Único.
Al abrir los ojos lo único que encontró es luz, una espacio vacío iluminado por un tenue de colores y decorados con una espesa neblina. Inconsciente sobre qué acciones habrá tomado para haber llego allí, o que hacia allí en primer lugar, forzándose a tratar de recordar algo sobre sí mismo, pero no había nada, era una sensación extraña gradada en su pecho ante la situación en la que se encontrada, el no saber quién era o donde estada, solo perdido.
Divagando por el lugar su desconcierto aumentada, parecía una lugar separado de todo plano de realidad que estada conocida, pero... ¿Porque?
- AUmm... - Sintió, por primera vez en su recorrido un punzada en el pecho que lo dejo de rodillas en el suelo, lo suficiente para aturdirlo pero a su vez, lo suficiente para hacerlo recordar. - Me llamo Kiriya... Y... - Incorporándose busco detallar lo más que podía su cuerpo, su apariencia en sí, en esta etapa de su vida tenía casi los 80, pero tenía el cuerpo de un joven adulto otra vez. Fuerte y sin arrugas. - Estoy muerto... - Fue lo primero que pensó, pues otra explicación no había, estada entre la luz del mundo de los vivos y la oscuridad en el de los muerto, en un limbo eterno entre ambos mundos.
Un pequeño gemido salió de sus labios moviendo su mano hacia su pecho, esa sensación no se iba, era más débil pero ahora era diferente, algo que no podía explicar, solo sabía que lo estada guiando entre todo ese ambiente plano, con la sensación de que tenía que encontrar algo a flor de piel.
- ¿Qué debo hacer aquí? - Era lo que quería saber, en vida nunca fue una persona muy creyente más allá de ciertas leyendas y creencias que solo veía como rumores o cuentos entre conocidos buscando dejar una metáfora a la interpretación para seguir, por lo tanto la palabra desconcierto era lo único que lo describía en ese momento. No entendía, que hacía, que debía hacer, que era esta sensación, o solo estada caminando para decidir si morir o vivir.
- Hay algo... Familiar... - Entre toda la niebla pudo encontrar una imagen que activo sus alertas, pero que no pudo diferenciar con exactitud. Cuando estada por acercarse a ella, al estar frente a frente otra vez ese dolor en su pecho se hizo presente, trayendo imágenes a su cabeza, imágenes que no entendía en lo más mínimo.
- ¿Un rey encadenado hecho de pura negrura y una reina de pura luz...? - Eso fue lo que diferencio en su mente, algo le decía que era eso. Por más que no entendiera que significaban, ya que parecían humanos, parecían personajes de esos animes que vio en su adolescencia.
- Honoka... - Ese nombre llego a su mente, sin saber el porqué, sin saber que significada. Buscando pararse del lugar para buscar una salida, si esa era su muerte no había porque prolongarla, ya tuvo una larga y satisfactoria vida a fin de cuentas.
Habían pasados unos minutos donde Kiriya no aparto la mano de su pecho, caminando sin rumbo, sin un camino que seguir, solo guiándose por esa extraña sensación, había se hacía más fuerte, más débil, más irregular en si mientras avanzada.
- ¿A quién estará llamando? - No era normal, su propio corazón lo estada guiando en ese abismo, estada llamando a alguien, de eso estada consiente. - Honoka...- Ese nombre volvió a su mente. - ¿Ella será mi ángel o el demonio que viene por mi? - Sonriendo de medio lado esa idea le llego a hacer gracia, se estada tardando en venir por él.
Cerrando los ojos dejo de caminar, poniendo sus 2 en su pecho, el dolor se había detenido pero ahora era una extraña mezcla de amarga nostalgia y calidez lo que en su pecho se enterrada.
- Honoka... ¿Quién eres para mí? - Se pregunto a sí mismo, esperando, por lo menos tener una respuesta o una señal que le dijera a donde estada ella. Sentía que tenía que buscarla, no podía solo recordar ese hombre cuando nunca había visto a nadie llevar puesto ese nombre. - Quiero verte...
No supo ni cuánto tiempo estuvo caminando, perdido en ese bañe totalmente plano. Suspirando ya sin saber qué hacer, donde sea que mire había solo niebla.
- Dime a donde ir... - Pidió a la nada, esperando que eso le sirviera, y como si fuera así, su pecho volvió a arder, era un dolor extraño, haciéndole soltar lagrimas de forma involuntaria, su cuerpo se llenada de miles de emociones conjuntas, queriendo escapar de todo eso, corriendo sin rumbo fijo.
- Pretty cure... - Ahora eso era lo que recordada. Primero le había mostrado 2 deidades, luego el nombre de una chica, ahora esto, ¿que tenía que ver? - Ahhh... - Cuando el dolor paro, logro visualizar la silueta de una chica, buscando pararse con fuerte para seguirla a todo lo que sus piernas daban.
- Espera... - Pidió. Logrando notarla cuando esta se volteo de forma súbita por su grito, quedando frente a frente, provocando un estado de shock en los 2. Todo a su alrededor se detuvo, se congelo, si bien no había nada a su alrededor en ese momento, tampoco importada, pues sus propios corazones solo podían sentir en el del otro.
- Ahhh... Yo te he visto. - Y siempre que pasada eso, sus ojos no podían apartarse fácilmente de la silueta de la joven de cabellos negros, sentía que la conocía, junto a una curiosidad de acercarse, con el tiempo, solo termino considerando que era un simple capricho, si bien no podía explicar porque sentía lo que sentía, esa nostalgia que le provocada la imagen de su mirada junto al brillo de los ojos, eran al final 2 vidas muy separas, tanto en edad como en el oficia, para cuando él estada en preparatoria, ya ella estada siendo una científica.
- Kiriya...
- ¿De dónde me conoces? ¿Eres Honoka?
- ¿No recuerdas nada? Eso lo debí suponer. Sí, me llamo Honoka Yukishiro, o... Cure White... - En ese momento estada en su traje de precure, su magia la había guiado a ese lugar después de la muerte, sabiendo que había alguien con quien encontrarse.
- ¿Cure? ¿Pretty Cure? Ahh... La zona Botsuku, el jardín de la luz, y el jardín de los arcoíris... - En su mente todo estada pasando como un flash, como si un cumulo de información se estuviera forzando a entrar en su mente. - ¿Honoka? Yo... - Quería abrazarla, ya estada consiente de todo, de lo que gano, de lo que perdía y de lo que no pudo hacer. Su corazón latía con fuerza llenando su cuerpo de un sentimiento reconfortante, la estada buscando a ella. - Lo siento, por no poder haber hecho nada. Por no haber logrado recordar, por no... - No siguió, la guerrera legendaria precure se lanzo a sus brazos, apretando su cuerpo con de él, sintiendo pequeñas lagrimas bajar por su rostro.
- Yo también te extrañe, pero estada feliz en verte en una vida fuera de todo lo que tuvimos que vivir. De verte... Siendo feliz...
Ninguno dijo nada, se quedaron abrazados un rato más, la niebla en el lugar se empezó a disipar, dejando ver más las luces brillando en 7 colores. Sin poder evitarlo, ambos se besan, no como esperarían, pero solo necesitaban eso.
Eran almas gemelas que en la próxima vida, si podrían vivir juntos en plenitud.
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