14. Cicatriz
Universo Alternativo.// Modern AU.// Normal AU.// Omegaverse.
•=•=•=•=•=•=•=•=•=•
El sol de verano iluminando el despejado cielo azul de la playa, todos riendo y disfrutando el mar y la arena cálida... Un día perfecto, pero no para él.
Él se había quedado en la orilla, sentado en una reposera, bajo una sombrilla de playa, fingiendo leer un libro solo para evitar ser molestado.
No se atrevía siquiera a usar un traje de baño, simplemente no soportaba observar la cicatriz en su vientre, recordándole una y otra vez el dolor que tanto le aquejaba.
— ¡Mita!
Al escuchar esa tierna voz infantil, alzó la vista de su libro, dejando de lado su actuación por un momento.
— ¿Necesitan algo, Kanon?
— No, solo queríamos enseñarte esto.- Respondió el pequeño de seis años, mostrándole una caracola.- Pero a Saga le da pena acercarse sólo.
El gemelo mencionado agachó la cabeza, encogiéndose con timidez en su lugar, ocultando algo tras su espalda.
Asmita sonrió enternecido por las acciones de los dos niños, acariciando el cabello de Saga, recibiendo una sonrisa tímida por parte del pequeño Delta.
Kanon era mucho más extrovertido y expresivo que su gemelo mayor, y no dudó en abrazarlo, saltando a sus brazos sin previo aviso, terminando ambos sentados en el camastro, arrastrando también a Saga.
Los tres rieron divertidos por aquel suceso, para después levantarse y ver los tesoros marinos que los gemelos habían llevado.
— ¿Por qué no vas a nadar, Mita?- Preguntó Kanon.- ¿No sabes nadar?
— Yo...- Tartamudeó nervioso.- Bueno... Sí sé nadar, pero... No me gusta usar trajes de baño.
— ¿Por qué?- Con la típica curiosidad infantil, siguió preguntando Kanon.- ¿Te da pena?
— Algo así...
— ¿Por qué? Si eres muy bonito, pareces un modelo de esos que salen en anuncios y películas.
— Exageras un poco, ¿no?- Rió el Omega.
— Para nada.- Afirmó el pequeño Alpha con una sonrisa segura en su rostro.- Kardia es muy afortunado de que te hayas casado con él. Y con razón él, Manigoldo y mi tío te cuidan tanto de los viejos groseros que dicen cosas.- Añadió el peli-azul.- Yo quiero casarme con un Omega tan bonito como tú cuando sea grande.
Asmita rió enternecido por las palabras de Kanon. Ese pequeño definitivamente iba a ser todo un caballero de adulto.
— Pues muchas gracias, pero aún eres muy joven para pensar en cosas como el matrimonio.- Le sonrió, acariciando su cabello aún mojado.- Por ahora solo deben pensar en jugar, divertirse, hacer amigos y aprender en la escuela.
Los gemelos asintieron con una sonrisa, abrazándose a él. La sensación era tan linda como desgarradora a la vez... Imaginando lo que bien sabía que no tendría, pero dándole algo de consuelo al mismo tiempo.
Ni siquiera le importó terminar empapado por el agua de mar aún escurriendo de los bañadores y cabello de los niños.
— Pero ¿por qué te da pena usar traje de baño entonces?- Insistió Kanon.- Yo quiero que juegues con nosotros en el mar.
— Es solo que...- No sabía qué respuesta debía dar a un niño tan pequeño. Dudaba que pudiera comprender.- Bueno... Tengo una... Cicatriz en el estómago.
— ¿Cómo te la hiciste?
— Eres muy pequeño para saber eso.- Sonrió con algo de tristeza.- Cuando seas más grande lo entenderás.
— Mi mamá también tiene una cicatriz.- Mencionó Kanon, tocando una fibra sensible en Asmita, sin ser consciente de que su noble intención había tenido el efecto contrario.- Dice que es de cuando Saga y yo nacimos. Que el doctor tuvo que hacerle un corte para sacarnos, y la marca se quedó ahí.- Siguió el pequeño.- Pero casi no se le nota, y aunque se le notara, él sigue siendo bonito. Y tú también, sea lo que sea, sigues siendo muy bonito.
Asmita sintió un pequeño nudo en la garganta, y sin querer, unas pequeñas lágrimas escaparon de sus ojos, confundiendo a los niños por su reacción.
Asmita sabía que Kanon no había dicho nada de eso con mala intención, él ni siquiera sabía todo lo que había pasado y cuánto le afectaba ese tema. En su tierna inocencia infantil, solo buscaba hacerlo sentir bien y que aceptara jugar con ellos.
— ¡Saga!, ¡Kanon!
La voz del Omega que había dado a luz a ambos niños captó su atención, devolviéndolo a la realidad.
— Mita, ¿estás bien?- Kardia también apareció, acercándose a él para acariciar sus mejillas y tratar de calmarlo.
¿Qué tanto escándalo había hecho para terminar llamando la atención de todos? En cuestión de segundos ya estaban Kardia, Defteros, Manigoldo, Regulus y Sísifo a su lado, al igual que Aspros.
— ¿Qué dijeron ustedes dos?- Interrogó el peli-azul a sus vástagos, alejándolos un poco.
— Nada.- Respondió Kanon, algo nervioso. Mientras Saga ya estaba llorando.
— ¡¿No dijeron nada, y por eso está llorando?!- Insistió el Omega.- ¡¿Qué hiciste ahora, Kanon?!, ¡no puedo dejarlos ni siquiera cinco minutos para ir al baño porque provocan un desastre!
