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Jungkook observó al médico en silencio, un nudo apretó su garganta cuando este le había preguntado sobre eso, su pecho se contrajo y sintió el indicio del sudor frío formarse en la entrada de su nuca, mostrando lo nervioso y agitado que se volvió con aquella pregunta.
Si lo miraba por el lado positivo, antes era peor, Jungkook no aguantaría la mirada ajena, por ende, se pondría de pie, y con una ligera disculpa abandonaría el centro que visitaba en sus terapias.
Ahora simplemente se removió en su sitio, sin las fuerzas de querer hablar. Bueno, ni las ganas tampoco.
Sin embargo, a pesar de eso, no se sentía incómodo del todo, porque no había presión, ya no la sentía. La sonrisa de aquel doctor era lo suficientemente sutil y acogedora, mostrándole confianza.
—Está bien, Jungkook, no es necesario que hagamos esto ahora —el hombre relativamente joven, dejó lo que parecía ser una ficha a un lado del asiento y ahora que tenía sus manos libres, las entrelazó en el espacio que quedaba en sus rodillas, optando una postura mucho más relajada. Ladeó la cabeza y le dedicó una sonrisa más abierta—. Podemos hablar de algo que te guste o cualquier cosa. Mejor cuéntame, ¿qué te gusta hacer?
Jungkook se mantuvo impasible, inmerso en su silencio mientras se forzaba en idear una respuesta.
—Deportes. —dijo luego de un rato.
—Oh, cuéntame más de eso, ¿qué tipo de deportes te gustan? —el doctor ensanchó su sonrisa, mostrándole su perfecta dentadura.
Jungkook le observó estudiando sus facciones, y no sabía muy bien por qué, pero todos los comportamientos de aquel médico le hacían relajar. Aunque quizá se debía al hecho de ser el mismo médico que trataba a Jin, y que Jin le haya comentado que no había nada de qué preocuparse, pudo tener cierta influencia a que su personalidad un poco retraída y desconfiada sea dejada de lado, sólo con la intención de poder mostrarse un poco más abierto emocionalmente, porque al fin y al cabo, sabía que él médico sólo quería ayudar.
Tragó saliva, teniendo en cuenta aquellos pensamientos y asintió a lo que se le pidió.
—Me gusta ejercitarme, me gusta el gimnasio, me gusta correr.
—Eso es genial, creo que es muy saludable que te guste el ejercicio físico ¿sabes que es saludable, cierto?
—S-si... —Jungkook no lo entendía mucho, pero había visto comerciales, documentales y había leído revistas de salud y todo eso. Además, recordaba al médico de Jimin darle aquellas pautas de ejercicios para desarrollar en casa.
—¿Y qué más? —Lo escuchó volver a insistir, cuando él había quedado inmerso en sus pensamientos. Jungkook se encogió en su sitio, sintiéndose de pronto cohibido porque hablar de sí mismo no se le daba muy bien, no aún porque no sabía cómo ordenar su vida. Pero entonces, entre aquellos pensamientos que le provocaban malestar, el medico agregó—: ¿estás con alguien? ¿te gusta alguien?
La pregunta lo sorprendió por completo. —¿Eh? —Su rostro, que no había mostrado ninguna expresión, ahora tenía una, confundido y sorprendido. Y sintiéndose aún descolocado, no pudo evitar pensar en su jefe, en Taehyung. Le gustaba ¿pero estaba con él? Aparte, ¿qué significaba estar con alguien? Porque si era lo que Jungkook creía entonces sí, estaba con su jefe las 24 horas del día, todos los días a la semana.
Aunque una pizca de sus pensamientos sabía que el médico no se refería literalmente a eso. Pero de nuevo, no lo sabía muy bien, era la primera vez que su cuerpo y su mente experimentaban aquellas sensaciones y muchas cosas ahora para él parecían nuevas.
Te amo.
Lo recordó de pronto, no podía no hacerlo. No podía olvidarlo. El calor que se envolvía en su cuerpo cada que recordaba lo tenían sonriendo muy poquito, casi imperceptiblemente. Y su médico no lo hubiera notado si no hubiese estado tan atento a una respuesta audible y no a todas las respuestas físicas que le estaba dando.
Jungkook nunca había conocido el tremendo poder de las palabras hasta ese momento, con aquella frase que hasta el día de hoy parecía derretirlo por completo, haciendo estragos en él y su pequeño y tímido corazón.
Se volvió a encoger en su sitio cuando se percató que la mirada de su doctor seguía puesta en él, sonriente y esperando, nunca presionando.
Aquello lo incitó a hablar.
—N-no lo sé... yo... me gusta alguien. —dijo medio avergonzado y medio asustado al no responder correctamente, pues, su médico le había pedido que trabajara en eso, aún si se tomaba todo el tiempo del mundo en formular una respuesta correcta, aún si sólo eran vagos monosílabos.
Sin embargo, cuando sus ojos atemorizados se encontraron con los del castaño frente a él, este le sonrió ladeando la cabeza con presunta curiosidad. El miedo se disipó del cuerpo de Jungkook, aunque el nerviosismo seguía ahí.
—¿Puedo saber quién es?
—Taehyung. —Fue su única respuesta, sintiendo el bochorno pigmentar sus mejillas, cuando aquel nombre había salido más rápido de lo que tardó en ordenar sus pensamientos.
—¿El chico que vino contigo? ¿él que está afuera esperando?
Jungkook tragó saliva sintiendo algo tirar en su estómago cuando el contrario le recordó aquello. Como si de alguna forma se sintiera íntimo, se sintiera importante.
—Sí... —Era tonto quizá, pero ahora lucía mucho más avergonzado al pensar que el mayor podría escuchar desde afuera que estaba hablando de él con otra persona. Y a pesar de que parte de sus sentimientos no eran para nada desconocidos, era diferente. A Taehyung podría decirle un millón de veces que le gustaba, sin aburrirse, sin embargo, decírselo a otras personas, era vergonzoso.
En ese minuto, con las piernas juntitas, y las manos en puño sobre sus rodillas, podía dar cuenta lo vergonzoso que era contarle a alguien sus sentimientos.
El hombre frente a él, nunca borró su sonrisa y nunca quitó la mirada de sus ojos, atento, siempre atento.
—¿Te trata bien? —preguntó, sus ojos redondos se abrieron de par en par con un cierto deje de preocupación— ¿Puedo saber qué sientes cuando estás con él?
Jungkook asintió suavemente, no muy seguro, pero de igual maneras lo intentaría, porque eso estaba haciendo, intentando. Y no se echaría para atrás.
—Me trata bien... y yo siento... cosas, pero son difíciles de explicar, doctor Do... —Jungkook agachó la mirada, frustrado al no encontrar las palabras necesarias para explicar lo que tanto quería—, no sé cómo decirlo... pero el señor Jin me dijo que podía compararlo con cosas, y yo lo comparo con el calor del invierno... él... de alguna forma... me consuela.
Su médico asintió. —¿Y se lo has dicho?
Jungkook casi se atraganta con el aire cuando aspiró una bocanada. Agitándose al imaginarse aquella escena.
Rápidamente negó, sintiendo calor en la punta de sus orejas. —N-o... yo...
—Creo que sería lindo que se lo dijeras.
—No sé...
El médico suspiró en respuesta y Jungkook se encogió en su sitio, preguntándose si había hecho algo mal en todo lo que llevaban de sesión.
