Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝘀𝗲𝘃𝗲𝗻𝘁𝗲𝗲𝗻. it's complicated

❪ pre season 3 the walking dead show ❫

017. ┊໒ ⸼ | 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡𝗧𝗘𝗘𝗡 | 🐝•˖*

❛ 𝗂𝗍'𝗌 𝖼𝗈𝗆𝗉𝗅𝗂𝖼𝖺𝗍𝖾𝖽 ❜

(no se olviden de votar y comentar)

Alaska balanceaba sus piernas de un lado al otro, enfocándose en cómo sus agujetas (las cuales eran muy largas), colgaban, haciendo un relajante ruido que la distraía de las cosas que pasaban. Era una habilidad que ella tenía, distraerse con ruidos que le parecían interesantes cuando tiene algún problema, o simplemente quiere escapar de realidad, como ahora, que los adultos estaban peleando entre sí por lo que había hecho Travis. Porque, en palabras de aquel anciano gruñón, era una locura que el chico saliera para salvar a aquellas personas. Aunque en realidad su ira no iba para el joven Rhee, todo lo contrario, iba para Kenny y Lee.

─ No te preocupes, hiciste bien. ─le consuela Nirvana, cuando el chico se siente mal por la discusión.

─ Incluso si no veía a Alaska, hubiera salido por aquel niño, por aquella familia ─se encogió de hombros, mirando al suelo, aunque casi de inmediato se reincorpora y mira a la niña ─. ¿Con quien estuviste todo este tiempo? ¿Cómo saliste de la granja?

─ Estaba en medio de los caminantes cuando Glenn me secuestro, me llevó a un auto y ahí estaba Brooke. Salí junto con ellos.

La niña hacía una mueca al mencionar el nombre de su hermana, porque aunque intentaba quitar las palabras de Brooklyn de su mente, le resultaba imposible, incluso cuando se repetía a sí misma que aquello solo lo dijo cuando estaba en aquel sótano inundado de agua.

─ Luego nos separamos por culpa de una tormenta...s-se supone que me vería en el p-pueblo, pero espere, espere y nada ─contó entre muchos balbuceos ─. Luego me encontré con Lee, y hoy en la mañana con Kenny y su familia. Me ayudaron... Esperen, ¿los demás? ¿Estan bien? ¿Leo? ¿La señora Grimes? ¿Aleen? ¿Carl? ¿Beth? ¿Maggie?

Nirvana le cubrió la boca a su hermana menor, porque de otra forma simplemente ella seguiría nombrando a todas las personas del grupo, incluyendo a las gallinas y a las hormigas que vivían en la granja.

─ Nosotros nos fuimos hace una semana. Yo quería buscar a Glenn .

─ Y yo a Brooke y a ti. Uno de dos no es una mala racha.

─ Los dejamos bien, y Leo tiene una bonita nota hecha por mí ─respondió Nirvana, decidiendo dejar de lado el hecho de que Patricia y Andrea habían muerto; no quería preocuparla ─, pero tuvimos que irnos porque iban a avanzar para buscar un lugar donde pasar el invierno.

Alaska miró al suelo, enfocándose una vez más en las agujetas de sus zapatillas. Ese ruido que hacían cuando chocaban entre sí sonaba muy bien. Pensaba en que Leo se olvidó de ella; es decir, no esperaba que la buscaran por un año, pero almenos seguir con la búsqueda un rato más...a menos que él pensara que estaba muerta, lo cual era mucho peor. Se sintió triste por su hermano.

Aunque no era en lo único que pensaba, porque también estaba el hecho que Nirvana está aquí.

─ Leo te busco ─le aseguró cuando vió la expresión de tristeza en el rostro de su hermana pequeña ─. Todos en realidad, pero no encontramos ni una sola pista de ustedes.

La niña asintió ─. ¿Y podemos regresar?

─ Bueno, ahora mismo... no se puede. Probablemente Rick ya cambió de sitio; estábamos moviéndonos mucho para encontrar un refugio. ─le respondió Nirvana.

─ Pero podemos intentarlo. Regresaremos ─aseguro Travis ─. Ahora me voy para calmar las cosas ahí.

Las dos Miller asintieron, y apenas Travis se alejó de ambas, Nirvana se giró un poco para ver de frente a Alaska. Sabia que ella había tenido algún problema con Brooke, era más que evidente. Los niños no son capaces de cuidar sus gestos cuando tienen problemas con alguien, y todas las veces que Brooklyn fue mencionada, Alaska se enfocaba en sus agujetas o jugaba con sus dedos.

─ Dime, ¿qué pasó con Brooke?

