
1 4
♡
Esa tarde, Jin se encontraba recostado en la cama en el departamento de Namjoon, los brazos sobre su estómago, mientras observaba el techo.
De la nada suspiró. —Quiero adoptarlos.
Namjoon detuvo todo el trabajo que estaba haciendo en su laptop y, desde su escritorio, giró la silla para verle.
—¿Qué? —Frunció el ceño intentando entender sus palabras.
Jin volvió a suspirar, cada vez notándose más nostálgico, con más tristeza. —Quiero adoptarlos. —Volvió a decir.
¿A quién?
—A Jungkook, y a Tae... —respondió, esta vez, girándose para encontrar la mirada de su novio—. Quiero adoptarlos.
Apenas escuchó aquello, Namjoon abrió y cerró la boca, lucía horrorizado, como si Jin estuviera contándole algo demasiado asqueroso. —No puedes adoptarlos ¡qué carajos, Jin! —una expresión de asco se formó en su rostro imaginándose cómo sería un bebé Tae y un bebé Jungkook al cuidado de ellos. El pensamiento utópico se esfumó tan rápido como apareció. Definitivamente no podría con ellos—. Olvídalo, no es como si nos vieran como un padre o una madre, de todos modos, son mayores de edad, claro que no puedes.
Jin hizo un puchero, como si la situación por su lado no fuera para nada fantasiosa. —Es que son demasiado uwu.
Nuevamente, Namjoon arrugó el ceño. —¿¡Demasiado uwu qué!?
—¡Ay no entiendes nada! —regañó el castaño, cruzándose de brazos como si Namjoon fuera la traición—. Eso te pasa porque estas todo el día leyendo decretos, leyes y libros sobre política —chasqueó la lengua y negó con la cabeza—, deberías leer fanfics y ver memes en twitter, así me entenderías.
Era increíble que él sea mayor y que Namjoon resultara ser el anticuado.
—El punto es que no podemos adoptarlos, Jin... —El castaño omitió todo ese sermón de que debería gastar más su tiempo en redes sociales y prefirió concentrarse en lo primero que atormentaba la mente del contrario. No quería empezar hablar de lo otro porque estaba seguro de que el mayor terminaría recomendándole libros unicornios y haciéndole cuentas en todas las redes sociales que pudieran existir. Así que simplemente prefirió manejar su mente y enfocarse en lo primero—. Con que sean nuestros amigos es más que suficiente.
Jin sabía que era ridículo lo que estaba diciendo, es decir, cumpliría 27 años ahora, y no es como si aquellos dos chicos lo vieran como una figura paternal, sin embargo, no podía evitar querer protegerlos. Después de lo que ocurrió hace cuatro días atrás, donde pudo presenciar el miedo clavado en el cuerpo de Taehyung, tan fuerte, no podía evitar el sentimiento de protección que nacía de su pecho.
Así que con ese recuerdo de Taehyung en la presentación de Hoseok, volvió a suspirar. —Solo quiero proteger a Tae, no pensé que... sufría esas crisis... creí que era como un mini SeokJin, un mini yo —concluyó, y con eso se encogió de hombros porque Namjoon le miraba como si le hubiera salido otra cabeza del cuello, y es que el menor era tan cuadrado que tomaba todas sus palabras literalmente en serio—. Me refiero a que su personalidad es fuerte, así como la mía. Por eso, un mini yo.
Namjoon se quedó pensativo y luego suspiró. Salió de su sitio, mirándole divertido mientras caminaba hacia la cama. —Pero Taehyung no es pasivo.
Y Jin juró sentir un par de neuronas explotando en su cerebro cuando escuchó eso. Rápidamente entrecerró los ojos a su dirección, observando sus pasos, Namjoon le sonrió enternecido y rápidamente depositó un beso en su frente antes de recostarse junto a él.
Fue demasiado tierno, y Jin ahora sintió como las neuronas esas volvieron a reconstruirse en cuestión de segundos. Pero, aun así, no quería dejar pasar la conversación.
—Ese no es el punto, Kim Namjoon. —le gruñó.
El nombrado se giró y comenzó a admirar su perfil. Estaba cansado y quería cerrar sus ojos, abrazar a su novio y dormir. —Lo sé, hyung~
Su voz ronca salió con aegyo, el ligero timbre tierno causó un sinfín de sensaciones en el mayor. Quería sonreír y chillar por lo lindo que estaba siendo, pero apretó sus labios porque realmente no quería desviarse del tema.
