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Capítulo 05.

Taehyung no podía evitar que su mente divagara desde el día en que sus alumnos lo descubrieron con la pulsera que había preparado para Jungkook. Al final, entre risas nerviosas y miradas divertidas de sus propios pequeños, terminó entregándosela al alfa, quien la aceptó con una sonrisa cálida que Taehyung no pudo sacar de su mente desde entonces. A pesar de haber dado ese paso, sus dudas no habían disminuido.

Desde el incidente del día anterior, había estado intentando convencerse de que las atenciones de Jungkook eran solo eso, atenciones corteses, naturales en alguien como él. Después de todo, el alfa siempre había mostrado ser amable y considerado con todos, ¿Por qué habría de ser diferente con él?

Mientras caminaba por los pasillos del preescolar, su mirada se desvió hacia la muñeca donde la pulsera descansaba anteriormente, ahora adornando la piel de Jungkook. Aunque la había hecho con la intención de agradecerle por su ayuda, ahora la misma pulsera parecía ser un recordatorio constante de las emociones que no podía controlar. "Es solo una pulsera", se repetía, "algo simple que cualquiera podría regalar. Él no le da más importancia...". Pero, entonces, ¿Por qué su pecho se sentía tan apretado al pensar en ese alfa de cabello rojizo como una cereza?

Cuando llegó a la sala de actividades, el aire ya estaba cargado con los olores característicos de cada uno de los presentes. El aroma dulce y suave del omega llenaba la habitación, mezclándose con el profundo y robusto olor amaderado que Jungkook emanaba. A pesar de la confusión en su mente, su lobo interno se sintió inmediatamente atraído hacia el alfa, luchando por no acercarse más de lo necesario.

—¡Taehyung-ssi!—La voz de la coordinadora de actividades lo sacó de sus pensamientos.—Hoy haremos una dinámica en parejas, y parece que por un golpe de suerte... ¡Te ha tocado hacer equipo con Jungkook-ssi!

El omega sintió cómo su corazón daba un vuelco. Miró a Jungkook, quien le devolvió la mirada con una sonrisa amable y un destello en sus ojos que hizo que el pecho de Taehyung se apretara aún más.

—Oh, ¿En serio?—Cuestionó, su voz temblando ligeramente.

—¿Por qué no te unes a él? Eres de los profesores que más tiempo han estado aquí, creo que fue una gran casualidad que ustedes trabajen juntos, así lo puedes poner aún al día con las siguientes actividades, entró en una temporada ajetreada.—Comentó la beta, empujándolo discretamente en dirección a Jungkook.

Mientras se acercaba para unirse al alfa, sus movimientos se volvieron torpes, sus pies tropezaban levemente en la alfombra, y su mente estaba demasiado ocupada con los pensamientos que lo acosaban.

El alfa le dedicó una sonrisa, una que, aunque serena, parecía estar cargada de una energía que hizo que el corazón de Taehyung diera un vuelco. Jungkook levantó una mano, mostrando con orgullo la pulsera que Taehyung le había regalado. Un gesto sencillo, pero que hizo que el omega desviara la mirada con rapidez, tratando de esconder el rubor que se extendía por sus mejillas.

—Hola, Taehyung.—Saludó con una voz profunda, que parecía acariciar los oídos del omega.—¿Listo para trabajar juntos de nuevo?

Taehyung forzó una sonrisa mientras asentía, aunque su mente estaba en otra parte. A cada paso que daba hacia el alfa, la incertidumbre dentro de él crecía. Su lobo interno se agitaba, incómodo, pero también ansioso, como si buscara respuestas que Taehyung no estaba seguro de querer encontrar.—Sí, claro, Jungkook. Vamos a hacerlo.—Respondió, aunque su voz sonaba un poco más débil de lo habitual.

Jungkook, por su parte, lo observaba con atención. Había algo diferente en la forma en que Taehyung se comportaba hoy, algo que lo hacía parecer... distante. Notaba cómo sus ojos apenas se encontraban, y cuando lo hacían, el omega rápidamente desviaba la mirada. "¿Está evitando mirarme?", pensó el alfa, sintiendo una mezcla de desconcierto y preocupación. Incluso sus movimientos, normalmente gráciles, parecían descoordinados y nerviosos. Jungkook frunció el ceño, tratando de averiguar qué era lo que sucedía.

—¿Te encuentras bien, Taehyung-ssi?—Preguntó, intentando ocultar su inquietud detrás de su tono casual.

—Ah, sí, claro.—Respondió Taehyung rápidamente, forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos.—Solo... un poco cansado, supongo.

—¿Supones?—Interrogó sin poder evitarlo, pareciéndole aún más extrañas sus respuestas.

—Sí, estaremos entrando en varias actividades escolares que necesitan mucho tiempo de dedicación y organización, así que me estoy adelantando ante ello.