—No conozco a Taehyung, lo vi venir a dejarte, pero a veces, Jungkook —y llamando su nombre, se obligó a alzar su rostro, el hombre le dio una mirada empática que lo hizo relajarse por completo, esfumando aquellos pensamientos aterrados de creer que estaba cagándola—. A veces es bueno dejar salir nuestros pensamientos, lo que creemos, a veces podemos guardarnos muchas cosas, pero luego nos arrepentimos de eso. Y vivimos con aquel arrepentimiento, con aquella duda de, qué hubiera pasado sí... Creo que sería bueno que tus sentimientos los puedas poner en palabras.
—A veces se siente pesado —respondió Jungkook alzando una mano para ubicarla en el centro de su pecho—, a veces es apretado aquí, pero siento... siento que no merezco decir aquellas cosas, siento... siento que soy una persona egoísta, como si yo... lo necesitara siempre...
—Está bien, no estás siendo egoísta, Jungkook, no pienses así, tú lo buscas porque creaste un vínculo con él, confías en él, eres capaz de expresar tus miedos. De cierta forma dependes de él, pero a pesar de que eso está considerablemente mal visto en la sociedad, no es algo realmente malo ¿sabes? —Jungkook alzó las cejas, como si aquello hubiera calmado su tortuoso y lastimado corazón—. Buscas su cercanía, quizás te sientes así porque quieres su apoyo, ¿crees que tienes su apoyo?
—Lo tengo.
—La dependencia sana y exitosa no oprime, no regula y no duele, no te hace sentir inseguro. Todo lo contrario, Jungkook, paradójicamente la dependencia hacia alguien que te gusta, y con la cual te vinculas emocionalmente, te hace libre, te hace seguro y autónomo. Te hace independiente. ¿Por algo estás aquí no?
Los ojos de Jungkook brillaron, cuando Taehyung está a su lado, cuando el mayor se aferra a su mano, él siente que puede hacer muchas cosas, siente que puede lograr conquistar el mundo. Quizás no se quería tanto a sí mismo, pero estaba seguro que la gratitud hacia aquella persona que se convirtió en su jefe hace un año, siempre estaría ahí.
Porque sabía que no habría podido dar ni siquiera un paso a no ser por él, por su ayuda, por su amor, por su existencia. Porque él creyó, él no pasó por su lado haciendo nada, él se dio media vuelta, se acercó y se aferró. Le tendió la mano y no la separó nunca.
Agachó la mirada, inmerso en sus pensamientos. —Él me hace libre. C-como si yo... pudiera lograr muchas cosas...
—No lo conozco, para ser sincero, pero lo veo —eso llamó su atención—, la forma genuina en cómo te mira, la forma como se preocupa por ti cuando viene a dejarte y a buscarte, es paciente. ¿Él te hace sentir seguro?
—Sí... aunque a veces siento que es abrumador, cuando él sonríe... cuando él me sonríe, siento... paz.
—Me alegro, es normal a veces sentirse abrumado, el amor es eso, como una bruma que podría darte tanta energía que sientes que explotarás, y te hace sentir así, vivo. No tiene que ser perfecto, nunca lo es, porque nadie lo es, así que está bien sentirse de pronto, egoísta, o un poco ansioso, pero lo importante es que lo hables y lo discutan ¿sí? Es muy importante esa parte...
Jungkook inspiró profundo, sintiendo cómo su cabeza parecía disipar la neblina de confusiones con respecto a ciertas cosas. No pudo hacer más que inflar su pecho, relajado y mirar con agradecimiento a su doctor.
—Gracias...
—¿Quieres dejarlo hasta aquí? —el hombre estudió su reloj y soltó una ligera risa—. Creo que se nos pasó la hora desviándonos a otros temas.
—Está bien, y... —mordió su labio, mirándole con pena y culpa—, lo siento por no poder... hablarlo aún...
El doctor se puso de pie. —No digas eso, pequeño, tenemos todo el tiempo del mundo, esto es un proceso que va a tu ritmo, nadie dice que es rápido y nadie dice que es lento, simplemente eres tú manejándolo ¿sí? Podemos hablar de lo que quieras hasta que te sientas preparado. No hay prisa.
Jungkook sintió miedo ante lo último, como si de alguna forma sintiera un cierto tipo de presión.
—¿Y si... nunca estoy preparado?
Sorpresivamente, el hombre rio. —¿Tan poca fe te tienes Jeon Jungkook? —el menor alzó la vista, aquel castaño mantenía las manos a cada lado de su cintura, sonriéndole y negando con la cabeza—, nunca estamos preparados ¿sabes? Nunca lo estamos hasta que lo superamos. Así que está bien sentirse así, no se trata de estar preparado, porque nadie está preparado para afrontar ese tipo de cosas, cosas que no debieron suceder, pero sí podemos intentarlo ¿de acuerdo? Intentarlo todas las veces que queramos. Todas las veces que quieras tú, no te voy a obligar, lo sabes. Y sé que lo estás intentando, y creo que lo estás haciendo muy bien. No dejes que nadie te presione, eres tú el único dueño de tus propios pasos Jeon, estás en tu derecho de hacer lo que quieras. Pero únicamente, te pido que seas consciente que personas como el muchachito que está afuera, como yo o Jin que te recomendó conmigo, lo único que buscan es ayudarte, y por lo mismo somos capaces de esperar todo el tiempo necesario, días, meses, años, lo que sea, porque ese es el verdadero significado de la ayuda, estar ahí incondicionalmente ante cualquier situación en la que necesites una mano en la cual apoyarte ¿de acuerdo? No lo olvides nunca ¿sí?
Jungkook sintió caer todos sus muros cuando el hombre dijo aquello, fue casi como una promesa, como una ley sagrada que le daba protección.
No dijo nada porque no sabía qué más agregar, y porque aquello le había dado la confianza que necesitaba para poder afrontar sus miedos, afrontar el temor de pensar que nunca podría superar algo tan arraigado en sus recuerdos, tan tormentoso en sus memorias.
Sus ojos brillantes le miraron de vuelta, no haciendo nada más que una reverencia porque su garganta le dolió por unos segundos.
—¿Nos vemos la próxima semana?
Cuando Jungkook caminó hacia la salida, sintió su pecho más liviano, sus hombros menos tensos. Sintió esperanza.
Giró la vista y sonrió poquito. —Nos vemos la próxima semana.
Taehyung levantó la vista de su celular cuando lo vio salir de la consulta. Rápidamente se puso de pie y envolvió su cintura con una mano mientras acercaba suavemente su nariz a la contraria. Jungkook se relajó ante su toque, suspirando y golpeando el aire en los labios ajenos.
—¿Cómo te fue? —Preguntó tímido, mientras le miraba en aquel ascensor.
Jungkook se removió un poco, encogiéndose de hombros, y sintiendo su corazón golpear cuando el mayor levantó una mano y acarició su cabello, separando los largos mechones para descubrir un poco su frente.
Se sintió protegido, querido con aquella pequeña y delicada acción. Sin embargo, su corazón pesó cuando lo miró a los ojos con cierta tristeza.
—No pude.
—Oh —fue la respuesta inmediata, y Taehyung apretó los dientes cuando lo vio sonrojarse de golpe, quizás avergonzado por no haberlo logrado—, está bien, está bien, no es como si existiera un protocolo ¿sabes? Es tu tercera sesión, Kookie, apenas será el mes, así que está bien, tomarlo todo lento y eso ¿sí?