─ Nada.

─ Yo te cambié los pañales, habla ahora.

Alaska sabía que era inútil ocultarle algo a Nirvana. Así que comenzó a contar con detalle lo que había pasado esa noche, no tenía caso ocultarlo, y menos de ella, porque prácticamente ambas pasaban todo el día juntas en casa; se conocían mejor que nadie. Mejor que Brooke, mejor que Leo, incluso mejor que su padre.

─ Ella a veces no mide lo que dice.

─ No es mala. ─balbucea.

─ ¿En verdad lo crees?

─ ¿No eras del equipo maravilla, Brooke?

─ No cuando dice todas esas cosas a alguien que no lo merece.

─ Quizá lo merecía.

Nirvana aligeró su mirada, llevando su mano a la cabeza de Alaska para despeinar su cabello mientras le ofrecía una tierna sonrisa.

─ No mereces esas palabras, Allie. Ni siquiera Travis, y ya sabes lo molesto que es.

La niña asintió, y luego solo se enfocó en mirar sus zapatillas, tratando de distraerse con ello una vez más. Aunque esta vez no se enfocaba en el sonido de sus agujetas al chocar entre sí, si no en la discusión que se llevaba a cabo frente a ella. Aquel anciano y su hija Lily estaban aún discutiendo con Travis, Kenny y Lee, incluso cuando ya aseguraron que Pato no había sido mordido por un caminante. Tan solo estaba lleno de sangre, pero ni rasguños a la vista.

Hubiera seguido escuchando cada palabra de aquella pelea, si no fuera porque el ruido de una puerta abriéndose detrás de ella le hizo girar. Aquello la estremeció, el chirrido en sí. Se cubría los oídos mientras hacía una mueca de desagrado; incluso cerró los ojos unos segundos.

Cuando estuvo recuperada, giró para ver de qué se trataba, y una sonrisa se esbozó en rostro apenas vio quién salía de aquella habitación. Bajó de la barra donde estaba sentada y corrió hacia el hombre. Se lanzó a sus brazos, haciendo que él no tenga otra opción que cargarla para que no cayera.

─ ¡Tío Jack, estás vivo!

El hombre de inmediato reconoció a la niña, pero no correspondió al gesto. Es decir, la estaba cargando en brazos para que no cayera, pero el abrazo no era algo recíproco. Afortunadamente (para él), no duro tanto. Pero Nirvana se había acercado a ambos y tomó a su hermana, sujetándola de la cintura para alejar a su hermana de Jack.

─ Lo siento, mi hermana está un poco muy loca, seguro por la falta de comida ─comienza a decir, mientras miraba severamente a Alaska ─. Mil disculpas, Jack.

─ Pero es nuestro tío. ─susurra ella.

─ Papá es hijo único.

─ Apolo, llevame o llevatela.

Aunque de inmediato se dio cuenta que no podía culpar a Nirvana por ello, ni siquiera sabía si en verdad tío Jack era su tío Jack. Es cierto que Derek Miller no había dicho nunca que tenía un hermano, y mucho menos lo había visto en una foto familiar o algo por el estilo. Sin embargo, en una ocasión, su hermano mayor le había presentado a ese hombre: Jack Miller. Diciendo que era su tío, y que lo ayudaría a adelantar sus papeles en la milicia. Tal vez era un buen amigo de la familia, al cual consideraban un tío.

─ Discúlpate.

─ Claro, Brooklyn segunda ─murmura con burla, para luego mirar a tío Jack ─. Estoy loca. Te confundí con mi tío imaginario. Lo siento.

El hombre aceptó las disculpas, y luego se fue junto a los demás adultos.

Alaska por su parte abandonó a su hermana y se fue a sentar junto a Pato, quien ahora solo tenía restos de sangre en su brazo derecho, pero ninguna herida visible. Así que la niña, al ver a su amigo bien, dejó caer su cabeza en sus hombros, comenzando a presenciar el espectáculo.

─ No deberíamos reírnos de esto. No tenemos otro lugar al cual ir.

─ Tu hermana está aquí, sí o si te quedas.

─ Y tú también, tu padre es muy reacio, en cualquier momento asesina a Calamardo. ─señala al viejito cascarrabias de adelante.

¡Lo han mordido, así es como se transforman!

─ ¡No lo mordieron! ¡Apolo! ¿Lo va a entender? ─no pudo evitar decir desde su lugar, porque paciencia no era lo que tenía en ese momento, además que tampoco sabía mantenerse callada cuando pensaba que algo estaba mal.

─ ¿No te enseñaron modales, mocosa?