—Sabes... —fue Namjoon quien rompió su silencio, ayudándolo con la lucha interna de no saber si girarse y morder su mejilla o actuar todo serio y preocupado por la situación que ocupaba todos sus pensamientos. Se quedó con la segunda cuando el timbre de la voz del menor cambió al continuar diciendo—: es lindo que te preocupes por ellos así. Me hace sentir orgulloso de ti, Jin, es como si hubieras crecido lo suficiente para ver más allá que a ti mismo. Y yo realmente quiero ayudar a Taehyung, a que deje de sufrir así.
Jin giró para quedar de lado, frente a él. —Joonie... —susurró, por las lindas palabras y por la linda sonrisa que le daba. Imitó su sonrisa, dispuesto a recibirlo todo—. ¿Puedo preguntar algo? —Namjoon asintió y él tomó un profundo aire pensando en lo que diría ahora—. Cuando seamos capaces de adoptar, ¿qué te gustaría ser? ¿papá o mamá?
Una risa divertida salió de los labios del menor y el corazón de Jin se contrajo al verlo tan feliz y simple. —Eso es lo de menos —respondió, sus ojos brillantes e intensos—, creo que estaría completamente feliz si me dicen appa u omma, o si nos dicen a los dos appas o si terminamos siendo sus ommas, que es lo más probable.
Jin rió. —Una omma en cuerpos de appas —concluyó y luego de eso frunció el ceño—. Espera, eso sonó raro, ¿cierto?
—Demasiado. El punto es... creo que sería suficiente si ellos nos ven como una figura de confianza, alguien a quienes pueden respetar pero al mismo tiempo jugar, alguien en quienes pueden depositar todos sus temores, sus alegrías, sus quejas, su felicidad. Lo único que quiero es que seamos capaces de demostrarles que nosotros podremos amarlos incondicionalmente —La mirada de Namjoon se volvió nostálgica, como si pudiera imaginarse aquel futuro, y luego, cuando estuvo conforme de lo que formaba en sus pensamientos sonrió—. Sí... creo que eso es suficiente para mí.
Algo en el pecho de Jin se movió, era una sensación rara que sólo ocurría cuando a Namjoon se le daba por hablar bien bonito. No podía terminar amándolo más porque se ahogaba con todo lo que ya sentía por el menor, sin embargo, él solía decir este tipo de cosas, concluir y expresar sus pensamientos de una forma tan fluida y radiante que Jin no podía hacer más que inflar su pecho y, de alguna manera, sentirse orgulloso y amado.
Así que no le quedaba más que sonreír, acercándose más a él y recostando su cabeza sobre aquel pecho blandito cuando el menor estiró un brazo, incitándolo a que se acercara.
—¿Cuándo tenga 35 y tú 33 podemos irnos a un país donde sea legal la adopción homoparental y adoptar muchos, muchos niños?
—Claro que podemos —le confirmó Namjoon antes de depositar un beso en la coronilla de su cabeza—, cuando estemos más establecidos económicamente, podremos hacer eso, Jin.
Jin quería decirle que eso era lo de menos, es decir, su herencia era una fortuna que podía cubrirlos a ellos dos y a un montón de bebés, pero prefirió guardar silencio porque sabía que Namjoon hablaba por él y su deseo de crecer personalmente tanto como ser humano y como abogado. Y el mayor estaba de acuerdo con eso, eran jóvenes, jóvenes que se mantenían vivos por aquellos sueños que los unía.
Se removió, pasando una mano por la cintura del alto y la apretó, volviéndose cada vez más meloso.
—¿Entonces por mientras puedo adoptar a Jimin, Tae y Kookie? A Yoongi no porque es un gilipollas conmigo —Frunció su ceño, recordando todas las veces que el menor le colocó cara de pocos amigos, llevándole la contraria a cada uno de sus comentarios—. Ese cabrón es mi dongsaeng y me trata como si yo tuviera 15 y el 50.
Namjoon sonrió. —No puedes adoptarlos si son mayores de edad-
—O sea, adoptarlos de mentira... —se corrigió. Rodando los ojos porque realmente Namjoon a veces parecía ser demasiado cuadrado, no le extrañaría que de pronto sacara las bases de la física, enumerándole una a una las razones del por qué no podía adoptarlos.
—Uhm... sí, si lo dices así, supongo que puedes.
—Los quiero cuidar mucho... siento que son tan buenas personas, inocentes, que no merecen nada de lo que han sufrido. Desearía que Tae dejara de sufrir así, tan solo... —tragó saliva, cortando sus palabras porque de pronto todo se sintió demasiado duro—. Desearía verlo con su bonita carita siempre, siempre alegre...
