— Estoy muy feliz por ti.

Minseok se siente con el corazón latiendo con tanta energía. No cabe de emoción de ver como el hombre que mantiene siempre en su corazón está sentándose a su lado. No encuentra la forma de explicar cómo se siente al ser parte de esto, del debut de él como solista. 

Min se encuentra muy orgulloso de Jongdae. 

Sus manos tiemblan un poco al estar ahí los dos sentados, al sentir el perfume del otro inundando el lugar y le reconforta las risas que ambos mantienen, intenta disimular las miradas que se lanzas y ruega porque sus ojos no estén brillosos cuando tiene que ver a Jongdae responderle.

Cuando las cámaras no lo enfocan, cuando es tiempo de escuchar la voz melodiosa cantando tan bella canción, su corazón se contrae un poco porque las pequeñas lágrimas se aglomeran en los ojos del otro que se pierde en la melodía, que cierra los ojos dedicando cada letra a un Minseok tembloroso que no sabe cómo afrentar la realidad. 

Cuando todo termina, cuando las luces se apagan, la mirada de Jongdae frente a él brilla y el nudo en su garganta se extiende como desde el primer día del mes.

—¿Nos vamos?

—Sí.

Las manos le escocen inquietas cuando se rozan con las de Jongdae y las retrae de inmediato porque hay personas a su alrededor.

Y lo que menos quiere es generar un escándalo. 

Cuando entran a la camioneta, se sientan el uno frente al otro. El silencio invade el trayecto al dormitorio y saben que Kyungsoo no estará ahí porque es Jongin quien reclama el hecho de que su hyung favorito debe pasar más tiempo con su maknae consentido. 

Minseok dibuja una sonrisa en su labios cuando entra primero. Le gusta como está el dormitorio, pese a que últimamente pasa menos tiempo en él, su corazón se siente confortado por el aroma a lavanda, a limpio. 

—Creo que Soo hizo limpieza.

La voz de Jongdae lo sobresalta, se da la media vuelta y no duda ni un segundo en sonreírle al ver como el cantante extiende sus brazos. Minseok se refugía en ellos. 

—Estuviste asombroso.

—Porque estuviste ahí quise hacerlo mejor que nunca, quiero impresionarte siempre para que me mires.

—No es necesario eso, yo siempre te estoy mirando, Dae.

El abrazo se mantiene por varios segundos o minutos, a Minseok no le importa hundirse un poco más y fundirse contra su novio. 

— Gracias mi amor.

Minseok frunce el ceño y se remueve un poco para observarlo mejor, dudoso. 

—¿Por...

—Por esperar a que fuese en mayo...

Traga amargo. Sus ojos se quedan fijos en las facciones de Dae, quien sonríe tan dolorosamente que la comisura de sus labios apenas se eleva. 

En uno o dos días todo el mundo estará sabiendo su decisión, su cuerpo se contrae un poco como el día de su cumpleaños cuando se reunió con la mayoría y lo dijo dejando a todos en silencio. Dejando a Jongdae mirando su vaso vacío por todo el resto de la noche. 

—¿Aun estás molesto?

—Yo nunca he estado molesto contigo, ¿cómo podría?

Sí, ¿cómo podría Jongdae enojarse con él por tomar la decisión en completo silencio?

Minseok ya no responde porque no sabe qué decir y el tiempo parece estar escurriéndose de sus dedos, ¿cómo fue que abril estaba pasando tan rápido?

— Minnie...

Observa a Jongdae decir su nombre, ahí de pie en el umbral, sus brazos lo aprisionan con fuerza pero Minseok no se queja, deja que los brazos fuertes de su novio lo aprisionen, que sus besos en la frente lo reconforten y le creen la calma y paz necesaria para lo que viene en los próximos días. 

—Te juro que si pudiera, que si tuviera el poder...

Minseok cierra los ojos y se aferra al pecho de Jongdae, sofoca su llanto entre sus brazos. 

—Dae...

—Detendría el tiempo para que siempre dure, para que abril nunca terminase. 

Abre sus labios murmurando su nombre, los posa sobre su mejilla y puede sentir la humedad y probar el salado de sus lágrimas bajando. 

—Te voy a imaginar todos los días mientras te espero. 

—Dae...

—Por favor...no me vayas a olvidar por algún militar que te haga ojitos o te eche coqueteos. No dejes que nadie te toque de más, ni que te den besitos...ni nada de eso porque...

—No pasará, nunca pasará. 

—Lo sé, solo...estoy nervioso, estoy temeroso y no sé cómo explicarlo porque...¡maldición!, no quiero estar sin ti Minnie...no quiero vivir sin ti.

—Amor...

—No quiero que no separemos al finalizar abril...maldita canción...

Minseok sostiene el rostro ajeno entre sus manos para poder dar besos, pequeños y suaves sobre los labios entreabiertos que dejan salir el llanto.

— No vamos a separarnos cuando termine.

—¿Lo prometes?

Minseok asiente seguro deslizando sus dedos entre las hebras de sus cabellos, apaciguando el llanto de su pequeño.

— Lo prometo...

Y aun cuando el tiempo estaba yéndose de sus manos, aun si el calendario tendría que cambiarse al finalizar el tiempo... Minseok sabe perfectamente que habría un hogar al cual regresar.

En su corazón abril sería eterno.