— ¡No dijeron nada, Aspros!- Intervino Asmita, levantándose aún con un rastro de lágrimas en sus mejillas, acercándose a los niños.- Solo... Solo son cosas mías. Ellos no tienen la culpa.
Ambos Omegas se miraron por unos segundos. El desafío con la mirada entre ambos era evidente, pero afortunadamente, los demás presentes decidieron intervenir.
— Oigan, no hace falta gritar.- Intervino Defteros, poniéndose en medio de ambos Omegas.- Aspros, no hace falta que les hables así a los gemelos, ya te dijo Asmita que no hicieron nada malo. Y en todo caso, también fue mi culpa por haberles dado permiso de ir con Asmita a enseñarle las caracolas que encontraron buceando.- Le dijo a su hermano.- Asmita, disculpa. Sabes que sea lo que sea que haya dicho Kanon, no lo hizo con mala intención. Pero debí acompañarlos.
— Por mí no hay ningún problema.- Suspiró Asmita, tras sentir la mano de Kardia sobre su hombro.- Lamento haberme comportado de esa forma.
Aspros miró de reojo a Asmita, y después a los niños.
— Por esta vez se salvaron, pero un escándalo más y pasarán el resto de las vacaciones en el cuarto del hotel.- Amenazó a los gemelos, mirándolos fijamente.- ¿Está claro?
Los niños asintieron, con la mirada baja, asustados por la mirada de su madre.
— De la que te salvaste, Asmita...- Mencionó, mirando al rubio.- Créeme que son un verdadero dolor de cabeza.
El rubio apretó los dientes con fuerza, y quiso responderle al peli-azul, pero Kardia y Defteros se lo impidieron.
— Aspros, ¿por qué no vas al spa del hotel a probar ese tratamiento que tanto mencionabas?- Sugirió Defteros, buscando evitar otra confrontación.- No te preocupes por mis sobrinos, yo los llevo a tu habitación después de la cena.
— ¡Qué buena idea, Def!- Añadió Sísifo, entendiendo el plan de su Delta.- Creo que también me vendría bien una visita al spa. Además, un día de Omegas le sienta bien a cualquiera, ¿no crees, Aspros?
— Suena divertido, ¿les molesta si me uno?- Se unió Regulus al plan.
— Por supuesto que no, Reg.
— ¡No se diga más!, ¡los vemos en la cena!
Antes de que Aspros pudiera negarse, ambos Omegas castaños se encargaron de llevarlo de vuelta al hotel, dejando a Asmita y el resto de adultos con los niños.
Asmita suspiró, sintiendo una profunda culpa por los problemas que había ocasionado por no ser capaz de superar esas pérdidas.
Quizás su reacción contra Aspros había sido exagerada, pero no pudo quedarse de brazos cruzados, permitiendo que los tratara de esa forma cuando los niños no habían hecho nada malo...
Y para rematar, Defteros, Sísifo, Regulus, Manigoldo y Kardia habían tenido que arreglar todo el desastre que ocasionó porque él no era capaz de hacerlo.
Cielos, realmente era patético...
— Yo no quería hacerlo llorar...- Hipaba Kanon, terminando de explicarle a su tío lo ocurrido.
— Lo sé, Kanon.- Suspiró Defteros, al igual que Kardia y Manigoldo, comprendiendo la situación.- No te preocupes, nadie está molesto con ustedes.
— Pero...
— No lloren, enanos. Asmita no está enojado con ustedes, ni nosotros tampoco.- Les tranquilizó Manigoldo.- Conozco a ese Omega desde que usaba pañales, y si fuera el caso, ese desgraciado ya los habría arrojado a mar profundo.
A pesar de esas palabras, los gemelos lucían desanimados. Kardia notó que Asmita también se sentía culpable por eso, pero no sabía cómo disculparse. Así que decidió tratar de ayudar.
— De verdad, niños. Asmita no está molestando.- Añadió Kardia.- Es solo que... Bueno, hay cosas tristes para los adultos, y recordarlas los hace llorar. Pero no es culpa de ustedes.
— ¿Qué cosas?
Ante esa pregunta, los adultos se miraron entre ellos, tratando de hallar una forma de abordar un tema tan delicado como ese con niños tan pequeños.
— Como esta cicatriz.
Inesperadamente, Asmita intervino, descubriendo su vientre, mostrando la cicatriz en él.
— ¿Tienes un bebé?- Preguntó Kanon, tras observar el parecido de esa cicatriz con la de su madre.
— Lo tuve un tiempo aquí dentro.- Explicó Asmita con algo de dificultad, tocando su vientre.- Pero... Algo salió mal y falleció dentro de mí.- Añadió, aún con sus ojos ardiendo por las lágrimas.- Los doctores tuvieron que sacarlo... Y por eso tengo esta cicatriz.
Sin poder resistir más, Asmita rompió en llanto, abrazándose a sí mismo.
Kardia se acercó para abrazarlo, llorando en silencio, buscando consolarlo. Habían pasado casi dos años desde que decidieran dejar de buscar un embarazo tras varias pérdidas, pero todos esos dolorosos recuerdos seguían tan grabados en su memoria como si hubieran ocurrido ayer.
— Perdón por preguntar, Mita.- Sollozó Kanon, acercándose junto a su hermano para abrazarlo.- No sabía de tu bebé.
Asmita quería decirles que no era su culpa, que no estaba enojado con ellos... Al contrario, ellos habían logrado darle algo de color a las vacaciones que creyó serían completamente amargas para él. Pero su llanto se lo impedía, y solo pudo abrazarlos.
— No te preocupes, Kanon.- Mencionó Kardia, notando los sentimientos de Asmita.- Ustedes no sabían ni tenían forma de saberlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro