02
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El sol del día pegaba fuerte en su cara, de tal forma que abrir sus ojos era casi doloroso. Las nubes no estaban por ningún lado aunque intentara buscarlas, y la sombra de los árboles no existían porque el lugar donde se encontraba no era nada más que pastizales tapando las llanuras.
No sabía dónde estaba, Yoongi no había conocido un sitio así antes, sin embargo, el sentimiento de tranquilidad que llenaba su pecho era lo suficientemente gratificante como para no preocuparlo.
Y entonces pudo ver, a lo lejos, la silueta de una mujer se mecía de manera cálida, como si en cualquier minuto el viento se la llevaría, y a pesar de que solamente eran contorneadas líneas de una sombra difusa, pudo distinguir que se trataba de ella.
—Haeyeon. —Susurró contento mientras movía ligeramente sus piernas. Se la podía imaginar riendo, fuertemente mientras decía su nombre, sin embargo, su propia sonrisa desapareció cuando noto que, contra más cerca estaba, más lejos permanecía la silueta.
Comenzó a correr, tan rápido como sus piernas se lo permitieron, intentando no desesperarse cuando supo que no podía hacer nada para intentar alcanzarla. De pronto, no había pastizales, la tierra bajo sus pies se hundió, obligándolo a caer al vacío, tan hondo que la sensación de sentirse atrapado le ahogó el corazón.
Yoongi despertó exaltado, jadeando por aire mientras se incorporaba en el sofá donde dormía.
El edredón se encontraba por el suelo y él estaba hecho un lío sintiendo las gotas de sudor deslizarse por los laterales de su rostro. Cerró sus ojos y masajeó su sien hasta sentirse completamente tranquilo. Los sueños con Hayeon eran cada vez más recurrente hasta el punto de volverlo nostálgico. Lo desesperaba un poco, porque se sentía como si la herida nunca fuera cerrar y como si no pudiera dar ese siguiente paso de superar una relación que terminó mucho antes de que él se diera cuenta.
Suspiró pesado, sin la más mínima intención de querer darle vueltas al asunto y tomó su celular. Eran las 5:30 de la mañana, las ventanas que daban al balcón mostraban el comienzo del amanecer en Seúl.
Sabiendo que no volvería a dormir, se puso de pie medio somnoliento y recitando una gran cantidad de maldiciones hacia su persona por ser tan sensible y no ser capaz de volver a cerrar sus ojos. Caminó hacia el dormitorio y cuando entró, fue directo en busca de sus ropas, pues lo único que vestía era un ligero bóxer de color burdeo.
No pensó mucho, y quizás fue el sueño o la somnolencia o porque se encontraba demasiado distraído como para darse cuenta que estaba vagando por el dormitorio de Jimin como si fuera el suyo propio. Quizás la costumbre, realmente, Yoongi no sabe qué es, pero, entró al baño con toda la calma, y sin darse cuenta que la llave de la bañera corría, deslizó la cortina.
Mierda y doble mierda. Lo primero que sus ojos vieron fue un trasero redondo, una espalda ancha ceñida en músculos, la cabellera rubia mojada y una voz cantando justo el coro de una canción de Justin Bieber.
Sus ojos se abrieron más de lo normal y estaba seguro que si hubiera estado bebiendo se habría ahogado. Él no era un pervertido como Namjoon que se encerraba horas mientras veía porno. Demonios, no. Él no era así. Pero ahora que despertó completamente al ver ese cuerpo frente a él, no pudo evitar seguir mirando demás.
Por un segundo creyó que hubiera sido genial si Jimin no se hubiera volteado, porque ahora la sensación de verlo a los ojos era incómoda. Jimin no hablaba, jadeaba abriendo y cerrando la boca, Yoongi sólo frunció el ceño un poco cabreado, como si quisiera decirle que no era realmente su culpa haberlo visto así.
Estuvo dispuesto a mantener la mirada por el tiempo que Jimin estime conveniente, como si de una batalla de quién pestañeaba primero se tratase, sin embargo, algo completamente extraño le llamó la atención. Jimin tenía una cicatriz que ocupaba toda la línea de su esternón hasta terminar en la boca del estómago, eran cerca de 20 centímetros de piel sobresaliente, rosada y clara; no lucía para nada bien, lucía como una cicatriz que le costó la vida.
