Universo Alternativo.// Normal AU.// Modern AU.

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Viajar en su motocicleta junto a su novio, de vuelta a casa después de una cita perfecta. De pronto, ver una fuerte luz blanca... Era lo último que recordaba.

No tenía la menor idea de qué demonios había pasado esa noche, pero sin duda, la lamentaría eternamente.

Esa noche, Kardia iba manejando la motocicleta, y él iba acompañándolo. No iba a exceso de velocidad, no se saltó ningún alto, no iba distraído, los dos llevaban cascos... Entonces, ¿por qué tuvo que pasar eso?

Un idiota ebrio era la respuesta.

Lo que más detestaba era no poder recordar el momento del accidente. Cada vez que lo intentaba, lo único que su memoria era capaz de proyectar, era esa maldita luz blanca del auto responsable de arrebatarle a quien más había amado.

Porque, aunque él, por algún milagro, logró sobrevivir, Kardia no.

— Asmita, ¿estás seguro de esto?

Las palabras de la hermana menor de Kardia lo hicieron tomar un profundo respiro y asentir. Realmente no tenía la seguridad de nada, pero quería respuestas.

— De acuerdo.- Suspiró la joven mujer.- Pero...

— Estaré bien, Sasha.

Tres malditos, horribles y dolorosos años habían pasado desde esa noche. Y él no había podido recordar nada.

No sabía cómo ni qué había ocurrido en ese choque. Lo siguiente que recordaba después de esa luz, era "despertar" en completa oscuridad, en el hospital, conectado a varias máquinas y sin poder moverse.

Al parecer, quedó vivo, pero estuvo en coma por casi tres meses. Pero algún daño en su sistema nervioso le costó el sentido de la vista, y para coronar sus desgracias, el daño en su columna fue tal, que perdió la capacidad de caminar, condenándolo a una silla de ruedas por el resto de su vida.

Fue un trago difícil de pasar, y seguía siéndolo. Su vida jamás volvió a ser la misma, y todos sus planes se fueron a la mierda en un parpadeo.

Pero lo que lo había destrozado por completo, fue saber el destino de Kardia.

— Para cuando la ayuda llegó, ambos conductores ya habían fallecido.- Explicó el médico aquel día.- Fuiste el único que sobrevivió.

"Fuiste el único que sobrevivió"... Cómo odiaba esa maldita frase, habría preferido morir a vivir esa condena. Si al menos Kardia no hubiera muerto, podría aprender a sobrellevar toda esa mierda... Pero él se había ido, jamás volvería, y él no sabía cómo demonios pasó.

Ya había agotado todas las opciones terapéuticas éticamente correctas. No le importaba si la hipnosis era invasiva o éticamente cuestionable, tampoco le importaba ya su bienestar y estabilidad, hace tiempo que había olvidado todo eso.

Quería respuestas, y las quería al costo que fuera.