Ese hombre no era de Daegu, Jimin se puso realmente nervioso al enterarse de eso, si bien se había asustado cuando lo vio, ahora lo estaba más.

Había una regla, una que los de su especie no podían romper. Nunca, jamás debían irrumpir en sus territorios, si eras un lobo de Busan y llegabas a Daegu te matarían.

Así que cuando se enteró de que ese lobo no era de Daegu supuso que los demás se habían encargado de él. Pero había algo que no cuadraba, ¿por qué dejarlo en el bosque y correr el riesgo de que lo encontraran? Tal como había pasado.

Apretó sus puños cuando no pudo llegar a ninguna conclusión. Decidió volver al lugar y buscar algunas pistas.

Se paró frente al lugar donde lo habían encontrado y cerró los ojos concentrando todos sus sentidos, captaba un olor. Uno muy conocido.

— ¿Qué haces aquí Park? — escuchar esa voz detrás de él no le había impresionado, sabía que estaba ahí desde que llegó.

El pelinegro se giró y observó al castaño. JungKook, el más joven de la familia Jeon y un total idiota.

— Me estaba preguntando que pudo pasar aquí. — contestó y se acercó a él — ¿Ustedes lo mataron? ¿Quién era?

— Para ser un bastardo haces muchas preguntas. — dijo en tono de burla — Deberías meterte en tus propios asuntos y agradecer que mi familia te protege.

Jimin apretó sus puños molesto, odiaba cada vez que le recordaba quién era y por qué estaba allí lejos de su familia. Lejos de su hogar y sin poder hacer nada al respecto.

Tomó aire y luego volvió a hablar.

— ¿Agradecer? — frunció el ceño — Algo que fue pagado no debe agradecerse...

Dijo esto y pasó por su lado para largarse lo antes posible de ahí. Odiaba a JungKook, lo odiaba con toda su alma y eso nunca iba a cambiar. Lo odiaba por ser un estúpido sin corazón, porque él lo tenía todo sin siquiera luchar por ello y también porque se había robado el corazón de la chica que amaba.

Jimin caminaba de vuelta a su casa por el bosque cuando escuchó voces. Se detuvo y se escondió detrás de un árbol esperando a que las dos personas que había sentido pasaran por ahí.

— ¿Sabes que esto se considera como acoso? Podría poner una demanda en tu contra si se da cuenta de que lo sigues.

El pelinegro alzó una ceja cuando vio a TaeHyung y a su otro amigo más ruidoso aún que él, Jung Hoseok era él que se quejaba.

— Cállate. — espetó el castaño y suspiró cuando se dio cuenta de que había perdido el rastro de JungKook.

— La verdad no sé que hago siguiendote al bosque a estas horas de la noche, para colmo encontramos a un muerto esta mañana aquí. — frunció el ceño — Puede que estemos en peligro de ser asesinados y todo por tu estúpido capricho por Jeon, ¿qué les ves? Es un idiota.

Jimin rió de lado, era la primera vez que escuchaba a Jung decir algo bueno.

— ¡Es muy guapo! — dijo bastante alto, si alguien estuviera allí para matarlos el primer muerto sería él — Además no le digas idiota a mi amor. Por cierto, hoy hablé con Park.

— ¿Qué? — preguntó Hoseok bastante impresionado — ¿Park Jimin? — TaeHyung asintió — ¿El enano egocéntrico de nuestra clase?

Jimin arrugó el entrecejo, ese Hoseok hablaba mucha mierda.

— ¿Conoces a otro Park Jimin? — alzó una ceja y continuó caminado. Esto hizo que Jimin tuviera que seguirlos en silencio escondido entre los árboles — Es algo raro... pero lo vi hablando una vez con JungKook — se detuvo en seco — ¿¡Crees que estén saliendo!?

¡Ni muerto! Pensó el pelinegro, primero porque era heterosexual y segundo porque JungKook era un desagradable.

— ¿De qué hablas? Cállate ya.

— ¡Pero puede ser!

— No, no puede. — lo miró. Ahora tendría que explicarle en qué mundo vivían a su amigo — Primero, a Jimin le gusta DaeMi y segundo a JungKook no le gustan los hombres.

TaeHyung se quedó en shock por un momento, ese detalle de Jimin no lo sabía.

— A Kookie le voy a gustar yo. — siguieron caminado hasta salir del bosque.

Mientras, Jimin también había quedado en shock. ¿Como sabía Hoseok que a él le gustaba DaeMi?

Tal vez... ¿se notaba demasiado?