El aula de Taehyung estaba llena de risas infantiles mientras él organizaba los últimos detalles para la actividad conjunta del día. La escuela había planeado una colaboración entre los grupos de los diferentes profesores, y hoy era su turno de trabajar junto al nuevo profesor, Jeon Jungkook.

Taehyung había visto a Jungkook de pasada durante la presentación del personal, un alfa de apariencia imponente pero con una sonrisa amable que lo había hecho destacar entre los demás. El omega no pudo evitar sentir una chispa de curiosidad por él, una sensación que no había experimentado en mucho tiempo. Ahora, mientras los niños se acomodaban, sentía su corazón latir con una mezcla de anticipación y nerviosismo.

"¿Cómo será trabajar con él?" pensó Taehyung, mientras observaba a sus pequeños alumnos con ternura. Su fragancia natural, un delicado aroma a lavanda, se mezclaba en el aire, creando una atmósfera de calma en el aula.

La puerta del salón se abrió, y allí estaba Jungkook, entrando con un grupo de niños a su lado. Los ojos de Taehyung se dirigieron de inmediato al alfa, notando cómo su presencia parecía llenar el espacio con una energía silenciosa pero poderosa. El aroma a pino fresco y cítricos, tan fresco y vigorizante que caracterizaba a Jungkook, llegó a sus sentidos, haciéndolo sentir una inesperada tranquilidad.

Desde el primer momento, Jungkook sintió una conexión inexplicable al ver a Taehyung. La forma en que el omega interactuaba con los niños, su risa melodiosa y la calidez de su presencia, todo lo dejó sin aliento. Jungkook se encontró observando a Taehyung, su lobo interior aullando suavemente, reconociendo algo especial en el omega.

—Buenos días, profesor Kim.—Saludó el alfa, inclinando ligeramente la cabeza. Su voz era grave pero suave, y sus ojos oscuros se encontraron con los de Taehyung por un breve momento, como si estuviera intentando leerlo.

—Buenos días, profesor Jeon.—Respondió Taehyung, esbozando una sonrisa cálida. Sus ojos se posaron discretamente en el brazo de Jungkook, donde se asomaban los tatuajes bajo la manga corta de su camisa. Los diseños eran intrincados, cada línea parecía contar una historia, y Taehyung no pudo evitar sentirse fascinado por ese detalle inesperado en el alfa, que contrastaba con su apariencia de formalidad y calma.

Mientras los niños comenzaban a interactuar, Taehyung se acercó a Jungkook para coordinar la actividad. Estaban tan cerca que el omega podía sentir la presencia del alfa envolviéndolo. Taehyung hizo un esfuerzo por concentrarse en lo que tenía que decir, pero su mente se desvió brevemente al recordar cómo los ojos de Jungkook habían brillado al verlo.

—Entonces, comenzaremos con una pequeña actividad de arte.—Dijo Taehyung, mirando a Jungkook de reojo.—Pensé que sería una buena forma de romper el hielo entre los niños.

Jungkook asintió, observando atentamente el rostro de Taehyung mientras hablaba. Había algo en los rasgos delicados del omega que lo atrapaba, una suavidad en su mirada, una calidez en su sonrisa. Era como si Taehyung irradiara una luz que Jungkook no podía ignorar.

—Suena perfecto.—Respondió el alfa, con una ligera sonrisa que reveló un hoyuelo en su mejilla. —Los niños parecen emocionados, y creo que disfrutarán mucho trabajando juntos.

Jungkook observó con atención cómo Taehyung se movía por la sala, rodeado de los pequeños que parecían adorarlo sin reservas. La forma en que el omega interactuaba con los niños tenía una suavidad natural que Jungkook no podía dejar de admirar. Había algo en su presencia, en la delicadeza con la que atendía a cada niño, que capturaba por completo su atención.

"Es increíble cómo lo hace ver tan fácil" pensó Jungkook, sintiendo a su lobo interno estirarse, curioso. El aroma a lavanda que emanaba de Taehyung flotaba en el aire, mezclado con una nota dulce que hacía que su propio lobo quisiera acercarse más.

Cuando Taehyung se acercó para coordinar los últimos detalles de la actividad, Jungkook no pudo evitar que sus ojos se desviaran momentáneamente hacia los pequeños tatuajes en las muñecas del alfa, aún captando su atención nuevamente, a pesar de ya haberlos visto. Taehyung parpadeó, aparentemente sorprendido, y supo que había sido descubierto, tratando de evitar un sonrojo aparecer sobre sus mejillas.

Taehyung no pudo evitar notar el pequeño gesto, y su corazón dio un salto involuntario. "Esos tatuajes... no son solo por estética," pensó, "tienen que significar algo para él." Pero también sintió la necesidad de descubrir qué había detrás de esa sonrisa, de esos ojos que parecían tan atentos a cada detalle.

La actividad transcurrió sin problemas, pero ambos adultos estaban demasiado conscientes el uno del otro. Mientras los niños se concentraban en sus dibujos, Jungkook notó cómo la luz del sol iluminaba el perfil de Taehyung, resaltando la elegancia de sus rasgos. El omega tenía una gracia natural en cada movimiento, y la manera en que interactuaba con los niños era simplemente encantadora. Jungkook se encontró deseando conocer más a fondo a esa persona que había capturado su atención de una forma tan inesperada.

