Capítulo 06.
El día había sido un torbellino de emociones para Jungkook. Desde el desconcertante encuentro con Taehyung en la actividad escolar hasta la extraña distancia que el omega había mantenido durante toda la jornada, nada parecía tener sentido. Había notado la forma en que Taehyung apenas lo miraba, sus movimientos torpes y cómo se apresuraba a salir de cualquier situación en la que se vieran obligados a estar cerca. Lo que debería haber sido una oportunidad para fortalecer su conexión, había terminado en un mar de confusión.
Aquella noche, Jungkook decidió buscar un consejo. Llamó a Namjoon, su mejor amigo y confidente, alguien que siempre tenía las palabras adecuadas para cualquier situación.
—Hyung, ¿tienes un momento? Necesito hablar.—Murmuró el alfa tan pronto como la llamada fue contestada, sintiendo la urgencia en su voz.
—Claro, Kook. ¿Qué está pasando?—Respondió Namjoon, siempre dispuesto a escuchar.
Jungkook le relató los eventos del día, incluyendo la incomodidad de Taehyung y cómo parecía haberse distanciado de repente. Namjoon escuchó pacientemente, asintiendo aunque Jungkook no pudiera verlo a través del teléfono.
—Parece que hay algo más profundo que le preocupa, Kook. No creo que sea algo personal contigo, sino que podría estar luchando con algo interno. Quizás deberías darle un poco de espacio, pero al mismo tiempo, mostrarle que estás ahí para él de una manera sutil, sin presionarlo.—Sugirió el alfa al otro lado de la línea.—A los omegas les gusta sentirse apreciados, pero que con ello conlleve comodidad. Puedes acercarte de una manera discreta, hazle ver tu interés en él, pero sin asustarlo.
Jungkook meditó sobre las palabras de su amigo. Sabía que Namjoon tenía razón. Había algo en los ojos de Taehyung, una vulnerabilidad que había percibido pero que no había sabido interpretar.
—Tal vez solo necesita ver que no espero nada a cambio, que no estoy aquí por obligación, sino porque me interesa estar a su lado.—Reflexionó Jungkook en voz alta.
—Exacto. A veces, un pequeño gesto puede decir más que mil palabras.—Dijo Namjoon, sonriendo al otro lado de la línea.
La conversación con Namjoon le dio a Jungkook una nueva perspectiva. Decidió que al día siguiente, encontraría una manera de demostrarle a Taehyung que sus intenciones eran genuinas, sin presionarlo ni forzarlo a hablar.
(...)
Al día siguiente, Taehyung aún se encontraba sumido en sus pensamientos, no podía evitar recordar la conversación que había tenido con Jimin la noche anterior. Le había contado sobre sus dudas y cómo el comportamiento amable de Jungkook lo había dejado inseguro.
—Tal vez solo fue amable porque es su naturaleza, Minnie. No creo que haya algo más detrás de eso.—Había dicho Taehyung, frustrado consigo mismo por haber dejado que sus miedos tomaran el control.
—Tae, a veces somos nosotros mismos quienes complicamos las cosas. ¿Y si realmente le interesas? ¿Y si solo estás viendo lo negativo en lugar de darle una oportunidad?—Había respondido Jimin, siempre el más racional.
—Pero todos piensan que está interesado en ella, inclusive piensan que sus hijos serán lindos.—Mencionó, frunciendo el ceño al recordarlo.
Jimin sonrió divertido, observando la forma de actuar de su amigo.—Taehyung, ¿Ya te aseguraste que no están en una relación, o siquiera quedando?—Recibiendo una negativa, siguió.—No apresures los hechos sin primero comprobarlos. Podrá ser un alfa amable y todo lo que quieras, pero tu verdadera incógnita es si él siente algo por esa alfa, esa es tu tarea principal por descubrir.
Las palabras de su amigo resonaban en su mente mientras caminaba hacia el jardín de la escuela, donde solía encontrar algo de paz antes de comenzar su día. De repente, vio a Jungkook, quien estaba recogiendo algunas flores que había encontrado cerca del borde del jardín.
—Buenos días, Taehyung-ssi.—Lo saludó el alfa, su voz suave pero firme.
—Ah, buenos días, Jungkook-ssi.—Respondió el saludo, tratando de ocultar su nerviosismo.
Jungkook se acercó con una pequeña flor blanca en la mano, una que había encontrado especialmente bonita. Sin pensarlo demasiado, se la ofreció a Taehyung.
—Vi esta flor y pensé que te gustaría. Es pequeña, pero tiene una belleza única.—Mencionó Jungkook, con una sonrisa sincera.
Taehyung se quedó sin palabras por un momento, sorprendido por el gesto. Su lobo interior se agitó, sintiendo la calidez que irradiaba del alfa, mezclada con un aroma calmante y refrescante, como una brisa de verano. Sus dudas empezaron a desvanecerse, reemplazadas por un sentimiento de esperanza.
—Gracias, es hermosa.—Respondió finalmente, tomando la flor con cuidado.
Jungkook notó el cambio en la expresión de Taehyung, una suavidad que no había visto en días. Decidió no presionarlo más, pero este pequeño gesto había sido suficiente para reavivar la conexión que tanto anhelaba.
Las horas siguientes al pequeño gesto de la flor fueron sorprendentemente tranquilas para Taehyung. A medida que el día avanzaba, notó que Jungkook, lejos de presionarlo, mantenía una distancia respetuosa pero sin perder la calidez en sus interacciones. Era como si el alfa estuviera esperando pacientemente, dejando que las cosas fluyeran a su propio ritmo.
Durante una actividad en el aula, Jungkook se acercó a Taehyung para entregarle un set de materiales que sabía que el omega necesitaba. No hubo palabras innecesarias, solo una sonrisa tranquila y un "aquí tienes, pensé que te vendría bien". Taehyung lo miró sorprendido, sintiendo una especie de agradecimiento que lo desarmaba poco a poco.
Más tarde, en la cafetería, cuando Taehyung se disponía a pagar su té, la cajera le informó que ya estaba cubierto. Al girarse, vio a Jungkook en la mesa cercana, levantando su taza en un gesto de saludo. No había insistencia ni espera de reconocimiento, solo un acto desinteresado que el omega no pudo ignorar.
—Gracias...—Murmuró, acercándose a la mesa donde el alfa estaba sentado.
—No hay de qué.—Respondió Jungkook, con una sonrisa genuina.—Solo quería asegurarme de que tuvieras un buen descanso, creo que lo necesitas ya que mencionaste las actividades que se programan futuramente en la escuela, si necesitas ayuda no dudes en decírmelo.
Taehyung asintió, sintiendo una calidez que comenzaba a reemplazar la inseguridad que había sentido días atrás. Las dudas que habían nublado su mente empezaron a disiparse, como niebla que se levanta ante los primeros rayos de sol.
Cada uno de esos detalles, aunque insignificante por sí solo, tenía un impacto acumulativo en el corazón de Taehyung. Lo hacían cuestionarse si realmente estaba interpretando mal las intenciones de Jungkook, si tal vez el alfa no era simplemente amable por naturaleza, sino que había algo más detrás de esas acciones.
En una ocasión, durante una reunión con otros profesores, Jungkook se sentó junto a Taehyung y, en lugar de participar en las conversaciones ajenas, le hizo una pregunta directa sobre su opinión respecto al tema que discutían. Era un gesto pequeño, pero hizo que Taehyung se sintiera visto, valorado, como si su opinión realmente importara.
Después de la reunión, mientras caminaban hacia la salida, Jungkook comentó de manera casual:
—Me gusta escuchar tus ideas, Taehyung-ssi. Siempre tienes un enfoque diferente y es refrescante.
Taehyung se detuvo un momento, sorprendido por la sinceridad en la voz de Jungkook. No había rastro de falsedad, solo un genuino interés en lo que él tenía que decir.
—Gracias, Jungkook-ssi... Eso significa mucho para mí.—Respondió finalmente, sintiendo cómo sus defensas comenzaban a bajar.
Esa noche, en casa, mientras Taehyung se preparaba para dormir, se encontró recordando cada uno de los gestos de Jungkook durante el día. Se dio cuenta de que, sin saberlo, había empezado a esperar esos pequeños detalles, a buscar la presencia del alfa en los pasillos y a disfrutar de las breves conversaciones que compartían.
Los pensamientos de desconfianza se fueron desvaneciendo lentamente, reemplazados por una creciente curiosidad y una tímida esperanza. ¿Podría ser que Jungkook realmente sintiera algo por él? La idea era un tanto emocionante como aterradora, pero Taehyung no podía negar que el alfa estaba logrando llegar a él de una manera que nadie más lo había hecho.
Por ello es que, al día siguiente, Taehyung decidió tomar la iniciativa, aunque solo fuera un pequeño paso. Durante una pausa, se acercó a Jungkook y le ofreció una taza de té que había preparado.
—Pensé que te vendría bien algo caliente, está haciendo frío hoy.—Dijo, sintiéndose un poco nervioso, pero también determinado a no dejar que sus miedos lo controlaran.
Jungkook lo miró sorprendido, pero luego sonrió, tomando la taza con gratitud.
—Gracias, Taehyung-ssi. Eres muy considerado.
Ese simple intercambio, aunque breve, marcó un cambio en la dinámica entre ellos. A partir de ese momento, las interacciones se volvieron más frecuentes y, sobre todo, más sinceras. Taehyung comenzó a confiar más en las intenciones de Jungkook, permitiendo que la conexión entre ellos creciera de manera natural.
El omega comenzó a darse cuenta de que, tal vez, Jimin tenía razón. Tal vez, solo tal vez, debería dejar que las cosas fluyeran y ver a dónde los llevaba este inesperado camino.
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