26. Drogas
Universo Alternativo.// Modern AU.// Normal AU.
Advertencia: Mención de uso y abuso de sustancias.
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De nuevo, estaba en esa clínica, con las paredes totalmente blancas, y decoración minimalista. En la sala de espera, aguardando el arribo del médico.
— ¿Cómo está?- Preguntó tras ver a su hermanastro llegar.
— Sabes que esto lleva tiempo, Kardia.- Suspiró el peli-verde.- Por ahora sigue lidiando con el síndrome de abstinencia.
— Degel, ¿hay algo que se pueda hacer para ayudarlo?
— Ya estamos haciendo todo lo humanamente posible, Kardia.- Respondió su hermano.- Pero es difícil saber cuánto tiempo más van a durar los síntomas.
— ¿Puedo verlo?
Degel asintió, no sin antes advertirle que seguía siendo imposible abrir la celda de contención, así que por ahora debía conformarse con observarlo a través de la ventana.
Con pesar, asintió y siguió a Degel por los pasillos, hasta llegar a esa sala, dónde pudo escuchar varios ruidos de golpes contra las paredes, así como gritos y gruñidos... Sabía lo que le esperaba, ya lo había visto, pero no dejaba de ser doloroso.
Cuando llegaron frente a la puerta, Degel anunció su llegada y abrió la pequeña puerta metálica, permitiendo el acceso a una ventana, observando a quién estaba dentro.
— Hola, Mita.- Murmuró, intentando sonreír.- ¿Cómo estás hoy?
El rubio lucía extremadamente demacrado. Estaba mucho más delgado, su cabello reseco y corto, y sus ojos enmarcados por unas profundas ojeras... Simplemente no podía creer que ese era el Asmita que conocía.
— Tranquilo, sé que puedes con esto.- Murmuró, recargándose contra la puerta.- Solo resiste un poco más... Sé que vas a superar esto.
Asmita no le respondía nada, solo tiraba de sus propios cabellos, se mordía, pellizcaba y golpeaba a sí mismo, presa de una evidente desesperación.
Kardia cerró los ojos, derramando silenciosas lágrimas... Simplemente no soportaba verlo en ese estado. No podía concebir la idea de que la luz que algún día desprendía Asmita, estaba completamente extinta. Cómo sus ojos, alguna vez llenos de vida y tan azules como el cielo, ahora habían perdido todo su brillo. Cómo luchaba por su vida, cómo soportaba todo ese dolor, cómo estaba enfrentando esa batalla y él no podía hacer más...
— Tranquilo, Mita.- Hipó.- Sé que vas a superar esto... Sé que puedes.
Desde un inicio, sabía que el proceso de rehabilitación iba a ser difícil. Iniciando por la etapa de desintoxicación, retirando por completo todas las drogas, causando inevitablemente la aparición del síndrome de abstinencia.
Degel le había advertido que era un proceso difícil y bastante doloroso, pero debían resistir para poder continuar con el resto de la rehabilitación...
Solo por eso, luchaba por mantenerse fuerte para Asmita, y no ceder a la angustia, la tristeza y el dolor que invadían su corazón al ver a la persona que amaba sufriendo ese calvario.
Sabía que Asmita no era una mala persona, definitivamente no merecía ese horrible castigo. Simplemente había confiado en alguien que no debió, y el precio fue muy caro.
Si pudiera volver en el tiempo, no dudaría en impedir que Asmita se hiciera cercano a ese desgraciado que le jodió la vida al presentarle ese podrido mundo de las drogas, al traicionarlo, y hacerlo pasar toda clase de maltratos durante su relación.
Si pudiera hacerlo, no dudaría en proteger a Asmita de todo lo que pasó, y evitar que terminara como terminó... Pero no podía hacer eso.
Por más que le doliera, no podía retroceder en el tiempo, no podía cambiar lo que había pasado. Ahora solo podía mantenerse a su lado, ser fuerte por él, y ayudarlo en ese difícil camino a recuperar las riendas de su vida.
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