—Sí... —respondió arrastrando las palabras y sintiendo nuevamente cómo estas podían hacer magia en él y su cuerpo—. Gracias...
—Uhm —Taehyung le observó divertido, con una sonrisa en los labios y los ojos brillantes en algo que era difícil descifrar, de todas formas, se agitó—. ¿Y si me das las gracias de otra forma?
—¿C-cómo?
—No lo sé, tu dime.
—Hyung —Jungkook le llamó casi dolido cuando frunció el ceño y Taehyung quiso golpearse para saber si estaba soñando o no porque vio casi un puchero muy pequeño formarse en sus labios cuando se encogió de hombros, luciendo más diminuto, agachando la mirada cuando inspiró para volver hablar—. S-sabes que yo soy más lento... con esas cosas...
—Anda —Bromeó Taehyung, golpeando ligeramente su hombro cuando salieron al estacionamiento—, sabes lo que quiero.
Jungkook lo pensó por un momento, pero entonces otro pensamiento también llegó cuando intentó idear una respuesta.
Se detuvo al otro lado de la puerta del auto y antes de entrar buscó su mirada para decirle: —¿Mi cuerpo?
Lo que no esperó fue ver a Taehyung sonrojado hasta el cuello.
—¿¡Que!? ¡P-por supuesto que no! ¡Dios, Jungkook que te hace pensar eso! Es decir, me encantas, pero n-no lo veo así... yo...
—Es broma, hyung —Y ante el rostro atónito de Taehyung, Jungkook se encogió de hombros—, el señor Jin dijo que podía decirlo y que eso le haría reír.
—Argh —El mayor soltó un gruñido, pateando el suelo—, ese hyung estúpido y sus ocurrencias de mierda.
Taehyung fruncía el ceño mientras abría la puerta del auto y Jungkook sintió culpabilidad porque la broma que le había enseñado Jin –prometiéndole que Taehyung se partiría de la risa cuando él la dijera- en realidad no tuvo el efecto que quería, pues, su jefe lucía bonito cuando sonreía, y eso era lo que él había esperado luego de decir aquello.
Pero el mayor tomó asiento en el lado del copiloto y no había hecho más que recitar una oración de rezos, amenazas y asesinatos que podría llevar a cabo en Jin, mientras él encendía el motor.
Jungkook seguía extraño, así que, entre esa ansiedad y curiosidad, se giró a mirarle antes de partir de aquel desolado lugar.
—Hay algo —comenzó, haciendo que el contrario callara las maldiciones de golpe—, que a mí me gustaría, no sé si es lo que quiere, pero-
Se cortó, girando todo su cuerpo y observando el rostro confundido y sorprendido de Taehyung. Y sin esperar a que dijera algo, se deslizó hacia adelante para plantar un beso en sus labios. Los dejó ahí, en la suavidad de los contrarios, quietos por unos segundos y se separó un poco, casi nada, sus labios rozándose, sintiendo la respiración caliente y agitada del mayor cuando subió su mirada, buscando encontrarse con aquellos orbes que le observaban profundo.
—¿Esto era lo que hyung queri- —no pudo continuar hablando porque tan pronto preguntó, unos labios atacaron los suyos, esta vez más profundo, con más intensidad, tapando toda su boca, llenándola de su sabor.
Taehyung le besó fuerte, moviendo su rostro hacia adelante y Jungkook se dejó guiar, dejando su cabeza reposada en el respaldo cuando el mayor estaba casi encima de él, entre el volante y su cuerpo, sujetándose con una mano del otro lado de su asiento, rozando con su antebrazo su muslo mientras que la otra mano la subía para reposarla en su mejilla.
Y cielos, era tan sofocante, tan abrumador que el sentimiento lo atacaba por todos lados, haciéndole gemir bajito, muy bajito porque aún le parecía vergonzoso reaccionar inconscientemente así.
Sin embargo, su cuerpo consiguió relajarse, porque las caricias de Taehyung, sus labios moldeándose sobre los suyos, su sabor, la forma tan cariñosa en como siempre lo trataba, todo lo hacía sentirse acogido, como estar descansando bajo un algodón muy blandito que no hacía más que traerle conforte.
Taehyung se separó luego de un rato, sintiendo a Jungkook soltar todo el aire y se dio el lujo de atrapar su labio inferior, mordiéndole suavecito antes de dejarlo ir definitivamente.
Juntó sus frentes y suspiró, Jungkook lo notó abrumado, al igual que él.
—Siento emocionarme tanto... —le dijo en un susurro, acariciando su nariz suavemente.
Era algo que siempre decía cada vez que le besaba con ahínco. Y es que se dio cuenta que Taehyung era muy intenso, pasional, tomaba todo sin dejar ni una gota fuera y eso de alguna forma a Jungkook le gustaba, aunque nunca antes tuvo la valentía de mencionárselo.
Jungkook sintió las manos acariciar su cintura, apretando sutilmente y él no pudo evitar levantar sus manos para posarlas suavemente en los brazos ajenos.
—A mí me gusta. —le dijo de pronto, sintiéndose tímido cuando se percató de sus palabras.
Ante eso Taehyung le regaló una sonrisa, la sonrisa que había esperado cuando hizo aquel chiste y Jungkook pensó que, si era esto lo que tenía que decir, solo aquella frase, entonces se esforzaría para poder decirla un millón de veces con tal de disfrutar el rostro feliz que estaba viendo ahora.
—¿Por qué eres tan bonito?
Jungkook sintió sus mejillas calientes y bajó la vista, aunque no podía hacer mucho con Taehyung así de cerca. Sonrió poquito, sintiéndose emocionado por dentro ante las palabras del mayor.
—Hyung es muy amable.
Taehyung soltó una pequeña risa que golpeó en sus labios, haciéndolo entreabrirlos en respuesta y jadear.
El mayor se alejó un poco para poder mirarle a los ojos.
—El más amable para el más bonito y tierno de todos. —Y con eso, dejó un beso en su mejilla antes de acomodarse nuevamente en su asiento.
Jungkook se sintió bien, bien por dentro y por fuera, se sintió querido y como le decía Taehyung, se sintió bonito.
Encendió el motor, la sonrisa nunca borrándosele del rostro.
Ah, su amor. Pensó, el amor que le entregaba Taehyung le daba energía para estar sonriendo así, incluso si se sentía un poco anti-natural hacerlo. Pues, él no era muy demostrativo con sus facciones y no estaba acostumbrado a expresarlo. Pero por Taehyung, él podría serlo.
Todos los días.
—¿A dónde, hyung?
Taehyung observó hacia adelante, acomodándose mejor y colocó la dirección en el GPS.
—Tengo una reunión —respondió bajito, un poco avergonzado porque era muy nuevo para él—, el doctor hará una reunión grupal y me dijo que yo... uhm, estaba listo para participar, aunque no sé si me reconocerán o si eso se volverá un problema, sin embargo...
Jungkook asintió y luego, cuando lo vio pensativo ante lo último que había casi murmurado, agregó: —Hyung lo hará bien.
Taehyung olvidó sus preocupaciones de inmediato, a su vez, enarcó una ceja divertido, mirándole de soslayo. —¿En qué sentido?
