TENGO SUFICIENTE DE LO QUE SIEMPRE DICEN
ESTOY ENFERMO Y CANSADO DE TODOS SUS JUEGOS.
(...)
ASÍ QUE SALVAME DE QUIÉN SE SUPONE QUE SOY.
NO QUIERO SER UNA VÍCTIMA DE LA AUTORIDAD.
SIEMPRE SERÉ PARTE DE LA MINORÍA. (...)
✨✨✨

LUKE HEMMINGS.

Sonrío como tonto cuando me levanto en mi cama, luego del agotador viaje. No sonrío por levantarme en mi apartamento en Australia, sonrío por quien se encuentra en el.

Me pongo de pie buscándola como un niño necesitado de cariño, la conozco lo suficientemente bien para saber que está haciendo, me ha demostrado que por muchos años que pasen su esencia no cambia.

Pero recordando uno de nuestros hermanos  momentos de adolescencia cambio de dirección y voy hacia la cocina.

«—Cuando vivamos juntos en nuestro propio apartamento serás los primero que busque cada mañana—Hundo mis manos en la espesa mata de cabello rubio.

—Yo cada mañana despertaré primero que tú para leer mis libros en español. —Me mira con sus hermosos ojos grises, a veces pienso que ve mi alma. —Y tú siendo el novio perfecto que eres me llevarás un vaso de jugo de naranja como desayuno.

Sonrió, Jade y sus ocurrencias.

—Solo si me enseñas a hablar español tan bien como tú.

—Nunca.»

Mi mano tiembla cuando tomo el jugo, si no le hubiese fallado esa hubiese sido una imagen real, un futuro real, no producto de una casualidad. Si no me hubiese convertido en esto, si no me hubiese perdido en el camino, si no la hubiese dejado, eso sería un futuro probable.

Sacudo mi cabeza, si algo he aprendido es a no arrepentirme de nada, los arrepentimientos no cambian el pasado.

Tomo el vaso y camino hasta el salón, verla es como encender el sol para mi, esta acurrucada en la esquina del gran sofá  con su pelo revuelto y una sábana envolviéndola, se ve tan pequeña y menuda, tan perfecta.

Sonrío al ver que tiene un libro entre las manos, y mi corazón comienza su carrera al imaginar que ella también quiso recrear la promesa que nos hicimos, que ella también quiso seguir el guión que nos habíamos trazado. Que ella también quiso probar un poco de ese futuro que nunca alcanzamos.

—Buenos días madrugadora. —Veo el gesto de sorpresa al escuchar mi voz, gesto que no consigue disimular cuando nota el vaso de jugo de naranja, su mirada se ilumina.

Si, ella también quiso un poco de ese futuro.

—¿Qué lees? —Pregunto sentándome a su lado, diviso el título "Boulevard ", pero no es que me diga mucho.

—Un libro.

—Nunca lo habría imaginado. —Sonrío con sarcasmo mientras se lo arrebato de la mano.

Creo oírla gruñir, algo que me parece tierno a la vez que divertido, pero es cuando me fijo en las letras del libro en que está en español.

Obviamente, ella no soporta que sepamos que lee.

Entiendo muy pocas palabras de lo que hay escrito, pero hay una que llama especialmente mi atención.—Jade,  se que soy malo en español, pero juraría que ahí dice Luke.

—El protagonista se llama Luke.—Es todo lo que dice arrebatándome el libro.

El timbre comienza sonar y yo me pongo de pie para ir directo a recibir a quién sea que venga.

—¡Luke! —Unos brazos me tiran hacia ella y soy consciente de que mi madre me está abrazando. —¿Cuándo pensabas ir a ver a tu madre?

Mi madre me aprieta con todas sus fuerzas, genial, está en modo dramática, no hace menos de una semana que la vi, pero claro ella se comporta como si llevase un año en la guerra.

—Mamá—Me trato de liberar de su agarre mortal. —Te amo pero me estás asfixiando.

Ella me da su más cálida sonrisa cuando se aparta. —Estás tan grande,  tan hermoso.

—Sigo igual de grande y hermoso que la semana pasada. —Es mi elocuente respuesta.

Casi instantáneamente escucho la risa ahogada de Jade y mi madre entorna su mirada hacia mi.

—Más te vale que no tengas una perra allá adentro. —Espeta con voz disimuladamente baja, pero estoy seguro que Jade lo escuchó.Genial menuda vergüenza  —Luke Robert Hemmings, como tengas...