─ Me enseñaron que respeto guarda respeto. ─se cruzó de brazos.

─ ¿Y qué si ese niño fuera tu hija? ─soltó Lee, dándole una seña con las manos para que deje de hablar, asegurando que él se encargaría.

─ Ella no es un niñito mocoso, ¿sí? Es de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

─ ¡Oh, al carajo contigo y con ella! ─exclamó Kenny, claramente molesto por la actitud del hombre gruñón, porque no era posible que no entendiera que Pato no se transformaría ─. ¡Lo mataré, Kat, no dejes que los niños vean!

─ Oigan, yo no soy el malo aquí, solo estoy cuidando a mi hija.

─ ¡No, tú solo eres el tipo que está abogando para matar a un niño!

─ ¡Pronto se transformará y nos asesinará a todos! ¡¡Lo echaremos de aquí ahora!

─ ¿Puedes conseguir agua, cariño? ─preguntó Kat, mientras se acercaba para terminar de limpiar a Pato y demostrar que no había mordida alguna.

Muy gustosa, ella aceptó. Miro a todos lados y al final fue en dirección al baño, pues no había ninguna botella de agua visible. Así que esperaba que aun hubiera agua en el lavabo.

Durante todo el camino a ese lugar, estaba refunfuñando, enojada, mientras escuchaba la pelea de los adultos de fondo. Ella aún no entendía como no podían ayudarse entre sí. Se supone que las personas hacen eso, y más si se trata de niños.

¿Quién comprende a los adultos?

Se puso de puntillas al llegar junto al baño, tomó las llaves que estaban colgadas en un perchero y finalmente se aproximó a la perilla. Luego de dar un par de vueltas, se abrió.

Ni dos segundos después, un grito escapó de su garganta. Cayó hacia atrás, viendo al caminantes que salía furioso de aquel baño, abalanzándose contra ella, obligándola a retroceder, arrastrándose con ayuda de sus manos para tratar de huir.

─ ¡Nirvana! ─grito, tirando una patada al caminante, pero sin obtener resultados favorables ─ ¡Lee!

Instintivamente (aunque algo tarde), se cubrió los oídos al escuchar un disparo muy cerca de ella. Cerró los ojos por un segundo, y luego los abrió para ver quien le había ayudado. Y siendo sorpresa para Alaska, se encontró con Nirvana. Ella tenía las manos levantadas y aún sujetaba el revolver, estaba paralizada. Era de esperarse, no había disparado antes, o bueno, no precisamente a un caminante, solo lo hizo a unas latas (cortesía de Leo).

La niña se levantó del suelo y corrió a los brazos de su hermana, envolviendola en un abrazo que correspondió al instante.

─ Eh... ¿chicos? ─la voz de Travis se escuchó.

El disparo había atraído a los caminantes de afuera, quienes se iban contra la entrada de la farmacia, gruñendo y rasguñando.

Todos se quedaron en silencio.

─ ¡Todos abajo, y quédense callados! ─ordenó Carley en voz baja.

Nirvana se agachó junto a su hermana, pasando sus brazos por ella para tratar de protegerla con su cuerpo. Travis al instante se acercó a ambas Miller, sujetando su arma y mirando a todos lados para protegerlas de cualquier peligro que pudiera saltar.

Luego de unos minutos, y cuando los gruñidos pararon un poco, aquel viejo cascarrabias volvió a su actitud de antes.

«Y pensar que hace unos segundos estaba asustado como niño pequeño », pensó Alaska.

─ ¡Casi MORIMOS por esta idiota y su dedito ligero en el gatillo! ─gritó, refiriéndose a Nirvana ─ ¡Fue algo estúpido...!

El hombre no terminó de hablar porque se llevó la mano al corazón, cayendo al suelo mientras jadeaba de dolor.

─ ¿Esto será el universo dándole una lección? ─murmuró Alaska, obteniendo solo un zape por parte de su hermana.

─ ¿Qué le pasa? ─preguntó Lee.

─ Su corazón...

Mis pastillas. ─balbuceó el hombre, aún entre jadeos de dolor.

─ ¿Pastillas de nitroglicerina? ─inquirió Kat, queriendo ayudar al hombre a pesar de cómo trato a tu hijo; eso es un ser humano.

─ Si, ya no tenemos. ¡Hemos intentado ir a la farmacia desde que llegamos aquí! ¡Por favor, intenten entrar ahí! Detrás del mostrador, donde están las píldoras. ─pidió Lily, claramente preocupada.

Eso le hizo recordar a Alaska que todos quieren a sus padres, incluso cuando ellos no son las mejores personas paradas sobre la tierra.