Una ligera risa soltó el menor como respuesta y él no pudo sentirse más encantado.
Últimamente, Jungkook reía mucho.
—En todos los sentidos, hyung.
—¿Contigo? —preguntó de repente, sintiendo sus mejillas calentarse— ¿lo estoy haciendo bien?
Jungkook no le miró de vuelta cuando recibió esa pregunta, y maldita sea que quería hacerlo, pero en su lugar, mantuvo la vista al frente, sin perder ningún vistazo de la carretera, sus dos manos sobre el volante, un poco tenso y preocupado de ser precavido para evitar algún accidente como el que había sucedido hace un mes atrás, cuando tuvo su crisis. Sabía que ahora se sentía más relajado, y si sentía que algo andaba mal no dudaría en comunicárselo a Taehyung, pero, aun así, el miedo estaba.
Cuando el semáforo dio rojo, fue que giró a encararlo. Sus ojos profundos ya le observaban de vuelta, un leve rubor se posaba en sus mejillas, lo cual lo hacían ver incluso más bonito.
"¿Lo estoy haciendo bien?"
Jungkook sonrió, ladeando un poco el rostro y sus ojos brillaron cuando los de Taehyung también lo hicieron.
—Siempre, hyung.
*
—Entonces fui hasta la oficina de Kai y le dije "cuida a estos niños" y le mostré las fotos de Kookie y Tae.
Jin siguió parloteando la tragedia –sí, tragedia- que vivió esa mañana, mientras acomodaba las flores que reemplazaba cada semana que visitaba a Jimin. Cuando estuvo conforme con aquel adorno floral, se giró hacia la cama, en donde se encontró al rubiecito mirándolo de vuelta.
Jimin llevaba un tapabocas, lo hacía cada vez que tenía visitas, era la condición de darle el alta del hospital y seguir un tratamiento adecuado en casa, en el departamento de Yoongi, porque ahí era más cómodo, seguro y se evitaba las exposiciones innecesarias a infecciones que podría contraer en los hospitales.
Cuando su mirada se encontró con la del mayor, le sonrió a través de la tela, achinando sus ojitos y Jin casi ahogó un suspiro, sintiéndose encantado.
Jimin notó aquello y volvió a reír. —Eso es tierno, hyung.
—¡Lo mismo pensé yo! Pero ¿sabes lo que hizo el mal nacido de Kai? —Jin fue hasta su lado, sentándose a los pies de la cama y frunció sus cejas, honestamente, lucía indignado cuando dijo—: hizo esa cosa engreída con la ceja y dijo "tu médico me pidió que no hiciera caso a estas peticiones" —soltó una risa seca, mirando a la nada antes de posar nuevamente la vista en los ojos de Jimin—, ¿puedes creerlo? MI médico y MI trabajador se ponen de acuerdo, joder... ¿¡En qué jodido momento!?
Jimin soltó otra risita y negó con la cabeza.
—Es gracioso que le quieras colocar un guardaespaldas a un guardaespaldas, hyung.
Jin le dio aquella mirada, dolorosa y traicionada, casi como si hubiera recibido un insulto de su parte.
—¡Pero es que no puedo dejarlo así! Desde que Namjoon recibió el caso para demandar a ese enclenque que molestó a Jungkook, no puedo evitarlo, no después de lo que pasó contigo y Yoongi... —terminó por murmurar, el miedo y su preocupación haciéndose palpable en la habitación.
—Kris era un narcotraficante, psicópata y tenía mucha gente a cargo de él... tranquilo, hyung.
Jin acomodó su ropa y levantó su mirada. —Seré llamado exagerado si es necesario, pero no me importa. Los protegeré de todos modos. —Por supuesto no era lo mismo, pero, de todos modos, eso no significaba que no iba estar todo alterado. Además, Taehyung era horriblemente despistado, confianzudo y relajado, podía ser engañado ante la más vil situación si alguien se quería victimizar con él. Jin había conocido gente como él, y aunque sonara triste decirlo, siempre tenían las cosas difíciles.
Sintió la mano de Jimin tomar la suya, apretándola ligeramente mientras le sonreía.
—Gracias por preocuparte de ellos, hyung... ¿has hablado con Taehyung? No lo he visto desde hace dos días —un puchero se formó en sus labios y Jin le miró enternecido queriendo grabarse ese momento. Jimin por otro lado observó la puerta abierta que daba al pasillo, esperando que mágicamente apareciera Taehyung a contagiarlo con su alegría y un sonriente Jungkook a preguntarle un millón de veces si se sentía bien o si quería algo.
Y es que en todo ese mes de su hospitalización se había acostumbrado a ese par, Taehyung lucía cada vez más radiante y Jungkook parecía tomar confianza a pasitos pequeños pero que al final significaba un montón para ellos, considerando que lo conocieron cuando el menor simplemente no hablaba nada y se dedicada a inclinar la cabeza y sólo dirigirse hacia alguien cuando una pregunta directa iba lanzada a su dirección.
Había tenido visitas de todos, incluso de sus padres, y era gracioso ver a Yoongi lucir como su enfermero personal, aunque bastante estricto, llevando un protocolo a cabo de cómo lavarse las manos con desinfectante, entre otras cosas. Y a pesar de haberse sentido rodeado siempre por personas queridas, le ponía un poco triste no ver a Taehyung tan seguido como antes, pues, se había acostumbrado.
—Taehyung y Jungkook tenían terapia ahora —le dijo Jin en un intento de tranquilizar lo abatido y triste que se había tornado Jimin—, dijo que llegaría más tarde a verte, Jiminnie, no te preocupes-
Y fue casi como si lo hubieran invocado, de pronto la puerta fue estruendosamente abierta, haciéndola golpear contra la pared. Pero no lo culpen, Taehyung estaba emocionado y la ronda de besos de Jeon Jungkook parecía darle energía como para durar mil años.
—¿¡Alguien dijo Taehyung!? —Fue lo primero que gritó, dando pasos dentro de la habitación y casi corriendo hacia Jimin para echarse sobre la cama, con la cabeza reposando en su estómago y procurando no aplastarlo tanto.
Jungkook le siguió detrás, más apacible, con pasos calmados, aunque una sonrisa adornaba su joven rostro.
Taehyung levantó la cabeza desde su lugar. —¿Cómo estás Jiminnie~?
Pero antes de que Jimin pudiera abrir la boca y levantar las manos para acariciar su cabello, Yoongi apareció por la puerta, dando pasos pesados y refunfuñando.
—Taehyung —dijo entre dientes, el llamado se giró para verle por sobre su hombro—, las manos, carajo.
Y sí, cuando Namjoon le abrió la puerta del departamento, él solo corrió por la sala, sin tener en cuenta a Yoongi quien estaba ahí esperándolos con un desinfectante en su mano.
Taehyung llevaba el suyo propio en el bolsillo, pero no lo dijo, sólo con la intención de molestarlo.
Pero entonces un sentimiento pesado se acunó en su estómago, haciéndolo perder la sonrisa que llevaba cuando vio a Yoongi ahí siendo un imbécil como siempre. Un imbécil preocupado como siempre. Los recuerdos, de haberlo visto en su estado más miserable llegaron como ráfagas intentando golpear y hacer esfumar su propia idiotez.
