19 - I
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El viento movía su cabello castaño oscuro causándole ligeras cosquillas en la zona. Sus ojos se achicaron mientras el sol del otoño comenzaba a picarle en sus pupilas. Guardó sus manos en los bolsillos de su terno y se dispuso a observar las calles que simulaban pequeños trazos de un camino bien formado desde la altura donde se encontraba.
¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto tiempo tendría que pasar para que su corazón por fin se sanara?
Cuando Kris conoció a Haeyeon, se dio cuenta que las cosas buenas aun existían y que los malos de las películas también merecían disfrutar de ellas.
Y cuando Kris se enamoró de Haeyeon, dudó de todo, volviéndose un poco paranoico porque nadie antes se había calado tan fuerte en su corazón como para poner en la balanza su ambición contra querer hacer las cosas bien.
Sin embargo, cuando Haeyeon falleció por su culpa, fue como si cualquier rastro del chico sonriente, envuelto en esas sábanas blancas, se hubiera perdido. Como si por fin todo lo malo hubiera tomado posesión de él, apagando la última luz que Haeyeon se había encargado de aun mantener encendida.
A veces se preguntaba si Haeyeon puso en práctica su trabajo como psicóloga en él, jugando con su mente y manipulándola para intentar hacer las cosas bien, sin embargo, él era un mafioso, siguiendo la línea de su familia, y por lo mismo, sabía que su camino venía torcido desde la raíz.
Y cree que quizás eso fue lo que le capturó de ella, sus incontables sonrisas y sus inevitables ganas de querer sacarlo de un lugar del cual ya no podía salir.
Porque Haeyeon fue la única que mantuvo las esperanzas en él, fue la única que se quedó a su lado a pesar de lo malo que eso resultaba ser. Fue la única capaz de poner su vida en juego por él. Fue la única que, después de todo, le amo. Y él, como el demonio que era, como lo roto que estaba, no lo supo valorar.
No supo cuidar de un amor que por más vivo que se sintiera, terminó matándolo.
—Señor, hemos recopilado la información que nos pidió.
Kris giró la cabeza hasta su hombro y por el rabillo del ojo observó al dueño de la voz. —Habla.
—No hemos podido confirmar si hay alguna relación de Park Jimin con el abogado Namjoon y SeokJin, sin embargo, sabemos que vive en los edificios de los Kim y que está directamente relacionado con Min Yoongi y Jung Haeyeon.
Apenas escuchó el último nombre, la tensión llegó a él como una ráfaga de recuerdos. Abrió sus ojos sorpresivamente y se giró para prácticamente asesinar con la mirada al subordinado que de inmediato agachó la vista, como si fuera un pecado mantenerla. —¿A qué te refieres?
—Bueno, por los antecedentes recopilados el joven Park recibió un trasplante de corazón —dijo el hombre, cambiando el peso de un pie a otro, demasiado nervioso y arrepentido de ser él quien diera la información, porque todos sabían, todos los trabajadores sabían lo loco que se volvía su jefe cuando el tema de Haeyeon salía a la luz—. E-el trasplante que recibió Park Jimin era de Jung Haeyeon.
Por un momento no sintió nada, pero luego la ira subió de golpe, comenzando a brotar desde adentro, desde su manchada alma, produciendo pensamientos y deseos demasiado irracionales, ideas que sólo una persona tan enfermiza como él podría tener.
El subordinado se fue, dejándolo solo en ese balcón del décimo piso. En su silencio, cerró los ojos y echó su cabeza hacia atrás cuando una sola idea comenzó a formarse en su mente.
—Si yo no tuve a Haeyeon, entonces nadie.
*
Jimin seguía empujando su peluche de Hamtaro contra su pecho mientras fruncía el ceño y apretaba sus labios en un intento de evitar hacer un puchero y largarse a llorar.
Pero luego de estar casi media hora luchando por retener las lágrimas, no aguantó más y estas rápidamente comenzaron a bajar por sus mejillas al tiempo que mantenía su vista en la televisión de la sala de estar. Era horrible lo que estaba viendo, pero no podía girar la cabeza y hacer como si no pasaba nada, prácticamente se estaba obligando a permanecer ahí, con los ojos bien abiertos, a pesar de que dolía.
—Aigo, Jiminnie... —Namjoon apareció por el pasillo, caminando hasta llegar a su lado en el sillón para envolverlo en un cálido abrazo. Jimin se dejó hacer tan pronto sintió una mano deslizarse por su espalda y acariciar sus mechones rubios—. Sé que Yoongi-hyung no te ha hablado estos días, pero por favor ya no llores...
Sorbió sonoramente y respiró agitado. —N-no es eso... —comenzó a decir, con tanto esfuerzo que sus hombros se levantaban en cada hipeo—. Es Taehyung... Tae se murió.
Namjoon no entendió a la primera, es más, se alejó para observarle mejor y frunció el ceño al tiempo que soltaba una risita nerviosa.
—¿Q-qué? ¿Qué disparates dices Jimin? —El abogado lucía como una persona incapaz de querer aceptar la realidad. Y Jimin quería hablar, realmente explicarle con palabras, pero estas no salían cuando se puso a llorar más fuerte. Así que simplemente, apuntó la pantalla del televisor con su dedo índice. El alto de inmediato le siguió con la mirada y cuando notó que el cuerpo de uno de sus mejores amigos se retorcía en el piso no pudo hacer más que levantarse de un salto y acercarse a la pantalla hasta cubrirla por completo, haciendo que un Jimin lloroso se moviera de su sitio sólo porque no le dejaba ver—. ¿¡Q-qué le ocurre a T-taehyung!? ¡Q-qué es eso! ¡Jin-hyung! —llamó asustado, saltando en su sitio desesperado y sintiendo las lágrimas también picar en sus ojos. Cuando el nombrado llegó a la sala, de inmediato apuntó el televisor de la misma forma que Jimin lo hizo antes—. ¡T-Taehyung! ¡TAEHYUNG SE STÁ MURIENDO! P-por favor... d-dime donde es, búscalo en alguna cámara y ¡dime! ¡hay que ir a buscarlo! ¡joder yo-!
Honestamente, Jin no siguió escuchando, todas las palabras que decía Namjoon se perdieron en alguna parte de su subconsciente porque estaba comenzando a enojarse. Frunció el ceño entre confundido y molesto porque lo habían interrumpido de su intento por cocinar el almuerzo, y por algo muy ridículo.
Quería golpear a Namjoon con una olla, pero cuando pasó su vista desde el alto chico hasta un Jimin muy lloroso, su enojo se mantuvo.
—Namjoon... es un drama, idiota, un dra-ma —repitió con lentitud, como si al contrario le costara captar las palabras—. Y no sé dónde rayos queda eso porque es de la dinastía Joseon, grandísimo imbécil. ¡Por tu culpa la comida quedará mal! ¡si no fueras tan despistado no pasaría esto!
—Pero Jimin dijo que... —La voz de Namjoon se fue apagando cuando la realidad le golpeó ayudándole a entender demasiado tarde la situación. No hizo más que girarse a observar a la única persona sentada en el sillón—. ¡Jimin!
—¡Qué! ¡Pero si se está muriendo! —respondió el rubio en su defensa, secándose las lágrimas y parando de llorar hasta terminar con pequeños jadeos—. O-osea n-no Taehyung... sino que Hansung... pero es Taehyung igual.
—¡Jimin!
—¡Qué! ¡pero si no mentí! ¡se está muriendo! ¡la espada tenía veneno y...! —Dejó de justificarse cuando entendió que Namjoon de cualquier forma le miraría con enfado—. Está bien, lo siento, exageré, pero es que fue tan real, no lo pude evitar.
—Dios, me asustas, hombre. De verdad lo creí y- ¡auch! —Namjoon se quejó cuando Jin le dio un manotazo en su brazo—. ¿¡Por qué mierda me golpeas, Jin!?
—Es que me sorprende lo despistado que eres en serio, no sé cómo has conseguido estar vivo durante 23 años, Namjoon, no sé si admirarte o preocuparme.
—¿Es en serio? —Namjoon le miró descolocado y cuando se recompuso del "ataque" se irguió en su sitio y se cruzó de brazos—. Y yo no puedo creer que con esa cara de príncipe tengas una personalidad tan como la mier- —Rayos, él y su gran boca. Se detuvo justo cuando presenció cómo el rostro del mayor se iba desfigurando a medida que escuchaba sus palabras. Y de nuevo, soltó una risita nerviosa—. Es decir, no una personalidad mala, s-solo que a veces eres raro hyung y no sé c-cómo tomarlo, ya... n-no me mires así, en serio que me gusta tu personalidad, me pone a veces y-
—¡NO! —gritó Jimin de pronto, haciéndole una seña a Namjoon para que se moviera y dejara de tapar la pantalla—. ¡Se terminó el capítulo y no vi en qué quedó!
Honestamente, al menor no le importaba ver el capítulo o no, Taehyung siempre se los enviaba, lo que no quería era seguir escuchando el camino hacia donde iban a terminar las palabras de Namjoon. Y a pesar de que le gustaba que ambos se gustaran, le resultaba horriblemente incómodo escuchar esas frases como "tu personalidad me pone".
Jin suspiró, dejando de ver a Namjoon como si quisiera tener el súper poder de convertirlo en chocolatito para así comérselo, y se enfocó en Jimin.
—¿Oye, y tú no ibas a la casa Hoseok hoy?
—Uhm... yo... —se removió nervioso en su lugar y bajó la vista hasta el suelo—. Le dije que no sabía en realidad.
Hoy era un día especial. Un día que le causó a Jimin en la madrugada un horrible insomnio, y a la hora del desayuno inapetencia. No era como si todos los 29 de cada mes le produjeran el mismo efecto. Tenía que ver más con el hecho de que justo este 29 de septiembre Hoseok le invitó a una cena, a la cual había aceptado en primera instancia, cuando el día aún se veía lejano. Ahora que realmente estaba ocurriendo, quería correr a su habitación, ocultarse entre sus sabanas y quedarse ahí para siempre.
Y que Yoongi haya prácticamente desaparecido de la faz de la tierra, no ayudaba tampoco. El mayor no le había hablado desde esa vez en el auto, cuando con una voz seca y sin siquiera mirarle, le había pedido que se bajara.
No habían cruzado más palabras. Y a pesar de que había venido al apartamento, siempre era cuando él se encontraba en su habitación, demasiado tímido como para abrir la puerta y verle la cara. Por más que lo anhelaba, por más que deseaba abrir la puerta y ver su rostro, no se atrevía. Sentía que no era lo correcto.
Así que no le quedó otra que, un día, tarde por la noche contarles a ambos chicos lo que Hoseok le había propuesto. Jimin sabía que ambos mayores le apoyarían y así fue, pero a pesar de tener ese conocimiento, quería escuchar con voz fuerte y clara esos ánimos y esos empujoncitos que tanto le faltaban en su vida. Necesitaba que alguien pusiera una mano en su hombro y le dijera que todo estaba bien, porque ahora mismo se sentía como si todo fuera un error.
Claro que ese "empujoncito" le duró por unos días, porque realmente creía que era una muy mala idea presentarse ahí.
—¡Pero Jimin! —chilló Jin, casi abultando los labios para hacer un puchero—. ¡Es algo importante! ¿es lo que tú querías no?
—Es lo que quería, pero... ¿H-hyung por qué me grabas?
Jin sujetó con más fuerza la pequeña cámara que por arte de magia sacó para grabar, y negando con la cabeza hizo un ademán con la mano intentando restarle importancia. Namjoon, por otro lado, rodó los ojos.
—Solo continua, siento que las opiniones más honestas deben estar en nuestras memorias por siempre.
No entendió a qué se refería, pero, de todas formas, Jimin se enfocó en la cámara, tensó sus hombros y luego de aclarar su voz, continuó:
—Bien... yo...
—Espera ¿Puedes no ver a la cámara?
—Jin... —Namjoon le dio una mirada de advertencia intentando decirle que no empezara con sus mierdas ahora, pero como siempre fue épicamente ignorado, porque el mayor ya estaba en modo reportero de documentales.
—Si miras a la cámara parece más una entrevista, y la idea es que sea algo así como una diario-cam.
Jimin no entendía cómo es que se prestaba para esto. Pero de igual formas asintió, poniéndose serio y observando a Jin a los ojos.
—B-bien... entonces... Lo que ocurre conmigo es miedo, porque no sabría cómo enfrentar la situación si es que ellos me llegan a juzgar. Eso me da miedo, ser juzgado. Tengo este horrible deseo de esperar que alguien me tome mi mano y me diga que todo estará bien. Y no Nam-hyung, simplemente no —dijo de pronto, levantando su mano y haciendo una señal de stop cuando notó las intenciones de su hyung de hacer lo que justamente había dicho hace apenas segundos atrás, era tan predecible—. No intentes hacerlo, sé que quieres hacerlo, pero no resulta así.
Jin bajó la cámara, dejando el vídeo correr porque ahora el menor era mucho más importante que grabar el momento de forma perfecta.
—Jimin, hay un dicho que dice... el ayer es historia, el mañana es un misterio y el hoy es un obsequio... —el mayor sonrió y sus ojos brillaron esperanzados, como si quisiera transmitirle un sentimiento de paz con sus palabras—. Por eso se llama presente, Jimin, y es lo que tienes que disfrutar.
Jimin sonrió conmovido. —Jin-hyung...
En cambio, Namjoon, arrugó el ceño. —Espera —dijo, ladeando la cabeza y pensando detenidamente—. ¿Acabas de citar una frase de la película Kung-fu Panda?
Jin no parecía avergonzado, es más, se encogió de hombros y prefirió observar a Jimin como si quisiera excusarse. —Sí ¿Y? las películas de dreamworks deberían convertirse en libros de superación personal... Mi favorita es Spirit, la del caballito.
Namjoon iba a refutar eso, pero justo un mensaje llegó a su celular, concentrándose en este y olvidándose de la conversación.
Por otro lado, Jimin se mordió las uñas y miró con ojos asustadizos a Jin. —Es muy lindo lo que dices, hyung, pero no sé si es correcto para mí d-disfrutar...
—Sé que tienes mucho miedo, Jimin, pero pase lo que pase, tú estarás tranquilo, porque hiciste lo que querías hacer desde un principio, disculparte con ellos ¿no? eso fue lo que me dijiste que querías hacer. Así que no te desanimes, porque una parte de ti estará tranquila, dejarás ese cargo de consciencia estúpido que no deberías tener.
Era cierto, su intención inicial era esa, poder agradecerles y disculparse en persona con ellos. Sabía que no era su culpa, pero de todas formas quería hacerlo.
Asintió y esta vez dejó salir todo el aire retenido. —Gracias, hyung, en serio, me alegro mucho haberte conocido...
—¡Ay! ¡eres tan cute! —Jin no se aguantó, corrió hasta donde Jimin se encontraba y le abrazó fuertemente, botándolo en el sillón y dejándolo debajo de él.
Y a pesar de que la risa brotaba desde el pecho de Jimin, Namjoon apenas dejó la vista de su celular para ver la escena, palideció y gruñó.
—¡NO SE ABRAZEN ASI! —gritó, moviéndose hasta ellos y separándolos de inmediato.
Jin rodó los ojos, sentándose de forma correcta para posteriormente acercarse al oído de Jimin. —No sé si está celoso de mí o de ti, Jiminnincito. —Habló alto de todas formas con la intención de que Namjoon escuchara.
—Por supuesto que de Ji- —Namjoon se calló y observó a Jimin—, Ji- —volvió a callarse y observó a Jin. Al final maldijo por lo bajo porque no sabía si los celos hacia Jin eran más fuertes o si lo eran los celos sobre-protectores hacia Jimin—. ¡Saben qué, olvidadlo! Y tú Jimin, irás a esa cena porque Hoseok dice que, si no te presentas a las 9, él vendrá por ti.
—¡Qué! —El rubio se puso rápidamente de pie y fue hasta su lado, mirándole con ojos asustadizos y recitando palabras llenas de suplicas—. No hyung, dile que no, yo- yo-
—Jimin —Esta vez Namjoon le sonrió, posando las manos en sus hombros y apretando suavemente—. Todo estará bien.
Por supuesto que nada iba a estar bien. Todas las veces que Namjoon decía esas palabras, en el 100% de los casos, las cosas terminaban horriblemente mal. Las palabras no le ayudaron de gran manera, aunque sí influyó un poquito la mirada enternecida que le dio, porque transmitía confianza.
Así que, quedándose con lo último, y no dejando ir los ojos de Namjoon por ningún momento, asintió tímido y luego seguro.
—Todo estará bien.
Como lo predijo anteriormente, nada estaba bien. Nada se sentía bien.
Cada que la distancia en el navegador se acortaba sus nervios inversamente crecían. Ni siquiera había tráfico en las calles a esa hora de la noche, así que el viaje de más o menos 1 hora se hizo de apenas 5 minutos.
Namjoon aparcó en una avenida grande, con casas que simulaban pequeñas mansiones, se notaba que el sector era muy adinerado, porque todo parecía estar correctamente en su lugar, ni siquiera había basura por las calles. Lucía como un set de alguna película.
—Bien, según esta cosa —Namjoon enfocó la vista en la pequeña pantalla gps y luego observó a través de la ventana, apuntando a un lugar específico—, la casa color burdeos es la de Hoseokkie.
Jimin hizo una mueca y apretó el cinturón de seguridad entre sus manos. La casa parecía sacada de algún lugar de Texas, era demasiado grande. El patio se notaba amplio y antes de llegar a la puerta de entrada había una pequeña terraza con sillones y maseteros grandes decorando de manera que se vea agradable.
El lugar era bonito, pero de todas formas le asustaba, podía hasta incluso imaginarse la casa tragándolo o algo bien terrorífico.
—¿Podemos volver a casa? —Hizo un puchero, abultando sus labios en un intento de convencerlo. Pero no funcionó, porque Namjoon sólo se dedicó a mirarle serio.
Y es que Jimin quería decirle que realmente eran más que simples nervios, era como si mil búfalos corrieran una estampida ahí en su estómago. Y no de forma bonita.
Se sentía mareado, agitado, como si de pronto se fuera hacer pis en los pantalones rasgados que vestía.
—En serio que no pasa nada, Jiminnie. Hoseok me dijo que sus padres eran como él... o él es como sus padres... —El alto frunció el ceño pensativo y luego de darse cuenta que estaba enredándose con algo demasiado simple, negó con la cabeza y volvió a centrar su vista en Jimin—. De todas formas, si es que sucede algo malo- no pongas esa cara, es una suposición porque no sucederá nada malo, peeero si es que sucede... prometo venir a buscarte ¿bueno? Todo estará bien, confía en mi ¿sí?
Asintió frenéticamente mientras frotaba las palmas en sus muslos e intentaba controlar su respiración.
—Bien. Confiar. Lo tengo.
Namjoon también asintió, con mucha más seguridad; y cuando Jimin bajó del auto, le hizo un "fighting" con sus manos antes de echar el auto andar e irse.
Y ahí se iba, su única oportunidad para escapar desaparecía hasta doblar en la esquina. Namjoon hizo sonar el claxon antes de perderse por completo mientras le sonreía como si fuera un padre que lo fue a dejar a su primer día de escuela.