Namjoon lo apretó más contra él. —Créeme que yo también, hyung, definitivamente yo también.
Estaba claro que ambos se preocupaban por los dos jóvenes. Sin embargo, tenían clara la situación. Querían ayudar a los dos, pero para llegar a Jungkook, tenían que empezar por Taehyung, porque en este periodo de tiempo, viéndolos, entendían que Tae era la única persona en la cual Jungkook depositaba toda su confianza, independientemente de que fuera su jefe. Jin lo sabía, podía verlo, podía estudiar todas sus facciones y ver claramente la forma en cómo el menor observaba a su jefe, era intenso.
Y a pesar de que había una cercanía entre el menor y su grupo de amigos, siempre existía una línea, delgada y fina que no dejaba que el menor confiara en ellos como lo hacía con el actor. Y por lo mismo había que ayudar a sanar a Taehyung, para que todos juntos, ayudaran a Jungkook.
*
El alto y canoso hombre frente a él suspiró. Cansado. Sin embargo, aun así, le dio una mirada llena de paciencia; levantando los brazos sobre el escritorio y entrelazando las manos, carraspeó para hablar.
—Tae... —le llamó, y rápidamente negó después de eso—, por mucho que me gusten tus visitas ¿sabes que soy un cardiólogo y mucho no puedo ayudarte, cierto?
Taehyung, quien se sentaba frente a él se removió en la silla nervioso. Le dio una mirada furtiva antes de agachar la cabeza, tímido y con miedo, parecía irreconocible ante los ojos del doctor. El joven actor imponente, alegre y risueño no estaba por ningún lado. Frente a él yacía una persona apagada y esa vista, no podía hacer más que preocuparle, pensando lo mal que tuvo que pasar el jovencito para transmitir aquella tristeza por esos obscuros ojos.
—Ya... ya lo sé, Han-hyung...
La voz del menor salió pequeña. El doctor sonrió un poco. Era gracioso que Taehyung le llamara "hyung" cuando llevaban más de 30 años de diferencia. De todas formas, no lo corregía, sabía que no lo decía con mala intención. La honestidad en sus ojos era enmarcada cada que hablaba, y por lo mismo, que Taehyung le llamara como un hermano mayor era una de sus menores preocupaciones. Porque ahora mismo estaba muy confundido del por qué le había llamado aquella tarde, visitándolo, siendo que siempre su comunicación era por teléfono.
Y en todo ese momento, el rubio había lucido incómodo y nervioso, evitando su mirada, como si no quisiera realmente decirle lo que estaba pasando. Y aunque el doctor Han podía ocupar todos sus conocimientos médicos, estudiando su comportamiento, sabía que había algo más detrás de eso. No era algo físico lo que atormentaba al menor.
—Entonces ¿qué ocurre? —preguntó, frunció su ceño, y observando la puerta de madera volvió a dirigirse hacia él—. ¿Y por qué tu guardaespaldas está afuera? Siempre entras con él cuando vienes a visitarme.
Taehyung levantó la mirada ante la pregunta, pero eso sólo le demostró cuán triste lucían ahora sus brillantes iris. Quería llorar.
—Es que tengo miedo, y yo no quiero que él lo sepa. —confesó.
A la vista del doctor, él lucía tan indefenso, que le bastó esa pequeña observación para darse cuenta lo sensible que podía llegar a ser Taehyung.
Y él quería entenderlo, entenderlo para poder ayudarlo.
—¿Ha ocurrido algo? ¿Jimin está bien? —El viejo hombre pensó en su paciente y estirando un poco su cabeza, posó sus ojos en el calendario colgado en la pared del fondo—, su próximo chequeo es en dos semanas —murmuró para sí mismo—. ¿debería adelantarlo?
Por primera vez, en todo ese rato, Taehyung sonrió sinceramente. El menor calmó sus preocupaciones pensando en lo gentil y preocupado que era el doctor con su mejor amigo. Viera por donde lo viera, sabía que el señor Han tenía ese trabajo por vocación más que por dinero principalmente, y agradecía a la vida, en sobremanera, que fuera justamente Jimin el que se haya topado con un doctor así, el cual le salvó la vida.
Con ese pensamiento, aligeró un poco el peso de sus propios demonios y negó.
—No es eso, hyung, Jimin está perfecto —Su rostro comenzó a iluminarse, Taehyung parecía comenzar a brillar apenas empezó a hablar sobre el bajito—, de hecho, está en Busán, visitando a la familia —recordó la despedida, pero rápidamente frunció el ceño—, se llevó al bastardo de Yoongi con él para presentarlo como su novio. Es su primer noviazgo, así que Jimin está siendo demasiado exagerado con las formalidades. —Era gracioso que su mejor amigo haya viajado sólo porque se sentía intranquilo si no pedía el permiso a sus padres para poder salir formalmente con el mayor, considerando que estaban en el siglo 21 y ya nadie hacía eso. Taehyung creía que un mensaje por kakao-talk bastaba, pero cuando le había comentado eso, Jimin pareció mirarlo como si le estuviera ofreciendo algo demasiado sucio y promiscuo para sus pensamientos.
—Vaya... —silbó el doctor, chasqueando la lengua—. ¿Así que ellos iban en serio? Pensé que Jimin se daría cuenta que merece algo mejor que ese Yoongi.
—¿Cierto? —Taehyung quería chocar los puños con el doctor y decirle algo así como "bro, tu eres de los míos" pero prefirió aguantarse las ganas porque quizás eso se vería demasiado raro y existía el 99.9 por ciento de probabilidades de que el doctor no entendiera la referencia. Así que sólo se dedicó a negar y concordar con los pensamientos contrarios—. Ese hyung y su horrible cara de niña... pensé lo mismo.
—¿Y ahora? —le dijo el doctor, dispuesto a cambiar todo el tema—, ¿estás más tranquilo? ¿podemos hablar del motivo por el cuál viniste aquí sin avisar?
Toda la burbuja de "Jimin y corazones" pareció romperse a su alrededor. Jimin siempre lo volvía blandito, así que había olvidado tan de inmediato sus miedos que, el hecho de que hayan vuelto aparecer, tan pronto escucho la pregunta del doctor, se sintió como una patada en el estómago.
Era drástico.
—Yo... —respiró hondo, su cuerpo se irguió y no pudo evitar apretar las manos entre sus muslos, dándose cuenta de que llevaba harto tiempo en la misma posición. Pero necesitaba decirlo, así que se armó de valor y casi tropezando con las palabras dijo—: Y-yo... tengo crisis de pánico —Tan pronto lo dijo se asustó, se sentía vulnerable, pero sabía que eso no era impedimento para no seguir, estaba más que decidido a superarlo—. Y... y cada vez, siento que soy más inestable emocionalmente, tengo miedo de mí y mis reacciones yo... siento que estoy hiriendo a las personas de mi alrededor, ya quiero dejar de preocuparlas. Y siento que no soy buena persona, soy ansioso, posesivo, celoso, no me gusta que la gente se aglomere a mi alrededor y... soy demasiado impulsivo...
Honestamente, Taehyung sólo había venido por ayuda después de sufrir aquel ataque en el gimnasio, pero cada vez que seguía hablando sobre su propia persona, podía darse cuenta los horribles defectos que llevaba consigo, obligándolo a decirlos en voz alta.
—Tae... —El doctor sintió su pecho apretarse, nunca en su vida se iba a imaginar que un chico tan lleno de vida como lo era Taehyung ocultaba algo así.
El nombrado aspiró una boconada de aire. —Tengo miedo —soltó, abruptamente porque su mente ahora no podía parar, recordando todas las veces que actuó como un idiota y todas las veces que se sintió débil—. Tengo miedo en convertirme en una persona tóxica para el resto. —<<para Jungkook>> pensó.
El doctor Han meditó sus palabras, estudió su rostro y luego de observarlo en silencio, le sonrió. Como si estuviera viendo a uno de sus hijos. —Por supuesto que no —Aquella frase desprendía tanta seguridad que Taehyung quiso aferrarse a eso—. Eres una persona llena de vida, Taehyung. Estuviste para Jimin cuando nadie más pudo. ¿Recuerdas cuando al principio los padres de Jimin se negaban a estar con él porque no soportaban verlo todo lleno de cables? ¿quién fue él que logró acompañarlo todas las noches a pesar de todas esas visiones? A sus padres les tomó una semana adaptarse y tú fuiste el que permaneció ahí a pesar de que dolía. ¿Recuerdas que en ese tiempo ensayabas libretos para participar en castings? Tomaste toda la responsabilidad tu solo.
Taehyung tragó saliva, había olvidado ese proceso, los padres de Jimin habían estado tan conmocionados de ver a su hijo como si estuviera sufriendo, que fue él quien tomó el cuidado completo por los primeros meses.