Cielos, Yoongi había hecho tanto, pero tanto por Jimin, que en realidad no quería que su broma hiciera preocuparlo más de lo que ya lucía, porque sí, Yoongi se veía alterado, aunque Taehyung cree que así se ve siempre, como si llevara ese kit plus con él desde su nacimiento.
De todas formas, escarbó en el bolsillo de su pantalón y sacó la pequeña botellita.
—Traje la mía propia, Yoongi, ya lo hice.
Yoongi no dijo nada, a su vez, subió la vista hacia Jimin, quien ya le miraba enternecido, haciéndole calmar por dentro y descartar la rabieta llena de amenazas.
Luego de quitar la vista de su novio, se giró ahora hacia Jungkook. —¿Y tú Kukito?
Taehyung fue el primero en actuar, levantó su pecho, mirándole mejor y resopló molesto queriendo decirle que ambos habían hecho el lavado de sus manos como tres veces antes de entrar. Olían a alcohol, por dios, pero antes de siquiera haber podido replicar algo, vio a Jungkook negar.
—No, señor Yoongi. —Y luego de eso, el menor juntó ambas manos y las alzó en dirección al abogado, quien no dudó en esparcir un poco de aquel desinfectante.
Taehyung se agitó, apretando los labios al ver lo considerado que se volvía Jungkook alrededor de los demás cuando los notaba tenso.
Tan bonito.
Sabía que lo había hecho sólo para calmar el apretado y estrujado corazón de Yoongi, y eso no hizo más que encantarle.
Creía que era lindo que se preocupara por otros.
—Aigo, ¿Taetae y Jungkookie? —Namjoon llegó a la habitación cuando sintió más gente, traía un delantal de cocina y un guante en una de sus manos—. ¿Quieren ayudarme? Estamos haciendo galletas con Jin —y con eso miró al susodicho, quien lo había dejado preparando la masa solo—, aunque mi ayudante se escapó, que sorpresa encontrarlo aquí ¿no?
Jin rodó los ojos, pero antes de que pudiera replicar algo, Jungkook se acercó hasta Namjoon tomando toda su atención.
—Yo puedo. —Fue lo único que dijo, su voz saliendo bajito, Taehyung le miró enternecido con una sonrisa liviana en sus labios cuando ambos desaparecieron por el pasillo, junto con Yoongi.
Tan bonito.
El más bonito.
De pronto, sumergido en sus pensamientos, y con la vista aun pegada en la puerta, sintió una caricia en su cabello laceo, haciéndolo voltear hacia adelante y observar a Jimin desde su lugar en su estómago.
—¿Cómo te fue?
Taehyung se removió un poco. —Bien. —fue lo único que pudo decir, sintiéndose pequeño.
—A ver —Jin soltó, acercándose hasta quedar sentado a un lado de Jimin y así poder observar a Taehyung mejor—. Define bien.
Taehyung rodó los ojos, pero de igual formas le caus gracia la forma en como el mayor le exigió desenvolverse en su corta respuesta.
Así que tomó una respiración profunda, sintiéndose nostálgico de pronto. —Bien del tipo genial, hyung. Hay más personas como yo —bajó su voz, apagándola al pensar en que eso había sonado un poco extraño. Carraspeó, intentando encontrar mejores palabras que eso—, es decir, no debería ocurrir, pero ellos, uhm, esas personas se han sentido igual que yo. Sus pensamientos y sus vidas, me hicieron sentir como si alguien pudiera entenderme al cien por ciento, sin juzgarme, no es que los demás lo hagan, pero... se sintió así. El lunes tenemos otra reunión.
Jimin le sonrió, tan maternal que sintió la sonrisa de su madre en ella. —Me alegro mucho por ti, Tae~
Pero entonces Jin carraspeó. —¿Es con el doctor Do?
—No, él atiende a Jungkook, decidimos no ocupar el mismo psicólogo... a mí me atiende el doctor Lu.
—Oh... —El mayor frunció el ceño, preguntándose de dónde había escuchado aquel nombre.
Pero no lo pensó mucho. Jimin a su lado volvió hablar.
—¿Es bueno?
—Sí, él... —Taehyung guardó silencio por un tiempo más largo, aquello preocupó a los dos que escuchaban atentamente, sin embargo, pudo recomponerse cuando sus mejillas se tiñeron—. M-me habló de los apegos, apegos ansiosos o apegos obsesivos y me ayudó a- a cómo trabajar en eso, estamos trabajando en eso.
—Eso es bueno, Tae —agregó Jin, con una pizca de orgullo en su voz—, me hicieron trabajar en eso también, fue una mierda, aun creo que sigo intentándolo, pero, de todas formas, es muy bueno que lo haya considerado parte de tu tratamiento, es un buen doc.
—Supongo... —Taehyung soltó un suspiro, apegando la mejilla en el estómago de Jimin y concentrándose en los ruiditos que hacía esta de vez en cuando.
—¿Qué pasa? —Jimin dijo luego de un rato cuando Taehyung no quiso hablar más, lucía preocupado.
Jimin observó a Jin en busca de ayuda, pero el mayor sólo se removió en su sitio, poniéndose de pie al instante.
—Uhm, iré a grabar a Jungkook haciendo galletas... —susurró, pensando en que la mirada que le había dado Jimin era para dejarlos solos. Además, tenía miedo de cagarla si se quedaba y la idea de ver a Jungkook cortar galletas, le parecía emocionante también.
Cuando estuvieron solos, Taehyung se separó del cuerpo de Jimin y se rascó la nuca, nervioso.
—Te ves preocupado. —le dijo Jimin. Escudriñando en su mirada en busca de algún indicio del malestar que de pronto lo apresó.
—Estoy pensando en volver a Busán. —soltó de pronto, tan precipitadamente porque sentía que, si no lo decía, entonces no lo haría nunca. Su cuerpo se relajó, como si hubiera tenido aquel deseo atrapado entre medio de su garganta.
Se atrevió a mirar a Jimin, quien lucía entre confundido y aturdido.
—Oh —Jimin intentó pensar en qué había de malo en eso como para que Taehyung reaccionara así, luciendo nervioso y tenso. Relamió su labio en busca de su mirada—, Eso es genial... ¿cierto? ¿no quieres verlo? ¿Por qué luces tan abatido? —silencio—. ¿Taehyung?
El mayor se mordió los labios y negó. —Siento que es lo mejor para los dos... —Lucía inmerso en sus pensamientos, en sus decisiones y opiniones
Jungkook. Pensó Jimin, pero aún sin lograr entenderlo del todo.
—¿Cómo? —Jimin frunció el ceño, intentando procesar la frase que Taehyung había dicho con aquella voz tímida. Cuando lo entendió o quiso entenderlo, su pecho se apretó y su respiración se volvió agitada, sacando conclusiones demasiado apresuradas—. ¿l-lo vas a dejar solo? —Preguntó con miedo, y entonces relamió sus labios, acomodándose mejor—, sabes yo podría traerlo aquí, Yoongi adora a Jungkook y-
—No, claro que no lo dejaré solo, Jimin. —le dio una mirada angustiada, frunciendo el ceño al ver que el contrario lo creía capaz de hacer eso.
—¿Entonces?
Taehyung dejó el aire salir, convenciéndose a sí mismo de que era Jimin a quién le estaba contando y que, por ende, tenía toda la confianza con él para decirlo.
Sin embargo, de alguna forma le causaba un poco de vergüenza.