Por su parte, Taehyung también estaba distraído, fijándose en los pequeños detalles de Jungkook. La forma en que su voz grave y cálida parecía tranquilizar a los niños, cómo su aroma a pino lo envolvía, llenándolo de una serenidad que no había sentido antes. Taehyung sabía que estaba en peligro de caer en algo más profundo, pero también sabía que no podía evitarlo.

Cuando la actividad llegó a su fin y los niños comenzaban a recoger sus materiales, Taehyung y Jungkook se encontraron nuevamente al frente del aula. Había una ligera tensión en el aire, no de incomodidad, sino de algo más profundo, una chispa que había encendido sus instintos más primitivos.

—Gracias por tu ayuda hoy, profesor Jeon.—Agradeció el omega, inclinándose ligeramente en señal de agradecimiento. Había un leve temblor en su voz, algo que hizo que el alfa se sintiera complacido. ¿Era acaso timidez? ¿Nervios? Sea lo que fuere, su lobo respondió con un gruñido suave de satisfacción.

"Quiero oírlo decir mi nombre más veces." Su aroma a pino se intensificó involuntariamente, buscando marcar un territorio que ni siquiera era consciente de que deseaba reclamar.

—No hay de qué, Kim.—Respondió el alfa de vuelta, pronunciando el nombre del omega con un tono grave y cálido, que resonó en el pecho de Taehyung como un eco. El alfa sintió a su lobo moverse inquieto dentro de él, impulsado por el dulce aroma del omega. Su propio aroma a pino fresco se intensificó conforme más tiempo pasaba en el lugar, llenando el espacio entre ellos con una mezcla embriagadora que solo ellos parecían percibir.—Me encantaría volver a colaborar contigo en el futuro... si te parece bien. Noté que ambos grupos trabajaron de manera perfecta, creo que una actividad a futuro vendría bien.

Mientras hablaba, notó el leve rubor en las mejillas de Taehyung y cómo el aroma del omega se volvía más dulce, más cautivador. Su lobo se tensó, ansioso, como si reconociera algo que Jungkook aún no lograba identificar del todo. Era como si una parte de él ya supiera que necesitaba a Taehyung cerca.

El corazón de Taehyung latía más rápido, y pudo sentir a su lobo despertar, curioso y alerta, atraído por la presencia de Jungkook. "¿Está interesado en mí? ¿O solo está siendo amable?" se preguntó, aunque su lobo parecía captar algo más en la firmeza de la mirada del alfa.

—Me encantaría.—Respondió finalmente Taehyung, con una sonrisa que intentaba ocultar el torbellino de emociones que lo invadía. Su lobo interno ronroneaba de placer ante la atención de Jungkook, y el aroma de lavanda se volvió un poco más dulce, casi como una invitación inconsciente.—Creo que los niños también lo disfrutarían.

Jungkook notó el cambio sutil en el aroma del omega, y su lobo gruñó de aprobación, deseando acercarse más, aunque mantuvo el control. "Es fascinante," pensó Jungkook, mientras su lobo observaba atentamente cada movimiento de Taehyung.—Entonces, es un trato.—Murmuró con una sonrisa, dando un paso hacia la puerta pero sin apartar la mirada de Taehyung.—Nos vemos pronto, Kim.

—Hasta pronto, Jeon.—Se despidió el omega, manteniendo la mirada del alfa un segundo más de lo necesario antes de que este saliera del aula. Su lobo se agitó, deseando seguirlo, pero Taehyung se obligó a permanecer en su lugar, aún sintiendo el aroma a pino que Jungkook había dejado tras de sí, tan fuerte y protector que lo hacía sentir seguro.

Cuando la puerta se cerró detrás de Jungkook, Taehyung dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo. Su lobo estaba inquieto, pero satisfecho, como si supiera que este era solo el comienzo de algo más profundo, algo que ambos necesitarían explorar con el tiempo.

Cuando Jungkook salió del aula, el aroma de lavanda aún impregnaba sus sentidos, haciéndolo sentir más ligero, más equilibrado. "Quiero volver a verlo. Y no solo por trabajo," pensó, mientras sus pasos resonaban por el pasillo vacío. Sabía que esto era solo el principio, que el magnetismo entre ellos no se desvanecería fácilmente.

Era un hecho de que Jungkook no podía dejar de pensar en Taehyung, en la dulzura de su aroma y en la calidez de su sonrisa. Su lobo estaba alerta, moviéndose con una curiosidad insaciable, y el aroma persistía a su alrededor, envolviéndolo en una calma que solo el omega parecía poder ofrecerle.

—Nos veremos pronto, Taehyung.—Murmuró para sí mismo, con una sonrisa en los labios y el lobo en su interior ya anticipando el próximo encuentro.

Ambos sabían, en lo más profundo, que este era solo el inicio. Y aunque ninguno podía prever exactamente lo que el futuro les depararía, sus lobos ya habían comenzado a reconocerse, guiándolos hacia algo que prometía ser más grande que cualquier cosa que hubieran imaginado. 

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Agradezco la portada realizada por yoongiore <3