—Moviste cielo, mar y tierra por Jimin, tu amigo —el doctor le frunció el ceño—. ¿cómo alguien dispuesto a dar todo de sí por otra persona podría ser alguien malo, podría ser alguien tóxico? Ayudabas a las enfermeras y a las señoras que repartían la comida, te quedabas en el hospital ayudando a todos de una manera sincera, ¿cómo podrías ser una persona tóxica? —El viejo hombre le observaba como si lo que Taehyung mencionó de él mismo fuera una abominación, un insulto. Él veía tantas cualidades positivas en el menor que podría incluso tomarse horas para hablar sobre eso—. ¿Recuerdas cuando llegaste con Jungkook? estabas tan pendiente de él, que no se sintiera incómodo que, la gente a tu alrededor comenzó a sentirse orgullosa al ver lo maduro que eras intentando protegerlo. No solo te hiciste cargo de él como jefe-empleado, lo trataste como una persona con todos sus derechos, como tu igual. Lo proteges, proteges a toda la gente que quieres, es tu instinto, eres sobreprotector, pero no una persona tóxica, porque no serías capaz de dañarles ni un pelo.
Taehyung guardó silencio, no supo realmente qué decir, las palabras lograron tocar una fibra muy delicada de su propio ser. Sus ojos se humedecieron y su garganta se sintió áspera. Era muy difícil para él comparar la persona que él veía de sí mismo, con la persona que el doctor veía. Eran sombras totalmente diferentes. Era como si el doctor intentara sacar un pedazo de positivismo entre todas sus cualidades negativas. Él se sentía como la peor persona.
Quizás estaba en esos días grises donde simplemente se levantó con las ganas de odiarse a sí mismo, pero después de lo ocurrido en la universidad de Hoseok, pareció sentirse muy débil de la nada. El sentimiento no se iba, se hacía cada vez más fuerte y no podía conseguir ayuda calmándose él mismo. Deseaba ser más fuerte, deseaba que los recuerdos no lo atormentasen tanto, pero ahí estaba luchando contra algo que en realidad parecía derrotarlo un poquito más día a día. Y es que Taehyung poseía tantas falencias que realmente le desesperaba no saber por cuál de ellas empezar arreglar todo.
Y estaba siendo difícil, sobre todo porque la persona a la cual acudió se dedicó simplemente a ver todo lo positivo dentro de lo negativo que había en él.
Para Taehyung era más fácil ver los defectos que las virtudes y eso era todo lo que había estado consumiendo durante este tiempo. Defectos.
Y por lo mismo, sabía que se estaba ahogando.
Aspiró una boconada de aire antes de hablar, la garganta le seguía doliendo y tuvo que concentrarse en algún punto en especial para no romper a llorar como un bebé. Eso sería como la guinda de la torta en todo el desastre de emociones que era ahora.
—Siento que siempre dependeré de alguien... —tragó saliva, la acción dolió, pero se obligó a continuar—. Hace tres días atrás sufrí una crisis en un lugar lleno de gente, un gimnasio lleno de estudiantes, específicamente... yo... no tolero los sitios con mucha gente... solía tenerlo controlado antes, pero ahora pareciera que no... y... si no fuera por Jungkook... —frunció el ceño, dolió pensar en él—. sino fuera por mi guardaespaldas entonces no sabría dónde estaría —sonrió apenado, no quería admitirlo realmente, pero Jungkook se había ganado una gran parte (por no decir todo) de su corazón, y como no, estaba enamorado—. Siento que, sin Jungkook, yo no podría haber logrado muchas cosas, lo quiero tener a mi lado siempre, y me apena pensar que algún día tendrá otro jefe, su vida girará en torno a otra persona. Me da miedo no poder ser lo suficientemente fuerte para soportar todo por mí mismo. La necesidad de estar con Jungkook es tan fuerte que tengo miedo ser tan dependiente de él, porque no hay otro igual a él, cuando se vaya no llegará alguien como él. Si él no hubiera estado en mi crisis yo no sé qué habría pasado, las consecuencias hubieran sido diferentes —su pecho se apretó nuevamente y su estómago se contrajo al admitir—: porque es como si necesitara que él me sostenga para yo poder tranquilizarme, y el sólo pensamiento de haber confesado eso en voz alta, justo ahora, me aterra.