—Lo quiero llevar conmigo —comenzó, Jimin no hizo más que mirarlo, sin interrumpirlo—, será un viaje pequeño, dos semanas, quizás, algo muy corto. Quiero que mis padres lo conozcan, y me gustaría que Jungkook se desenvolviera en un lugar así, en un ambiente familiar como ese. En un ambiente donde solo exista amor, sabes.
Tan pronto terminó aquello, Jimin sintió su cuerpo relajarse. —Eso es genial- mierda, Tae, por un momento pensé que lo ibas a dejar solo —musitó, no entendiendo a qué se debía el comportamiento nervioso de Taehyung, pues, él lo veía como una buena idea—, entonces ¿Cuál es el problema?
—No sé... —le respondió, removiéndose un poco y encogiéndose en su sitio—, no sé si lo va a rechazar, me da un poco de pánico- no —detuvo sus palabras abruptamente cuando vio la mirada asustada de Jimin al haber usado esa palabra. Okey, mal chiste—, es decir, me da un poco de nervios, sí. Eso, no sé si me rechazará...
Jimin negó. Alzando una mano para acariciarle su mejilla. —No pierdes nada con intentarlo, Tae.
El nombrado suspiró. —Lo sé, solo... tengo miedo, es estúpido. —y con eso volvió abrazar el cuerpo de Jimin, hundiendo la mejilla en su estómago, sintiéndose relajado y seguro ahí, con las pequeñas manitos del contrario dándole leves caricias en su cabello.
—No es estúpido tener miedo, Tae, es normal, pero te aseguro que quizá te arrepentirás si no lo invitas, aparte es un viaje corto ¿cierto? No te estreses tanto ¿sí?
Taehyung alzó la vista, observando aquel dulce rostro que no hacía más que iluminar su interior en un poco de esperanza.
—Supongo... —y con eso se rindió con el tema, pensando en que tarde o temprano tendría que hablar sobre eso con Jungkook e intentar no morir en el intento—. Gracias Jiminnie~ pero ahora hablemos de ti, ¿cómo te has sentido?
Sintió a Jimin relajarse bajo su abrazo, entretenido jugando con su cabello. —Bien, el doctor dijo que me recuperaré en una semana y media si sigo al pie de la letra con el tratamiento, aunque me prohibió un poco las visitas, y el contacto con otras personas.
—Ah, pero bien que duermes junto con Yoongi. —insinuó, mirando las cosas del mayor en la mesita de noche del lado donde supuso que el mayor dormía.
—B-bueno —se sonrojó—, no es como si el doctor hubiera prohibido eso.
Taehyung soltó una risa seca. —Sí, claro, ¿a eso te referías cuando me dijiste que hacías ejercicio?
—¡Yah! —Las caricias de Jimin se convirtieron en golpes en su cabeza, sin embargo, Taehyung se largó a reír, mordiéndose los labios divertido para intentar reprimir aquella sonrisa burlona, adorando la forma en como Jimin se sonrojaba.
Fue justo en ese momento de calma, cuando la puerta es golpeada muy bajito. Jungkook apareciendo luego por esta.
—Señor Jimin... —susurró, acercándose a ellos, pero no lo suficiente porque no quería romper aquel ambiente que notó como íntimo.
Taehyung de alguna manera terminó sonrojado por la forma en como Jungkook los observaba, así que se separó del cuerpo del rubiecito y estiró la espalda para sentarse correctamente.
—¿Has estado bien, Kookie? ¿Taehyung te ha tratado bien? —Jimin dijo lo último casi como el inicio de una venganza hacia Taehyung por sus burlas de hace segundos atrás.
Lentamente las mejillas de Jungkook comenzaron a calentarse, agachando la mirada después de darle un fugaz vistazo al nombrado. Luego de unos minutos, logró asentir y carraspear para volver a mirarles.
—El señor- hyung, me ha tratado bien.
Oh. Jimin asintió, sonriente, demasiado sonriente para el gusto de Taehyung.
El rubiecito ladeó el rostro, con duda y una pizca de picardía bañándose en sus ojos.
—¿Y sabias que Taehyung tiene que decirte algo?
Taehyung de inmediato se tensó. —Jimin no. —le dijo, asustado. Pero su mejor amigo no hizo más que encogerse de hombros. Aquella picardía luciendo más notoria que antes.
Jungkook observó a su jefe, en busca de algo. —¿Uhm?
Jimin suspiró, descubriendo el edredón y colocándose de pie al instante. —Bien, es momento de que yo vaya a ver como quedaron esas galletas horneadas.
Pero Taehyung le tomó la muñeca cuando él se alejó. —Jimin por favor.
Jungkook estudió en silencio el comportamiento de Taehyung, su pecho se apretó y su estómago se contrajo al ver la desesperación en sus ojos cuando estos buscaban la mirada de Jimin.
Agitado, quería decirle también a Jimin que por favor se quedara con Taehyung si eso lo calmaba y ayudaba a dejar que colocara aquel rostro que lo volvía ansioso, pero era extraño, porque cuando le dio un vistazo a Jimin, quien estaba de pie a punto de irse, este estaba sonriendo, pícaro, como si hubiese hecho alguna maldad y Jungkook no pudo sentirse más confundido por eso.
Aun así, se removió incómodo, porque el rostro de Taehyung lucía asustado.
—Señor Jimin no creo que sea prudente que se vaya... —casi susurró, haciendo que ambos pares de ojos le miraran.
Le dio un suave vistazo a Taehyung, quien ya había suavizado su mirada para observarle, como si concentrarse en sus ojos fuera la cura de todas las emociones que no hacían más que estrujarlo.
Jimin se alejó cuando el agarre en su muñeca se debilitó. —No, no, de verdad —dijo, con su vista en Jungkook mientras tomaba el pomo de la puerta—. Tae quiere hablar contigo.
Con eso, Jimin le dio una última sonrisa a Jungkook y se perdió por el pasillo, cerrando la puerta después de irse.
Taehyung jadeó.
Mierda, mierda, mierda.
Jodido Jimin de mierda.
¿Todo este tiempo cuidándolo y protegiéndole y así le paga?
Pequeña cosa insolente, soy tu tío, mierda.
Dios, estaba desesperado, su corazón golpeó en su pecho a punto de explotar cuando la sala sucumbió a un enorme silencio, ambos demasiado quietos como para decir algo.
Aunque Jungkook se movió, preguntándose si era correcto para él acercarse o no, porque honestamente quería, quería estar a su lado.
El menor se rascó el puente de la nariz y escondiéndose tras los mechones largos que caían por su frente, buscó su mirada. —¿S-sucede algo, hyung?
Taehyung no contestó de principio, no venía preparado para esto, había sido solo una idea vaga en su cabeza, pero ahora, por culpa de Jimin, sentía que no había vuelta atrás, y estaba seguro que podía decirle a Jungkook que no pasaba nada, que podían volver con los demás a la sala y el menor lo aceptaría sin chistar. Pero si llegase a hacer eso, Jimin lo mataría, lo molestaría, lo cargosearía por el resto de los días hasta que él pueda hablar sobre el tema nuevamente.
Y definitivamente no quería pasar por esta situación dos veces.
Aunque ahora quería que se lo tragara la tierra tan malditamente mal que enmudeció. En serio, sus ojos pegados al suelo esperaban hacer un hoyo en aquella alfombra donde él pueda escapar de esta nerviosa situación.
Jungkook se movió de nuevo.
A su lado, Taehyung sintió un peso hundirse.
—Uhm ¿está todo bien? —Dios, Jungkook estaba ahí, a centímetros mirándole. Taehyung alzó la vista solo para encontrarse con su rostro preocupado.
Su propio corazón se apretó cuando lo vio ahí, intentándolo, de alguna forma, una emoción diferente nació en su pecho cuando pensó que quizás esto no hubiese ocurrido hace cinco meses atrás.
Taehyung no dijo nada.
Así que Jungkook un poco desesperado, jadeó preocupado y se levantó de la cama. —L-llamaré al señor Jimin.
Solo ahí Taehyung reacción. —No. —le dijo, tomando su muñeca y haciendo que se quedara ahí a su lado.
Jungkook no forzó, volvió a tomar asiento a su lado, observándole, estudiándose sus facciones a pesar de que esta eran dolorosas.
El menor se estaba desesperando. Que Taehyung no hablara, no le explicara qué era para que él pudiera encontrar una solución, de alguna manera, le enfermara.
—Hyung, si yo pudiera hacer algo-
Se cayó abruptamente cuando Taehyung levantó la vista y le sonrió.
El mayor acercó una mano, despeinando sus mechones rebeldes para descubrir mejor su rostro, sin embargo, luego de eso no la alejó, sino que bajó para acunar su mejilla. Jungkook sintió calor.
—Ya haces demasiado, Kookie.
Jungkook se relajó ante aquel suave toque, dejando salir todo el aire retenido debido a la ansiedad que lo había abrumado de preocupación.
—Entre los dos, creo que usted hace más por mí que yo por usted. —confesó, sus mejillas sonrojadas cuando relamió sus labios sin saber qué más agregar.
Taehyung le miró enternecido. Enamorado. —¿Es así? —Preguntó, en un susurro mientras deslizaba el pulgar por su pómulo, por su mentón, por sus labios, acariciándole.
Jungkook estaba fundido, derritiéndose ante su suave toque. —Sí... —dijo, arrastrando las palabras cuando sus labios golpearon suavemente con la yema de los dedos de Taehyung.
Hubo un pequeño silencio, ambos observándose como si pudieran estar haciendo eso por horas, sin incomodarse, sin aburrirse. Taehyung sonrió cuando bajó la vista hasta sus labios, y en un jadeo entre cortado, dijo: —¿Puedo?
Jungkook sintió su estómago hacerle cosquillas. Respirando medio audible, dejó la pregunta al aire, sin responderla cuando se deslizó hacia adelante, haciendo que fuera Taehyung quien cortara toda la distancia, tomando sus mejillas y acunándola entre sus manos mientras le besaba en los labios, suavemente, sin ningún apuro, mordiendo los labios en aquel proceso que no hacía más que fundir su corazón.
Jungkook creía que los besos de Taehyung eran mágicos, era como si lo teletransportaran a otro lugar, y tan malditamente adictivos que no quería que acabaran nunca.
La habitación solo se llenaba de chasquidos, gemidos silenciosos y uno que otro suspiro.
Cuando Taehyung se separó, llevaba una mirada profunda, brillosa, al igual que la contraria.
—¿Por qué eres tan bonito? —le preguntó, perdiendo la cuenta de cuantas veces le había preguntado ya lo mismo.
Jungkook agachó la cabeza, sonriendo muy tímido y con las manos inconscientemente apretadas en el pecho de Taehyung, apretujando su camisa.
—Hyung —le llamó, casi en un susurro—, usted siempre... siempre puede... —le dijo, mirándolo una única vez, encontrándose a Taehyung un poco sorprendido, atónito y con el mismo rubor que tenía él.
—¡Ay! Por eso digo que eres tan bonito~ —le dijo, abrazándolo y tirando de él para que ambos cayeran en la cama, cada uno sobre su costado.
Jungkook sonrió.
—Kookie... —le llamó, sintiéndose más relajado cuando comenzó a peinar los mechones que caían tiernamente por el edredón, cerca de su frente—, yo quería decirte algo.
Bien, ya no estaba relajado, a la mierda su relajo. Tan solo haber dicho eso, tuvo su cuerpo tenso, haciéndole estragos toda su musculatura.
Jungkook lo estudió. Preocupado- —¿Está todo bien?
Y Taehyung se sintió mal por hacerlo preocupar tanto. —Sí, sí, es solo que yo... —se mordió el labio. Cielos, pensarlo era mucho más fácil que decirlo—, yo... uhm...
—¿Hyung?
Taehyung soltó un suspiro. Su mirada nerviosa vagando por cualquier parte del rostro ajeno buscando cualquier reacción.
—Yo... creo que volveré a Busan, por unas semanas... —tragó duro, sin perderse ninguna reacción de Jungkook. Lo vio quieto, impasible, sin embargo, pudo notar la forma en como frunció el ceño.
—Oh...
Jungkook no supo qué más agregar, aunque un malestar cayó en la boca de su estómago, sintiéndose pesado de pronto. El toque que Taehyung comenzó en su cabello, era lo único que lograba relajarlo, sin embargo, tragar se volvió un poco doloroso. No sabía por qué o a causa de qué.
Fue en ese momento que Taehyung comenzó a sonrojarse, desde las orejas hasta el cuello, literal, su rostro ardía ante aquella mirada curiosa que no hacía más que analizar su rostro.
—Yo... uhm, no sé... no sé... —Mierda, ¿por qué era tan difícil?, volvió a dejar salir todo el aire, intentando concentrarse—, yo... no sé si se puede pedir un traslado en tu agencia o... ¿vacaciones? —lo último fue casi su voz pendiendo de un hilo.
—¿C-cómo? —El rostro de Jungkook lucía como una persona confundida, pero lo vio agitarse, tensarse bajo su toque.
Cierta parte de Taehyung se sintió culpable al ser causante de aquellas emociones.
Buscó su mirada, y la mantuvo mientras le sonreía labialmente. —No quiero arrastrarte conmigo, si no quieres, está bien, lo respeto, pero yo... estuve pensando y creo... creo que sería bueno estar ahí, con mi familia —ellos te amarán, pensó, ellos te mostraran un amor diferente, quiso decir, pero tenía demasiada vergüenza ya como para poder explayarse mejor—, pero creo... creo que sería bueno, no lo sé... p-para ti y para mí...
Jungkook negó. Los latidos erráticos en su pecho no hacían más que alterar la situación. Su pecho se apretó, siendo incapaz de concentrarse. Su mente viajando a mil por horas, malinterpretando quizás lo que Taehyung trataba de pedir.
—N-no entiendo...
—Quiero que vengas conmigo.
Jungkook se quedó quieto, como si hubiese dejado de respirar y Taehyung sintió su pecho arder, un brillo de miedo posándose en sus ojos.
—Yo... —el menor no terminó la frase, y dios, ahora Taehyung tenía tanto temor de haberla cagado.
¿Quizás había sido muy pronto?
Sin embargo, pasaron unos cuantos segundos y aquel sonrojo característico en Jungkook, que se posaba en la punta de sus orejas, fue el indicio suficiente para que Taehyung tomara eso como una buena señal. Como un rayito de esperanza que no debía desperdiciar.
Así que pasó una mano por la cintura de Jungkook y se movió hasta él, en donde dejó un suave beso en sus labios, juntando sus frentes luego.