─ Entraremos ahí. ─señaló Lee.

─ Gracias. ─le respondió Lily, muy aliviada por la propuesta.

─ Todos deberían ponerse cómodos y buscar algo que nos pueda servir. Al parecer, nos quedaremos aquí por un largo tiempo. ─informó Kenny, caminando por el lugar.

─ Esta farmacia no será una solución permanente. ─soltó Jack.

─ Tiene razón.

─ ¿Qué sugieres? ─añadió Lee.

─ Necesitamos toda la gasolina que podamos encontrar para que todos podamos salir del centro de Macon, y rápido.

─ Suena bien.

─ Entonces, saldré por gasolina. Hay un motel que no está muy lejos de aquí. Va hacia el final de Peachtree. Iré y regresaré, trayendo todo lo que pueda.

Alaska abrió un poco los ojos. Eso no sonaba al hombre que conocía. Es decir, en aquel tiempo, tan solo lo vio un par de horas, pero a palabras de Leo (y por la actitud de Jack en ese momento), era claro que era un hombre solitario, incluso un cascarrabias. Parecía que odiaba a la humanidad, y por eso se había vuelto militar. Incluso Leo dudo que él lo ayude.

─ ¿Sabes moverte por aquí? ─preguntó Lee ─ ¿Local?

─ Conozco bien la zona.

─ Toma ─Nirvana se acercó, ofreciéndole dos walkie-talkies ─. Los encontré por ahí detrás, los configuré y sirven. Úsalo si estás en apuros.

Una vez que Jack se fue, el resto de adultos comenzó a repartirse tareas, aunque en realidad parecía que Lee y Kenny se habían convertido en una especie de jefes del lugar, designando cosas que hacer y haciendo las suyas propias.

Carley y Travis estaban de vigías en la entrada, turnados para vigilar. Nirvana, Kat y Pato buscaban y organizaban cosas que podían encontrar. Mientras tanto, Lee le pidió a Alaska ir con él a buscar un par de cosas.

─ Así que eras profesor ─murmuró, mientras sacaba sus manos del escritorio que intentaban mover ─. Nunca me gustó la clase de historia, lo memorizar no es lo mío.

─ ¿Otra cosa que preguntar? ─le dijo con amabilidad, pues para que la niña no se aburra, hace unos minutos le dio permiso de hacer algo así como un juego de preguntas, lo cual ayuda mucho a Alaska, que tenía muchas dudas sobre el hombre.

─ ¿Y tu familia?

─ ¿A qué se dedican tus padres?

─ Bueno, mi mamá solía ser médico, y mi papá es arquitecto...ingeniero, la verdad no sé bien ─hizo una muequita, pero antes que pueda seguir, pego un pequeño brinquito al darse cuenta de algo ─. ¡Pero no respondiste a mi pregunta!

─ Ayúdame a mover esto un poco más.

La menor asintió, colocando sus manos en el escritorio y comenzando a empujarlo al mismo ritmo de él.

─ ¿Tu familia era mala...? Es decir, ¿te odiaban?

─ No ─negó ─. Solo es complicado.

─ Las familias son complicadas ─murmuró ─. La mía es un caos, pero creo que nos amamos, bueno, yo los amo. ¿Tu amas a tu familia?

─ Sí, claro que sí.

Él giró sobre sus talones y se acercó a ella, apoyándose en la pared. ─ Mira, mi familia no está y me gustaría que las cosas fueran distintas.

─ Todos los deseamos.

─ Yo me metí en muchos líos, y no hablé con ellos durante un tiempo. Esta tienda solía ser de ellos... Pero no hay que decirle eso a nadie, ¿sí?

Pinky promise. ─sonrió.

Luego se sentó en el escritorio, luego que se diera cuenta de que aún faltaba una llave para que aquel acceso a la farmacia se abriera. Así que mientras pensaban un plan, Alaska se entretuvo balanceando sus piernas.

Ella iba a seguir con su interrogatorio; sin embargo, no pudo, porque Carley apareció, comenzando a hablar con Lee en una esquina. Y la verdad es que Alaska no escuchaba muchas de las cosas que decían, porque hablaban muy bajito, y lo poco que lograba oir era confuso, pero otras las escuchó muy claro.

"Asesino"

─ Lee ─llamo, así que el hombre paró su caminar, pues ya estaban a punto de regresar con el grupo, a nada de salir del almacén ─. ¿Asesinaste a alguien? Es decir, ¿a un caminante? ¿De eso habló Carley?

Es complicado.

Siempre es complicado. Es la mejor excusa que encuentran los adultos para esconder los problemas a los niños.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro