. Jungkook lo miraba con sinceridad, y de alguna manera, todo lo que había estado sintiendo esos días se hizo más claro. Taehyung sabía que debía responder, que no podía seguir escapando de sus propios sentimientos.
—Yo también lo sentí.—Admitió Taehyung, finalmente dejándose llevar por la verdad de lo que su corazón le decía.—Pero solo quiero ir despacio, porque aún no sé de qué manera sobrellevar esto.
Jungkook sonrió, inclinándose ligeramente hacia él, sin apresurarse.
—Iremos a tu ritmo, Tae. Solo quiero estar contigo, sea como sea.—Le aseguró el alfa con un tono tranquilo.
El omega dejó escapar un suspiro de alivio, sabiendo que estaba en buenas manos, y que, quizás, había encontrado algo más que una simple conexión con Jungkook.
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