Y era cierto, tenía sentimientos sinceros, sí. Le deseaba la felicidad a Jungkook independientemente que no sea con él, sí. Pero le aterraba enormemente depender así; si el menor se quería ir lo entendía, pero eso no significaba que él no sufriría. Taehyung podía ver todo un desastroso final luego de que ocurriese eso. Y en realidad estaba siendo demasiado paranoico llenándose de futuros inciertos porque no es como si Jungkook le haya dicho que se iba a ir de su lado, pero él no podía evitar pensar en eso cuando habían pasado alrededor de 11 meses y quedaba solo un mes para el contrato entre ellos dos terminara. Así que parte de eso tenía un poco que ver en que sus emociones estuvieran siendo un desastre con él.
Un largo suspiro. El doctor Han se quitó los lentes, ladeó un poco la cabeza y le sonrió, le transmitía tanta calma que Taehyung sintió como el peso de todos sus oscuros demonios parecía alivianarse sobre sus hombros.
—Taehyung, es muy positivo que tu mismo te des cuenta de tus defectos y tus errores, me has hablado y especificado cada cosa que no te gusta de ti, sabes perfectamente qué es lo que está mal en ti, si crees que ser sobreprotector, posesivo, celoso está mal, entonces ¿por qué no intentas disminuir eso? proponte pequeñas metas, intenta relajar tu mente. Es bueno que conozcas tus cualidades negativas y puedas hablar de ellas en voz alta, si trabajas eso de forma pausada podrás tener los cambios que tanto deseas —El doctor sacó un ligero post-it donde comenzó a escribir un recordatorio—. Te programaré una consulta con un psicólogo amigo, para que trabajes con él si quieres.
—¡Si quiero! —respondió casi de inmediato.
El hombre asintió terminando de escribir el recordatorio para hacer ese trámite apenas termine su trabajo y le hizo la promesa de que todo sería para mejor y que si él se lo proponía, las cosas podían cambiar hasta obtener los resultados que él quería.
Taehyung se sintió esperanzado, no sabía nada de psicólogos y quienes eran los mejores en Seúl, podía haber conseguido los datos con su manager, pero la situación era algo tan personal que simplemente decidió acudir al doctor Han para eso. Y ahora mismo no se arrepentía, había sido la mejor decisión del día.
Estiró sus piernas, tranquilo y se puso de pie con la intención de irse y dejar de quitarle más tiempo a un hombre que de por sí tenía un horario más ocupado que el suyo.
—Gracias, doc. Usted como siempre —y con eso levantó el dedo pulgar—, es ¡EL MEJOR! —se inclinó, haciéndole una reverencia completa y le sonrío con la más sinceras de las sonrisas. Arregló sus ropas, y cuando estuvo a punto de tomar la manilla de la puerta se giró, sonriéndole nuevamente—. Si alguna vez gano algo, en mi discurso le agradeceré por ser tan genial, ¡asegúrese de verlo!
El hombre rió, un poco divertido y con cierto alivio de que ahora mismo estaba viendo al Taehyung de siempre, aquel joven que brillaba. —Entones, asegúrate de ganar, lo esperaré. Y Tae... —el nombrado levantó las cejas a modo de duda y él negó con la cabeza—. Nadie es perfecto, así que no intentes serlo, todos estamos hechos de errores y virtudes, así que no te obsesiones con ser perfecto porque nadie va a llegar a serlo.
Taehyung le sonrió y articuló un ligero gracias, porque realmente era lo que necesitaba.
"Nadie es perfecto, así que tranquilo".
Quizás era una excusa, pero realmente necesitaba escuchar eso provenir de alguien a quien le tenía confianza.
No respondió de vuelta, asintió, y esta vez, esa bonita sonrisa no se borró de sus labios..
*
Jungkook no tenía intenciones de escuchar, pero aun así no pudo evitarlo. La puerta había quedado entreabierta y aunque él haya luchado por concentrarse en otras cosas, no pudo hacer mucho cuando se sentó en la silla puesta a un lado de la puerta que daba a la oficina del doctor Han. Así que ahora toda la conversación que llevaban ellos dentro llegaba a sus oídos, perfecto y claro.
Un sentimiento extraño llegó a él cuando escuchó la voz de su jefe, se sintió incómodo al notar y distinguir a la perfección lo dañina que habían salido las palabras, como si estuviera sufriendo. Y no quería, no quería verlo ni sentirlo así. El deseo de levantarse e irrumpir en la sala para ver qué pasaba brotaba por cada uno de sus poros. Quería evaluar la situación y ver qué podía hacer él para proteger a Taehyung. El sentimiento se arraigó tanto a su pecho que ahora, realmente, Jungkook se sentía inquieto, inevitablemente la suela de su zapato golpeaba a cada instante el piso de cerámica.