La respuesta no convenció a Jungkook, pero decidió no presionarlo. Mientras avanzaban en la actividad, trataba de crear momentos para que pudieran hablar, pero el omega parecía siempre estar un paso adelante, alejándose justo cuando el alfa intentaba acercarse.

En medio de la dinámica, Yoonji, una de las maestras, se acercó a Jungkook con una expresión preocupada.—Jungkook-ssi, lo siento, mi compañero ha tenido que irse de repente. ¿Podrías ayudarme con esta parte de la actividad?

Cuando el alfa estaba por aclarar que se encontraba trabajando con Taehyung, el omega se adelantó en hablar, aprovechando la distracción.—Ah... de hecho, no me siento muy bien. Creo que debería ir a descansar un poco.—Dijo, evitando la mirada de Jungkook.

—¿Seguro?—Jungkook trató de ocultar la decepción en su voz, pero no pudo evitar que su tono se volviera más suave.—Puedo ayudarte si lo necesitas...

—No, no, estaré bien.—Insistió el pelirrosa, haciendo un esfuerzo por mantener su voz firme.—Solo... Necesito un poco de aire.

Jungkook asintió, aunque sus ojos reflejaban la inquietud que sentía. Observó cómo Taehyung se alejaba, su lobo interno gruñendo con una mezcla de frustración y confusión. Algo no estaba bien, y la forma en que Taehyung había reaccionado solo lo hacía sentir más ansioso. ¿Había hecho algo mal? ¿Había dicho algo que lo incomodara? Mientras la figura del omega desaparecía por la puerta, Jungkook sintió un vacío en su pecho, un deseo creciente de aclarar las cosas y volver a ver esa sonrisa genuina que tanto lo atraía.

El aroma dulce de Taehyung aún permanecía en la sala, mezclándose con el de otros alfas y omegas presentes, pero para Jungkook, solo el de Taehyung tenía un significado. No podía evitar sentirse inquieto, su lobo interno se removía, buscando al omega, queriendo saber qué era lo que estaba mal. Y mientras ayudaba a Yoonji, no pudo evitar que su mente regresara una y otra vez a Taehyung, preguntándose qué era lo que realmente estaba pasando por su mente.

Desde el otro lado de la escuela, dentro del salón, Taehyung se dejó caer en una de las sillas, suspirando profundamente. ¿Por qué le afectaba tanto? Su lobo interior gimió en su mente, confundido y frustrado. La conexión que sentía con Jungkook era innegable, pero el miedo a ser rechazado, a no ser suficiente, lo estaba consumiendo. ¿Era posible que todo lo que estaba sintiendo fuera simplemente un malentendido?

Mientras se perdía en sus pensamientos, se dio cuenta de que no podía seguir evitando a Jungkook para siempre. En algún momento, tendría que enfrentarlo, averiguar qué era lo que realmente sentía el alfa. Pero por ahora, todo lo que podía hacer era intentar mantener la calma y esperar que, de alguna manera, todo se aclarara por sí solo.

Sin embargo, mientras estaba sentado allí, sintiendo el peso de sus emociones, algo dentro de él le dijo que necesitaba hablar con alguien, alguien en quien pudiera confiar. Sin pensarlo dos veces, sacó su teléfono y marcó un número que conocía de memoria.

El tono de llamada resonó en sus oídos, y después de un par de segundos, una voz familiar contestó al otro lado.

—Hey, ¿Tae? ¿Cómo estás? ¿Ocurre algo? No suelo escuchar de ti dos días seguidos.—Preguntó su mejor amigo, con un tono de preocupación en la voz.

Taehyung cerró los ojos por un momento, permitiéndose sentir el alivio que le provocaba escuchar a su amigo.—Necesito hablar, Jimin... no sé qué hacer.

—Claro, lo que necesites.—Respondió Jimin con suavidad.—¿Te parece si nos vemos más tarde? Puedo salir del trabajo temprano si lo necesitas.

—Sí, me haría bien.—Dijo Taehyung, su voz un poco temblorosa.—Gracias, Jimin... Realmente lo necesito.

—Para eso estoy, Tae.—Dijo con un tono tranquilizador.—Nos vemos más tarde, ¿Si? Te llamaré cuando esté fuera del trabajo.

Al colgar el teléfono, Taehyung se sintió un poco más ligero, sabiendo que al menos tendría a alguien con quien hablar y desahogar todo lo que estaba sintiendo. Pero el alivio era temporal, y mientras esperaba el final de la jornada, no podía evitar que sus pensamientos volvieran una y otra vez a Jungkook.

¿Qué haría ahora? ¿Cómo enfrentaría al alfa la próxima vez que lo viera? Su lobo interior no paraba de preguntarse si estaba tomando las decisiones correctas, y Taehyung se encontraba atrapado en un torbellino de emociones, sin saber cómo salir de él. 

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