Quería reír por la comparación, pero los nervios se lo comían vivo, matando cualquier otra emoción que intentara brotar más fuerte que sus ganas de correr hacia la parada de autobús y tomar la primera cosa que lo lleve lejos de ahí.
Así que casi obligado por sus músculos más que por sus pensamientos, Jimin caminó por la entrada de cemento y subió los pequeños peldaños hasta quedar frente a la puerta.
Mierda. ¿Dónde estaba el timbre? ¿tendría que tocar? ¿se vería muy imbécil si toca porque en realidad no vio el timbre demasiado tecnológico para que él y sus ojos puedan encontrarlo?
Sí, estaba paranoico, pero lo único que quería era dejar una buena impresión. N siquiera había un espejo cerca, pero por el ardor que sentía en sus mejillas podía intuir el nivel de rubor que estas tenían.
Respiró profundo, una y otra vez hasta que se calmó.
Sin embargo, cuando estuvo a punto de golpear sus nudillos contra la madera robusta, no alcanzó a cortar la distancia porque la puerta fue abierta desde el otro lado.
Doble mierda.
No era la persona que esperaba. Ni siquiera se imaginaba encontrarlo así. Pero estaban a menos de un metro de distancia, mirándose ambos con la misma sorpresa.
De inmediato bajó la vista y se alejó unos cuantos pasos. Sus manos se apretaban a los costados y abrió ligeramente la boca para dejar salir un jadeo.
Ninguno decía nada, y la única manera de confirmar que Yoongi permanecía ahí, era porque el menor tenía la vista pegada en sus zapatillas blancas.
—¿Yoongi? ¿sucedió algo? —Una voz femenina se escuchó por lo lejos, y cuando comenzó acercarse junto con el ruido de pisadas golpeando el piso, fue que Jimin volvió a levantar la vista. Y no supo qué mirada tenia ahora, pero al parecer eso bastó para que Yoongi actuara.
—No, madre, no es nada, buenas noches. —Dijo, sin dejar de mirarle y moviéndose hacia adelante para cerrar la puerta tras él, antes de que la mujer llegara hasta donde ellos.
El menor no supo cómo interpretarlo, aunque no es como si supiera interpretar muchas acciones que hacia Yoongi, es más, le confundían.
—Yo... lo siento, yo no debí venir, l-lo siento mucho yo... me iré y —Estaba balbuceando, pero no podía parar de hacerlo mientras refregaba las manos en sus muslos e iba retrocediendo—. Yo de verdad lo siento yo-
—¡Jimin!
Yoongi llamó a su nombre justo cuando se tropezó con los pequeños peldaños, haciendo que su cuerpo se fuera hacia atrás y vaya directo con su trasero al suelo de cemento. De seguro sería una caída horriblemente dolorosa y vergonzosa, así que no hizo más que apretar los ojos y posar sus palmas para mitigar el impacto.
Sin embargo, el único impacto que recibió fue todo su cuerpo chocando con el de Yoongi. El mayor rápidamente había tomado su brazo, tironeándolo con fuerza y haciendo que esta misma lo llevara hacia adelante para terminar casi chocando con el rostro contrario si no fuera porque alcanzó a ladear la cabeza. Y se sentía tan mareado que incluso el mayor tuvo que posar la mano libre en su espalda baja para evitar que se desestabilizara.
Había extrañado tanto su toque que hasta este momento, que duró apenas unos segundos, se sentía como eterno. Inevitablemente posó sus manos en los brazos ajenos, enrollando suavemente sus dedos por sobre la chaqueta. Sus mejillas estaban casi rozando y juró escuchar un gruñido muy cerca de su oreja.
—Maldición, por qué eres tan descuidado, mocoso... —Las palabras rezongadas salieron de los labios contrarios, y Jimin estuvo seguro que las ligeras cosquillitas en su oreja fueron por lo cerca que se encontraban los labios de Yoongi en esa sensible zona mientras articulaba las palabras.
No quería separarse. Maldición, quería quitar el agarre de sus manos en sus brazos y poder enrollarlos alrededor de su cuello, poder enterrar su rostro en la suave piel y envolver sus piernas en esas que eran más delgadas que las suyas. Quería entrar en modo koala y poder vivir enredado en el cuerpo de Yoongi por siempre.
Y lo hizo, o por lo menos una parte. A pesar de que Yoongi le odiara, no pudo evitar abrazarlo fuertemente y aspirar su aroma dulce. —¡Lo siento por ser tan descuidado! —dijo ahí escondido en el hueco de su cuello, su voz sonó ahogada y por un momento se sintió todo bien. Se preguntó si estos sentimientos eran normales, de seguro tendría que llamar más tarde a Taehyung y preguntarle si él también sentía este tipo de deseos por Jungkook.
Arrugó su nariz y comenzó a frotarla en la piel suave hasta que realmente se dio cuenta de lo que estaba haciendo.
Triple mierda.
Jadeó por la sorpresa y se separó al instante. —L-lo s-siento... yo —hizo una pausa, tragando saliva y mirando para todos lados cuando la excusa no venía. No podía llegar y decirle: "lo hice porque me gustas y te he extrañado no te imaginas cuanto", porque el mayor le odiaba y estaba seguro que cavaría su tumba si dice eso, aparte de cavar su orgullo y dignidad también—. Yo... lo siento, yo... f-fue el susto del momento, lo siento.
Yoongi simplemente se le quedó mirando, enarcó una ceja y pasó por su lado.
—Disfruta la cena. —fue lo único que dijo antes de perderse, cruzando la calle principal y subiéndose a su auto.
¿Eso significa que no está enojado?
¿qué significaba eso?
¿por qué Yoongi no le gritó?
¿por qué no le dio respuestas?
—¿Por qué no le pregunté? —Qué idiota, se había perdido tan fácil, incluso sus piernas se volvieron gelatina cuando estuvo en los brazos de Yoongi, y gracias a su torpeza no tuvo la oportunidad de aclarar las cosas.
Desde su perspectiva, Jimin cree que el mayor le evitó, pero tampoco parecía molesto por estar ahí, a punto de entrar a la casa de Haeyeon para conocer a sus padres el día de su cuarto mes de haber fallecido.
Además ¿qué tenía que aclarar? Aunque le doliera, Jimin sabía que ellos no eran nada y que Yoongi podía alejarse de él cuando quisiera. Solo que no quería eso, no quería que el mayor le dejara con toda esa mata de sentimientos creciendo en su pecho y no se hiciera responsable de aquello.
Porque dolía. A veces, gustar de alguien dolía, como ahora.
*
[++]
Parte I porque me da penita hacerlas esperar más, aunque mañana en la noche quizás esté lista la segunda parte.
Ya, os quiero decir que llevo unos cuatro días de vacaciones y por lo mismo me he lanzado a la vida, ni siquiera he estado en mi casa, ni he agarrado la laptop para escribir algo como ahora ♥ pero ya me controlé, dejé la vida de loca y estoy aquí.
Estoy tan emocionada, les digo que quedan alrededor de 4 capítulos para que esto termine. Según mis cálculos y los borradores que tengo, HB contará en total con 23 capítulos aw ♥
Gracias por leer, a pesar de mis faltas y toda la kk que conlleva mi escritura, ustedes siguen aquí por el YoonMin bien cuqui ♥, y que decirles, suelo ser MUY estricta con todo lo que hago así que el 99% de las veces encontraré muy kaka todo lo que hago, TEHEEE.
ALGO NADA QUE VER PERO ¿VIERON ESTO? (↓)
Jimin seguía observando a Yoongi cocinarle ♥♥♥ Nopuedoconmividacoñojoderputamadreporlacrestactmctmctmctm ¿por qué Jimin es tan tierno?
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