El momento terminó cuando Jimin se percató que él estaba demasiado ocupado viendo algo que no debía.
—¡VETE! —Jimin gritó, girándose de nuevo. Yoongi supuso que fue la incomodidad de saber que había visto la cicatriz, sin embargo, cuando se volteó no pudo evitar darle otro vistazo a su trasero. —¿¡No te vas a ir!? ¡¡VETE!! ¡Vete, hyung! ¡VETE!
Jimin ahora le estaba gritando y él no se llevaba para nadie bien con las voces elevadas. Se cabreó y con un pequeño gruñido cerro la cortina de un viaje.
—De todos modos, tenemos lo mismo, idiota, no exageres.
Jimin no le respondió. Yoongi se quedó de pie al otro lado de la cortina, escuchando el agua correr y pensando en la cicatriz, su curiosidad se vio tentada sin ningún sentido, nunca había visto algo así, a lo mucho él tenía la cicatriz de su apendicitis del año pasado, pero no algo que lucía como si le hubieran roto los huesos para abrir el centro de su pecho.
—¡Te dije que te fueras! no que te quedaras al otro lado de la cortina idio-
Yoongi se estaba enojando. No esperó a que terminara y sintiendo la molestia, abrió rápidamente la cortina.
—Mira mocoso yo... —No terminó la frase porque ahí estaba de nuevo, esa cicatriz que Jimin ahora intentaba tapar con sus brazos, luciendo muy avergonzado.
Entonces ocurrió, iban a ser cerca de las seis de la mañana cuando Jimin comenzó a gritar, gritar y gritar. Incluso siguió gritando cuando Yoongi le gritó de vuelta que no había visto nada y que sólo había entrado por el shampo.
Jimin gritó incluso cuando Yoongi salió de ahí, a pasos apresurados hasta llegar al baño principal donde más que rápido echó el agua a correr por su espalda. Estaba seguro que gritó por al menos 15 minutos y Namjoon nunca despertó.
*
—No es mi culpa, él debió dejar el baño con pestillo.
Jimin entrecerró los ojos en dirección a Yoongi, quien lucía demasiado calmado mientras se encogía de hombros, como si la vergüenza que pasó por culpa de él no hubiera sido lo suficiente como para que ahora no le esté pidiendo disculpas de manera apropiada.
—¿Será porque era el baño de mi dormitorio, al cual se supone que no entra nadie más que yo?
Yoongi no dijo nada, se dispuso a observar a Namjoon en vez de a él, haciendo lucir el tema como si no fuera un gran problema, lo cual era mentira. Era un enorme problema para Jimin, nadie lo había visto, ni desnudo ni tampoco nadie había visto la cicatriz, solamente el equipo médico que trabajaba con él. Ni siquiera Namjoon ni sus padres. Taehyung había insistido por una foto por KakaoTalk la otra noche mientras le contaba que estaba en Japón grabando, Jimin se había puesto nervioso insistiéndole que era mejor si se lo mostraba en persona. No tenía vergüenza en mostrar su piel, su problema iba en que le daba una pena tremenda asimilar que vivía gracias a la muerte de otra persona. Otra persona que dejó una historia detrás y una familia que la quería y que seguramente sufrió su muerte.
Mucha gente le dijo que pensar así era como matarse antes de intentar darle una oportunidad a lo que su nuevo corazón podía otorgarle, hasta él mismo sabía que no debía pensar así; pero era casi imposible, era casi imposible no llorar a veces pidiendo silenciosamente perdón a Haeyeon, prometiéndole que sería un chico bueno.
—Chicos... ustedes deben tratar de llevarse bien. —Namjoon mira para ambos lados, con las manos apoyadas en la mesa intentando pacificar la situación, como si fuera el moderador de una discusión importante.
—Tu ni siquiera despertase por los gritos de Jimin, y si este mocoso —Yoongi lo apuntó—, no hubiera dicho nada, entonces no sabrías, así que no tiene sentido que te hagas el samaritano ahora.
Era cierto, Jimin por más que gritó, Namjoon nunca fue a su rescate como se lo imaginó, así que luego de su ducha, se vistió rápidamente y caminó hasta el dormitorio de su hyung montando un gran espectáculo mientras lo zamarreaba para decirle que Yoongi era un pervertido. Debido a que Namjoon dormía como un peso muerto sobre el colchón, tuvo que mover su cuerpo por harto tiempo para que por fin abriera los ojos.
—Ese no es el punto... —Namjoon niega con la cabeza, sonriendo, lucía como un cura, que pronto les daría la pastilla y los haría tomarse de las manos mientras recitaba lo importante que era llevarse bien entre los hermanos.
Y Jimin quería decirle que no intente usar sus habilidades de abogado para llevar a cabo una discusión con argumentos inválidos, pero se queda callado cuando recuerda que Yoongi ejercía la misma profesión y ver algo así como una batalla de ellos dos, sería interesante, aunque sea él el causante del problema.
—El punto es que no deberíamos tener esta tonta discusión y yo debería estar yendo a mi oficina a buscar los últimos papeles para trabajar en nuestro caso.
—¡Sí, debemos! —Namjoon inquiere, Jimin sabía que a este punto sería difícil hacerlo cambiar de opinión—. Trabajar así en un ambiente estresante es malo, ustedes sólo se conocen desde ayer y miren como estamos, no creo que podamos avanzar bien en el caso si seguimos así hyung, no si ustedes actúan así.
—Bien. —Yoongi parecía rendido. Jimin alzó sus cejas y lo miró por bastante tiempo hasta que sus ojos se encontraron. Desvió de inmediato la mirada y carraspeó unas cuantas veces sintiendo su garganta seca al recordar que esos mismos ojos que ahora lo observaban fijamente, habían visto su cuerpo desnudo.
—¿Bien? ¿eso significa que se llevaran bien? —Namjoon sonrío y ambos lucían ansiosos ante la posible respuesta que saldría de Yoongi, total era él el que parecía tener mayores problemas en relacionarse.
Un pequeño asentimiento de su parte fue suficiente para que Jimin le hiciera una sonrisa incómoda a Namjoon con el fin de dejarlo conforme. El único feliz con el desenlace de la reunión era Namjoon, quien recitaba ahora incontables veces lo bien que la pasarían los tres cuando los días de trabajo terminen.
—Te lo digo, si sabes como tratarlo, entonces será pan comido. —Namjoon planchaba sus camisas, tarde por la noche mientras Jimin lo veía hacer todo el trabajo tendido sobre su estómago en la cama.
—No sé —Dice un poco nostálgico, jugando con sus dedos—, nunca había conocido a alguien como él, es decir... hyung es bonito y todo, pero su personalidad lo hace alguien horrible.
—Jimin... —El mayor le observa con un rostro de reproche, como si sus palabras elegidas no fueron las adecuadas—, Yoongi-hyung no es alguien horrible, te lo digo, si sabes cómo tratarlo entonces estarás al otro lado.
Se quedó en silencio, pensando en las palabras de Namjoon luego de que después de la reunión se la había pasado evitando a Yoongi.
Y fue como si el mayor de la casa hubiera sido invocado por ellos, porque dos toques sonaron en la puerta y Yoongi apareció bajo el umbral.
—Namjoon ¿sabes dónde venden pilas? Necesito pilas. —Yoongi rascaba su nuca mientras formaba una mueca de malestar con sus labios, como si le incomodara estar ahí donde Jimin estaba. Llevaba unas ropas distintas a la que usualmente vestía; no había ternos ni camisas enrolladas hasta los codos. Vestía unos apretados jeans y una sudadera oscura que lo hacían ver muchísimo más joven que el traje caro con el que lo conoció.
—Si, a dos cuadras hay una tien- —Namjoon se detuvo y Jimin lo miró para saber la causa, se sorprendió cuando este ya lo estaba mirando de vuelta, haciéndole saber que él era la causa. Entonces Namjoon sonrió, abiertamente mientras le cerraba un ojo, Jimin juró haber escuchado un "esta es tu oportunidad para que se caigan bien" en su mente—. Recordé que esa tienda cierra temprano, Jimin puede acompañarte a la otra que hay cerca, hyung.
Jadeando entre la sorpresa se pone de pie ahí en la cama. —¿Qué? No yo- —Lucía horrorizado, como si lo que Namjoon estuviera pidiendo fuera algo como sacarse un ojo e intentar pegárselo en la frente.
—Sí, de verdad que puedes ¿cierto Jimin? —Namjoon le sonríe a Yoongi y cuando se voltea hacia él coloca los labios tensos, susurrando una amenaza por si llegaba a negarse. Yoongi parecía no entender la situación, como si nuevamente le diera lo mismo.
Suspira lentamente mientras sale de la cama y arrastra los pies hacia la puerta. —Está bien... yo te acompaño, hyung.
El silencio era abrumador mientras salen del apartamento y caminan hasta el ascensor. El ding-dong llegó a sus oídos y cuando las puertas se abrieron entraron sin decir ninguna palabra. Jimin entendió que Yoongi era un chico silencioso, pero ¿tenía que ser tan así? Podía ver al pelinegro estudiarse las uñas sin intentar esforzarse en mantener un tema de conversación.
—Uhm, así que Yoongi-hyung ¿necesitas pilas cierto? —Intentó empezar una conversación ligera, sin importarle que el tema sea de pilas y marcas de éstas o de lo que se le ocurriera.
—Uhm. —Yoongi asiente, tan seco que cortó toda la esperanza del plan que ya se había plantado en la cabeza.
Traga saliva asintiendo y apretando sus dientes sin saber realmente qué decir. Al parecer era el único sintiendo que la ansiedad se lo comía vivo. Y eso lo tiene urgido, así que, para sacarse todo el malestar, se gira nuevamente hacia Yoongi.
—¿Se puede saber qué te he hecho como para que me trates así?
Yoongi por fin levanta el rostro de sus preciadas cutículas —según Jimin—, y se encuentra con su mirada, las puertas en ese momento se abren y antes de que quisiera decir algo, es empujado por una muchedumbre de gente que susurra "permiso" y "lo siento" a medida que entraban en el ascensor. Y éste se vio tan lleno que el sonido de sobrepeso les indicó a las demás personas que debían salir. Pero el punto importante no era ese, no cuando ellos quedaron en un rincón y Jimin muy encima de Yoongi debido a los empujes involuntarios que recibía de la gente.
—Maldición Jimin, córrete. —Yoongi siseo, doblando su rostro y hablando justo en su oído de una forma que le provoca pequeñas cosquillas.
Las manos del pelinegro se posaron peligrosamente en su cintura y él no pudo evitar tensarse ante la acción, y aunque sabía que era un intento de alejarlo, no pudo detener el sonrojo de sus mejillas cada vez que sentía la respiración de Yoongi golpear de forma suave en su oído, tan suave que el simple aire le erizaba los pelitos de su nuca, como un gatito.
—No puedo —Jimin intentó moverse—, ¿no ves que está lleno? —musitó bajito, realmente bajo, apenado por que las demás personas podían escucharlos.
—Jimin... me estás apretando, en serio ¿puedes correrte? —Yoongi susurró esta vez mucho más cerca, tanto así que con el ligero movimiento sus pómulos se tocaron.
Estaba rojo, hasta sentía una ligera capa de sudor bañar su espalda. El ascensor volvió a parar en el cuarto piso y en un empujón fuerte Jimin automáticamente entierra las manos en los brazos de Yoongi evitando estamparlo por completo, pero era casi inútil.
—N-no puedo, hyung, lo siento.
Ni siquiera estaban en un metro o algo que tuviera mayor movimiento, pero era inevitable no tocarse en todos los lugares incorrecto y era ridículo según Jimin el hecho de que un ascensor de un complejo de departamentos se encuentre tan lleno a esas horas de la noche. Quería desaparecer, que se lo trague la tierra en ese instante porque comenzó a sentir las cosas extrañas ahí abajo y se moriría ahí mismo si el sólo roce de sus cuerpos le llegasen a provocar una erección de adolescente. Se moriría de vergüenza si algo como eso pasase, porque ¡rayos! No debería, realmente no debería.
—Entonces quédate así y no te muevas.
Apretó los labios y asintió a las palabras de Yoongi con un ligero movimiento de cabeza, su corazón latía a mil por horas y estaba seguro que en unos minutos más le comenzaría a faltar el aire. ¿Cuánto demoraría el ascensor en bajar? ¿era necesario que parara en todos los pisos?
Era el tercer piso cuando el ascensor abrió sus puertas y la gente bajó, pudo respirar calmado por un segundo, sin embargo, nueva gente volvió a colarse dentro dejándolo en la misma posición y peor, porque ahora sintió una persona ubicarse justo detrás de él. La sensación no era para nada placentera, incluso podía sentir una mano tocarlo, y si no estuviera con el pánico a flor de piel juraría que alguien sobajeó su trasero.
Mierda.
Por segunda vez, quería morir ahí mismo.
—Hey, qué haces tocando a mi novio, eres un pervertido de mierda ¿acaso? —Yoongi soltó las palabras a los cuatro vientos, casi gritándolas sin tener la más mínima vergüenza. Jimin sintió su mano envolver toda su cintura y tirarlo más hacia él—, ¿sabías que te puedo denunciar? ¿incluso te diste cuenta de la cámara instalada ahí arriba? —Ni Jimin se había dado cuenta y al parecer nadie, porque todos miraron hacia arriba buscando la pequeña cámara de seguridad pegada en la esquina—. Podría llamar a seguridad y recolectar las suficientes evidencias para reportarte por acoso, ¿si quiera sabes cuánto dinero podría hacerte pagar por los daños psicológicos?
El tipo no dijo nada, cuando llegaron al segundo piso las puertas se abrieron y rápidamente se escabulló.
Jimin ahora sí parecía una pintura al rojo vivo, como un tomate maduro, y agradeció a que la vista que tenía era sólo una pared y el hombro de Yoongi en el cual posaba su mentón debido al apretado agarre que el mayor sostenía.
—¿Ves los problemas que causas niño? ¿Cómo quieres que nos llevemos bien si me haces pasar por estas cosas? —Yoongi graznó molesto mientras apretaba el agarre con mayor fuerza, Jimin no sabía qué pensar, tenía un colapso mental porque no es como si ellos se conocen de hace tiempo como para compartir esa intimidad, y, además, ¿su novio? Tenía demasiada taquicardia como para que sus sentidos piensen correctamente y darse cuenta que sólo fue una estrategia para el tipo que lo acosó. La palabra simplemente se quedó estancada en todo el rollo virgen y adolescente que se traía consigo.
—Lo siento. —Es lo único que susurra.
Se intenta alejar de Yoongi, pero este nuevamente apretó el agarre.
—Solo quédate así maldición —Yoongi lucía cabreado—, y ni se te ocurra hacer más show ¿bueno? porque no te defenderé otra vez.
"pirqui ni ti difindirí otri viz" Jimin lo remea en sus pensamientos, deseando tener un muñeco vudú y aplicarle agujas a Yoongi en todos los lugares que sus cuerpos se tocaban.
Agradeció la llegada del ascensor al primer piso y cuando la gente se bajó, rápidamente tomó la distancia necesaria, sintiendo el frío recorrer los lugares que en el ascensor se sintieron calientes.
Debía calmarse, pero en lo único que podía pensar era la forma suave en la que los finos labios de Yoongi susurraron en su oído, o la manera firme en la que no dudó en agarrar su cintura.
Definitivamente la falta de experiencia en relaciones humanas le perjudicaba en situaciones así.
Yoongi sale primero, con las manos en los bolsillos caminando por la recepción hasta la puerta de entrada.
Jimin le sigue los pasos desde atrás hasta llegar a su lado. —No era necesario que hicieras eso.
Yoongi se detiene justo en la puerta automática y se gira para mirarlo con los ojos entrecerrados.
—La forma más rápida de intimidarlo era esa. Si le decía que era tu amigo la reacción hubiera sido distinta, además, deberías agradecer que salvé tu trasero... literalmente. —Lo último fue casi un susurro mientras lo ve caminar nuevamente. Abrió y cerró su boca y volvió arrastrar los pies para alcanzarlo.
—Es por acá, hyung. —Indica con su mano la calle principal hacia la derecha, Yoongi asiente en silencio y continúa caminando.
Jimin se refriega las manos, completamente nervioso, aprieta sus labios confundido si debía decir algo o no; al final, decide que sí porque la ansiedad de su corazón no se quitaría si se quedaba callado.
—Gracias. —Susurra deseando que Yoongi lo haya escuchado. No lo ve directamente, pero por el rabillo del ojo lo ve asentir.
—¿Siempre sucede?
—¿Uhm? —Ahora sí, gira su rostro mientras doblan en otra calle, levanta sus cejas curioso esperando la explicación del contrario.
Yoongi lo mira fijamente, como si estuviera estudiándole todos sus rasgos, su mirada es seria y se pregunta vagamente si es capaz de hacerlo reír.
—¿La gente te acosa a menudo?
El recuerdo del ascensor llega de inmediato y le es inevitable encogerse de hombros. —Ha ocurrido otras veces, pero no es para tanto...
—Me da rabia la gente como tú. —Es lo primero que dice el contrario ante su respuesta. ¿gente como él? ¿qué había de malo en él? Jimin quiere refutar eso, pero no dice nada cuando ve la tienda a lo lejos y le indica a Yoongi que estaban cerca.
Entran al pequeño local en el cual son saludados cálidamente por una vendedora, Yoongi escanea las vitrinas y los pasillos mientras Jimin le sigue de cerca sin estar interesado en nada más que en él.
—¿Cómo se supone que soy yo?
Lo ve tomar dos paquetes de pilas de marcas distintas y leer el reverso de ambas, supuso que estaba comparando, lo cual era gracioso porque ¿qué iba a comparar? ¿cuál era la más bonita? No pudo evitar sonreír un poco.
—Sí, la gente débil, no siempre habrá más personas ayudándote, deberías haberle dicho tú algo al tipo cuando sentiste que te estaba tocando.
Jimin no dice nada porque le encuentra la razón, él es débil, en todos los sentidos, tanto física como mentalmente, así que no había mucho que pudiera refutar en esa declaración.
—No sé por qué me molesta tanto... —Susurró, por último, tan ligero que si Jimin no hubiera estado cerca no lo hubiese escuchado.
Yoongi se desliza por su lado sosteniendo uno de los paquetes de pilas y avanza hasta la caja para pagar. Justo cuando salen de la tienda, siente que reunió toda la fuerza necesaria para hablar.
—Gracias —Dice, Yoongi se voltea y lo observa fijamente, Jimin le sonríe a pesar de que se sentía cohibido ante su mirada. Él siempre fue una persona tímida debido a la falta de interacción con las demás personas, pero esta vez intenta dejar esa ansiedad muy en el fondo de su cabeza para poder seguir hablando tranquilo—, creo que ahora entiendo por qué me causabas tanta curiosidad —Yoongi enarcó una ceja y Jimin supuso que no había entendido sus palabras—, quiero decir que me di cuenta que somos muy diferente, como si cada uno aprendiera cosas nuevas del otro y-
No alcanzó a terminar la frase cuando sintió a Yoongi empujarlo al callejón y acorralarlo contra el muro de concreto.
De inmediato levantó sus manos colocándolas sobre su pecho. —Wow, wow, wow ¿n-no vamos muy rápido? —Es lo primero que sale y quería golpearse contra el cemento lo más duro posible por ser tan idiota.
Yoongi al parecer no tomó atención a sus palabras porque observaba para todos lados, miró a la derecha y luego a la izquierda para por fin enfocar su vista en él, y Jimin de forma automática desvía la mirada cuando sintió que el espacio entre sus rostros era pequeño, ¿acaso siempre tendrían que estar en situaciones donde el espacio personal no era respetado?
Las manos de Yoongi se apretaron en su cintura, y el mero acto le hizo volver a levantar la mirada, dándose cuenta que el contrario nunca había quitado la vista sobre él.
—No te asustes —Le oye decir. Jimin ya estaba más asustado que la mierda—, pero creo que nos están siguiendo.
Lo primero que hace es reírse de forma casi sarcástica. —¿Qué? —Era imposible que los estén siguiendo, porque ¿qué sentido tenía? ¿no es mejor para ellos correr? Aparte, ¿qué eran ellos? ¿gente de la mafia? Jimin estaba seguro que sus papeles estaban completamente limpios como para tener a alguien "siguiéndolo". —¿Acaso esta es una nueva excusa para intentar ligar?
Sí, Jimin no sabía nada de relaciones humanas.
—No, idiota, es serio —Yoongi sigue mirando para ambos lados, y él al seguir su mirada, a lo lejos divisó dos tipos caminando a su dirección—, esos tipos nos están siguiendo.
