Universo Alternativo.// Modern AU.// Normal AU.

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Cómo pez fuera del agua, como un león en la Antártida, como un ave bajo el agua... Simplemente no hallaba palabras para expresarlo.

Siempre se había sentido diferente... Jamás sintió efusividad por nada de lo que tantas veces le impusieron.

"Eres una mujer, compórtate como una."

"Ponte ese vestido."

"Usas una falda porque eres una mujer."

¡Carajo! No era la ropa lo que le molestaba, era la razón que le daban para usarla. Era la forma en que la gente le trataba y percibía...

Nadie parecía entenderlo. Por momentos ni siquiera él lo comprendía del todo.

No tenía nada en contra de las mujeres, simplemente no se sentía como una. Era como si alguien se hubiera equivocado y lo hubieran dejado en el cuerpo equivocado. Atrapado en un cuerpo de mujer y con la mente de un hombre.

Pero entonces, ¿por qué sentía atracción por otros hombres?, ¿realmente estaba loca?, ¿solo buscaba atención?, ¿qué era en realidad?

Por años buscó y buscó una respuesta, intentando descubrir quién era en realidad. Encontrando poco a poco respuestas a sus incógnitas, así como personas que le ayudaron y comprendieron... Y eso no era del todo bueno.

No ahora, que finalmente había logrado tomar el valor suficiente de ser quien realmente era, aún sabiendo el riesgo que implicaba. Pero debía decírselo.

— Mita, ¿qué pasa?

Al escuchar su preocupada voz, se forzó a volver al presente, observando sus ojos rosáceos.

— ¿Qué querías decirme?

— Kardia...

Tuvo que hacer una pausa para tomar un profundo respiro y calmarse antes de continuar. Sabía que las consecuencias podrían ser demasiado graves, pero ya había vivido suficiente tiempo fingiendo ser lo que no era, y no pensaba seguir así.

— Yo...

— Oye, está bien.- Le sonrió sutilmente el peli-violeta, tomando su mano.- Puedes decirme lo que sea.

Esta vez realmente no sabía si podía confiar en eso. No era un tema sencillo ni fácil de asimilar, y sabía bien que no podría culparlo por la reacción que tuviera.

— Decidí hacer la transición.- Confesó finalmente, quebrándose al final.

Temía la reacción que Kardia pudiera tener. Realmente no quería perderlo, pero no podía obligarlo a quedarse con él.

Bueno... No sería el primero, y tampoco el último en abandonarlo y repudiarlo. Podría continuar, aunque nada quitaría el dolor de su corazón roto por un tiempo.

Sin embargo, lo único que obtuvo por respuesta, contra todo pronóstico, fue un fuerte y cálido abrazo, seguido de un beso en su frente, mientras sus lágrimas eran limpiadas.

— Genial, ¿cuándo empiezas?- Le sonrió Kardia, sorprendiéndolo.- ¿Qué?, ¿tengo algo en la cara?

Solo pudo llorar en respuesta, quedándose en sus brazos por quién sabe cuánto tiempo.

— Te lo dije cuando te conocí y te lo repito ahora, Asmita: te amo por tu esencia. Por tu calidez, tu sinceridad, tu bondad. Por la pureza de tu alma y tu forma de amar.- Le susurró Kardia, abrazándolo.- Me da igual si decides llegar hasta la cirugía de reasignación o si continúas usando binder. Sigues siendo mi Mita, y yo te sigo amando más que a nada en este mundo.

No había el menor rastro de falsedad en las palabras de Kardia, pero sus ojos no podían dejar de llorar.

Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había sufrido el rechazo, repudio y maltrato de las personas. Cuántas veces lloró, deseando ser como todos los demás, dejar de sentir todo lo que sentía...

— Kardia...

— Todos pueden irse al diablo tomados de la mano.- Le sonrió el peli-violeta, acariciando su mejilla.- Tú eres mi novio y te amo. Solo me importa lo que pienses tú de nuestra relación, porque estoy contigo.

Sí, sin duda, su vida no había sido fácil, y sabía de sobra que nunca lo sería. Pero teniendo a su lado a Kardia, lograrían escapar de cualquier cosa.

Al final, eran solo dos personas que se amaban, deseaban estar juntas, y que nunca se separarían.