—Hola Liz.—Jade aparece tras de mi y noto como la mirada de mamá cambia. Ella siempre adoró a Liz. —No ha cambiado nada desde la ultima vez que la vi.

—¡Jade! —Grita pasando por mi lado y envolviéndola en un mortal abrazo, por mi cabeza pasa la idea de pedirle disculpas a la chica pero noto lágrimas en los ojos de Jade y sonrío, la extrañaba, se extrañaban. —Jade Widsom.

Mi madre se aparta solo para observarla. —Jamás pensé que te volvería a ver. —Acaricia su cabello. —Estás tan hermosa.

—¿No vas a decir que está grande? —Me burlo ganandome una mirada de regaño. —Ah es cierto se quedó siendo una pitufa.—Me burlo y aunque la rubia de ojos grises reincorporada en mi vida quiere intimidarme con una dura mirada solo me parece tierna.

—Luke Hemmings ¿Quieres morir? —Por la forma en que sujeta el libro creo que me lo tirará.

—Hija. —Mi madre vuelve a acaparar la atención de Jade, genial ahora perecemos niños luchando por ella. —¿Cómo fue que acabaste con este idiota de nuevo?

Genial. Mi madre me ha dicho idiota.

Jade no consigue contener la carcajada.

—No estamos juntos. —Explico entrando a ambas al apartamento no quiero que mis chismosos vecinos sepan de que hablamos. —Ella se unió a la banda y decidió pasar algún tiempo aquí con nosotros para ponerse al día e ir a la boda de Michael.

—Oh. —Mi madre parece disgustada pero es buena disimulado, «si mamá, yo también quisiera poder decir que Jade y yo volvimos. —Bueno es hora de que me pongas al día.

Así pasamos casi una hora, mientras mi madre interroga a Jade, quien con una sonrisa responde cada una de sus preguntas. Agradezco que mi madre mientras le cuenta de todo lo que ha pasado en su ausencia, no mencione a sus padres. Aunque dudo que Liz conozca que la hecha ron de su casa, sino el hogar de los Widsom hubiese ardido.

Para cuando mi mamá se va ya he preparado el almuerzo, hace poco aprendí a cocinar y me alegra haberlo hecho, porque no hay nada mejor que ver el rostro de Jade cuando prueba algo delicioso.

—Recuerda ir luego a casa Luke Robert. —Mi madre me da un sirve beso en mi mejilla. — Y lleva a Jade.

—Claro que iré Liz. — Jade se acerca para despedirse. —No te librarás de mi tan fácilmente.

—Oh eso espero querida. —Es lo ultimo que dice mi madre antes de entrar al ascensor.

  Tras regalarle una sonrisa a Jade me dirijo a la cocina para lavar los platos.

—Dejame. —Trata de empujarme. —Tú has hecho de todo hoy.

—Tranquila, eres la invitada. —Sigo fregando.

Ella se mantiene en silencio algo muy raro en Jade Widsom, lo que me hace mirarla. —¿Qué pasa?

—Tú. —Responde sin dudar.

—¿Qué tengo? —Me volteo para quedar frente a frente con ella.

—No pareces una estrella de rock.

Su comentario me causa gracia, y curiosidad por saber que pasa por esa rubia cabecita.

—¿Por fregar platos?

—No. —Sonríe aunque la noto algo sonrojada. —Es solo que luces hogareño y no como un chico que desfila mujeres

—Alguien tiene estereotipos. —Me burlo y ella se cruza de brazos a la vez que pone sus ojos en blanco. —Ya fui ese chico.—«De hecho te dejé para protegerte de ese Luke »—Y estoy agotado.

Sus manos caen a ambos lados de su cuerpo y me mira con esos hermosos ojos entornados. —¿Agotado?

«Si tan solo supieras»

—Me cansé de ser lo que todos esperan que sea, me cansé de ser alguien que no soy. —Involuntariamente camino hasta ella. —Por ser todo un desmadre perdí a gente que quería—«Tú»—Ya no quiero eso, quiero ser yo, hacer lo que me nazca y no lo que todos esperen.

—No quieres ser una víctima social. —Susurra mirando a mis ojos, ella ve mi alma. —La canción.

— Siempre seré parte de la minoría. —Me acerco a ella. —¿Quieres ser parte de la minoría conmigo?

«¿Quieres tratar de alcanzar nuestro futuro planeado? Aún tenemos tiempo»