—¿Puedes? ¿puedes venir conmigo? —preguntó en un susurro, su voz pendiendo de un hilo suave que no hacía más que acariciar a Jungkook—, yo te cuido. ¿si? ¿qué dices?
Otra caricia, otro beso. Taehyung empujó suavemente la mano que había posado en la espalda baja de Jungkook para acercarlo por completo a su cuerpo, tocándose por todos lados. Y Jungkook lo recibió todo, cerrando sus ojos y sintiendo su calor, aquel calor que no hacía más que acunarlo, cuidarlo y refugiarlo. Aquel calor que, por más alto que fuera, nunca quemaba, solo reconfortaba.
Recibió un beso en su mejilla, en la punta de su nariz, en su mentón antes de que Taehyung enterrara el rostro en su cuello y le abrazara de lleno.
No pudo hacer más que relajarse ante su toque, levantando los brazos para envolverlo también en un abrazo.
—A-a mí me encantaría —dijo luego de un rato, sin dejar ir aquella posición—, a mí me encantaría ir, hyung.
El cuerpo de Taehyung volvió a relajarse por completo, afianzando el agarre, y apretándose más contra Jungkook cuando el menor le dio la respuesta que tanto anhelaba.
Permanecieron así, uno junto al otro. Jungkook alzó sus manos más allá de la espalda de Taehyung y las posó en su cabeza, acariciando ligeramente, como recordaba que Taehyung lo hacía con él. Muy suavecito, con miedo de hacerlo sentir mal, aunque la respuesta de que iba por un buen camino, fue un Taehyung removiéndose como un gatito bajo su mentón.
—No sabía que hubiera hecho si me decías que no.
—No podría —respondió seguro, tragando luego—, no podría decirle que no.
Taehyung se separó, frunciendo el ceño. —Puedes decirlo, es decir, no estás obligado ¿sí? Puedes decirme que no a algo y estará todo bien, l-lo entenderé...
Jungkook solo se dedicó a asentir, a pesar de que sabía que nunca podría decirle que no, Taehyung había hecho mucho por él, y por lo mismo, le había depositado toda su confianza, sabía que el mayor nunca buscaría hacerle daño, no lo lastimaría, porque lo único que había hecho todo ese tiempo juntos, había sido cuidarlo, nada más que cuidarlo. Así que ¿Cómo podía decirle que no? Confiaba en él a ojos cerrados.
Y se sentía bien, tener a alguien así, en quien confiar a ciegas.
Permanecieron abrazados ahí por varios minutos, mirándose, acariciándose y no haciendo nada más que entregarse aquel cariño, aquel amor que por meses habían dejado pasar, como si estuvieran intentando recuperar el tiempo perdido.
Sin embargo, la puerta fue abierta de improvisto. Jungkook se tensó primero, pero cuando quiso levantarse para poder ver mejor, los brazos apretujados alrededor de su cintura se lo impidieron, y bueno, no es como si él hubiese luchado contra aquel agarre, simplemente se dejó hacer, optando por alzar sólo su rostro y encontrándose con la mirada acusadora de Yoongi.
—¿Qué se supone que hacen en mí cama?
Taehyung acercó el cuerpo de Jungkook. Como si eso fuera más posible de lo que ya estaban y observó a Yoongi con una ceja alzada.
—¿No lees el ambiente, acaso?
El pelinegro rió. —¿El ambiente que me dice que Jungkook está desesperado por alejarse de ti?
Y Jungkook frunció el ceño.
Pero antes de que alguno de los dos pudiera replicar esa frase, otra persona apareció por la puerta.
Jimin golpeó ligeramente a Yoongi, ganándose una mirada que se suavizó tan pronto sus ojos se encontraron.
—Yah, deja de pelear bebé —con eso besó su mejilla por sobre el tapabocas y luego se dirigió a ellos—. ¡las galletas están listas, listas para llevar!
Taehyung asintió. —Bien, pero dile a Yoongi que deje eso de ser un bastardo de mierda, no le queda.
Yoongi gruñó. —Estoy aquí imbécil.
Más Taehyung, no hizo otra cosa que ignorar aquello y dirigirse a Jimin. —¿Asegúrate sí Jimin?
Otro gruñido. —Tsk, dije que estoy-
—Yah, vamos. —Jimin no le dejó terminar, tomó la mano de su novio y lo arrastró fuera. Cerrando la puerta luego.
Taehyung suspiró, pero había diversión porque molestar a Yoongi sería un chiste que nunca pasaría de moda.
Dejó ir el cuerpo de Jungkook, más relajado y tranquilo. Ambos se colocaron de pie, acomodando las ropas que se habían desordenado cuando se acostaron.
Cuando estuvo listo, quiso moverse para abandonar la habitación, pero Jungkook se quedó ene l mismo lugar, los pies plantados en el suelo.
El menor buscó su mirada, el sonrojo posándose en sus pómulos.
—S-sabe que es mentira... ¿cierto?
Taehyung se sonrojó también.
Dios, era tan bonito, Jungkook nunca había hecho eso, no es como si lo necesitara ahora, pero en el pasado, cuando había estado arruinado, hubiese luchado por escuchar palabras así de consoladoras por parte de Jungkook. Y ahora que el menor tomaba la iniciativa y lo hacía de manera más regular, no hacía más que derretir su corazón.
Porque lo estaba intentando.
Taehyung le miró sonriente. —Por supuesto que lo sé —le dijo, yendo hasta él para acariciarle su mejilla—, vamos, que nos están esperando.
El mayor se movió primero, en donde cerca de la puerta estiró la mano luego. Jungkook la tomó, sin dudar, porque sabía que ahí había refugio, había tranquilidad, había amor y había paz.
+++
ow, me siento tan cansada, lo siento si haymuchas faltas :(
sé que es kk, but estoy apuradísima, en unas horas tengo un viaje y no vuelvo hasta el 20 de enero, Y no llevo laptop, porque es como un lugar muy naturaleza, conexión, espíritus, camping, y cosas así. Medianamente con internet. Me voy a RE morir, imaginad que lanzan una noticia re turbia o anuncian el comeback de BTS y yo ahí, persiguiendo mariposas, buscando flores asdlñkj AHHHH Askljñ
Queda un capítulo, re soft y todo y sería ya el último, lo subiré cuando vuelva ;; ya que no pude terminarlo para hoy.
Quizás después retome otro de los fic que envié a borradores oooooo suba uno nuevo, idk.
Yyyyy Lo siento muchísimo, acorté este capítulo, lo sientouuu, pero es que si no lo hacía no lo iba a poder subir yyyyyy me voy, joder, me voyyyyyy ya. eso sonó extraño o yo soy la única pErVverTidA aquí? Hay siento que estoy como hiperventilandoOOo ayudaaAA, ya. Stop. Gracia spor todito, por todo el amor, por leer esta kk, de verdad, i hate myself por escribir estas cosas cliché, pero no lo puedo evitar. Ya pararé. Alskj ay, os quiero <3 se me sale lo coño, joder, ostias! Los amo ctmre ¡ así debería ser uwu ya. Aksdjl parare ahora siiiiiiiiiiiii aAWWwW}
Nos leemos en un mes (¿quizás, ♥ gracias por todo y perdón por el testamento gigante que hice ajls
el cachorrito del taekook si esto hubiera sido omegaverse ahrre alsdñkj ya bye
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