Jimin no solía llegar tarde a clase, nunca en la vida se había ausentado a una y mucho menos a la de historia. Pero aquella mañana al parecer iba a ser su primera vez en hacerlo. Corría por los pasillos a paso moderado para no ser regañado por ningún profesor que estuviera merodeando a esas horas por allí, no encontraba el salón donde sus compañeros estaban recibiendo la clase ya que los turnos de esa asignatura no eran siempre en el mismo lugar. Eso era algo que le gustaba mucho al profesor Young, un hombre joven que amaba recitar historias y acontecimientos.

Se detuvo cuando vio a uno de sus compañeros, el castaño risueño que se sentaba dos mesas delante de él y que siempre estaba hablando en secreto en horas de clase con su compañero de asiento. TaeHyung parecía tan apurado como él pero le pareció que al menos sabía a donde iba. Lo siguió hasta salir de la escuela y lo observó entrar al bosque frente a esta, se detuvo y frunció el ceño ¿Por qué entraría él a esas horas de la mañana allí? Decidió continuar tras él y se dio cuenta de que había sido una buena idea, el grupo estaba a unos pasos de ellos reunidos escuchando a su profesor. Los dos se unieron sin hacer ruido y el pelinegro suspiró.

— Me debes una. — susurró aquel revoltoso chico.

Jimin ni siquiera lo miró, podía parecer antipático pero él nunca hablaba con los demás. No había una sola vez en que se le hubiera visto intercambiando palabra con alguien de la escuela.

— Míralo... — volvió a escuchar aquella voz — Luego de seguirme y ser salvado por mi sigue sin hablar, pero no te me escapas Park.

Luego de esas palabras TaeHyung no volvió a hablar y Jimin se quedó pensando en qué demonios había querido decir con qué no se le escapaba ¿Acaso quería algo de él? ¿Tal vez un favor en forma de paga? Pero eso era absurdo, Jimin no le había pedido nada. Solo lo siguió.

Negó y miró hacia delante encontrándose con aquellos ojos canelas tan brillantes y hermosos. DaeMi estaba parada cerca del profesor y le quedaba exactamente frente a él. Sonrió por lo linda que se veía aquel día, bueno... para él ella se veía linda cada día.

La clase terminó y el profesor les dio unos minutos de descanso antes de volver a la escuela. Algunos chicos se sentaron en el pasto y otros jugaron entre los árboles. Jimin sólo se recostó a uno a esperar para volver, estaba muy tranquilo y en paz hasta que el castaño volvió a aparecer.

— Hola Jimin. — sonrió este dejando ver su bella y única sonrisa cuadrada — Soy TaeHyung, me presento porque tal vez no sepas mi nombre ni quién soy.

— ¿Qué quieres? — preguntó seco y lo miró a los ojos.

Se concentró en escuchar los latidos del corazón de TaeHyung, el órgano bombeaba con normalidad y no habían signos de alteramiento. Eso quería decir que el castaño se sentía a gusto con él.

— Nada en particular, solo que me das mucha curiosidad. Desde que entraste a nuestra escuela te has mantenido alejado de todos, nadie sabe quién eres ni de donde vienes. — rió por lo bajo y lo miró.

— ¿Y todo eso no te dice nada? — el pelinegro alzó una ceja. — Eso quiere decir que no quiero que nadie me moleste.

Se despegó del árbol y caminó alejándose del chico hasta que oyó un grito y se detuvo en seco. Todos sus compañeros se quedaron callados y se miraron entre ellos antes de correr hasta el lugar de donde había venido el grito.

Jimin también fue hacia allá y entre más se acercaba más sentía los corazones palpitando asustados y el olor desagradable que enmendaba algo cerca de ellos. Se detuvo y abrió mucho sus ojos cuando observó a una persona llena de sangre en el suelo y a juzgar por su aspecto y olor parecía estar muerta.

— Alejense. — ordenó su profesor mientras tomaba su celular para llamar a la policía y notificarle que habían encontrado un cadáver en el bosque.

Mientras que todos se tapaban el rostro y algunos lloraban de la impresión, el corazón de Jimin fue el que se impulsó asustado. Aquella persona era un hombre lobo...

¿Quién era y qué hacía allí? Fue lo primero que se preguntó