¿Por qué a ellos? ¿por qué a él? Los tipos francamente lucían como estos que contratas para hacer el trabajo sucio, vestían de terno, zapatos bien lustrados y rostros limpios. Él no podía morir en un callejón, apenas había sido dado de alta y se negaba rotundamente a la idea de ser descuartizado y vendido por partes o algo así. Si esas eran sus intenciones, Jimin quería decirles que ya se encontraba bastante echado a perder como para que ocupen su cuerpo o lo que sea, ni siquiera tenía dinero.
—Corramos —dice de pronto—, corramos, hyung. —Toma los brazos de Yoongi y los intenta mover sin conseguir ni un solo movimiento a cambio.
Yoongi nuevamente se gira para observarlo. La desesperación en sus ojos azabaches se fundía por toda su cara, tan profundamente que ese destello de miedo lo traspasó también a él.
—No —Susurra Yoongi, negando ligeramente con la cabeza—, eso lo hará más obvio. Abrázame.
—¿Qué?
—Jimin —Lo ve cerrar los ojos, como si estuviera intentando no perder la paciencia—, no es broma, esos tipos tienen que ver con el caso en el que trabajamos con Namjoon, no hay tiempo para explicar ahora, abrázame, si actuamos como una pareja nos dejaran tranquilos. Lo he hecho antes, confía en mí. —Jimin frunció el ceño, "¿lo he hecho antes?" De inmediato se sintió ofendido y al parecer Yoongi lo notó porque le gruñó. —Estoy seguro que están armados, míralos, uno de ellos lleva la mano dentro de su saco. Si me reconocen estamos jodidos, supongo que aprecias tu vida ¿no?
Sí, la apreciaba y bastante, miró a los tipos y uno de ellos se acercó al otro para susurrarle algo al oído, ambos fruncieron el ceño moviendo su rostro, como si intentaran reconocer a Yoongi, quien se encontraba observando para el lado opuesto. Lo que sintió en ese momento era una mezcla de nervios, miedo y ansiedad.
Así que rápidamente envolvió la cintura del mayor y lo acercó completamente a su cuerpo. Yoongi al parecer entendió la acción ya que hizo lo mismo y hundió el rostro en su cuello. La respiración del mayor le hacía cosquillas en su piel sensible y estaba seguro que su corazón explotaría dentro de su caja torácica debido a toda la adrenalina que sentía. Los tipos caminaron justo frente a ellos y ahora Jimin podía notar el artefacto de color negro que había tras el saco, se notaba claramente que era una pistola. No quiso pensar más y cerró los ojos hundiendo su rostro en el hombro ajeno mientras sus manos se deslizaban por toda la espalda del mayor.
—Bah, sólo es una pareja. —Uno de ellos susurró mientras caminaban de largo, siguiendo su camino.
—¡Consíganse una habitación! Par de homosexuales... —El otro gritó a viva voz. Jimin no debía avergonzarse, pero de todas formas sintió su rostro arder.
—¿Se fueron? —Los labios de Yoongi se movieron ahí en su piel, y si no hubiera hablado Jimin hubiera confundido el movimiento como un beso.
—Sí... —Dice luego de ver como los tipos se perdían doblando en la esquina.
—Bien, vamos, hay que regresar. —Yoongi se separó y comenzó a moverse junto a un Jimin todavía atontado, sin embargo, cuando se giró hacia la salida del callejón los tipos volvieron aparecer.
Y no supo como fue todo realmente, el movimiento de Yoongi fue muy rápido porque apenas vio a los tipos se giró y sin pensarlo tomó entre sus manos el rostro de Jimin, quién lo observaba fijamente con sorpresa al sentir la incertidumbre de lo que haría después.
No hubo segundos para retractarse y poder correr su rostro, aunque Jimin nunca tuvo buenos reflejos. Yoongi sin pensarlo más tiempo, se movió hacia adelante y plantó un beso en sus labios.
Era el primer beso de Jimin.
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A veces me pregunto si ustedes tienen que releer los capítulos anteriores para entender la historia porque me demoro años en actualizar ahaha :(
Una vez más, gracias por los comentarios lindos y por votar y todas las cosas lindas que hacen ♥
Y disculpen la falta ortográfica o gramatical :v siempre se me escapa algo.
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