Pero no podía hacer nada, había recibido las ordenes correspondientes de que debía esperar en ese lugar, y por mucho que deseaba desobedecer no quería hacerlo, porque su jefe no merecía que él, como el empleado que era, le faltara el respeto llevándole la contraria a sus órdenes.
Cuando Jungkook escuchó a Taehyung con una voz que le suponía que el mayor estaba casi llorando, frunció el ceño. Y realmente, algo malo estaba pasando con él para sentir todo un malestar en su cuerpo por estar ahí esperando a brazos cruzados.
Lo peor de todo eran las palabras que salían con tal dolor de la boca de su jefe. ¿Por qué no quería depender de él? es decir, Jungkook trabajaba para eso, para que las personas necesiten de él, o si no, claramente, no existiría su trabajo. ¿Acaso estaba haciendo algo malo? Por la forma en como se quejaba Taehyung pareciera que sí, y él realmente se había esforzado por hacer todo perfecto, meticulosamente, porque su jefe era bueno con él.
Él quería ser el mejor, el mejor para su jefe y nadie más.
No quería defraudarlo. Decepcionarlo.
Pero escuchándolo se sintió como que así fue, como si hubiera perdido algo.
Y Jungkook no sabía cómo enmendarlo.
Antes que pudiera pensar en algo, la puerta se abrió y Taehyung hizo una salida un tanto torpe, parecía ido en sus propios pensamientos cuando sorbió por la nariz y se giró a verlo.
Jungkook se puso de pie de inmediato y simplemente le observó con el pecho agitado.
Honestamente, el menor tenía miedo, creía que su jefe lo iba a despedir.
—Jungkook —le llamó y luego de decir eso Taehyung frunció un poco su ceño, preocupado porque el menor parecía ido, observándole sin decirle nada—. ¿Jungkook?
El nombrado pestañeó varias veces cuando estuvo consciente de que era su nombre el que había dicho.
—¿Sí? —preguntó, levantando las cejas a modo de duda y cuando se dio cuenta del silencio, carraspeó y volvió a decir—: ¿Sí, señor?
Taehyung estudió su rostro. Jungkook realmente lucía asustado, quizás era porque él traía una cara de mierda, los ojos medio hinchados y la nariz un poco roja por haberse aguantado tanto las ganas de llorar.
No quería actuar todo preocupado, como un paranoico, no luego de todo lo que había hablado con el doctor ahí dentro. Así que solo se dirigió hacia él estudiando un poco su rostro antes de preguntar:
—¿Estás bien?
Jungkook evitó su mirada y asintió.
Y esa sola acción le hizo sentir como aquellas barreras que parecían haber dejado de existir entre ellos, desde hace meses, se volvían a levantar.
No insistió. Y a pesar de sentir que estaba reprimiendo su real naturaleza por preocuparse por las personas, no quiso insistir.
Taehyung estaba luchando.
Así que mientras caminaban en completo silencio hacia el ascensor, podía sentir la necesidad de querer saber qué pasaba con el menor y poder alegrarlo o hacerlo sentir bien, quitarle esa mirada cabizbaja que llevaba ahora.
No podía decirlo a ciencia cierta, Jungkook no era expresivo, pero sentía que algo estaba diferente. Podía incluso sentirlo en el ambiente.
Pero pasaron unos dos minutos y no pudo reprimir más el impulso de preocuparse. Entraron al ascensor, él marcó el primer piso y cuando sintió el ascensor bajando se volvió hacia él y le observó.
—Kookie... Kukku —susurró—, ¿hay algo m-mal? ¿te sientes mal? —Jungkook le miró y Taehyung tragó saliva. Era hermoso—. Tengo que pasar a la agencia, Hwang-noona quiere verme, pero podemos ir a la casa si quieres... para descansar —Sin pensarlo demasiado, estiró la mano y acarició ligeramente su cabello. Y joder, no podía evitarlo, automáticamente buscaba cualquier cercanía con Jungkook—. Te noto raro... Kookie...
Jungkook sintió la suavidad de las manos en su nuca, la sensación que vino a través del toque de su jefe se sintió tan bien que nuevamente el extraño sentimiento se acunó en su pecho, quería estirar el cuello y darle todo el espacio a su jefe para que pudiera darle aquellos cariños que, en vez de incomodarlo, le relajaban por completo. Sin embargo, tuvo la necesidad de fruncir un poco el ceño y tensarse en su sitio cuando realmente se dio cuenta de lo que estaba pensando. Y deseando.
Carraspeó en su sitio, alejándose un poco, dándose cuenta de que a lo largo de estos días había estado dándose demasiado privilegios que no debía.
Es decir, su jefe le ayudaba a dormir en una cama, con él. Abrazados. Por supuesto que Jungkook sabía que había una línea entre ellos, y claramente, no la estaba respetando.
No pudo darse cuenta antes, porque estuvo realmente necesitado de él, de Taehyung, sin embargo, ahora mismo pareció como si todos esos recuerdos hubieran chocado con su rostro, demasiado rápido, demasiado fugaz.
Quizás Taehyung por eso estuvo diciéndole aquellas cosas al doctor, quizás su cercanía les hacía mal. Y realmente, Jungkook no quería ser despedido, quería hacer las cosas bien, como las había hecho desde el principio.
—No... —le respondió, y de nuevo carraspeó nervioso por no completar sus frases como debía—. No, señor, estoy bien. Manejaré hasta la agencia.
Una tensa línea se formaba en la boca del joven actor. No. No estaba bien. Él lo sabía, conocía demasiado a Jungkook como para no saberlo. Pero no quería empujarlo, si Jungkook no quería compartir sus problemas, lo respetaría. Tenía que hacerlo.
Así que suspiró rendido y cuando las puertas del ascensor se abrieron, dando lugar a la recepción de aquella clínica, le sonrió y dijo—: ¿Sabes que puedes contar conmigo, cierto? Cualquier problema que tengas, puedes compartirlo conmigo, yo... —mordió su labio, nervioso—. Yo estaré encantado de escucharte, Kookie, así que, si estás teniendo algún problema, me lo puedes decir, tu h-hyung te-... —y tragó saliva, porque usar la palabra con "h" parecía como algo sagrado y muy vergonzoso porque se moría por ser llamado "hyung" por el menor—. Hyung te intentará entender ¿bueno?
Taehyung no esperó respuesta, se dio media vuelta y caminó en dirección al auto. Rojísimo y con la necesidad de querer golpearse contra una pared por haberse llamado "hyung" a sí mismo en un ambiente denso como el que se sentía en ese pequeño ascensor. Sin embargo, su idea era dejar en claro que él podía ser lo suficientemente confiable como para que acudieran a él. Jungkook le había dicho que le tenía confianza y seguridad, así que rogaba que, fuera lo que fuera lo que estuviera acomplejando al menor, sea expresado hacia él y así hacer cualquier cosa que estuviera a su alcance para ayudarlo.
Jungkook observó a su jefe irse, caminar más que rápido por el vestíbulo en dirección al auto, él fue más lento, pero sin perder del todo el paso del mayor.
Sintió algo removerse en su estómago cuando Taehyung dijo lo último.
"Hyung intentará entender".
El solo recuerdo de su sonrisa junto con esa frase le causaba un hormigueo en todo su cuerpo. Pero, sin embargo, a pesar de eso, Jungkook no quería decirle, porque no quería terminar verificando que sus dudas eran ciertas.
No quería ser despedido. Quería cuidarlo.
Y por una vez en su vida se sintió egoísta.
Con eso en mente llegó hasta el auto, y antes de abrir la puerta de piloto, formó una expresión que no mostraba nada más que profesionalismo en su mirada. No quería estropearlo.
Así que por hoy lucharía en todo momento por hacer las cosas bien.
Como el guardaespaldas de Kim Taehyung.
Como su empleado.
*
¡Gracias por leer! voy a llorar :c
Oigan, siento mucho este capítulo, iba hacer más largo, alrededor de 10K pero me pasó algo trágico. El cargador de mi laptop murió, y voy a viajar el fin de semana, estoy usando la última carga de la bateria antes que se apague aklsdñj así que tuve que dejar el capitulo hasta aquí.
Losientomucho :(
eso, era más largo, mas flow, mas punchi punchi, pero no pude porque mi batería morirá :(, compraré una la proxima semana cuando llegue y actualizaré la otra parte del capítulo.
Otra cosa, estoy obsesionada con el taekook, en serio, es demasiado real, me vi un video en youtube de CUARENTA Y CINCO MINUTOS SOBRE EL TAEKOOKKKK JODER NO SÉ QUE HAGO CON MIVIDA DASKLJ, ya chau, gracias ♥
pd: me preguntaron por qué salía tanto Jin en el fic. Es mi favorite k dcirles ♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro